Estudio analizó efectos de la contaminación en poblaciones de huiro negro

Investigadores de la Universidad Andrés Bello y CAPES estudiaron los efectos de la contaminación por metales pesados en las zonas aledañas al parque industrial Bahía Quintero, observando altas concentraciones de cobre y arsénico en lugares tan alegados de su punto de origen como la localidad de Cachagua.

Un estudio de investigadores de la Universidad Andrés Bello, entre quienes se encuentra la bióloga CAPES, Loretto Contreras, determinó la concentración de metales pesados en el agua de mar y sedimentos marinos de tres localidades aledañas al complejo industrial Bahía Quinteros (Ventanas, Horcón y Cachagua), considerada una de las cinco “zonas de sacrificio” existentes en Chile debido a los altos niveles de contaminación que registra.

Asimismo, el equipo investigó la abundancia y características morfológicas de las poblaciones de huiro negro (Lessonia spicata) en estas localidades, en un intento por averiguar los efectos que tiene la contaminación en los ciclos de desarrollo de esta importante alga chilena, natural de las zonas intermareales del centro y sur del país.

Los resultados, publicados en la revista Plos One, incluyeron el hallazgo de altas concentraciones de cobre y arsénico tanto en el agua como en los sedimentos marinos, en un área de extensión que abarcó incluso a las costas de Cachagua, un sitio a menudo considerado libre de contaminación.

Mientras Ventanas y Horcón registraron una abundancia de metales que superó los límites internacionales permitidos, la localidad ubicada en la comuna de Zapallar consigno altas concentraciones de cobre y arsénico en el agua de mar, y de arsénico en sus sedimentos marinos.

«El hallazgo más grave de este trabajo es el desplazamiento de contaminación por metales hacia el norte, porque las masas de agua van en esa dirección” declaró la Dra. Contreras a El Mercurio Valparaíso. “Lo más probable es que estemos frente a una expansión que ahora debemos evidenciar a través de un monitoreo más acotado, analizar la presencia y descargas por parte de empresas y otras fuentes, para tener el panorama completo”.

Creado en 1961, el polígono industrial Puchuncaví–Ventanas, en la bahía de Quintero, es uno de los parques industriales más importantes del país, donde se concentran plantas de energía a carbón, refinerías y fundiciones de cobre, terminales de gas natural, cementeras y otras.

En los últimos años, el complejo se ha hecho conocido por registrar altos niveles de contaminación provocado por sus descargas de petróleo, contaminantes gaseosos y partículas atmosféricas al ambiente, así como la deposición de metales pesados de diversas instalaciones. Estudios previos sobre la contaminación marina en esta zona informaron concentraciones históricas y actuales de metales como aluminio, molibdeno, hierro, cromo, cobre y cinc, en cifras que excedían los límites permitidos por las pautas de calidad internacionales y que a la fecha no han podido ser debidamente reguladas por nuestra normativa ambiental.

Para la Contreras, instrumentos como el Plan de Prevención y Descontaminación promulgado en 2018 para la zona (Decreto 105) son claramente limitados, en tanto “solamente abarca la polución atmosférica, por lo que nunca va a ser un mecanismo completo de reparación. Claramente necesitamos una norma secundaria marina«, explicó.

La investigadora incluso manifestó que, sin normas secundarias, la situación en las áreas aledañas al complejo podría incluso empeorar. «Es como una llave que, a pesar de que le pongas llaves, sigue siempre abierta. Realmente, es un tema muy doloroso, hay muchas agrupaciones locales luchando contra esto. Esperamos que este trabajo científico sea tomado en cuenta por los tomadores de decisiones», señaló.

La situación de las algas

Una de las especies que, según el estudio, se ha visto más afectadas por la alta concentración de metales, son las poblaciones de huiro negro concentradas en los bosques de quelpa (kelp) de la costa central, un ecosistema que proporciona el hábitat de diversas especies marinas, modulando la biodiversidad local y su estructura comunitaria.

El trabajo reveló que la población de algas de Ventanas expuesta crónicamente a la contaminación vio disminuir el tamaño de sus individuos adultos en comparación con las poblaciones de las otras zonas afectadas.

Los resultados indican que es justamente esta localidad la que percibe las consecuencias más negativas de la contaminación para el desarrollo de los individuos de la especie, lo que sugiere un impacto negativo a largo plazo en la estructura comunitaria de estas zonas marinas. Sin embargo, los investigadores advirtieron que la reciente expansión observada a lo largo de la costa central de Chile, pondrá en peligro la salud del ecosistema marino incluso en sitios alejados de la fuente de contaminación.

«El huiro es un alga estructuradora de comunidades, es decir, que alberga y permite el crecimiento de un sinfín de especies animales y otras algas» explicó Contreras. Asimismo, junto con su importancia ecológica, esta alga también encierra una importancia económica para las comunidades de pescadores que viven de su extracción y de la salud de sus poblaciones.


Estudio analizó efectos de la contaminación en poblaciones de huiro negro

Investigadores de la Universidad Andrés Bello y CAPES estudiaron los efectos de la contaminación por metales pesados en las zonas aledañas al parque industrial Bahía Quintero, observando altas concentraciones de cobre y arsénico en lugares tan alegados de su punto de origen como la localidad de Cachagua.

Un estudio de investigadores de la Universidad Andrés Bello, entre quienes se encuentra la bióloga CAPES, Loretto Contreras, determinó la concentración de metales pesados en el agua de mar y sedimentos marinos de tres localidades aledañas al complejo industrial Bahía Quinteros (Ventanas, Horcón y Cachagua), considerada una de las cinco “zonas de sacrificio” existentes en Chile debido a los altos niveles de contaminación que registra.

Asimismo, el equipo investigó la abundancia y características morfológicas de las poblaciones de huiro negro (Lessonia spicata) en estas localidades, en un intento por averiguar los efectos que tiene la contaminación en los ciclos de desarrollo de esta importante alga chilena, natural de las zonas intermareales del centro y sur del país.

Los resultados, publicados en la revista Plos One, incluyeron el hallazgo de altas concentraciones de cobre y arsénico tanto en el agua como en los sedimentos marinos, en un área de extensión que abarcó incluso a las costas de Cachagua, un sitio a menudo considerado libre de contaminación.

Mientras Ventanas y Horcón registraron una abundancia de metales que superó los límites internacionales permitidos, la localidad ubicada en la comuna de Zapallar consigno altas concentraciones de cobre y arsénico en el agua de mar, y de arsénico en sus sedimentos marinos.

«El hallazgo más grave de este trabajo es el desplazamiento de contaminación por metales hacia el norte, porque las masas de agua van en esa dirección” declaró la Dra. Contreras a El Mercurio Valparaíso. “Lo más probable es que estemos frente a una expansión que ahora debemos evidenciar a través de un monitoreo más acotado, analizar la presencia y descargas por parte de empresas y otras fuentes, para tener el panorama completo”.

Creado en 1961, el polígono industrial Puchuncaví–Ventanas, en la bahía de Quintero, es uno de los parques industriales más importantes del país, donde se concentran plantas de energía a carbón, refinerías y fundiciones de cobre, terminales de gas natural, cementeras y otras.

En los últimos años, el complejo se ha hecho conocido por registrar altos niveles de contaminación provocado por sus descargas de petróleo, contaminantes gaseosos y partículas atmosféricas al ambiente, así como la deposición de metales pesados de diversas instalaciones. Estudios previos sobre la contaminación marina en esta zona informaron concentraciones históricas y actuales de metales como aluminio, molibdeno, hierro, cromo, cobre y cinc, en cifras que excedían los límites permitidos por las pautas de calidad internacionales y que a la fecha no han podido ser debidamente reguladas por nuestra normativa ambiental.

Para la Contreras, instrumentos como el Plan de Prevención y Descontaminación promulgado en 2018 para la zona (Decreto 105) son claramente limitados, en tanto “solamente abarca la polución atmosférica, por lo que nunca va a ser un mecanismo completo de reparación. Claramente necesitamos una norma secundaria marina«, explicó.

La investigadora incluso manifestó que, sin normas secundarias, la situación en las áreas aledañas al complejo podría incluso empeorar. «Es como una llave que, a pesar de que le pongas llaves, sigue siempre abierta. Realmente, es un tema muy doloroso, hay muchas agrupaciones locales luchando contra esto. Esperamos que este trabajo científico sea tomado en cuenta por los tomadores de decisiones», señaló.

La situación de las algas

Una de las especies que, según el estudio, se ha visto más afectadas por la alta concentración de metales, son las poblaciones de huiro negro concentradas en los bosques de quelpa (kelp) de la costa central, un ecosistema que proporciona el hábitat de diversas especies marinas, modulando la biodiversidad local y su estructura comunitaria.

El trabajo reveló que la población de algas de Ventanas expuesta crónicamente a la contaminación vio disminuir el tamaño de sus individuos adultos en comparación con las poblaciones de las otras zonas afectadas.

Los resultados indican que es justamente esta localidad la que percibe las consecuencias más negativas de la contaminación para el desarrollo de los individuos de la especie, lo que sugiere un impacto negativo a largo plazo en la estructura comunitaria de estas zonas marinas. Sin embargo, los investigadores advirtieron que la reciente expansión observada a lo largo de la costa central de Chile, pondrá en peligro la salud del ecosistema marino incluso en sitios alejados de la fuente de contaminación.

«El huiro es un alga estructuradora de comunidades, es decir, que alberga y permite el crecimiento de un sinfín de especies animales y otras algas» explicó Contreras. Asimismo, junto con su importancia ecológica, esta alga también encierra una importancia económica para las comunidades de pescadores que viven de su extracción y de la salud de sus poblaciones.


Desafío Retorna: diciendo adiós a los vasos desechables en los campus UC

Ideado y coordinado por la bióloga CAPES, Daniela Mella, el proyecto es una actividad conjunta entre dicho centro y la Escuela de Diseño de la Universidad Católica, y tiene por objetivo el diseño de un servicio de vasos retornables en cafeterías y otros establecimientos comerciales insertados en sistemas de circuito cerrado.

El pasado agosto, de forma telemática, los estudiantes de cuarto año de la carrera de Diseño de la Universidad Católica iniciaron el taller “Creación de nuevos servicios para las personas”, dictado por la profesora de la Escuela de Diseño UC, Paula Wuth. Durante las próximas 12 semanas, los futuros diseñadores deberían trabajar en la ideación y elaboración de uno de dos proyectos orientados al diseño de productos y servicios centrados en las personas, los cuales pondrán a prueba sus conocimientos y capacidades creativas.

Uno de estos proyectos, llamado “Desafío Retorna” tiene por misión el diseño de un servicio de vasos retornables para cafeterías y establecimientos de expendio de bebidas frías y calientes, especialmente en sistemas de circuito cerrado o semi-cerrado como campus o estaciones de metro.

La iniciativa es una idea desarrollada por la bióloga y profesional CAPES, Daniella Mella, en un intento por reducir el consumo de plásticos de un solo uso en dependencias de la Universidad, e idealmente extender la idea a otros espacios de venta de este tipo de envases.

La iniciativa, explica Mella, “nace de la frustración de ver y conocer el impacto que tiene la acumulación de plásticos y otros materiales de un solo uso en el ambiente”, especialmente a nivel de los ecosistemas marinos. “Lo más frustrante de esto es darse cuenta que lo que está sucediendo es consecuencia de pequeños actos cotidianos, como tomarse un jugo con una bombilla, tirar una bolsa plástica o beberse un café en un vaso desechable” comenta.

De ahí su idea de introducir pequeños cambios en la forma en que las personas consumen este tipo de alimentos, partiendo por la relación entre las personas, y su café. Sin embargo, cambiar un comportamiento arraigado en las personas, por minúsculo que parezca, no es tarea fácil. “Son muchos los factores que le impiden a las personas producir estos cambios: hábitos, comodidad, falta de información o de tiempo, desinterés, etc. Cada quien tiene motivaciones diferentes para ir a tomar un café en un determinado momento, y éstas no siempre tienen que ver con el impacto ambiental que generamos. Entonces, ¿cómo hacemos para que tomar la decisión ambientalmente correcta sea también la más cómoda, la más fácil y la más atractiva? De esa pregunta, y de la conversación con distintas personas e instituciones interesadas y expertas en el tema, nació este proyecto y el desafío del que es parte”.

Mella se asoció con profesionales de la Dirección de Sustentabilidad y la Escuela de Diseño de la Universidad Católica para configurar un grupo de trabajo que hiciera factible la creación de este servicio, uno que reemplazase los vasos desechables por recipientes retornables en las cafeterías de la Universidad. De esta colaboración, surgió la idea de convertir este proyecto en un desafío para los estudiantes de Diseño.

Pensando en los consumidores…

Durante el desafío, estos estudiantes trabajarán individual y grupalmente a través de una metodología de diseño que comienza con la “inspiración”, es decir, con entender el contexto en el que se enmarca el proyecto, para luego avanzar en la comprensión de las necesidades de los usuarios y actores claves del servicio a diseñar, y así finalmente proponer soluciones al desafío, testearlas y proyectarlas en una propuesta formal.

Al final del semestre, se espera que cada grupo de trabajo presente una propuesta de prototipo que incluya los aspectos tanto comerciales y de marketing como de usabilidad del producto-servicio. El equipo de Retorna, en conjunto con la Dirección de Sustentabilidad, evaluarán estos prototipos para definir cuál o cuáles se pondrán poner a prueba dentro de la Universidad.

“Desde la perspectiva de CAPES”, explica Mella, “se evaluará cómo las propuestas cumplen con los requisitos de sustentabilidad que se buscan. Esto es, una disminución del impacto ambiental del servicio-producto respecto a las alternativas actuales, a través de todo su ciclo de vida, desde la obtención y uso de materias primas para su fabricación, hasta su disposición final”.

En el camino, sin embargo, los alumnos se encontrarán con las mismas dificultades que anteriormente mencionara la profesional CAPES: “Entre los desafíos más importantes está lograr un producto-servicio que sea económicamente sustentable y competitivo, y cómo a través del diseño puedo asegurar, o al menos aumentar la probabilidad, de que los vasos sean devueltos al sistema y asegurar su circularidad o «retornabilidad». Por último, está el gran desafío de lograr ese cambio de hábito en las personas. Hay diferentes perfiles de consumidores, y no a todos les interesa el impacto ambiental de sus acciones cotidiana. ¿Cómo logramos entonces que esas personas sean también atraídas por esta nueva forma de tomar café o té? Ese es un gran desafío”, plantea.

… y el medio ambiente

Para Mella, la implementación de este tipo de medidas a pequeña y mediana escala puede traer beneficios tanto en el corto como en el largo plazo. “Si pensamos en el contexto universitario, a corto plazo se vería una reducción en la cantidad de desechos que produce la Universidad, trayendo importantes beneficios económicos, pero sobre todo acercándonos a la meta de carbono-neutralidad que la institución se ha puesto para el 2038″.

Esto, debido al impacto positivo que traería deshacerse de un producto que en toda su cadena productiva genera externalidades negativas para el medioambiente, desde el uso (y abuso) de materias primas para su creación hasta la contaminación ambiental que producen por su acumulación en el ambiente. “A mediano y largo plazo, esperamos lograr cambios de hábitos en la comunidad universitaria. Que esto sea el inicio de un cambio de cultura de lo desechable a lo reutilizable” añade Mella.

Y si bien la doctora en Biología Marina hoy está enfocada en poner a prueba estos prototipos dentro de la Universidad, idealmente cambiando los hábitos de la comunidad universitaria en el proceso, la gran metra es poder sacar el servicio “al mundo. “Esperamos que una vez con el prototipo, podamos postular a fondos concursables que nos permitan lograr este objetivo. Probablemente viendo cómo funciona en otras universidades como las de la red de Campus Sustentable, para luego escalar a otros sistemas de circuito cerrado o semi cerrado, como son edificios corporativos, clínicas o aeropuertos”.

El plan más allá de esta primera etapa es ambicioso, pero tanto Mella como las instituciones que la apoyan saben mejor nadie que no existe mejor basura que la que no se produce. O en este caso, bebe.

Desafío Retorna: diciendo adiós a los vasos desechables en los campus UC

Ideado y coordinado por la bióloga CAPES, Daniela Mella, el proyecto es una actividad conjunta entre dicho centro y la Escuela de Diseño de la Universidad Católica, y tiene por objetivo el diseño de un servicio de vasos retornables en cafeterías y otros establecimientos comerciales insertados en sistemas de circuito cerrado.

El pasado agosto, de forma telemática, los estudiantes de cuarto año de la carrera de Diseño de la Universidad Católica iniciaron el taller “Creación de nuevos servicios para las personas”, dictado por la profesora de la Escuela de Diseño UC, Paula Wuth. Durante las próximas 12 semanas, los futuros diseñadores deberían trabajar en la ideación y elaboración de uno de dos proyectos orientados al diseño de productos y servicios centrados en las personas, los cuales pondrán a prueba sus conocimientos y capacidades creativas.

Uno de estos proyectos, llamado “Desafío Retorna” tiene por misión el diseño de un servicio de vasos retornables para cafeterías y establecimientos de expendio de bebidas frías y calientes, especialmente en sistemas de circuito cerrado o semi-cerrado como campus o estaciones de metro.

La iniciativa es una idea desarrollada por la bióloga y profesional CAPES, Daniella Mella, en un intento por reducir el consumo de plásticos de un solo uso en dependencias de la Universidad, e idealmente extender la idea a otros espacios de venta de este tipo de envases.

La iniciativa, explica Mella, “nace de la frustración de ver y conocer el impacto que tiene la acumulación de plásticos y otros materiales de un solo uso en el ambiente”, especialmente a nivel de los ecosistemas marinos. “Lo más frustrante de esto es darse cuenta que lo que está sucediendo es consecuencia de pequeños actos cotidianos, como tomarse un jugo con una bombilla, tirar una bolsa plástica o beberse un café en un vaso desechable” comenta.

De ahí su idea de introducir pequeños cambios en la forma en que las personas consumen este tipo de alimentos, partiendo por la relación entre las personas, y su café. Sin embargo, cambiar un comportamiento arraigado en las personas, por minúsculo que parezca, no es tarea fácil. “Son muchos los factores que le impiden a las personas producir estos cambios: hábitos, comodidad, falta de información o de tiempo, desinterés, etc. Cada quien tiene motivaciones diferentes para ir a tomar un café en un determinado momento, y éstas no siempre tienen que ver con el impacto ambiental que generamos. Entonces, ¿cómo hacemos para que tomar la decisión ambientalmente correcta sea también la más cómoda, la más fácil y la más atractiva? De esa pregunta, y de la conversación con distintas personas e instituciones interesadas y expertas en el tema, nació este proyecto y el desafío del que es parte”.

Mella se asoció con profesionales de la Dirección de Sustentabilidad y la Escuela de Diseño de la Universidad Católica para configurar un grupo de trabajo que hiciera factible la creación de este servicio, uno que reemplazase los vasos desechables por recipientes retornables en las cafeterías de la Universidad. De esta colaboración, surgió la idea de convertir este proyecto en un desafío para los estudiantes de Diseño.

Pensando en los consumidores…

Durante el desafío, estos estudiantes trabajarán individual y grupalmente a través de una metodología de diseño que comienza con la “inspiración”, es decir, con entender el contexto en el que se enmarca el proyecto, para luego avanzar en la comprensión de las necesidades de los usuarios y actores claves del servicio a diseñar, y así finalmente proponer soluciones al desafío, testearlas y proyectarlas en una propuesta formal.

Al final del semestre, se espera que cada grupo de trabajo presente una propuesta de prototipo que incluya los aspectos tanto comerciales y de marketing como de usabilidad del producto-servicio. El equipo de Retorna, en conjunto con la Dirección de Sustentabilidad, evaluarán estos prototipos para definir cuál o cuáles se pondrán poner a prueba dentro de la Universidad.

“Desde la perspectiva de CAPES”, explica Mella, “se evaluará cómo las propuestas cumplen con los requisitos de sustentabilidad que se buscan. Esto es, una disminución del impacto ambiental del servicio-producto respecto a las alternativas actuales, a través de todo su ciclo de vida, desde la obtención y uso de materias primas para su fabricación, hasta su disposición final”.

En el camino, sin embargo, los alumnos se encontrarán con las mismas dificultades que anteriormente mencionara la profesional CAPES: “Entre los desafíos más importantes está lograr un producto-servicio que sea económicamente sustentable y competitivo, y cómo a través del diseño puedo asegurar, o al menos aumentar la probabilidad, de que los vasos sean devueltos al sistema y asegurar su circularidad o «retornabilidad». Por último, está el gran desafío de lograr ese cambio de hábito en las personas. Hay diferentes perfiles de consumidores, y no a todos les interesa el impacto ambiental de sus acciones cotidiana. ¿Cómo logramos entonces que esas personas sean también atraídas por esta nueva forma de tomar café o té? Ese es un gran desafío”, plantea.

… y el medio ambiente

Para Mella, la implementación de este tipo de medidas a pequeña y mediana escala puede traer beneficios tanto en el corto como en el largo plazo. “Si pensamos en el contexto universitario, a corto plazo se vería una reducción en la cantidad de desechos que produce la Universidad, trayendo importantes beneficios económicos, pero sobre todo acercándonos a la meta de carbono-neutralidad que la institución se ha puesto para el 2038″.

Esto, debido al impacto positivo que traería deshacerse de un producto que en toda su cadena productiva genera externalidades negativas para el medioambiente, desde el uso (y abuso) de materias primas para su creación hasta la contaminación ambiental que producen por su acumulación en el ambiente. “A mediano y largo plazo, esperamos lograr cambios de hábitos en la comunidad universitaria. Que esto sea el inicio de un cambio de cultura de lo desechable a lo reutilizable” añade Mella.

Y si bien la doctora en Biología Marina hoy está enfocada en poner a prueba estos prototipos dentro de la Universidad, idealmente cambiando los hábitos de la comunidad universitaria en el proceso, la gran metra es poder sacar el servicio “al mundo. “Esperamos que una vez con el prototipo, podamos postular a fondos concursables que nos permitan lograr este objetivo. Probablemente viendo cómo funciona en otras universidades como las de la red de Campus Sustentable, para luego escalar a otros sistemas de circuito cerrado o semi cerrado, como son edificios corporativos, clínicas o aeropuertos”.

El plan más allá de esta primera etapa es ambicioso, pero tanto Mella como las instituciones que la apoyan saben mejor nadie que no existe mejor basura que la que no se produce. O en este caso, bebe.

Melanie Duclos presenta poster en SETAC 2020

Como la mayoría de los eventos internacionales programados este 2020, la 30° Reunión Anual de la Sociedad Europea de Química y Toxicología Ambiental (SETAC SciCon), a celebrarse originalmente en Dublín, Irlanda, fue reprogramada por razones sanitarias en un formato enteramente digital, mediante una serie de charlas, seminarios y conferencias online que llevaron toda la actividad de la cita a los hogares de académicos e investigadores de todo el mundo.

Aquello no impidió que Melanie Duclos, investigadora asociada CAPES, pudiera ser parte del evento gracias a la presentación en poster de su estudio “Mercury In Feathers of the Andean Condor (Vultur gryphus) From Three Areas of Contrasting Anthropogenic Influence In Chile” (“Mercurio en plumas de cóndor andino proveniente de tres áreas de distinta influencia antropogénica en Chile”), realizada el pasado 6 de mayo vía transmisión en línea.

La exposición, a cargo de otro de sus coautores, el especialista en metales pesados Antonio García Fernández de la Universidad de Murcia, se dio en el marco de una sesión especialmente dedicada a la presentación de trabajos relacionados con contaminantes en aves carroñeras, y como nos cuenta su autora, fue muy bien recibida por los usuarios que “asistieron” a la transmisión: “dado el interés que provocó el poster, éste fue movido a otra sección del evento dedicada a la discusión de los trabajos presentados, lo que habla muy bien de la llegada que tuvo entre el público”, nos cuenta.

El objetivo del estudio exhibido fue determinar qué tipo de impactos antropogénicos locales determinaban los altos niveles de mercurio encontrados en distintos individuos de cóndor en tres zonas con presencia humana a lo largo de Chile. “Entre sus principales resultados”, explica la también Dra. en Medicina de la Conservación de la U. Andrés Bello, “están el de una mayor presencia de estos factores de vulnerabilidad en la zona central del país, aun cuando fueron son los individuos de la zona austral los que mostraron los niveles más alto de mercurio en las plumas. Esto se debe, dedujimos, a la alimentación en base a fuentes marinas de estos cóndores, y la incorporación de metales traídos por transporte atmosférico y oceánico en sus presas”.

Otro de los temas debatidos durante la sesión fue la relación entre los altos niveles de contaminación en fauna y la cercanía de ésta focos de emisión de contaminantes como rellenos sanitarios (fuentes importantes contaminación por mercurio) y relaves mineros.

La 30° Reunión Anual SETAC SciCon se realizó entre el 3 y 7 de mayó y contó con la realización de más 200 ponencias y presentaciones. El tema de esta última versión fue la ciencia abierta para el potenciamiento de una protección ambiental de escala global.

Melanie Duclos presenta poster en SETAC 2020

Como la mayoría de los eventos internacionales programados este 2020, la 30° Reunión Anual de la Sociedad Europea de Química y Toxicología Ambiental (SETAC SciCon), a celebrarse originalmente en Dublín, Irlanda, fue reprogramada por razones sanitarias en un formato enteramente digital, mediante una serie de charlas, seminarios y conferencias online que llevaron toda la actividad de la cita a los hogares de académicos e investigadores de todo el mundo.

Aquello no impidió que Melanie Duclos, investigadora asociada CAPES, pudiera ser parte del evento gracias a la presentación en poster de su estudio “Mercury In Feathers of the Andean Condor (Vultur gryphus) From Three Areas of Contrasting Anthropogenic Influence In Chile” (“Mercurio en plumas de cóndor andino proveniente de tres áreas de distinta influencia antropogénica en Chile”), realizada el pasado 6 de mayo vía transmisión en línea.

La exposición, a cargo de otro de sus coautores, el especialista en metales pesados Antonio García Fernández de la Universidad de Murcia, se dio en el marco de una sesión especialmente dedicada a la presentación de trabajos relacionados con contaminantes en aves carroñeras, y como nos cuenta su autora, fue muy bien recibida por los usuarios que “asistieron” a la transmisión: “dado el interés que provocó el poster, éste fue movido a otra sección del evento dedicada a la discusión de los trabajos presentados, lo que habla muy bien de la llegada que tuvo entre el público”, nos cuenta.

El objetivo del estudio exhibido fue determinar qué tipo de impactos antropogénicos locales determinaban los altos niveles de mercurio encontrados en distintos individuos de cóndor en tres zonas con presencia humana a lo largo de Chile. “Entre sus principales resultados”, explica la también Dra. en Medicina de la Conservación de la U. Andrés Bello, “están el de una mayor presencia de estos factores de vulnerabilidad en la zona central del país, aun cuando fueron son los individuos de la zona austral los que mostraron los niveles más alto de mercurio en las plumas. Esto se debe, dedujimos, a la alimentación en base a fuentes marinas de estos cóndores, y la incorporación de metales traídos por transporte atmosférico y oceánico en sus presas”.

Otro de los temas debatidos durante la sesión fue la relación entre los altos niveles de contaminación en fauna y la cercanía de ésta focos de emisión de contaminantes como rellenos sanitarios (fuentes importantes contaminación por mercurio) y relaves mineros.

La 30° Reunión Anual SETAC SciCon se realizó entre el 3 y 7 de mayó y contó con la realización de más 200 ponencias y presentaciones. El tema de esta última versión fue la ciencia abierta para el potenciamiento de una protección ambiental de escala global.