Chile es un país rico en minerales, predominando la gran minería de metales, como cobre, molibdeno, oro, plata, hierro, plomo, zinc y manganeso, en las faenas mineras extractivas. Además, contamos con minerales industriales como nitratos, yodo, sal común, sales de litio y potasio, boratos, arcillas, yeso, cuarzo, entre otros. Esta actividad industrial, además de generar aportes económicos y de empleo, también provocan grandes impactos en los ecosistemas donde se asientan las faenas mineras.
Es por su importancia económica para el país y por sus efectos en el medio ambiente y en las comunidades, que la minería es uno de los principales temas de investigación de centros que estudian los ecosistemas, como CAPES, donde varios de sus investigadores e investigadoras trabajan temas relacionados a la evaluación de riesgos ecológicos, caracterización de los efectos de los enriquecimientos industriales de metales sobre componentes biológicos de matrices relevantes como aguas marinas y suelos, búsqueda de alternativas de restauración/remediación, como fitorremediación y fitoestabilización de ecosistemas, con el objetivo de mitigar los impactos de la minería en los ambientes terrestres y marinos. También se realizan consultorías a empresas, actividades de transferencia y capacitación y asesorías en políticas públicas para las agencias reguladoras de temas ambientales.
Entre las iniciativas que ha realizado CAPES en este campo de acción está la aplicación de procedimientos basados en microbios para ayudar a las plantas nativas a colonizar relaves mineros de cobre, con el fin de minimizar la dispersión de contaminantes, principalmente metales, por viento, lixiviación u otros procesos. En el ambiente marino altamente contaminado por metales de Chile central, como la Bahía de Quintero, se ha desarrollado con éxito un proyecto sobre el desarrollo de un sistema de cultivo de macroalgas (Macrocystis pyrifera, Huiro canutillo) para la limpieza de metales de aguas contaminadas.
También se ha trabajado en la remediación de suelos agrícolas contaminados por metales en la zona central de Chile, desarrollando métodos de remediación específicos para la estabilización in situ de los contaminantes metálicos presentes en las tierras de cultivo que se han transferido a los agricultores locales y las oficinas del gobierno local de la Región de Valparaíso, para evitar la transferencia de metales a los vegetales que se cultivan en áreas contaminadas y son consumidos por humanos.
Otro proyecto importante es el desarrollo de metodologías para la restauración del bosque de lenga en áreas poscarboníferas de la Patagonia chilena en la Isla Riesco, utilizando ecotecnologías, especies nativas/endémicas, técnicas de conservación de suelos y sistemas de propagación específicos. La principal transferencia de tecnología es una alternativa de remediación basada en el uso de suelo recuperado, hierbas/pastos naturalizados y una de las principales especies leñosas dominantes, la lenga, para la estabilización de pilas estériles generadas por las operaciones mineras.