El Santuario de la Naturaleza Cáscada de las Ánimas, ubicado en pleno Cajón del Maipo en la Región Metropolitana fue el lugar de reunión de más de 40 estudiantes e investigadores interesados en la conservación y protección de la fauna nacional, y específicamente del guanaco (Lama guanicoe), un mamífero artiodáctilo de la familia de los camélidos natural de América del sur.
El motivo de este encuentro fue la realización del seminario internacional “Reintroducción de Guanacos en Sudamérica: oportunidades y desafíos para la conservación de sus ecosistemas”, una actividad organizada por el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES), la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica, y el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) de la Universidad de Chile.
El seminario, celebrado el pasado miércoles 20 de noviembre, tuvo por objetivo informar sobre distintas iniciativas de repoblamiento y “reasilvestramiento” (rewilding) de esta especie tanto en Chile como en Argentina, sus resultados y aprendizajes, además de concentrar en un mismo lugar a diversos actores dedicados al cuidado y estudio de este fascinante herbívoro, el más grande de nuestro país.
La elección de este Santuario como sede para la realización del evento no fue casual, pues fue allí donde, entre 2017 y 2018, una pareja de jóvenes investigadores, Meredith Root-Bernstein y Matías Guerrero, liberó a dos guanacos machos provenientes del sur de Chile en un intento por estudiar y confirmar el rol de estos animales como potenciales “restauradores” del amenazado bosque esclerófilo, misión que cumplieron en periodos donde todavía poblaban el valle del Chile central, antes de que su caza indiscriminada los hiciera desaparecer.
Justamente fue Root-Bernstein, ecóloga del Instituto Nacional de Ciencias del Medio Ambiente, Alimentos y Tecnologías para la Vida (AgroParisTech), en París, Francia, quien inauguró la ronda de exposiciones detallando algunos de los resultados parciales de este experimento. En su presentación, la también investigadora del IEB comentó la buena adaptación de estos dos ejemplares han tenido a su nuevo hábitat, destacando que, pese a su reducido número, éstos ya presentan conductas propias de animales ya aclimatados, como la demarcación de su territorio por medio de defecaderos.
En cuanto al papel de los guanacos como “jardineros naturales” de ecosistemas degradados como el del espinal de la zona central, Root-Berstein se declaró optimista con los resultados preliminares, aunque en su opinión, aún queda mucho por estudiar: «Preliminarmente, el ramoneo de los guanacos sí favorecería el crecimiento de los espinos de la zona, a lo que se suma su ya conocida condición de dispersores naturales de plantas nativas como la palma chilena» explicó.
A continuación, Moisés Grimberg, Superintendente de la Red de Parques de la Patagonia de CONAF y representante nacional de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), expuso sobre el estado de la institucionalidad chilena en torno a la protección de esta especie, clasificada como “vulnerable” en gran parte del país. Más específicamente, enumeró los objetivos y lineamientos del Plan Nacional de Conservación del Guanaco, un trabajado emprendido en 2010 por diversos organismos públicos y de la sociedad civil que buscó sistematizar los esfuerzos alrededor del cuidado del guanaco a lo largo de todo el territorio nacional, promoviendo su protección y reduciendo sus amenazas.
«En Chile hay muchas comunidades locales que entienden el rol ecológico y cultural que tiene guanaco en la vida nacional, pero nos falta que esa sensibilidad se dé a todo nivel, sobre todo entre los tomadores de decisión» concluyó.
Las intervenciones internacionales estuvieron a cargo de la ecóloga Celina Flores, del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, CONICET), en Argentina, y del también trasandino Alejandro Calderón, encargado de vida silvestre del Gobierno de la Pampa.
En su exposición, Flores divulgó los resultados de un proyecto de reintroducción de guanacos realizado en 2009 en el Parque Nacional Quebrada del Condorito, en Argentina, con el objetivo de potenciar sus servicios ecosistémicos en la zona, y estudiar la forma en que estas especies seleccionan su hábitat. Entre sus conclusiones, la investigadora comentó que “los guanacos introducidos prefirieron espacios con forraje de mayor valor nutricional (césped seco y húmedo), y en relieves que favorecían su estrategia para evitar depredadores», validando el comportamiento de otras especies investigadas.
Calderón, por su parte, hizo un repaso de los distintos proyectos de reintroducción de guanacos en la pampa trasandina, una región que alguna vez contó con 33 millones de estos animales y cuya población hoy alcanza los 2 millones de individuos (aproximadamente).
Al finalizar las presentaciones, Matías Guerrero, uno de los organizadores del evento, valoró la alta convocatoria de la actividad e incentivó a sus asistentes a seguir colaborando en los intentos por devolver al guanaco a su hábitat original y aprovechar su capacidad para restaurar y recuperar ecosistemas degradados.
Durante la tarde, expositores y asistentes participaron de un taller para delinear posibles caminos de acción para potenciar los proyectos actuales de reintroducción de la especie en la zona central de Chile.