El conejo europeo está catalogado entre las 100 especies invasoras más dañinas del mundo, y aunque fue introducido a Chile hace más de 150 años, aún nos falta conocimiento en ámbitos tan básicos como los factores que determinan su éxito, las fluctuaciones poblacionales a largo plazo y su impacto en la biodiversidad y economía nacional.
El conejo europeo es una especie no nativa de Chile, introducida hace más de 150 años para el aprovechamiento de su carne y pelaje. Hoy, se encuentra distribuida de forma asilvestrada en gran parte de nuestro territorio. Ha sido catalogada como una especie exótica invasora por el Ministerio del Medio Ambiente y como fauna silvestre dañina por el Servicio Agrícola Ganadero (SAG).
El conejo se caracteriza por una extraordinaria capacidad reproductiva y puede alcanzar altas densidades poblacionales. Esto, sumado a su voraz alimentación herbívora y sus hábitos fosoriales (capacidad de excavar extensas madrigueras), causa daños a la cobertura, biomasa y diversidad de la vegetación, además de erosión, o pérdida de suelo. Por todo lo anterior, el conejo es capaz de generar impactos negativos sobre los ecosistemas y sistemas de producción agrícola, forestal y ganadero.
Los impactos del conejo son especialmente graves en islas, donde los conejos empobrecen dramáticamente la vegetación, erosionando el suelo y alterando el hábitat para la fauna. Por ello la Corporación Nacional Forestal (CONAF), con apoyo financiero internacional, ha impulsado la erradicación del conejo en islas que forman parte del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado. Con apoyo de Los Países Bajos, CONAF logró la erradicación del conejo en la isla Santa Clara del Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández, el año 2005. Y, con apoyo de Island Conservation, logró la erradicación del conejo en las islas Choros y Chañaral de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, los años 2013 y 2017, respectivamente.
Actualmente, CONAF se encuentra estudiando medidas de control y mitigación de los impactos del conejo en la Isla Robinson Crusoe, parte del Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández, con miras a su potencial erradicación. Esto, con el objeto de mitigar la erosión y revertir la pérdida de biodiversidad de este ecosistema reconocido internacionalmente por la singularidad y endemismo de su flora. Sin embargo, factores como el clima lluvioso, la compleja topografía de la isla y dispersión de esta plaga, presentan un desafío para el éxito de estas medidas.
La situación del conejo en Chile continental es aún más compleja de abordar que en el caso de las islas, ya que se perciben tanto impactos negativos, como los ya mencionados, como algunos impactos positivos. Estos impactos positivos se refieren principalmente al conejo como presa de depredadores nativos y como fuente de proteína para comunidades rurales. Entonces, en Chile continental, se hace necesario realizar investigaciones que permitan ponderar tanto los efectos negativos y positivos del conejo, para la toma de decisiones respecto a su control, especialmente al interior de las áreas silvestres protegidas, que están siendo dañadas.
Esta iniciativa busca incrementar nuestros conocimientos sobre el conejo en Chile para comprender mejor sus impactos y proponer medidas para su manejo y control, anidando diferentes proyectos de investigación que abarcan temáticas como la dinámica de poblaciones, redes tróficas, y epidemiología de sus enfermedades infecciosas, en especial de la enfermedad viral mixomatosis.
Si te interesa aprender más sobre el conejo en Chile, o sobre los diferentes proyectos de esta iniciativa, te invitamos a explorar el resto de nuestros contenidos.
Instituciones participantes
Instituciones colaboradoras
Contamos con la colaboración de
Commonwealth Scientific Industrial Research Organisation, CSIRO
Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de la Región de Magallanes y Antártica Chilena