La actividad es la primera instancia de trabajo de una nueva línea de investigación conjunta entre CAPES UC, IEB y (CR)2. Organizados en cinco grupos de trabajo, los participantes del workshop tuvieron una hora para discutir las principales brechas de investigación que podrían ayudar a ampliar el conocimiento de este bosque a nivel de forzantes, impactos y formas de adaptación.
El pasado 26 de mayo, más de 40 investigadores pertenecientes a los centros del Clima y la Resiliencia (CR)2, Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES UC), y el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), se reunieron de forma telemática para aunar esfuerzos alrededor de uno de los ecosistemas más amenazados de nuestro país y del mundo: el bosque esclerófilo de la zona central.
La actividad es la primera instancia de trabajo de una nueva línea de investigación conjunta entre estos tres centros, y consistió en un workshop donde científicos, estudiantes de posgrado y posdoctorantes de diversas disciplinas dialogaron entre sí con el objetivo de definir potenciales oportunidades de investigación en torno a este complejo socio-ecosistema, presente en gran parte del territorio nacional y enormemente afectado por el cambio global. Todo, desde una perspectiva interdisciplinaria y socioecológica.
Mirada inter y transdisciplinaria
“El bosque esclerófilo está en una situación que nos obliga a abordar sus problemas de forma particular, pero desde diferentes aristas” explicó Alejandro Miranda, miembro del (CR)2 y uno de los investigadores principales de la línea. En su opinión, el principal desafío de la iniciativa es reducir “la brecha entre el conocimiento científico y la aplicación de políticas públicas (en torno al manejo y protección del bosque), lo que justamente requiere de mucha interdisciplina. Ese fue, a mi parecer, uno de los objetivos a los que llegamos en el workshop”.
Si bien valoró el trabajo disciplinario que, hasta hoy, ha permitido “conocer los procesos naturales o sociales que han determinado el estado actual del bosque”, el también académico de la Universidad de la Frontera ve en la interdisciplina una oportunidad para abordar problemas más complejos, “como la conservación o restauración de estos sistemas, en donde hay muchos actores, miradas e intereses, de una manera también compleja y completa”.
Organizados en cinco grupos de trabajo, los participantes del workshop tuvieron una hora para discutir las principales brechas de investigación que podrían ayudar a ampliar el conocimiento de este bosque a nivel de forzantes, impactos y formas de adaptación, en aras a desarrollar investigación, y propuestas de medidas que aporten a su conservación y restauración.
Para Juan Ovalle, investigador del CAPES y también integrante de la nueva línea, la instancia logró transmitir de forma clara y efectiva que tanto las forzantes como los impactos actuales que sufre el bosque esclerófilo “no tienen precedentes entre los ecosistemas mediterráneos a nivel mundial”. “El workshop”, explica “tenía dos objetivos: incentivar la cooperación entre investigadores e investigadoras de los centros y definir las potenciales líneas de investigación socioecológica en torno al colapso del bosque esclerófilo. Sin bien creemos que el primero de estos objetivos se cumplió a cabalidad, no nos fue del todo posible conseguir el segundo, lo que da cuenta de lo difícil que es pensar de forma transdisciplinaria estos temas”.
El académico de la Universidad de Chile considera que, pese a ello, los resultados fueron positivos. “Sin duda la sensación ambiente que dejó el workshop es que la interdisciplina y la socioecología son áreas urgentes a incluir, tanto en la formación de nuevos profesionales, como en la forma de hacer ciencia en Chile”.
Principales conclusiones
De esa opinión también fueron los investigadores participantes, quienes concluyeron, entre otras cosas, la necesidad de contar con “una mayor vinculación con las ciencias sociales para abordar estos problemas complejos”, además de pensar en un contexto “más allá del bosque», (en voz de uno de los asistentes), que permita responder preguntas como cuál es el rol de los pasajes productivos, los recursos hídricos o el ordenamiento territorial en torno al bosque; cómo se ha visto afectada la fauna, y qué pasa con las comunidades humanas que lo habitan.
En cuanto a las actividades futuras que planea realizar la nueva línea, denominada “Iniciativa de Investigación por el Bosque Esclerófilo (CAPES / IEB /CR2)”, el investigador IEB y tercer integrante de su equipo coordinador, Cristián Delpiano, afirmó que, como grupo, “tenemos el compromiso de difundir con todos nuestros participantes los principales resultados de esta actividad. Luego de eso, para junio, tenemos proyectado un café científico que difundirá la iniciativa con la ciudadanía en general, para profundizar, en el segundo semestre, en aspectos más específicos del tema mediante un webinar con invitados nacionales e internacionales”.
Además de aquello, el equipo ya trabaja en una revisión bibliográfica que les permita fijar un marco teórico que oriente su estudio, y les permita llevar a cabo proyectos de investigación a través del financiamiento y la postulación a fondos públicos y privados. “Nosotros esperamos que el workshop y el posterior análisis de sus resultados sean la primera de una serie de instancias para que los investigadores de los centros puedan conocerse y comenzar a colaborar en temáticas asociadas al bosque esclerófilo”, concluyó.
Texto: Comunicaciones CESIEP