Fondecyt Regular 2025: un repaso por los proyectos CAPES adjudicados

  • Un récord de 10 proyectos de investigación liderados por integrantes CAPES fueron adjudicados en la versión 2025 de los fondos de ciencia y tecnología que, cada año, entrega la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, para el avance de la ciencia en nuestro país.
  • A estos proyectos se suman otras 17 iniciativas actualmente en curso encabezadas por investigadores de nuestro centro.

10 son los proyectos de investigación CAPES que financiará, entre 2025 y 2029, el Concurso Fondecyt Regular celebrado este año, una cifra récord alcanzada por las y los investigadores de nuestro centro.

Entre los proyectos ganadores, se encuentran iniciativas que buscan predecir cómo el calentamiento global afectará a distintos organismos en diferentes regiones del mundo, cómo las sequías y los incendios forestales afectan la estructura de las comunidades microbianas del suelo, o cómo la propagación pasada y futura de las plagas de insectos en Chile se ve determinada por climas y ambientes cambiantes, y otros.

Adaptación de organismos en un mundo cambiante

Con el proyecto denominado “Comprendiendo la propagación de plagas de insectos en paisajes heterogéneos: evaluaciones empíricas para informar la gestión futura”, el investigador CAPES de línea 4 y académico de la Universidad Austral, Sergio Estay, buscará estimar la importancia relativa de las fuerzas intrínsecas y extrínsecas que determinan la dinámica de propagación pasada y futura de las plagas de insectos en Chile, y utilizar esta información para informar al personal responsable de monitorear y controlar estas plagas en el país. 

Su equipo estará compuesto también por el investigador de la Universidad Santo Tomás, Fabio Labra.

Asimismo, con su proyecto “Rangos amplios de tolerancia en especies introducidas: entendiendo sus mecanismo y consecuencias potenciales”, la investigadora CAPES y académica de la Universidad Andrés Bello, Gisela Stotz, busca estudiar la respuesta frente al cambio climático de otra amenaza para los ecosistemas: las invasiones biológicas. “Este proyecto busca poner a prueba de forma robusta, y ojalá expandir, los marcos conceptuales existentes para identificar factores que impulsan el éxito de especies introducidas, y poder predecir su impacto” cuenta la investigadora. Esta información es relevante para la gestión de estas especies, permitiendo identificar poblaciones que suponen un mayor riesgo de expansión y aquellas que suponen una mayor amenaza para la biodiversidad nativa”.

Su equipo estará integrado también por el investigador de la Universidad de Tarleton State, Ernesto Gianoli.

Otro proyecto enfocado en evaluar las variables (esta vez fisiológicas) involucradas en la adaptación de los organismos a los efectos del cambio climático, es el encabezado por el ecólogo de la Universidad Católica y subdirector de CAPES, Enrico Rezende. Titulado “Tolerancia térmica a lo largo del árbol de la vida e implicancias ecológicas”, el trabajo busca reconstruir la variación de la tolerancia térmica a través de la evolución de los organismos identificando las variables fisiológicas que pueden explicar, parcialmente, la naturaleza de esa variación; analizar cómo esta variación afecta la distribución de diferentes organismos, la estructura de sus comunidades y sus posibles respuestas al calentamiento, y ampliar el marco analítico actual para incluir otros factores de estrés adicionales que puedan afectar la resiliencia de las especies de manera simultánea con el estrés térmico.

“Sigue siendo muy difícil predecir cómo el calentamiento global afectará a las especies y comunidades en diferentes regiones del mundo, en gran parte porque muchos grupos de investigación continúan utilizando enfoques inadecuados” explica el investigador. “Con este proyecto buscamos, por un lado, evaluar el impacto que nuestro propio enfoque tiene en las predicciones climáticas futuras y, por otro, promover su adopción como el estándar de excelencia en el área por parte de otros grupos de investigación”. 

Rezende también será parte de un proyecto Fondecyt liderado por la investigadora de línea 3 y académica, junto a Rezende, de la Facultad de Ciencias Biológicas UC, María Fernanda Pérez, que buscará comprender los efectos de la sequía sobre la resistencia al calor, estrategias funcionales e interacciones subterráneas de especies vegetales en un “hotspot” de biodiversidad: el bosque valdiviano. El equipo de dicho proyecto lo completan las investigadoras Hannetz Roschzttardtz, Aurora Gaxiola y Marcia González.

El impacto de la mega sequía en los ecosistemas

El proyecto de Pérez, sin embargo, no es la única iniciativa CAPES que estudiará los cambios que el declive paulatino de las lluvias ha provocado en los bosques de Chile. Pablo Becerra, investigador de línea 1 CAPES y académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica, liderará el proyecto titulado “Evaluación del efecto de las precipitaciones sobre la composición de especies leñosas en ecosistemas forestales de Chile central para la planificación de restauraciones ecológicas bajo el cambio climático”. Por medio de esta investigación, comenta Becerra, “se espera determinar si se está produciendo un cambio composicional en los bosques de Chile central producto de la reducción de las precipitaciones de los últimos 15 años, intentando establecer en qué medida las precipitaciones influyen en la composición de este sistema boscoso. 

Con el apoyo de la también investigadora CAPES, Isabel Rojas, Becerra también pretende generar un mapa que indique las mejores zonas climáticas para la restauración de diferentes especies leñosas de Chile central.

En la misma línea, el proyecto “Desentrañando el impacto de las perturbaciones provocadas por la sequía en la producción de semillas y calidad de plántulas del bosque esclerófilo para apoyar la restauración climáticamente inteligente” tiene por objetivo evaluar el manejo de la biomasa aérea y el aporte nutricional en la producción y calidad de semillas y plántulas de especies del bosque esclerófilo chileno, considerando distintas trayectorias de recuperación en áreas afectadas por la sequía. “Para ello”, complementa Juan Ovalle, investigador CAPES líder de este equipo de investigación, “se analizará el potencial de producción de semillas, la fenología reproductiva de los árboles semilleros, las respuestas fisiológicas de los árboles madre y su influencia en la germinación, así como la calidad fisiológica y morfológica de las plántulas producidas en vivero”. Todo, en sus palabras, “con el fin de obtener recomendaciones concretas para el manejo de vástagos en árboles semilleros y el desarrollo de técnicas de manejo de semillas y plántulas en vivero para mejorar desempeño bajo condiciones de estrés hídrico”.

El bosque mediterráneo de la zona central de Chile también será el sujeto de estudio del proyecto de la investigadora CAPES y académica de la Universidad de O’Higgins, Claudia Rojas, en este caso, para analizar los efectos combinados de la sequía y los incendios forestales sobre los suelos de este sistema ecológico. Bajo el título “Estructura de la comunidad microbiana del suelo y respuestas funcionales de carbono y nitrógeno a los efectos combinados de la sequía y los incendios en los ecosistemas forestales mediterráneos”, el proyecto busca llenar vacíos importantes sobre cómo las respuestas del suelo y la vegetación interactúan frente a perturbaciones climáticas extremas, con el fin de comprender mejor la resiliencia y el funcionamiento de los ecosistemas mediterráneos frente al cambio climático.

“El estudio permitirá diferenciar entre los efectos individuales y combinados de estas perturbaciones sobre la estructura de la comunidad microbiana del suelo y la funcionalidad de los ciclos biogeoquímicos del carbono y del nitrógeno. Estos conocimientos permitirán identificar los factores que limitan o favorecen la recuperación del suelo después de disturbios extremos” explica Rojas, quien estará acompañada por un destacado equipo interdisciplinario de investigadores.

Interacciones planta-microoorganismo para una agricultura sustentable

Otro proyecto Fondecyt dedicado al estudio de las interacciones entre microorganismos del suelo y las especies vegetales que se benefician de éstos es el de la investigadora de línea 2 y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrea Vega. La investigación, denominada “Desentrañando la interacción del nitrógeno y el fosfato en la nutrición vegetal para modular la respuesta inmune de Solanum lycopersicum contra Botrytis cinerea” espera entender cómo la nutrición de las plantas, específicamente los niveles de los nutrientes nitrógeno y fósforo, influyen en su respuesta defensiva y capacidad para resistir enfermedades como la pudrición gris causada por el hongo Botrytis cinerea.

“Al estudiar diferentes variedades de tomate y plantas silvestres, se espera descubrir mecanismos que permitan mejorar la eficiencia en el uso de fertilizantes, identificando tomates y condiciones de cultivo que las hagan más resistentes” detalla Vega. “Estos resultados”, continúa la microbióloga, “podrían contribuir al desarrollo de una agricultura más sostenible, con menor uso de fertilizantes y químicos, menor impacto ambiental y una producción de alimentos más eficiente”.

Una agricultura más eficiente también es el objetivo de la investigadora principal de línea 2, y colega de Vega en la UAI, María Josefina Poupin. Su proyecto, titulado “Dinámicas ecológicas y diversidad funcional de las interacciones microbianas rizosféricas: impacto en desempeño y adaptación de plantas”, busca comprender cómo las comunidades microbianas de la rizosfera (la zona del suelo influenciada por las raíces) aportan en la adaptación de las plantas al estrés ambiental, explorando cómo la diversidad funcional de estos microorganismos afecta la respuesta de las plantas y cómo estas interacciones impactan el desempeño de ambos organismos.

La investigadora detalla: “a través del uso de Comunidades Microbianas Sintéticas (SynComs) en Arabidopsis thaliana, el estudio evaluará si las  plantas que dependen de microorganismos para tolerar el estrés invierten menos energía que aquellas que utilizan mecanismos propios, y analizará cómo las interacciones entre distintos microorganismos pueden modificar el equilibrio entre costos y beneficios para la planta. Además, se investigará si las cepas microbianas mutualistas tienen mayores probabilidades de ser transmitidas entre generaciones de plantas, lo que permitiría entender mejor la dinámica ecológica y evolutiva de estas relaciones a largo plazo”. En esa empresa la acompañará el también investigador CAPES, Bernardo González, y Moisés Aguilera, de la Facultad de Artes Liberales de la UAI.

Finalmente, y continuando con el sector agrícola, el investigador principal de línea 6 y académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica, Eduardo Arellano, buscará entender cómo el saber de los agricultores acerca del manejo agrícola influye en la salud del suelo, la biodiversidad y la productividad en huertos frutales de la zona central de Chile. A través de un enfoque agroecológico su proyecto “Transición hacia una agricultura sustentable en Chile Central: prácticas agroecológicas y conciencia de los servicios ecosistémicos entre los fruticultores” estudiará las prácticas que ayudan a cuidar el suelo y la biodiversidad en estos espacios, y cómo el grado de conocimiento de los agricultores en estas materias puede ayudar a implementar técnicas y metodologías de manejo. 

“Con este trabajo esperamos identificar acciones que hagan a la agricultura más sustentable y resiliente al cambio climático, aportando además insumos clave para futuras políticas públicas y herramientas de apoyo para quienes trabajan en mejorar la sustentabilidad de los sistemas alimentarios”, complementa Arellano.

Conoce más detalles y avances de estos interesantes proyectos durante los meses venideros, a través de www.capes.cl

Investigadores CAPES se adjudican 7 proyectos Fondecyt en su versión 2024

5 proyectos Fondecyt Regular, un Fondecyt de Iniciación y un Fondecyt de Postgrado fue la cosecha de CAPES en la última edición de los concursos de Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico 2024, otorgados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID.

Los proyectos CAPES adjudicados contarán con un financiamiento máximo de  $57.000.000 en el caso de Fondecyt Regular, y $30.000.000 para los Fondecyt de Postgrado e Iniciación. Sus temáticas abarcan desde la ecofisiología a la microbiología, pasando por el estudio de ecosistemas marinos, urbanos y ribereños.

Los proyectos, que comenzarán a ejecutarse el primer semestre de este año, son los siguientes:


Fondecyt Regular: “Plaguicidas y deshidratación, una doble amenaza: cuantificando la susceptibilidad y las respuestas adaptativas a estresores ambientales combinados en aves paseriformes”

Este proyecto, liderado por el académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, Pablo Sabat (línea 3), investigará la capacidad de respuesta y la vulnerabilidad de una comunidad de especies de aves paseriformes a la exposición simultánea a pesticidas y deshidratación. Integrando enfoques de campo y laboratorio, esta investigación busca desentrañar cómo las aves paseriformes responden a pesticidas y a deshidratación al medir directamente sus rasgos ecológicos y fisiológicos, contribuyendo a nuestra comprensión de la susceptibilidad a los pesticidas en un entorno cambiante.


Fondecyt Regular: “Comparando las preferencias ciudadanas y el estatus socioeconómico como impulsores de diversidad floral en jardines domésticos de la ciudad de Santiago (Chile)”

Encabezado por el investigador de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago de Chile, Sergio Castro, el proyecto evaluará la diversidad florística (taxonómica, funcional y filogenética) en los huertos familiares y aceras adyacentes de residencias pertenecientes a diferentes estratos socioeconómicos de Santiago, junto a las preferencias ciudadanas de los dueños de jardines hacia estas plantas, de modo de cuantificar sus relaciones causales.


Fondecyt Regular: “Revelando la resiliencia de las comunidades marinas ante el Cambio climático actual en el ecosistema de surgencia de Humboldt: un estudio a través de dos décadas de experimentos de campo y modelado”

Esta propuesta aprovecha más de 20 años de estudios de campo, encuestas de monitoreo y experimentos, para evaluar los cambios ocurridos en el ecosistema de surgencia de Humboldt, en las costas de Chile, a raíz del cambio climático, y determinar si los procesos subyacentes que sustentan la resiliencia de las poblaciones y comunidades que allí viven se han visto erosionados por estos cambios. Esto, de modo de proporcionar información que contribuya a la elaboración de planes efectivos de mitigación y adaptación para el futuro cercano. El proyecto es dirigido por el académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica y director de la Estación Costera de Investigaciones Marinas, ECIM, Sergio Navarrete (línea 5).


Fondecyt Regular: “Resiliencia de los medios de vida: redes alimentarias locales en sistemas importantes del patrimonio agrícola del sur de Chile”

Coordinado por el académico de Campus Villarrica UC, Tomás Ibarra (línea 6), el proyecto evaluará la resiliencia de los medios de vida de agricultores de pequeña escala en contextos de crisis socio-ecológicas multi-escalares. Se indagará sobre cómo la conectividad (e.g. centralidad, cohesión, reciprocidad) de agricultores y otros actores locales, junto con distintos procesos socioecológicos multi-escalares, pueden influir en la resiliencia de los medios de vida. Se trabajará junto a campesinos, campesinas y comunidades en los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola (SIIPAN y SIPAM) del sur de América.


Fondecyt Regular: “Rastreando las rutas evolutivas para la aparición de esterasas bacterianas involucradas en la biodegradación de contaminantes emergentes”

La iniciativa busca establecer la trayectoría evolutiva por la cual se originan enzimas bacterianas encargadas de la biodegradación de contaminantes emergentes tales como preservantes y filtros UV. Está encabezada por el académico de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Danilo Pérez-Pantoja (línea 2). 


Fondecyt de Iniciación: “Evaluar la efectividad de buenas prácticas de manejo de hábitats ribereños para mejorar múltiples funciones socioecológicas en cuencas agrícolas”

Ejecutado por la académica de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la Universidad Católica, Isabel Rojas (línea 1), este proyecto busca evaluar las percepciones de los agricultores y la toma de decisiones relacionadas con el manejo y uso del hábitat ribereño para co-producir buenas prácticas de manejo; cuantificar la efectividad de prácticas de manejo del hábitat ribereño, con y sin pastoreo, para proporcionar múltiples funciones socioecológicas utilizando parcelas de campo que estableceremos en las propiedades de los agricultores, y evaluar los costos de implementación y funcionamiento de buenas prácticas, para desarrollar una herramienta espacial que priorice priorizar dónde y qué prácticas de manejo de los hábitats ribereños son más necesarias.


Fondecyt de Postgrado: “Efectos del cambio climático en la fenología reproductiva de aves que nidifican en cavidades en los bosques templados de Sudamérica”

Esta propuesta tiene por objetivo investigar por primera vez en los bosques templados de Chile los posibles efectos que el cambio climático podría tener en la fenología reproductiva de aves que nidifican en cavidades. A cargo de la posdoctorante de la Universidad Católica, Rocío Jara (línea 6), el proyecto analizará los datos de monitoreo de nidos que han sido recolectados durante más de una década por el equipo del Dr. Tomas Ibarra en la Región de la Araucanía.


Les deseamos a todos los investigadores e investigadoras seleccionadas un gran trabajo a cargo de estos proyectos.

Los resultados de todos los proyectos Fondecyt adjudicados están disponibles en el sitio web de ANID.

Fuente: Comunicaciones CAPES

Iniciativa Mosca Científica lanza su segundo video animado

El equipo de comunicación de la ciencia de la iniciativa “Mosca Científica: Experimenta, investiga y ¡vuela!” realizó el lanzamiento de su segundo video animado «Viviendo en un mundo cambiante”, con la participación de estudiantes del colegio Guillermo González Heinrich de Ñuñoa.

La actividad humana que quema combustibles fósiles y libera CO2 a la atmósfera y también al mar, está afectando la vida marina y la terrestre. El rápido aumento de las temperaturas a nivel mundial ha provocado cambios en los ecosistemas, para sobrevivir a la crisis climática las especies se adaptarán o migrarán, las que no lo logren, se extinguirán.

Para estudiar cómo los organismos se están adaptando al cambio climático, científicos y científicas tienen a la Drosophila melanogaster, también llamada mosca de la fruta, un conocido modelo biológico utilizado en distintas disciplinas en todo el mundo. Un grupo de investigación de CAPES está realizando estudios en drosófila para entender cómo los animales pequeños ectotermos, en los que la temperatura corporal depende de la del medio ambiente, resisten altas temperaturas por períodos cortos.

El equipo de comunicación de la ciencia “Mosca Científica”, que trabaja al alero del proyecto Fondecyt 1170017 “Forecasting the impact of climate change in Chilean Drosophilids: Physiological, Ecological and Evolutionary Responses”, liderado por Enrico Rezende, investigador CAPES y académico de la Facultad de Ciencias Biológicas UC, presentó su más reciente video de divulgación científica titulado «Viviendo en un mundo cambiante”. Este proyecto audiovisual busca acercar el fascinante mundo de la ciencia a personas de todas las edades, despertando la curiosidad y el amor por el conocimiento científico.

El lanzamiento oficial se realizó el viernes 25 de agosto de 2023 y junto con la reproducción del video, el 1° medio del colegio Guillermo González Heinrich de Ñuñoa pudo asistir a la entretenida charla «Introducción al modelo de estudio Drosophila melanogaster«, dictada por el profesor de Ciencias Biológicas UC Jorge Campusano, que narró sus investigaciones en neurociencia y cómo se utiliza a la drosófila para estudiar el cerebro.

Luego de la conferencia, los estudiantes pudieron participar en dos actividades, un taller práctico sobre divulgación de la ciencia y el conocimiento, y una visita guiada al Laboratorio de Ecofisiología UC, donde se “crían” las moscas Drosophilas para el estudio de diversos temas, y lugar donde realizaron tres experimentos junto con los científicos y científicas que ahí trabajan, conociendo la ciencia que allí se practica.

Jorge Carrasco, el profesor a cargo del curso, agradeció la oportunidad de “sacar a los estudiantes del colegio y traerlos a un lugar tan amplio, de puro conocimiento, donde hemos sido tratados de la mejor forma posible y los alumnos han participado de cada una de las actividades que se les propusieron”. Algunas impresiones de los y las jóvenes que asistieron fueron: “me gustó mucho la actividad porque siento que me podría alentar para lo que quiero en el futuro”, “la experiencia fue súper linda, las instalaciones me parecieron una locura, nos trataron súper bien y explicaron todo súper bien”, “el experimento de las carreras me sorprendió cómo la luz las afectaba y las atraía”.

Drosophila explica la ciencia

Esta iniciativa, apoyada por CAPES, busca generar material educativo y de divulgación sobre el aporte al conocimiento científico que se ha generado durante décadas utilizando como modelo de estudio a Drosophila. Con una duración de 3 minutos, la animación digital presenta una narrativa que combina elementos educativos y el diseño visual, creados para transmitir conceptos científicos de manera accesible y lúdica.

El equipo Mosca Científica ha trabajado para crear una experiencia visual y sonora que cautiva a los espectadores desde el primer momento. La propuesta abarca una amplia gama de temas científicos desde el prisma de la biología evolutiva. Se exponen las consecuencias de la crisis climática y cómo se puede predecir su efecto sobre algunas especies animales en el futuro.

La pieza audiovisual cuenta con la participación de la ilustradora Elisa María Monsalve (@elisamariamonsalve), el productor musical Matías Orrego (@_matiasmedicen), la locución de Patricio Baeza y la animación digital de Vanessa Acuña (@waspven) junto a Bárbara Muñoz (@nibi_arts).

El legado de Francisco Bozinovic

En los créditos del video aparece una cita en honor al Dr. Francisco Bozinovic Kuscevic, conocido cariñosamente como «Pancho», quien en 2020 recibió el Premio Nacional en Ciencias Naturales por su aporte desarrollando un nuevo paradigma y enfoque científico, integrando fisiología, medioambiente y biogeografía, en un concepto que actualmente se conoce como Biología Integrativa.

Pancho fue uno de los ecólogos más importantes de nuestro país que contribuyó al mejoramiento de la capacidad de predicción de las respuestas de los organismos vivos a las variaciones ambientales de origen natural y antrópico, como por ejemplo las enfermedades emergentes, el clima y la pérdida de hábitat.

En 2021, cuando comenzaban las reuniones para elaborar un nuevo video, el equipo de Mosca Científica se reunió con él para conversar a través de una videoconferencia como se estilaba en aquel momento. Pancho siempre estuvo interesado en relevar la comunicación científica y la vinculación con las comunidades y dejó un importante mensaje: “Debemos pasar de un paradigma de la competencia a uno de la colaboración. Creo que es la forma de que este mundo cambie. No podemos seguir compitiendo (…)”. Para más información sobre Mosca Científica y sus actividades pueden visitar su perfil de Instagram @moscacientífica o contactar con su equipo a través del correo moscacientifica@gmail.com.

Texto y fotos: Comunicaciones CAPES

Microbiomas urbanos: los microorganismos que viven con nosotros

Los microbiomas son el conjunto de microorganismos que interactúan con todos los seres vivos, lo que incluye los lugares construidos y habitados por humanos, en donde estas comunidades microbianas pueden tener efectos benéficos o negativos para nosotros. Bernardo González, investigador principal de CAPES y académico UAI, participa en un proyecto que estudia la relación entre los microorganismos, la vivienda y su entorno.

La Tierra, hasta el momento, es el único planeta que sabemos que alberga vida, y ¡vaya que hay vida! Sólo entre los organismos que podemos ver contamos miles de millones de animales, plantas, invertebrados, hongos, sobre y bajo la superficie del suelo, en el mar y en el aire. Pero esa cantidad aumenta exponencialmente si además contamos a los microorganismos, bacterias, arqueas, protozoos, algas y hongos unicelulares.

La vida establece interrelaciones en todos los niveles, si nos acercamos a mirar con atención, todos los seres vivos tienen asociados un microbioma, o una comunidad de microorganismos que interactúan entre sí y con el hospedero que los alberga, por ejemplo, cada uno de nosotros. Tal vez hayan escuchado hablar sobre la micorriza, la simbiosis entre hongos y las raíces de las plantas, o de la flora (microbiota) intestinal, que son las bacterias que viven en nuestro aparato digestivo, ambos son ejemplos de microbiomas y hay muchísimos más.

Conversamos con Bernardo González, biólogo y bioquímico, profesor titular de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez e investigador principal de la Línea 2 de CAPES, acerca de los microbiomas urbanos con los que convivimos en todas las ciudades, en los espacios públicos y en nuestras casas.

Lo primero que le preguntamos es ¿Qué son los microbiomas, dónde los encontramos y cuál es su importancia para sustentar la vida?

El investigador explica que “los microbiomas son el conjunto de microorganismos que forman parte de los otros (macro)organismos, plantas y animales, incluido el ser humano. Están, entonces, formando parte de todos los seres vivos y, por ello, son fundamentales para la sobrevida, adaptación y evolución de todos los seres vivos”.

Entre las funciones indispensables de los microorganismos están el mantener el ciclo biogeoquímico de los principales elementos necesarios para la sostener la vida, como el nitrógeno, oxígeno, carbono o fósforo, entre otros, y del metabolismo de los gases de efecto invernadero: dióxido de carbono, metano, óxido nítrico y óxido nitroso. Además, gracias al trabajo de las cianobacterias y su fotosíntesis oxigénica (que libera oxígeno), hace 2.300 millones de años lograron comenzar a cambiar las condiciones ambientales del planeta permitiendo la respiración aeróbica y la aparición de vida multicelular compleja.

Microbiomas en las ciudades

Cuando hablamos de microbios, muchos aún los asocian a microorganismos patógenos, es decir, que producen enfermedades, pero la verdad es que estos corresponden a un porcentaje menor de los microorganismos. La gran mayoría de ellos son benéficos para humanos, plantas y animales, e incluso indispensables para la vida, según lo ya expuesto. Pero no sólo están presentes en la naturaleza, también en las ciudades, sus espacios públicos y en nuestras casas. “El microbioma urbano hace referencia al conjunto de microorganismos que están presentes, solos, o en asociación con los macroorganismos, en lo que se llama el espacio construido, casas, lugares de trabajo, escuelas, y un gran etcétera” indica González.

Las y los investigadores comenzaron hace unos años a estudiar los microbiomas de las ciudades, encontrando que cada una posee un perfil microbiano particular y que incluso se podría determinar en qué ciudad vive una persona sólo analizando los microbios de la suela de sus zapatos. Pero ¿qué factores determinan los perfiles microbianos de las ciudades? “Esto está en activo estudio”, menciona Bernardo González, “se sabe que varía mucho dependiendo de cada centro urbano, de su población, tamaño, emplazamiento, tipo de actividad productiva, nivel de ingresos, etc.”, indica además que sólo recientemente se está comenzando a estudiar cómo es el microbioma de Santiago y otras ciudades en Chile.

Los microbiomas urbanos, además, son muy dinámicos y dependen de múltiples factores que pueden provocar cambios en su composición, como, por ejemplo, la aparición de enfermedades nuevas como el Covid. ¿Qué otros agentes modifican las comunidades microbianas de las ciudades?, González menciona algunos como “el cambio climático, la legislación, la actitud cultural, la pandemia, la contaminación, etc.”.

Por supuesto que la composición de este microbioma puede tener efectos en la salud humana, el investigador afirma que “un microbioma bien mantenido protege a la comunidad, sus habitantes, mascotas, plantas”, pero que también existen “hábitos que afectan el microbioma, como la mala ventilación, un mal diseño urbano, la contaminación, malos hábitos de higiene, sobrepoblación, los que están asociados a patologías como las del tipo respiratorio, alergias, enfermedades infecciosas, etc.”.

Microbiomas en los espacios construidos

La importancia del microbioma urbano está siendo destacada hace poco tiempo, así como su monitoreo en las ciudades para apoyar definiciones en políticas públicas y de salud. “En los espacios construidos permite tomar decisiones arquitectónicas y urbanísticas, educar a la población, corregir potenciales fuentes de enfermedades, entre otras acciones”, señala González.

Como parte del proyecto Fondecyt titulado “Nexo Pobreza-Energía-Vivienda: Lineamientos de política pública para abordar la pobreza energética desde la relación con la vivienda en áreas metropolitanas”, liderado por Felipe Encinas, profesor de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos UC, Bernardo González es coinvestigador en el Nexo Microbioma, que estudia la relación entre microorganismos, la vivienda y su entorno desde una perspectiva asociada a la pobreza energética para abordar medidas sanitarias y de diseño habitacional.

La investigación busca avanzar en conocer los factores que determinan el perfil microbiano de un lugar; los agentes que provocan cambios en el microbioma y para ello ya se han realizado mediciones de detección metagenómica total de bacterias, hongos y viruses en viviendas en Renca. Entre los resultados preliminares González menciona que “se conoce mejor las características del microbioma del espacio construido analizado y con ello se puede informar a los residentes sobre el estatus, las condiciones de salud e higiene, las reglas a adoptar para mejorar/mantener un microbioma sano y por ello a sus habitantes bien protegidos. Tener elementos para tomar decisiones sobre remodelaciones y mejoras del espacio construido”.

Como vemos, los microorganismos y los macroorganismos formamos una comunidad dinámica que convive en armonía desde hace millones de años, estos microbiomas se han extendido a las construcciones humanas, ciudades, edificios, plazas, medios de transporte y nuestras casas. Un microbioma sano nos protege y uno deteriorado o afectado por malas condiciones puede exponernos a enfermedades, por lo que es importante conocerlos y aprender cuáles son las prácticas que lo convierten en un aliado de humanos, flora y fauna.

Texto: Comunicaciones CAPES
Créditos fotos: Waag (Foto superior), Bernardo González (imagen central), KC Wong (foto inferior).

Investigadora CAPES obtiene Fondecyt para estudiar dinámica poblacional de conejos

Paola Correa Cuadros, investigadora que acaba de adjudicarse un proyecto Fondecyt postdoctoral 2022, trabajará en 2 líneas de CAPES, combinando el modelamiento de dinámicas poblacionales y la ecología de los procesos de invasión, para identificar los factores causantes del incremento poblacional de los conejos en Chile.

Los conejos son animales carismáticos, percibidos como “tiernos y lindos”, muchas veces escogidos como mascotas para niños y niñas. Sin embargo, en estado silvestre, se han transformado en una plaga difícil de controlar en diversas regiones del país, como Chile central, Tierra del Fuego e islas Juan Fernández, aunque inicialmente fueron vistos como una oportunidad de desarrollo económico a partir del aprovechamiento de su piel y su carne.

El conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) fue introducido en el centro y sur de Chile aproximadamente en 1880 y se encuentra entre las siete especies invasoras que más afectan el ecosistema nacional, generando una pérdida de 3 millones de dólares por año. “La Corporación Nacional Forestal, CONAF, estima que hay 200 millones de conejos que se alimentan de cuatro millones de hectáreas al año, lo que significa el 30% de todos los pastizales en Chile, por lo que esta especie causa grandes daños tanto en los ecosistemas (bosque esclerófilo e islas del Archipiélago Juan Fernández) como en  sistemas productivos (ganadería, cultivos agrícolas y forestales) consumiendo la cobertura vegetal y generando erosión en el suelo por la construcción de sus madrigueras”, según nos cuenta Paola Correa Cuadros, bióloga, ecóloga e investigadora de las líneas 0 y 4 de CAPES, seleccionada con un Fondecyt postdoctoral para estudiar en profundidad esta especie y sus efectos en los ecosistemas.

Ecología y dinámica poblacional del conejo

Aunque el conejo europeo lleva más de 150 años en Chile y está catalogado entre las siete especies invasoras que más afectan el ecosistema, aún se desconocen los mecanismos que desencadenan sus aumentos poblacionales, siendo necesario identificarlos para poder predecir sus brotes y realizar un control eficiente de su población. “Es por esto que el proyecto Fondecyt postdoctoral analizará la dinámica poblacional del conejo europeo en Chile a través de modelos matemáticos y bases de datos de la abundancia de esta especie invasora en la Reserva Nacional Las Chinchillas (Coquimbo, Illapel), junto con variables climáticas (precipitación, humedad, temperatura y evaporación) y su red trófica (competidores y depredadores) para identificar los factores causantes del incremento poblacional de los conejos. Entendiendo cómo es la dinámica poblacional de esta especie y qué factores influyen en su población, se puede tener un panorama más claro en cuanto al tipo de manejo que se debe realizar para controlar a esta especie dañina”, acota la investigadora.

Paola Correa desarrollará este proyecto colaborando en dos líneas de investigación de CAPES, la línea de Dirección y la línea 4, “Dinámicas de población, cambio global y sustentabilidad socio-ecológica”, lideradas por los investigadores principales Fabián Jaksic y Mauricio Lima, respectivamente.  “El laboratorio del Dr. Jaksic cuenta con una vasta experiencia sobre especies invasoras y el estudio de los factores asociados a los procesos de invasión de estas especies y un amplio conocimiento sobre el conejo europeo en Chile. En cuanto al laboratorio del Dr. Lima cuenta con una gran experiencia en el modelamiento de dinámicas poblacionales de especies que aumentan rápida y repentinamente, entendiendo y prediciendo sus dinámicas”, indica Paola acerca del trabajo interdisciplinar que estará realizando.

Cómo mitigar los efectos de las invasiones biológicas

Las especies invasoras son consideradas una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, por lo que reducir sus impactos es imprescindible para la conservación de la biodiversidad. “Los ecosistemas y sistemas productivos sufren daños por la presencia de estas especies invasoras donde la solución es manejarlas mediante agroquímicos u otro tipo de controles, muchas veces sin éxito”, explica la bióloga, “debido a que se olvida que los ecosistemas se encuentran regulados por interacciones entre el clima, las especies invasoras y las demás especies animales y vegetales. La dinámica de poblaciones permite estudiar los cambios poblacionales de las especies invasoras, para comprender su aumento y relaciones con el ambiente, con el fin de predecir sus densidades a futuro y manejarlas eficientemente, para conservar el ecosistema donde habitan”.

Desde el punto de vista de la gestión y manejo de especies invasoras, “esta información es un punto de partida clave para saber cómo podemos manejar al conejo y empezar a acortar las brechas de conocimiento entre la ecología de esta especie y otras disciplinas como la epidemiología o la economía, ya que sabiendo cómo incrementa la densidad y bajo qué condiciones, se puede relacionar con otras dinámicas poblacionales como la de los virus y sus vectores, o saber qué tan propenso es un hábitat para que los conejos proliferen en él”, finaliza la investigadora.

Texto: Comunicaciones CAPES
Créditos imágenes: Juan Riquelme

Fondecyt Regular 2020 adjudica fondos a proyectos CAPES

Una serie de proyectos liderados por investigadores CAPES —cuyos temas van de la resiliencia de la agricultura de pequeña escala a la adaptación de un grupo de aves al calor y sequías extremos— recibieron financiamiento para su ejecución de manos del Concurso Fondecyt Regular 2020.

Se trata de cuatro iniciativas que, junto a otros 552 proyectos a nivel nacional, fueron preseleccionadas por la Agencia Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo (ANID, ex Conicyt) para su ejecución durante los próximos 2 a 4 años.

Fortaleciendo la resiliencia de la pequeña agricultura

Uno de los proyectos adjudicados, denominado “Resiliencia de la agricultura de pequeña escala a través de escalas espaciales: agrobiodiversidad y conocimiento local en sitios importantes del patrimonio agrícola de Chile” será encabezado por el investigador de la línea 6 de CAPES, Tomás Ibarra.

En palabras del ingeniero agrónomo y especialista en sistemas socioecológicos, el proyecto buscará examinar “la capacidad de recuperación de los sistemas agrícolas a pequeña escala y el papel de los filtros socioambientales y las redes de semillas en dos sitios importantes del patrimonio agrícola en el sur de Chile: La Araucanía y Chiloé”.

Estos sitios, nos cuenta Ibarra, han sido designados como hotspots por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pues se trata de paisajes sobresalientes de belleza estética que combinan la agrobiodiversidad y un valioso patrimonio cultural; “sin embargo, estos sitios están amenazados por muchos factores que han resultado en el abandono de las prácticas agrícolas tradicionales y la pérdida de variedades locales” explica.

El estudio tendrá una duración de 4 años, durante los cuales un equipo interdisciplinario de investigadores implementará métodos mixtos —entre los que incluyen observación participativa, entrevistas, inventarios de plantas, ejercicios de conocimiento y manejo, encuestas a agricultores, evaluaciones a escala de paisaje y evaluaciones de redes de semillas— para explorar diversas huertas familiares, esto es, microambientes complejos cercanos al hogar en los que se cultivan plantas útiles y se integran tradicionalmente con un ecosistema circundante más amplio.

“Nuestros resultados se utilizarán para proyectar la distribución de nuestros dos indicadores de resiliencia en escalas espaciales amplias, con implicaciones de política para identificar puntos críticos de agrobiodiversidad para la conservación in situ e in vivo de los recursos fitogenéticos y el conocimiento agrícola local” cuenta Ibarra.

Llenando vacíos de información en la protección de los ecosistemas costeros

El cuidado y gestión de los ecosistemas costeros también tuvo un lugar entre los proyectos seleccionados en esta versión del concurso. De la mano del investigador CAPES de línea 5, Sergio Navarrete, el proyecto “Conservación y gestión espacial marina en Chile central: llenando vacíos de información científica para fomentar la sustentabilidad en los ecosistemas costeros” tendrá por objetivo testear modelos hidrográficos que permitan generar información más precisa sobre distintas variables ambientales y biológicas asociadas a las poblaciones marinas, necesarias para el establecimiento de áreas de manejo y protección del recurso pesquero más eficaces.

Entre los parámetros sobre los que se busca obtener mejor información, están los flujos de dispersión larval de distintas especies-objetivo de la costa central de Chile, así como los patrones “invisibles” de conectividad entre poblaciones. Todo, dentro del modelo de gestión conocido como Planificación Espacial de Zonas Marinas (Marine Spatial Planning).

Asimismo, el proyecto utilizará técnicas moleculares para testear predicciones específicas de tasas de dispersión y estructuras de subpoblación, generadas desde sus propios modelos hidrográficos y algoritmos recientemente desarrollados por Navarrete y su equipo.

Las aves paseriformes versus el cambio climático

Otro de los proyectos preseleccionados, liderado por el investigador de línea 3, Pablo Sabat, pretende estudiar los cambios fisiológicos que el aumento de las temperaturas y la disminución de la disponibilidad de agua provocadas por el cambio climático tienen sobre el orden de aves conocido como paseriformes.

“Estas aves” explica Sabat, “son particularmente susceptibles a los aumentos de temperatura y la aridez extremas, debido a sus rasgos de comportamiento (diurnos) y fisiológicos (tamaño pequeño y altas tasas metabólicas)”.

El proyecto busca responder preguntas tales como en qué medidas las especies paseriformes que viven en los desiertos costeros del norte de Chile mantienen el equilibrio hídrico entre el agua metabólica y el agua de mar preformada; qué diferencias intra e interespecíficas hay en la proporción de agua metabólica con respecto al presupuesto total de agua corporal de estas especies, y cuáles son las consecuencias fisiológicas de la dependencia del agua metabólica para los organismos, entre otras.

Para ello, Sabat y su equipo utilizarán un método cuantitativo que estimar las contribuciones relativas del agua metabólica versus el agua bebida / alimenticia (precipitación o agua de mar) al total de agua corporal, en función de tres isótopos estables de en una muestra de plasma sanguíneo.

“También mediremos varias variables fisiológicas y ecológicas que van desde parámetros bioquímicos (enzimas metabólicas en eritrocitos y estado oxidativo), respuestas orgánicas (tasas metabólicas, pérdidas de agua por evaporación) y uso de recursos marinos versus terrestres mediante análisis de isótopos de carbono y nitrógeno” explica el fisiólogo.

Otros proyectos seleccionados

La versión 2020 de Fondecyt Regular también adjudicó financiamiento a los investigadores de la línea 2 de CAPES, Juan Pablo Pavissich y Danilo Pérez Pantoja. En el caso del primero, como co-investigador del proyecto “Ocurrencia de perclorato y desarrollo de estrategias sustentables de tratamiento de matrices de agua potable complejas, salmueras y resinas de intercambio iónico gastadas”, liderado por el ingeniero ambiental de la Universidad Católica, Ignacio Vargas. Pérez Pantoja, por otra parte, será parte del equipo de investigación a cargo de un proyecto denominado «Hacia cepas más robustas de Escherichia coli para la conversión de biomasa lignocelulósica mediante ingeniería metabólica, incorporando transferencia del potencial de biodesintoxicación alrededor de las comunidades microbiales de lodo residual de pulpas de celulosa».

Asimismo, también fue seleccionado un proyecto encabezado por el investigador asociado CAPES, Alexander Neaman, miembro de la línea 1 del Centro, sobre impactos ambientales de metales y reclamación de suelos.

Revisa aquí la lista completa de proyectos seleccionados.

Fondecyt Regular 2020 adjudica fondos a proyectos CAPES

Una serie de proyectos liderados por investigadores CAPES —cuyos temas van de la resiliencia de la agricultura de pequeña escala a la adaptación de un grupo de aves al calor y sequías extremos— recibieron financiamiento para su ejecución de manos del Concurso Fondecyt Regular 2020.

Se trata de cuatro iniciativas que, junto a otros 552 proyectos a nivel nacional, fueron preseleccionadas por la Agencia Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo (ANID, ex Conicyt) para su ejecución durante los próximos 2 a 4 años.

Fortaleciendo la resiliencia de la pequeña agricultura

Uno de los proyectos adjudicados, denominado “Resiliencia de la agricultura de pequeña escala a través de escalas espaciales: agrobiodiversidad y conocimiento local en sitios importantes del patrimonio agrícola de Chile” será encabezado por el investigador de la línea 6 de CAPES, Tomás Ibarra.

En palabras del ingeniero agrónomo y especialista en sistemas socioecológicos, el proyecto buscará examinar “la capacidad de recuperación de los sistemas agrícolas a pequeña escala y el papel de los filtros socioambientales y las redes de semillas en dos sitios importantes del patrimonio agrícola en el sur de Chile: La Araucanía y Chiloé”.

Estos sitios, nos cuenta Ibarra, han sido designados como hotspots por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pues se trata de paisajes sobresalientes de belleza estética que combinan la agrobiodiversidad y un valioso patrimonio cultural; “sin embargo, estos sitios están amenazados por muchos factores que han resultado en el abandono de las prácticas agrícolas tradicionales y la pérdida de variedades locales” explica.

El estudio tendrá una duración de 4 años, durante los cuales un equipo interdisciplinario de investigadores implementará métodos mixtos —entre los que incluyen observación participativa, entrevistas, inventarios de plantas, ejercicios de conocimiento y manejo, encuestas a agricultores, evaluaciones a escala de paisaje y evaluaciones de redes de semillas— para explorar diversas huertas familiares, esto es, microambientes complejos cercanos al hogar en los que se cultivan plantas útiles y se integran tradicionalmente con un ecosistema circundante más amplio.

“Nuestros resultados se utilizarán para proyectar la distribución de nuestros dos indicadores de resiliencia en escalas espaciales amplias, con implicaciones de política para identificar puntos críticos de agrobiodiversidad para la conservación in situ e in vivo de los recursos fitogenéticos y el conocimiento agrícola local” cuenta Ibarra.

Llenando vacíos de información en la protección de los ecosistemas costeros

El cuidado y gestión de los ecosistemas costeros también tuvo un lugar entre los proyectos seleccionados en esta versión del concurso. De la mano del investigador CAPES de línea 5, Sergio Navarrete, el proyecto “Conservación y gestión espacial marina en Chile central: llenando vacíos de información científica para fomentar la sustentabilidad en los ecosistemas costeros” tendrá por objetivo testear modelos hidrográficos que permitan generar información más precisa sobre distintas variables ambientales y biológicas asociadas a las poblaciones marinas, necesarias para el establecimiento de áreas de manejo y protección del recurso pesquero más eficaces.

Entre los parámetros sobre los que se busca obtener mejor información, están los flujos de dispersión larval de distintas especies-objetivo de la costa central de Chile, así como los patrones “invisibles” de conectividad entre poblaciones. Todo, dentro del modelo de gestión conocido como Planificación Espacial de Zonas Marinas (Marine Spatial Planning).

Asimismo, el proyecto utilizará técnicas moleculares para testear predicciones específicas de tasas de dispersión y estructuras de subpoblación, generadas desde sus propios modelos hidrográficos y algoritmos recientemente desarrollados por Navarrete y su equipo.

Las aves paseriformes versus el cambio climático

Otro de los proyectos preseleccionados, liderado por el investigador de línea 3, Pablo Sabat, pretende estudiar los cambios fisiológicos que el aumento de las temperaturas y la disminución de la disponibilidad de agua provocadas por el cambio climático tienen sobre el orden de aves conocido como paseriformes.

“Estas aves” explica Sabat, “son particularmente susceptibles a los aumentos de temperatura y la aridez extremas, debido a sus rasgos de comportamiento (diurnos) y fisiológicos (tamaño pequeño y altas tasas metabólicas)”.

El proyecto busca responder preguntas tales como en qué medidas las especies paseriformes que viven en los desiertos costeros del norte de Chile mantienen el equilibrio hídrico entre el agua metabólica y el agua de mar preformada; qué diferencias intra e interespecíficas hay en la proporción de agua metabólica con respecto al presupuesto total de agua corporal de estas especies, y cuáles son las consecuencias fisiológicas de la dependencia del agua metabólica para los organismos, entre otras.

Para ello, Sabat y su equipo utilizarán un método cuantitativo que estimar las contribuciones relativas del agua metabólica versus el agua bebida / alimenticia (precipitación o agua de mar) al total de agua corporal, en función de tres isótopos estables de en una muestra de plasma sanguíneo.

“También mediremos varias variables fisiológicas y ecológicas que van desde parámetros bioquímicos (enzimas metabólicas en eritrocitos y estado oxidativo), respuestas orgánicas (tasas metabólicas, pérdidas de agua por evaporación) y uso de recursos marinos versus terrestres mediante análisis de isótopos de carbono y nitrógeno” explica el fisiólogo.

Otros proyectos seleccionados

La versión 2020 de Fondecyt Regular también adjudicó financiamiento a los investigadores de la línea 2 de CAPES, Juan Pablo Pavissich y Danilo Pérez Pantoja. En el caso del primero, como co-investigador del proyecto “Ocurrencia de perclorato y desarrollo de estrategias sustentables de tratamiento de matrices de agua potable complejas, salmueras y resinas de intercambio iónico gastadas”, liderado por el ingeniero ambiental de la Universidad Católica, Ignacio Vargas. Pérez Pantoja, por otra parte, será parte del equipo de investigación a cargo de un proyecto denominado «Hacia cepas más robustas de Escherichia coli para la conversión de biomasa lignocelulósica mediante ingeniería metabólica, incorporando transferencia del potencial de biodesintoxicación alrededor de las comunidades microbiales de lodo residual de pulpas de celulosa».

Asimismo, también fue seleccionado un proyecto encabezado por el investigador asociado CAPES, Alexander Neaman, miembro de la línea 1 del Centro, sobre impactos ambientales de metales y reclamación de suelos.

Revisa aquí la lista completa de proyectos seleccionados.

Nuevo proyecto Fondecyt de Iniciación para CAPES

Juan Francisco Ovalle (a la derecha en la foto), ecofisiólogo de bosques y miembro de la línea 1 de CAPES, fue uno de los dos investigadores del Centro que obtuvieron el pasado octubre financiamiento para la ejecución de un proyecto de investigación de la mano del programa Fondecyt de Iniciación 2019.

El proyecto seleccionado busca estudiar cómo la variación latitudinal afecta los rasgos funcionales de semillas y plántulas de especies arbóreas nativas, las cuales podrían verse afectados por los cambios en patrones de precipitaciones y temperaturas máximas en la zona central de Chile.

Para llevarlo a cabo, el también ingeniero agrónomo de la Universidad de Concepción usará material genético de dos conocidos habitantes de estos cada vez más inclementes parajes: el peumo (Cryptocarya alba) y el boldo (Peumus boldus), provenientes de poblaciones contrastantes (Coquimbo a la Araucanía). “Estas especies”, cuenta Ovalle, “fueron seleccionadas porque sus poblaciones septentrionales son susceptibles al cambio climático y son especies de uso común en programas de restauración ecológica en la zona central de Chile”.

Mediante jardines comunes y plantaciones recíprocas, el estudio busca identificar rasgos de eficiencia de uso de nutrientes y agua mediante la caracterización de variables morfológicas y fisiológicas a nivel de semilla y planta, bajo diferentes condiciones de disponibilidad hídrica.

Consultado sobre cómo se inserta este nuevo proyecto en su trabajo, el investigador explica: “este desafío significa introducirme en un área de estudio nueva para mí, pero a la vez muy complementaria, que es la selección de especies nativas para restauración basado en el conocimiento ecológico y fisiológico de las semillas. El origen y ubicación de los árboles productores de semillas, los mecanismos de germinación, latencia y características morfológicas de las semillas me permitirán entender de forma más integral por qué los atributos de calidad de planta de vivero son determinantes para la sobrevivencia y el crecimiento de las plantas bajo condiciones de baja disponibilidad hídrica en campo”.

En opinión de Ovalle, este conocimiento es básico para desarrollar una correcta planificación y monitoreo de programas de restauración ecológica basado en el enfoque de migración asistida.

El proyecto, afirma, contribuirá a mejorar las prescripciones para la restauración del bosque y matorral esclerófilo en la zona central de Chile. “Específicamente, se obtendrá información para la correcta elección de zonas de colecta de semillas e información sobre los rasgos funcionales que determinan una mejor eficiencia en el uso de nutrientes del suelo y uso de agua para reforestaciones en zonas con déficit hídrico” concluye.

Los proyectos financiados por el programa Fondecyt de Iniciación tienen una duración de tres años.

Nuevo proyecto Fondecyt de Iniciación para CAPES

Juan Francisco Ovalle (a la derecha en la foto), ecofisiólogo de bosques y miembro de la línea 1 de CAPES, fue uno de los dos investigadores del Centro que obtuvieron el pasado octubre financiamiento para la ejecución de un proyecto de investigación de la mano del programa Fondecyt de Iniciación 2019.

El proyecto seleccionado busca estudiar cómo la variación latitudinal afecta los rasgos funcionales de semillas y plántulas de especies arbóreas nativas, las cuales podrían verse afectados por los cambios en patrones de precipitaciones y temperaturas máximas en la zona central de Chile.

Para llevarlo a cabo, el también ingeniero agrónomo de la Universidad de Concepción usará material genético de dos conocidos habitantes de estos cada vez más inclementes parajes: el peumo (Cryptocarya alba) y el boldo (Peumus boldus), provenientes de poblaciones contrastantes (Coquimbo a la Araucanía). “Estas especies”, cuenta Ovalle, “fueron seleccionadas porque sus poblaciones septentrionales son susceptibles al cambio climático y son especies de uso común en programas de restauración ecológica en la zona central de Chile”.

Mediante jardines comunes y plantaciones recíprocas, el estudio busca identificar rasgos de eficiencia de uso de nutrientes y agua mediante la caracterización de variables morfológicas y fisiológicas a nivel de semilla y planta, bajo diferentes condiciones de disponibilidad hídrica.

Consultado sobre cómo se inserta este nuevo proyecto en su trabajo, el investigador explica: “este desafío significa introducirme en un área de estudio nueva para mí, pero a la vez muy complementaria, que es la selección de especies nativas para restauración basado en el conocimiento ecológico y fisiológico de las semillas. El origen y ubicación de los árboles productores de semillas, los mecanismos de germinación, latencia y características morfológicas de las semillas me permitirán entender de forma más integral por qué los atributos de calidad de planta de vivero son determinantes para la sobrevivencia y el crecimiento de las plantas bajo condiciones de baja disponibilidad hídrica en campo”.

En opinión de Ovalle, este conocimiento es básico para desarrollar una correcta planificación y monitoreo de programas de restauración ecológica basado en el enfoque de migración asistida.

El proyecto, afirma, contribuirá a mejorar las prescripciones para la restauración del bosque y matorral esclerófilo en la zona central de Chile. “Específicamente, se obtendrá información para la correcta elección de zonas de colecta de semillas e información sobre los rasgos funcionales que determinan una mejor eficiencia en el uso de nutrientes del suelo y uso de agua para reforestaciones en zonas con déficit hídrico” concluye.

Los proyectos financiados por el programa Fondecyt de Iniciación tienen una duración de tres años.