Profesionales y estudiantes se sumergieron en el bosque patagónico para aprender de restauración

El grupo de interesados llegó hasta la comuna de Hualaihué, región de Los Lagos, para perfeccionarse en el uso herramientas de planificación y evaluación de proyectos de restauración de ecosistemas forestales. La tercera versión de este curso, de una semana de duración, contó con la presencia de profesionales provenientes del sector público y privado.

Al sur de Puerto Montt, a unas 2 horas de viaje en bus, embarcación y automóvil, se ubica la comuna de Hualaihué, en la región de Los Lagos. Como todos los años, es esta localidad, puerta norte de la carretera austral, el lugar de encuentro del curso “Metodologías de Restauración de Bosques”, donde 20 profesionales y estudiantes de postgrado se reunieron para profundizar sus conocimientos en el uso de metodologías de restauración de ecosistemas.

El propósito del curso, creado en 2023, es aprender a diseñar proyectos de restauración ecológica integrando aspectos sociales, económicos y ambientales, en un entorno único de gran valor natural. Todo, con el objeto de generar competencias profesionales para la correcta toma de decisiones durante el desarrollo de este tipo de proyectos, específicamente en sus fases de diagnóstico, planificación y diseño, implementación, monitoreo y evaluación de las acciones restaurativas.

¿Por qué estudiar este curso? “Este programa, que celebra su tercera versión, trata de preparar a profesionales y estudiantes de postgrado a diseñar y ejecutar planes de restauración, siguiendo una secuencia lógica de etapas claves para planificar, diseñar, diagnosticar y monitorear adecuadamente, elementos que carecen algunas iniciativas de restauración actuales”, explicó Juan Ovalle, académico de la Universidad de Chile, investigador del Centro de Ecología y Sustentabilidad, CAPES, y uno de los organizadores de la iniciativa.

El encuentro fue organizado por la Fundación San Ignacio del Huinay (en el marco del Huinay Seasonal School), en colaboración con la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile y el Instituto Forestal (INFOR).

Conocimiento in situ

El curso combinó clases teóricas con trabajo en terreno, donde las y los participantes aprendieron a diagnosticar el estado de degradación de los bosques, priorizar elementos ecosistémicos a restaurar y diseñar estrategias de revegetación con especies nativas. 

Uno de los asistentes a esta versión del curso, el ingeniero forestal y especialista en la Gerencia Corporativa de Medio Ambiente de Codelco, Juan Pablo Ahumada, valoró los contenidos del curso, asegurando que este “nos ha dado herramientas que permiten a dar un enfoque distinto a lo que nuestra empresa, por ejemplo, viene haciendo actualmente para cumplir con sus compromisos forestales, ya sea desde el asegurar un cumplimiento de proyectos o la optimización de recursos”.

Por su parte, Sofía Herrera, encargada de Vinculación y Transferencia de CAPES, destacó la pertinencia de la actividad en los tiempos que corren: “este curso me ha entregado un amplio abanico de distintas estrategias de restauración de bosques, siempre regresando al origen de cuál es el objetivo del proyecto; si es realista; contemplando la variable del cambio climático. Es un curso que da una mirada al pasado para ver los regímenes de perturbación, pero permitiendo mirar al futuro para ver la resiliencia de los ecosistemas que se pueden restaurar”.

Como parte del entrenamiento in situ que cada año los organizadores esperan que entregue el curso, las y los asistentes también pudieron recorrer parte del terreno de la Fundación San Ignacio del Huinay, el cual se inserta en el corazón del bosque patagónico.

“Huinay representa un emblema de los bosques templados del sur de Chile, donde confluyen el bosque siempreverde valdiviano con el bosque norpatagónico, lo cual lo hace un lugar de gran interés. También representa el centro de una de las destrucciones más icónicas del último siglo, que es la destrucción de los bosques de alerces, permitiendo estudiar hacia el pasado para analizar los procesos de la destrucción de este especie en categoría de conservación y su impacto en el paisaje” explica Jan Bannister, investigador del Laboratorio de Bosques Insulares de INFOR y otro de los organizadores del curso.

El programa se dicta desde el año 2023 gracias al apoyo de la academia, empresas y sector  público. Una de las empresas que apoya el curso es Arauco, cuyos representantes también tuvieron algo que decir sobre las sinergias positivas entre la academia y el sector privado. “Auspiciamos esta iniciativa pues nos parece relevante para dar mayor soporte a los programas de restauración en el territorio, por lo que nos parece crítica su realización”, explicó el Subgerente de Medioambiente y valor social de la institución, Guillermo Olmedo.

Más de 5.000 personas asistieron a la Feria “Maestra Naturaleza” en el centro de Santiago

La actividad, totalmente gratuita, se realizó el viernes 23 de mayo en la plaza central del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) y contó con 15 stands interactivos que incluyeron instancias como carreras de moscas y baños de bosque, además de talleres que acercaron la ciencia y la ecología a la ciudadanía. Asimismo, en la inauguración participaron autoridades de gobierno, académicas y del sector privado.

Con una asistencia masiva que superó las 5.000 personas, la feria “Maestra Naturaleza”, organizada por el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES UC), cerró exitosamente su primera edición el pasado viernes 23 de mayo. La actividad se desarrolló en la plaza central del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), en Santiago, y ofreció una experiencia educativa y sensorial única para todo público, combinando ciencia, ecología y vinculación con la comunidad.

Durante toda la jornada, los visitantes pudieron recorrer 15 stands interactivos, participar en talleres, charlas, experiencias inmersivas como baños de bosque, e incluso ser parte de verdaderas “carreras de moscas”, todo con un enfoque educativo y lúdico que buscó acercar el conocimiento científico a niñas, niños, jóvenes y adultos.

La inauguración de la feria contó con la participación de autoridades de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), de la Pontificia Universidad Católica de Chile, de la actual SEREMI de Medio Ambiente Sonia Reyes, y de las y los investigadores del centro. Además, asistieron a la ceremonia representantes de diversas instituciones gubernamentales, académicas y privadas que colaboran con el CAPES, como Anglo American Chile.

“Quedamos muy contentos y contentas con cómo fue recibida la feria. Llegaron cursos completos de colegios, jóvenes, niños y niñas, personas adultas mayores, un sin fin de público. Todo el día tuvimos presencia de personas visitando los stand, participando de las charlas e interactuando con las carreras de moscas, los polinizadores urbanos, las lombrices de tierra, las pinturas hechas con distintos suelos, los baños de bosque y muchas más actividades que realizamos en la feria. Nuestras expectativas están superadas”, explicó la directora del CAPES, Rosanna Ginocchio. 

El CAPES como referente nacional

Durante la inauguración, la directora de Investigación de la UC, María Elena Boisier, relevó el valor de este tipo de iniciativas para la sociedad: “El CAPES ya tiene más de 10 años y sus logros dan cuenta de la importancia de estos instrumentos de largo plazo, como los centros basales. La investigación no se resuelve en un par de años con algo de recurso, sino que con una perseverancia en el tiempo, que es lo que demuestran estos instrumentos y por eso el éxito y los resultados que ha tenido este centro”.

“Esta feria es un ejemplo de una actividad gratuita y abierta a la ciudadanía que busca compartir parte del conocimiento generado por las y los investigadores. Creemos que esta actividad ayudará a relevar los temas medioambientales y cómo desde un centro como CAPES, a través de la investigación, se aporta a la resolución de problemas socioambientales que no solo afectan a Chile, sino que al mundo entero”, agregó la autoridad UC

Por su parte, la subdirectora de centros de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, Nicole Ehrenfeld, valoró el rol del CAPES como referente nacional en el ámbito de la socioecología: “Es un honor estar aquí celebrando los 10 años del CAPES. Este centro ha sido, sin duda, un referente en lo que es la investigación en socioecología a nivel nacional. Felicito sus logros, que no son fáciles de alcanzar. Como centro de excelencia basal, enfrenta grandes desafíos: generar ciencia de frontera, producir publicaciones de impacto, vincularse con otros sectores de la sociedad y, sobre todo, democratizar el acceso a la ciencia, y esta feria es un claro ejemplo de este último punto”.

“El financiamiento basal no se trata solo de hacer ciencia, sino de generar sinergias, de lograr metas que van más allá de lo que podríamos alcanzar individualmente. La única forma de avanzar es trabajando de forma inter y transdisciplinaria”, concluyó Ehrenfeld en sus discursos en la ceremonia de inauguración de la feria “Maestra Naturaleza”.

La feria “Maestra Naturaleza” fue parte de las celebraciones del Día Mundial de la Biodiversidad y de la conmemoración de los 10 años del CAPES, centro basal financiado por ANID y basado en la Pontificia Universidad Católica de Chile. La jornada también contó con el apoyo de los medios asociados Radio Cooperativa Ciencia, Ladera Sur y Raíz Bienestar.

Columna CAPES «Niñas en las TIC: Cerrando la brecha de participación en la era digital»

Compartimos con ustedes la columna de opinión de la investigadora CAPES y Vicedecana Académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de Universidad Adolfo Ibáñez, María Josefina Poupin, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Niñas en las TIC.

Profesora María Josefina Poupin, investigadora CAPES y académica UAI.

Cada cuarto jueves de abril se conmemora el Día Internacional de las Niñas en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Más que una fecha simbólica, es una oportunidad para hacer algo esencial: lograr que más niñas se imaginen, de forma real y concreta, como protagonistas de la revolución tecnológica que necesitamos para enfrentar los desafíos de hoy y del futuro.

Aun cuando hemos avanzado, la participación femenina en tecnología sigue siendo baja. Según ONU Mujeres, solo el 27% de la matrícula en TIC y el 28% en ingeniería corresponde a mujeres. En Chile, de acuerdo con datos del Ministerio de Educación, apenas un 22% de las mujeres que ingresaron a la educación superior en 2024 eligieron carreras científicas o tecnológicas. Esta brecha también se refleja en el mundo académico: donde cerca del 40% de las publicaciones científicas en el país tienen autoría femenina, y la participación de mujeres en patentes de invención sigue siendo limitada.

Estas brechas tienen efectos que van más allá de la representación. Limitan el desarrollo del país y restringen el acceso a talento clave para la innovación. Por eso, no sorprende que el Estudio Económico de la OCDE: Chile 2025, haya identificado la equidad de género en el mercado laboral como uno de los cuatro pilares esenciales para fomentar el crecimiento económico. Invertir en la participación plena de las mujeres —especialmente en sectores estratégicos como la tecnología— no es solo lo correcto: es lo necesario para avanzar hacia un país más innovador, inclusivo y resiliente.

El desafío no es solo cerrar brechas, sino abrir posibilidades. Limitar el acceso de niñas y jóvenes a estos espacios implica tomar decisiones con menos diversidad de enfoques, lo que afecta directamente la calidad de las soluciones tecnológicas que desarrollamos como sociedad. En campos como la inteligencia artificial, ciencia de datos o ciberseguridad, la homogeneidad puede traducirse en sesgos que perjudican a toda la población. Por el contrario, los equipos diversos han demostrado ser más creativos, adaptables y eficaces.

En este contexto, iniciativas como el Día Internacional de las Niñas en las TIC cumplen un rol clave. No solo visibilizan la brecha, sino que ofrecen experiencias concretas para que niñas y jóvenes exploren caminos como la programación, la robótica o el análisis de datos. Necesitamos abrir más espacios donde ellas puedan imaginarse creando soluciones, liderando proyectos y siendo parte activa de los equipos que diseñan el futuro.

A pesar de los avances, el contexto sigue siendo desafiante. En algunos lugares del mundo han ganado fuerza discursos que buscan retroceder en políticas de igualdad de género, debilitando su respaldo ciudadano. Aunque en Chile los niveles de rechazo son menores, no podemos dar por sentados los logros alcanzados. La inclusión exige constancia, voluntad política y colaboración transversal.

La revolución digital ya está en marcha. Lo que definirá su impacto será cuán capaces seamos de convocar todas las ideas, todas las miradas y todo el talento disponible. Y eso comienza por invitar, con convicción, a todas las niñas a imaginar —y construir— el futuro como protagonistas del desarrollo tecnológico.

Fondecyt Regular 2025: un repaso por los proyectos CAPES adjudicados

  • Un récord de 10 proyectos de investigación liderados por integrantes CAPES fueron adjudicados en la versión 2025 de los fondos de ciencia y tecnología que, cada año, entrega la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, para el avance de la ciencia en nuestro país.
  • A estos proyectos se suman otras 17 iniciativas actualmente en curso encabezadas por investigadores de nuestro centro.

10 son los proyectos de investigación CAPES que financiará, entre 2025 y 2029, el Concurso Fondecyt Regular celebrado este año, una cifra récord alcanzada por las y los investigadores de nuestro centro.

Entre los proyectos ganadores, se encuentran iniciativas que buscan predecir cómo el calentamiento global afectará a distintos organismos en diferentes regiones del mundo, cómo las sequías y los incendios forestales afectan la estructura de las comunidades microbianas del suelo, o cómo la propagación pasada y futura de las plagas de insectos en Chile se ve determinada por climas y ambientes cambiantes, y otros.

Adaptación de organismos en un mundo cambiante

Con el proyecto denominado “Comprendiendo la propagación de plagas de insectos en paisajes heterogéneos: evaluaciones empíricas para informar la gestión futura”, el investigador CAPES de línea 4 y académico de la Universidad Austral, Sergio Estay, buscará estimar la importancia relativa de las fuerzas intrínsecas y extrínsecas que determinan la dinámica de propagación pasada y futura de las plagas de insectos en Chile, y utilizar esta información para informar al personal responsable de monitorear y controlar estas plagas en el país. 

Su equipo estará compuesto también por el investigador de la Universidad Santo Tomás, Fabio Labra.

Asimismo, con su proyecto “Rangos amplios de tolerancia en especies introducidas: entendiendo sus mecanismo y consecuencias potenciales”, la investigadora CAPES y académica de la Universidad Andrés Bello, Gisela Stotz, busca estudiar la respuesta frente al cambio climático de otra amenaza para los ecosistemas: las invasiones biológicas. “Este proyecto busca poner a prueba de forma robusta, y ojalá expandir, los marcos conceptuales existentes para identificar factores que impulsan el éxito de especies introducidas, y poder predecir su impacto” cuenta la investigadora. Esta información es relevante para la gestión de estas especies, permitiendo identificar poblaciones que suponen un mayor riesgo de expansión y aquellas que suponen una mayor amenaza para la biodiversidad nativa”.

Su equipo estará integrado también por el investigador de la Universidad de Tarleton State, Ernesto Gianoli.

Otro proyecto enfocado en evaluar las variables (esta vez fisiológicas) involucradas en la adaptación de los organismos a los efectos del cambio climático, es el encabezado por el ecólogo de la Universidad Católica y subdirector de CAPES, Enrico Rezende. Titulado “Tolerancia térmica a lo largo del árbol de la vida e implicancias ecológicas”, el trabajo busca reconstruir la variación de la tolerancia térmica a través de la evolución de los organismos identificando las variables fisiológicas que pueden explicar, parcialmente, la naturaleza de esa variación; analizar cómo esta variación afecta la distribución de diferentes organismos, la estructura de sus comunidades y sus posibles respuestas al calentamiento, y ampliar el marco analítico actual para incluir otros factores de estrés adicionales que puedan afectar la resiliencia de las especies de manera simultánea con el estrés térmico.

“Sigue siendo muy difícil predecir cómo el calentamiento global afectará a las especies y comunidades en diferentes regiones del mundo, en gran parte porque muchos grupos de investigación continúan utilizando enfoques inadecuados” explica el investigador. “Con este proyecto buscamos, por un lado, evaluar el impacto que nuestro propio enfoque tiene en las predicciones climáticas futuras y, por otro, promover su adopción como el estándar de excelencia en el área por parte de otros grupos de investigación”. 

Rezende también será parte de un proyecto Fondecyt liderado por la investigadora de línea 3 y académica, junto a Rezende, de la Facultad de Ciencias Biológicas UC, María Fernanda Pérez, que buscará comprender los efectos de la sequía sobre la resistencia al calor, estrategias funcionales e interacciones subterráneas de especies vegetales en un “hotspot” de biodiversidad: el ecosistema mediterráneo de la zona central de Chile. El equipo de dicho proyecto lo completan las investigadoras Hannetz Roschzttardtz, Aurora Gaxiola y Marcia González.

El impacto de la mega sequía en los ecosistemas

El proyecto de Pérez, sin embargo, no es la única iniciativa CAPES que estudiará los cambios que el declive paulatino de las lluvias ha provocado en los bosques de Chile. Pablo Becerra, investigador de línea 1 CAPES y académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica, liderará el proyecto titulado “Evaluación del efecto de las precipitaciones sobre la composición de especies leñosas en ecosistemas forestales de Chile central para la planificación de restauraciones ecológicas bajo el cambio climático”. Por medio de esta investigación, comenta Becerra, “se espera determinar si se está produciendo un cambio composicional en los bosques de Chile central producto de la reducción de las precipitaciones de los últimos 15 años, intentando establecer en qué medida las precipitaciones influyen en la composición de este sistema boscoso. 

Con el apoyo de la también investigadora CAPES, Isabel Rojas, Becerra también pretende generar un mapa que indique las mejores zonas climáticas para la restauración de diferentes especies leñosas de Chile central.

En la misma línea, el proyecto “Desentrañando el impacto de las perturbaciones provocadas por la sequía en la producción de semillas y calidad de plántulas del bosque esclerófilo para apoyar la restauración climáticamente inteligente” tiene por objetivo evaluar el manejo de la biomasa aérea y el aporte nutricional en la producción y calidad de semillas y plántulas de especies del bosque esclerófilo chileno, considerando distintas trayectorias de recuperación en áreas afectadas por la sequía. “Para ello”, complementa Juan Ovalle, investigador CAPES líder de este equipo de investigación, “se analizará el potencial de producción de semillas, la fenología reproductiva de los árboles semilleros, las respuestas fisiológicas de los árboles madre y su influencia en la germinación, así como la calidad fisiológica y morfológica de las plántulas producidas en vivero”. Todo, en sus palabras, “con el fin de obtener recomendaciones concretas para el manejo de vástagos en árboles semilleros y el desarrollo de técnicas de manejo de semillas y plántulas en vivero para mejorar desempeño bajo condiciones de estrés hídrico”.

El bosque mediterráneo de la zona central de Chile también será el sujeto de estudio del proyecto de la investigadora CAPES y académica de la Universidad de O’Higgins, Claudia Rojas, en este caso, para analizar los efectos combinados de la sequía y los incendios forestales sobre los suelos de este sistema ecológico. Bajo el título “Estructura de la comunidad microbiana del suelo y respuestas funcionales de carbono y nitrógeno a los efectos combinados de la sequía y los incendios en los ecosistemas forestales mediterráneos”, el proyecto busca llenar vacíos importantes sobre cómo las respuestas del suelo y la vegetación interactúan frente a perturbaciones climáticas extremas, con el fin de comprender mejor la resiliencia y el funcionamiento de los ecosistemas mediterráneos frente al cambio climático.

“El estudio permitirá diferenciar entre los efectos individuales y combinados de estas perturbaciones sobre la estructura de la comunidad microbiana del suelo y la funcionalidad de los ciclos biogeoquímicos del carbono y del nitrógeno. Estos conocimientos permitirán identificar los factores que limitan o favorecen la recuperación del suelo después de disturbios extremos” explica Rojas, quien estará acompañada por un destacado equipo interdisciplinario de investigadores.

Interacciones planta-microoorganismo para una agricultura sustentable

Otro proyecto Fondecyt dedicado al estudio de las interacciones entre microorganismos del suelo y las especies vegetales que se benefician de éstos es el de la investigadora de línea 2 y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrea Vega. La investigación, denominada “Desentrañando la interacción del nitrógeno y el fosfato en la nutrición vegetal para modular la respuesta inmune de Solanum lycopersicum contra Botrytis cinerea” espera entender cómo la nutrición de las plantas, específicamente los niveles de los nutrientes nitrógeno y fósforo, influyen en su respuesta defensiva y capacidad para resistir enfermedades como la pudrición gris causada por el hongo Botrytis cinerea.

“Al estudiar diferentes variedades de tomate y plantas silvestres, se espera descubrir mecanismos que permitan mejorar la eficiencia en el uso de fertilizantes, identificando tomates y condiciones de cultivo que las hagan más resistentes” detalla Vega. “Estos resultados”, continúa la microbióloga, “podrían contribuir al desarrollo de una agricultura más sostenible, con menor uso de fertilizantes y químicos, menor impacto ambiental y una producción de alimentos más eficiente”.

Una agricultura más eficiente también es el objetivo de la investigadora principal de línea 2, y colega de Vega en la UAI, María Josefina Poupin. Su proyecto, titulado “Dinámicas ecológicas y diversidad funcional de las interacciones microbianas rizosféricas: impacto en desempeño y adaptación de plantas”, busca comprender cómo las comunidades microbianas de la rizosfera (la zona del suelo influenciada por las raíces) aportan en la adaptación de las plantas al estrés ambiental, explorando cómo la diversidad funcional de estos microorganismos afecta la respuesta de las plantas y cómo estas interacciones impactan el desempeño de ambos organismos.

La investigadora detalla: “a través del uso de Comunidades Microbianas Sintéticas (SynComs) en Arabidopsis thaliana, el estudio evaluará si las  plantas que dependen de microorganismos para tolerar el estrés invierten menos energía que aquellas que utilizan mecanismos propios, y analizará cómo las interacciones entre distintos microorganismos pueden modificar el equilibrio entre costos y beneficios para la planta. Además, se investigará si las cepas microbianas mutualistas tienen mayores probabilidades de ser transmitidas entre generaciones de plantas, lo que permitiría entender mejor la dinámica ecológica y evolutiva de estas relaciones a largo plazo”. En esa empresa la acompañará el también investigador CAPES, Bernardo González, y Moisés Aguilera, de la Facultad de Artes Liberales de la UAI.

Finalmente, y continuando con el sector agrícola, el investigador principal de línea 6 y académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica, Eduardo Arellano, buscará entender cómo el saber de los agricultores acerca del manejo agrícola influye en la salud del suelo, la biodiversidad y la productividad en huertos frutales de la zona central de Chile. A través de un enfoque agroecológico su proyecto “Transición hacia una agricultura sustentable en Chile Central: prácticas agroecológicas y conciencia de los servicios ecosistémicos entre los fruticultores” estudiará las prácticas que ayudan a cuidar el suelo y la biodiversidad en estos espacios, y cómo el grado de conocimiento de los agricultores en estas materias puede ayudar a implementar técnicas y metodologías de manejo. 

“Con este trabajo esperamos identificar acciones que hagan a la agricultura más sustentable y resiliente al cambio climático, aportando además insumos clave para futuras políticas públicas y herramientas de apoyo para quienes trabajan en mejorar la sustentabilidad de los sistemas alimentarios”, complementa Arellano.

Conoce más detalles y avances de estos interesantes proyectos durante los meses venideros, a través de www.capes.cl

Estudiantes del Colegio Thomas Morus descubren los misterios del MNHN de la mano de CAPES 

Mediante una búsqueda del tesoro interactiva, niños y niñas del Colegio Alemán Sankt Thomas Morus recorrieron las salas del Museo Nacional de Historia Natural junto al investigador y divulgador español Gonzalo Durante, quien visitó Chile invitado por CAPES, UTEM, y la red de investigación LINC-Global.

Un grupo de niños descifrando una de las pistas de la actividad en el salón principal del MNHN.

El pasado 7 de agosto, un grupo de estudiantes de cuarto básico del Colegio Alemán Sankt Thomas Morus participó de una entretenida actividad interactiva en dependencias del Museo Nacional de Historia Natural, ubicado en el corazón del parque Quinta Normal, en Santiago. 

Armados de su ingenio y de artefactos dignos del más avezado explorador (como una lupa, una linterna de luz azul y un códice basado en la tabla periódica de los elementos), los estudiantes recorrieron las salas del Museo buscando respuestas a una serie de pistas que, horas antes, los miembros del equipo del divulgador español Gonzalo Durante, de visita en Chile durante agosto, plantaron para ellos en este histórico edificio. 

La actividad, realizada por primera vez fuera de España, es parte de un proyecto del investigador conocido como “Divulgaming”, el cual propone una estrategia de divulgación científica basada en la gamificación, y dirigida principalmente al público infantil, consistente en el diseño y desarrollo de un juego interactivo (en este caso, la búsqueda de un “tesoro”) que permite transmitir determinados conceptos científicos de una forma divertida y emocionante. 

El Prof. Durante ayudando en la resolución de las pistas.

La visita del Prof. Durante, microbiólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Madrid, fue posible gracias al vinculo del investigador con el también microbiólogo CAPES y académico de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Danilo Pérez Pantoja, a través de la Red Internacional de Cambio Global (LINCGlobal), una plataforma de investigación conjunta entre científicos de España y América Latina y el Caribe. 

Como parte de este intercambio, el Dr. Durante visitó Chile con el fin de participar en una serie de actividades de socialización y divulgación de la ciencia con públicos escolares y de educación superior. Entre las actividades programadas, estuvieron visitas a colegios de Santiago y Rancagua, su intervención en el 4to Simposio de Genómica y Biotecnología UTEM, y un taller de divulgación científica en esta misma casa de estudios.  

Ciencia interactiva 

Durante la búsqueda, los estudiantes se ayudaban de una serie de implementos propios de un investigador, como esta linterna de luz negra.

Divididos en dos grupos, cada uno guiado y dirigido por un miembro del equipo del Dr. Durante y un docente a cargo, los estudiantes recorrieron las instalaciones del museo de busca de una serie de pistas plantadas previamente por el equipo organizador, debiendo, en cada etapa, trabajar en equipo para descifrar los acertijos que se les presentaban. 

Al finalizar el recorrido, los estudiantes recibieron un diploma que los declaraba exploradores científicos en práctica, por haber completado exitosamente las pruebas del juego. 

Magdalena Westermeyer, una de las docentes que participaron de la experiencia, comentó la importancia de acercar de esta forma a los niños a la ciencia: “Los niños estaban muy motivados y fascinados con la idea de recorrer el museo y encontrar las pistas. Además, todos pudieron participar con mucha energía” indicó. La profesional agradeció a los organizadores por la oportunidad de participar en lo que calificó como “una experiencia inolvidable” para los estudiantes.  

Por su parte, la encargada de Educación del Museo Nacional de Historia Natural, Desirée Román, valoró la participación del Museo en la instancia: “el MNHN es de todas y todos, por lo que como institución siempre estamos recibiendo y teniendo la disposición de trabajar con distintas experiencias de educación y aprendizaje. El poder relacionarnos con estas actividades a nosotros nos permite también innovar en algunas acciones y ver cómo podemos adaptar estas experiencias a nuestra propia realidad. Trabajar de manera colaborativa por supuesto que para nosotros siempre va a ser un beneficio” finalizó. 

Al concluir la actividad, el Prof. Gonzalo Durante evaluó positivamente su primera incursión en Chile con estos pequeños exploradores: “Desde el punto de vista personal, ha sido enormemente gratificante ver sus caras cuando hacen “clic” y logran resolver el enigma. También estamos muy contentos de haber contado con la colaboración del Museo, pues es el primer Museo con quien trabajamos fuera de España, y afortunadamente nos han ofrecido generosamente todas sus instalaciones y toda su ayuda. Estamos muy contentos” relató. 

Asimismo, calificó como “similares” las formas de proceder tanto de los niños en Chile como en España: “se ve en todos ellos esa adrenalina que tienen cuando van resolviendo pistas; en seguida se excitan y van corriendo por la siguiente pista, pero no obstante también se ve bastante compañerismo. Les he visto muy pendientes de sus compañeros, tratar de que todos jueguen. En España normalmente la experiencia es igual de gratificante”.  

El equipo de Gonzalo Durante en pleno, junto al investigador CAPES, Danilo Pérez Pantoja (cuarto de izquierda a derecha).

Gonzalo Durante es Licenciado en Biología y en Bioquímica de la Universidad Complutense de Madrid y doctorado en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, en temas relacionados con la regulación genética de rutas de degradación de aromáticos en bacterias. En 2022, obtiene una plaza de investigador laboral fijo en el grupo de Microbiología Medioambiental de esta institución, donde, además de su labor investigadora, lidera 2 proyectos de divulgación científica que combinan juegos de ingenio con la enseñanza de la ciencia a niños de 5 a 12 años en escuelas y museos de Latinoamérica. 

La visita del Prof. Durante a Chile también incluyó una estadía de 7 días en Punta Arenas patrocinada por la Universidad de Magallanes.

Otras imágenes de la actividad

Lanzamiento exhibición «Rizósfera viviente»

Cuando: entre el 10 de abril y el 8 de mayo de 2024
Dónde: Museo Nacional de Historia Natural, Quinta Normal
Organiza: Núcleo Milenio de Plantas Super Adaptables (MN-SAP) y Museo Nacional de Historia Natural (con la colaboración de CAPES)

¿Qué resulta de la mezcla poco común entre creación artística, ciencia, plantas que podrían absorber más nutrientes y la co-creación entre autor y espectador? La respuesta es “Rizósfera Viviente: descubriendo el microcosmos de las raíces”, una exposición que mezcla distintas disciplinas, y que por un mes se tomará el Salón Central del Museo Nacional de Historia Natural, en el Parque Quinta Normal.

La génesis del proyecto tiene que ver con las investigaciones científicas del Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Súper Adaptables (MN-SAP), su relación con el calentamiento global y las actividades que realizan para llevar ese conocimiento -específico y técnico- a un público no especializado.

La rizósfera es la parte del suelo que está más cercana a las raíces de las plantas. En esta zona se desarrolla una gran diversidad de vida microbiana y, además, cuenta con nutrientes y agua.

Para representarla los y las creadoras de la idea pensaron en una obra que fuera inmersiva y que, en último término, invitara a los espectadores a co-crearla, a través de distintas instancias en las que podrán construir con sus propias manos elementos que simulen componentes vitales de la rizósfera, tales como bacterias y hongos.

Así surge “Rizósfera Viviente”, una muestra que estará abierta al público entre el 10 de abril y el 8 de mayo y que pretende generar conciencia sobre los efectos del cambio climático y el rol de la ciencia en buscar soluciones para producir plantas con una mayor capacidad de absorción de nutrientes.

La inauguración de la muestra se realizará el miércoles 10 de abril a las 11:00 hrs. en dependencias del museo en Quinta Normal. Posterior a la apertura se realizará un taller de construcción de elementos tejidos que podrán contribuir a la muestra (cupos limitados, sin inscripción), a cargo de Verónica Curihuinca, artesana Mapuche con 23 años de trayectoria y experiencia en diferentes técnicas ancestrales como: Witral (telar), orfebrería (joyería mapuche en metal y piedras), bordados en arpillera y crochet.

Exposición inmersiva sobre los efectos del cambio climático se tomará el Museo Nacional de Historia Natural

  • El cruce entre ciencia y arte está en el corazón de “Rizósfera Viviente: descubriendo el microcosmos de las raíces», una muestra que se instalará en el emblemático museo al interior del Parque Quinta Normal, y que es organizada por el Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Súper Adaptables (MN-SAP), con el apoyo del Museo Nacional de Historial Natural.
  • Andrea Errázuriz es la artista nacional que dio vida a esta obra inmersiva, que busca generar conciencia sobre los efectos del cambio climático y el rol de la ciencia en buscar soluciones para producir plantas con una mayor capacidad de absorción de nutrientes.
  • “Rizósfera Viviente” se exhibirá del 10 de abril al 8 de mayo, de martes a sábado entre 10:00 a 17:30 horas, en el Salón Central del museo. Este proyecto es financiado por la Iniciativa Científica Milenio de ANID.

Santiago, marzo de 2024.  ¿Qué resulta de la mezcla poco común entre creación artística, ciencia, plantas que podrían absorber más nutrientes y la co-creación entre autor y espectador? La respuesta es “Rizósfera Viviente: descubriendo el microcosmos de las raíces”, una exposición que mezcla distintas disciplinas, y que por un mes se tomará el Salón Central del Museo Nacional de Historia Natural, en el Parque Quinta Normal. 

La génesis del proyecto tiene que ver con las investigaciones científicas del Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Súper Adaptables (MN-SAP), su relación con el calentamiento global y las actividades que realizan para llevar ese conocimiento -específico y técnico- a un público no especializado.

La rizósfera es la parte del suelo que está más cercana a las raíces de las plantas. En esta zona se desarrolla una gran diversidad de vida microbiana y, además, cuenta con nutrientes y agua.

Para representarla los y las creadoras de la idea pensaron en una obra que fuera inmersiva y que, en último término, invitara a los espectadores a co-crearla, a través de distintas instancias en las que podrán construir con sus propias manos elementos que simulen componentes vitales de la rizósfera, tales como bacterias y hongos.

Así surge “Rizósfera Viviente”, una muestra que estará abierta al público entre el 10 de abril y el 8 de mayo y que pretende generar conciencia sobre los efectos del cambio climático y el rol de la ciencia en buscar soluciones para producir plantas con una mayor capacidad de absorción de nutrientes.

“Este proyecto busca explicar, a través de una apuesta original, la compleja y, a su vez, fascinante relación de las plantas con el cambio climático, enfatizando en los estudios que lideramos como núcleo de investigación en este campo. Estamos entusiasmados de liderar esta propuesta que ha sido co-diseñada con la visión de todos nuestros investigadores e investigadoras, involucrando así a la comunidad académica en el rol de crear más puentes que conecten el conocimiento con la sociedad, visibilizando en este caso la importancia de la rizósfera en nuestra vida y entorno”, detalla la Dra. María Francisca Blanco, directora del Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Súper Adaptables e investigadora del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES.

Este proyecto es financiado por el programa Proyección al Medio Externo (PME) de la Iniciativa Científica Milenio de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo ANID, adjudicada por el núcleo MN-SAP en 2023. Dicho programa busca conectar a los Centros Milenio con la sociedad, el sector educativo, público y/o privado a través de distintas iniciativas de extensión y comunicación científica.

Una muestra que invita a cocrear

“Se quiso mostrar a través de una obra en alambre, de una manera conceptual”, explica Andrea Errázuriz, la artista chilena que dio vida y forma a “Rizósfera Viviente”, usando materialidades como el alambre. “El hecho de que sea interactiva, hace que el público sea parte de la obra. Esta no está terminada sin la participación de los y las espectadoras, y eso los hace ser artistas a ellos también”, destaca la creadora sobre el concepto de co-creación, que es parte de la esencia de esta experiencia.

Se trata del debut de Andrea Errázuriz en un proyecto vinculado con una temática científica. “Esta unión ya es algo original. Es la primera vez que me toca crear una obra relacionada con la ciencia. Me parece muy interesante hacer estos cruces, con temas tan específicos y científicos y lograr representarlo de una manera conceptual y artística, dejando la interpretación libre para cada espectador”, añade la artista, creadora de Lambra.cl

“Rizósfera Viviente” también se trata de “sacar a la luz esta vida oculta que no logramos ver, representada en un manto sustentable”, detalla, respecto a la forma que tendrá la exposición en el museo.

Colaboración nacional

Para alcanzar un alcance significativo y que niños, niñas, jóvenes y familias completas vivencien esta experiencia, el Museo Nacional de Historia Natural – que recibe miles de visitas mensuales- colabora desde el inicio de este proyecto, facilitando el espacio donde estará la muestra y promoviendo la participación de los visitantes en los talleres y mediaciones.

Mario Castro, director del Museo Nacional de Historia Natural, señala que “nos entusiasma como museo recibir una muestra como ‘Rizósfera Viviente’, puesto que resalta varias temáticas que están muy vinculadas con nuestro quehacer, como el dar relevancia al mundo natural, con actores poco conocidos como el reino Fungi y su fundamental aporte a nuestros ecosistemas, y además se hace desde un formato que combina ciencia y arte, lo que también es de gran interés para el MNHN. Esperamos que una gran cantidad de personas interactúen con esta muestra, y que también tomen conciencia de que el cuidado de nuestro planeta es una urgencia.”

El Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Súper Adaptables es dirigido por María Francisca Blanco (Universidad Andrés Bello) y por Claudio Meneses (Pontificia Universidad Católica de Chile), como director alterno. También participan como universidades asociadas la Universidad Adolfo Ibáñez y Universidad de Talca. La exposición cuenta, además, con el apoyo del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES) y el Instituto Milenio de Biología Integrativa (IBIO).

Apertura muestra

La inauguración de la muestra se realizará el miércoles 10 de abril a las 11:00 hrs. en dependencias del museo en Quinta Normal. Posterior a la apertura se realizará un taller de construcción de elementos tejidos que podrán contribuir a la muestra (cupos limitados, sin inscripción), a cargo de Verónica Curihuinca, artesana Mapuche con 23 años de trayectoria y experiencia en diferentes técnicas ancestrales como: Witral (telar), orfebrería (joyería mapuche en metal y piedras), bordados en arpillera y crochet.

Fuente: Comunicaciones MN-SAP

Investigadores chilenos confirman que campos magnéticos promueven el crecimiento de plantas

Estos resultados reafirman el potencial de los campos magnéticos como una herramienta adicional, y no invasiva, para aumentar la eficiencia de los cultivos de forma sustentable.

Un estudio efectuado por investigadores del Laboratorio de Bioingeniería de la Universidad Adolfo Ibáñez —entre ellos, la investigadora CAPES, María Josefina Poupin— confirmó los efectos positivos que la exposición a campos magnéticos de diversa índole tienen sobre el crecimiento de las plantas, en un estudio recientemente publicado por la revista Bio Electro Magnetics.

Aun cuando la influencia positiva del magnetismo en las plantas se viene estudiando desde los años 30 en el mundo, no existían, hasta ahora, estudios que resolvieran de manera sistemática las discrepancias observadas en algunos de los estudios dedicados a este tema, impidiendo confirmar si los resultados obtenidos a la fecha son generalizables, específicos para cada especie, o dependientes de las condiciones de cada experimento.

“Algunos artículos muestran discrepancias en los efectos del magnetismo en el crecimiento y desarrollo de especies vegetales”, comenta la Dra. Poupin, co-autora del estudio. “Esto puede explicarse porque no hay una forma sistemática de hacer los experimentos. Por ejemplo, se usan distintas formas para inducir cambios en los cambios magnéticos, la duración de la exposición de las plantas al cambio magnético o el momento en la vida de la planta en la que se aplica el estímulo”.

Para salvar estas contradicciones, los investigadores realizaron un meta-análisis de 45 artículos abocados a explorar efectos del campo magnético sobre 29 especies distintas de plantas, identificando los distintos parámetros usados en cada estudio así como las condiciones experimentales de cada cual.

La investigadora CAPES y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, María Josefina Poupin.

“Con toda esa información realizamos un análisis estadístico que nos permitió concluir, por ejemplo, que los campos magnéticos no uniformes —aquellos donde la magnitud y la intensidad no son iguales a lo largo de toda su área, como en el caso del campo magnético de la Tierra— tienen mayor efecto en el crecimiento de las plantas, y que campos uniformes afectan significativamente su germinación”, explica la microbióloga. “También identificamos que los resultados que se obtienen dependen fuertemente de cómo se realizan los experimentos”.

Estos resultados sugieren que las plantas podrían ser más susceptibles a las diferencias de intensidad y magnitud dentro de un mismo campo magnético (sus “gradientes”), que a la mera magnitud del campo. Esta conclusión, comentan los autores, “abre muy interesantes preguntas acerca de los mecanismos biofisiológicos que subyacen a estas respuestas”, un área de estudio que, explica Poupin, aún se encuentra en ciernes.

“Se desconoce exactamente cuáles son los mecanismos a nivel físico o molecular”, afirma la investigadora. “Por ejemplo, no está claro cómo las plantas perciben este estímulo ambiental. Se sabe que la respuesta es rápida, por lo que no depende en primera instancia de la expresión de genes. Tampoco si la respuesta depende de un sistema de percepción que sirve para percibir otros estímulos o si es exclusivo para el magnetismo”. 

Una hipótesis que se postula, es que moléculas encargadas de la percepción de la luz, como los criptocromos, podrían estar involucradas, pero no serían las únicas responsables. “En otros tipos celulares, no vegetales, se ha propuesto que cambios en el magnetismo podrían traducirse en deformaciones de la membrana induciendo respuestas eléctricas mediadas por canales iónicos, pero se desconoce si eso podría ocurrir en células vegetales que tienen otras propiedades mecánicas. Por lo tanto hay muchas interrogantes aún al respecto”.

Así y todo, estos resultados reafirman el potencial de los campos magnéticos como una herramienta adicional, y no invasiva, para aumentar la eficiencia de los cultivos de forma sustentable, y bajo condiciones de estrés producidas por procesos como la sequía, las temperaturas extremas, o la falta de nutrientes. “Al ser sistemas reutilizables, los magnetos podrían ser una forma eficiente y sostenible de estimular el crecimiento de plantas para mejorar su rendimiento. Por ejemplo, estimulando durante la etapa de semilla. Sin embargo, para cada especie hay que determinar las condiciones más estimulantes”, advierte Poupin. 

Texto: Comunicaciones CAPES

Microbiomas urbanos: los microorganismos que viven con nosotros

Los microbiomas son el conjunto de microorganismos que interactúan con todos los seres vivos, lo que incluye los lugares construidos y habitados por humanos, en donde estas comunidades microbianas pueden tener efectos benéficos o negativos para nosotros. Bernardo González, investigador principal de CAPES y académico UAI, participa en un proyecto que estudia la relación entre los microorganismos, la vivienda y su entorno.

La Tierra, hasta el momento, es el único planeta que sabemos que alberga vida, y ¡vaya que hay vida! Sólo entre los organismos que podemos ver contamos miles de millones de animales, plantas, invertebrados, hongos, sobre y bajo la superficie del suelo, en el mar y en el aire. Pero esa cantidad aumenta exponencialmente si además contamos a los microorganismos, bacterias, arqueas, protozoos, algas y hongos unicelulares.

La vida establece interrelaciones en todos los niveles, si nos acercamos a mirar con atención, todos los seres vivos tienen asociados un microbioma, o una comunidad de microorganismos que interactúan entre sí y con el hospedero que los alberga, por ejemplo, cada uno de nosotros. Tal vez hayan escuchado hablar sobre la micorriza, la simbiosis entre hongos y las raíces de las plantas, o de la flora (microbiota) intestinal, que son las bacterias que viven en nuestro aparato digestivo, ambos son ejemplos de microbiomas y hay muchísimos más.

Conversamos con Bernardo González, biólogo y bioquímico, profesor titular de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez e investigador principal de la Línea 2 de CAPES, acerca de los microbiomas urbanos con los que convivimos en todas las ciudades, en los espacios públicos y en nuestras casas.

Lo primero que le preguntamos es ¿Qué son los microbiomas, dónde los encontramos y cuál es su importancia para sustentar la vida?

El investigador explica que “los microbiomas son el conjunto de microorganismos que forman parte de los otros (macro)organismos, plantas y animales, incluido el ser humano. Están, entonces, formando parte de todos los seres vivos y, por ello, son fundamentales para la sobrevida, adaptación y evolución de todos los seres vivos”.

Entre las funciones indispensables de los microorganismos están el mantener el ciclo biogeoquímico de los principales elementos necesarios para la sostener la vida, como el nitrógeno, oxígeno, carbono o fósforo, entre otros, y del metabolismo de los gases de efecto invernadero: dióxido de carbono, metano, óxido nítrico y óxido nitroso. Además, gracias al trabajo de las cianobacterias y su fotosíntesis oxigénica (que libera oxígeno), hace 2.300 millones de años lograron comenzar a cambiar las condiciones ambientales del planeta permitiendo la respiración aeróbica y la aparición de vida multicelular compleja.

Microbiomas en las ciudades

Cuando hablamos de microbios, muchos aún los asocian a microorganismos patógenos, es decir, que producen enfermedades, pero la verdad es que estos corresponden a un porcentaje menor de los microorganismos. La gran mayoría de ellos son benéficos para humanos, plantas y animales, e incluso indispensables para la vida, según lo ya expuesto. Pero no sólo están presentes en la naturaleza, también en las ciudades, sus espacios públicos y en nuestras casas. “El microbioma urbano hace referencia al conjunto de microorganismos que están presentes, solos, o en asociación con los macroorganismos, en lo que se llama el espacio construido, casas, lugares de trabajo, escuelas, y un gran etcétera” indica González.

Las y los investigadores comenzaron hace unos años a estudiar los microbiomas de las ciudades, encontrando que cada una posee un perfil microbiano particular y que incluso se podría determinar en qué ciudad vive una persona sólo analizando los microbios de la suela de sus zapatos. Pero ¿qué factores determinan los perfiles microbianos de las ciudades? “Esto está en activo estudio”, menciona Bernardo González, “se sabe que varía mucho dependiendo de cada centro urbano, de su población, tamaño, emplazamiento, tipo de actividad productiva, nivel de ingresos, etc.”, indica además que sólo recientemente se está comenzando a estudiar cómo es el microbioma de Santiago y otras ciudades en Chile.

Los microbiomas urbanos, además, son muy dinámicos y dependen de múltiples factores que pueden provocar cambios en su composición, como, por ejemplo, la aparición de enfermedades nuevas como el Covid. ¿Qué otros agentes modifican las comunidades microbianas de las ciudades?, González menciona algunos como “el cambio climático, la legislación, la actitud cultural, la pandemia, la contaminación, etc.”.

Por supuesto que la composición de este microbioma puede tener efectos en la salud humana, el investigador afirma que “un microbioma bien mantenido protege a la comunidad, sus habitantes, mascotas, plantas”, pero que también existen “hábitos que afectan el microbioma, como la mala ventilación, un mal diseño urbano, la contaminación, malos hábitos de higiene, sobrepoblación, los que están asociados a patologías como las del tipo respiratorio, alergias, enfermedades infecciosas, etc.”.

Microbiomas en los espacios construidos

La importancia del microbioma urbano está siendo destacada hace poco tiempo, así como su monitoreo en las ciudades para apoyar definiciones en políticas públicas y de salud. “En los espacios construidos permite tomar decisiones arquitectónicas y urbanísticas, educar a la población, corregir potenciales fuentes de enfermedades, entre otras acciones”, señala González.

Como parte del proyecto Fondecyt titulado “Nexo Pobreza-Energía-Vivienda: Lineamientos de política pública para abordar la pobreza energética desde la relación con la vivienda en áreas metropolitanas”, liderado por Felipe Encinas, profesor de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos UC, Bernardo González es coinvestigador en el Nexo Microbioma, que estudia la relación entre microorganismos, la vivienda y su entorno desde una perspectiva asociada a la pobreza energética para abordar medidas sanitarias y de diseño habitacional.

La investigación busca avanzar en conocer los factores que determinan el perfil microbiano de un lugar; los agentes que provocan cambios en el microbioma y para ello ya se han realizado mediciones de detección metagenómica total de bacterias, hongos y viruses en viviendas en Renca. Entre los resultados preliminares González menciona que “se conoce mejor las características del microbioma del espacio construido analizado y con ello se puede informar a los residentes sobre el estatus, las condiciones de salud e higiene, las reglas a adoptar para mejorar/mantener un microbioma sano y por ello a sus habitantes bien protegidos. Tener elementos para tomar decisiones sobre remodelaciones y mejoras del espacio construido”.

Como vemos, los microorganismos y los macroorganismos formamos una comunidad dinámica que convive en armonía desde hace millones de años, estos microbiomas se han extendido a las construcciones humanas, ciudades, edificios, plazas, medios de transporte y nuestras casas. Un microbioma sano nos protege y uno deteriorado o afectado por malas condiciones puede exponernos a enfermedades, por lo que es importante conocerlos y aprender cuáles son las prácticas que lo convierten en un aliado de humanos, flora y fauna.

Texto: Comunicaciones CAPES
Créditos fotos: Waag (Foto superior), Bernardo González (imagen central), KC Wong (foto inferior).