El proyecto, liderado por el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas, CEAZA, es uno de los nueve ingresos financiados para la convocatoria 2019 de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo. Contará con una inversión de 612 millones de pesos para los tres primeros años.
La surgencia costera es el fenómeno mediante el cual masas de aguas profundas, ricas en nutrientes que fomentan la vida, emergen a la superficie, favoreciendo la aparición de fitoplancton y de una amplia variedad de especies que se alimentan de éste. Esta característica, que le otorga a las costas chilenas su particular biodiversidad, será el objeto de estudio de un nuevo Núcleo Milenio, que contará con el liderazgo y participación de investigadores CAPES.
“Upwell: “Comprensión de Los Sistemas de Surgencia del Pasado y los Impactos Ambientales Locales y Duraderos” es el nombre de este nuevo Centro, el cual será dirigido por la ecóloga CAPES Eugenia Gayo, y que tendrá por objetivo estudiar dicho proceso, que, en palabras de su directora, “explica la abundancia de recursos marinos que mantiene la actividad pesquera nacional”.
“En particular”, comenta la académica de la Universidad de Tarapacá, “queremos dar cuenta de la interacción sociedad-ambiente desde el pasado remoto, es decir, los últimos 12.000 años. Esto, porque desde el poblamiento inicial de Chile, la costa ha constituido un ecosistema y territorio atractivo para los grupos humanos, por los recursos que proporciona el maravilloso proceso de la surgencia y que a su vez a han impactado dicho proceso”.
Para estudiar todas las aristas asociadas a este fenómeno, también conocido como como afloramiento costero, en el nuevo Centro convergen expertos y expertas de diversas disciplinas, tales como la oceanografía, las ciencias atmosféricas, la ecología, el paleoclima e incluso la arqueología, incorporando una mirada tanto social como física y ecosistémica del fenómeno.
Entre las 18 investigadoras e investigadores que compondrán inicialmente el Centro, se encuentran otros dos investigadores CAPES: la ecóloga María José Martínez-Harms entre sus investigadores jóvenes, y el ecólogo Sergio Navarrete como científico senior, ambos de la Universidad Católica de Chile.
Desafíos a la vista
El trabajo del proyecto se extenderá por alrededor de dos mil kilómetros, desde la frontera norte de Chile hasta aproximadamente el límite sur de la Región de Coquimbo, lo que supone el desafío de generar una amplia red de observación de la surgencia a lo largo de la costa nacional, desde la cual sea discernir los últimos 12.000 años de evolución de este territorio, un conocimiento que, a la larga, será aplicable a otras zonas donde este fenómeno se produce, como el Sistema de Surgencias del Margen Este (más conocido por su nombre en inglés Eastern Boundaries Upwelling Systems, EBUSs).
“Nuestra investigación, desde el punto de vista científico, es todo un desafío, pues requiere generar un cuerpo de datos que permita ver de manera integrada la co-evolución entre procesos que tradicionalmente se han visto desde miradas disciplinarias separadas, ya sea solo desde las ciencias sociales o con una mirada de las ciencias naturales y exactas, y en escalas temporales poco continuas, poniendo lo pasado versus lo reciente. Es más, desde el pasado el habitar de la costa de Chile se ha visto preferentemente desde un prisma donde el humano es beneficiario, mientras que poca atención se ha puesto a los potenciales impactos de este enfoque”, explica Gayo.
Asimismo, el Núcleo Milenio Upwell espera incidir en la generación de políticas públicas, aportando nuevas miradas y complementarias para la implementación de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) que se proponen frente al cambio climático, con un especial énfasis en la generación una red de observación del océano e iniciativas de adaptación en la zona costera.
Nuevas miradas
Pero la integración de miradas interdisciplinarias en el trabajo del Centro no es el único aspecto en que este nuevo centro de ubicará a la vanguardia de la investigación científica nacional. Notable también es el número de investigadoras mujeres (siete) que integran el equipo principal de investigación, dos de ellas a cargo del proyecto, contribuyendo de este modo a un pendiente ineludible en materia de igualdad de género en el ámbito científico.
“Es sabido que el grado de avance de las carreras científicas de las mujeres es más lenta y difícil, y en este sentido, la adjudicación de un Núcleo Milenio con un marcado liderazgo femenino, en un ámbito de ciencia de excelencia -altamente competitivo- es todo un hito, que probablemente ayude a acortar las brechas de inequidad en la participación y ascenso de las mujeres en la ciencia a nivel nacional y global. Esto es principalmente relevante para quienes hemos forjado carreras científicas interdisciplinarias, dimensión académica en que la participación e inserción femenina es aún menor”, afirmó la investigadora.
Junto a los integrantes CAPES también se incorporan al proyecto la Dra. Carola Flores (como directora alterna del Núcleo); los investigadores asociados Dra. Catalina Aguirre, oceanógrafa de la Universidad de Valparaíso, Dr. Bernardo Broitman, ecólogo de la Universidad Adolfo Ibáñez, Dr. Antonio Maldonado, paleoclimatólogo del CEAZA, y Dr. Claudio Latorre, paleoecólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC). También lo conforman los investigadores adjuntos Dr. Boris Dewitte, oceanógrafo del CEAZA, Dr. Marcelo Rivadeneira, paleoecólogo del CEAZA, Dr. César Méndez, arqueólogo del CIEP, y el Dr. Chris Harrod, ecólogo de la Universidad de Antofagasta. Junto a ellos, se suman los investigadores jóvenes Dr. Carlos Lara, especialista en modelización de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Dra. Francisca Santana, bioantropóloga de la PUC y la Dra. Jimena Torres, arqueóloga de la Universidad de Magallanes.