Conoce el proyecto FIA que buscó predecir el comportamiento de las plagas agrícolas

Un ejemplar de chanchito blanco (Pseudococcus sp.), una de las plagas agrícolas más importantes en Chile.

A simple vista, un chanchito blanco (Pseudococcus sp.) no parece un ser demasiado amenazante. Con un tamaño no superior a los 4 milímetros, difícilmente podría considerarse algo más que una molestia para el ocasional dueño de planta que sufre, cada cierto tiempo, el arribo de estos pequeños insectos a su manto de Eva favorita. 

Pero en número suficiente, estos inquilinos pueden llegar a convertirse en un verdadero azote para las plantas de un jardín, y en el caso del agro chileno, en una de las principales plagas que afectan hoy a este importante sector productivo. 

Esa fue la conclusión a la que llegaron los autores de un proyecto financiado por FIA que, a lo largo de 5 años, se propuso identificar las plagas más dañinas para la agricultura nacional y crear modelos que permitieran predecir el comportamiento de estas plagas bajo distintos escenarios de cambio climático.

El proyecto, denominado “Desarrollo de modelos fisiológicos para plagas de importancia de la agricultura chilena bajo escenarios climáticos actuales y futuros”, fue encabezado por los investigadores del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES) Francisco Bozinovic (fallecido en enero de 2023) y Sergio Estay, y contó con la participación de académicos de las universidades Católica, Austral, de Talca y de Concepción, además de miembros del sector público y privado.

“La iniciativa nació como un intento por desarrollar modelos fenológicos y de abundancia para algunas plagas importantes de la agricultura chilena” cuenta Estay. “Estos modelos fenológicos”, explica, “son modelos matemáticos que combinan datos climáticos y fisiológicos para predecir el comportamiento de ciertas poblaciones de organismos (en este caso, insectos) a distintos niveles de temperatura” y, con esa información, mejorar el manejo y control de estas plagas a futuro. 

“Tener a disposición un modelo fenológico para una plaga específica permite al agricultor una mejor gestión de las acciones de control como las oportunidades de aplicación de insecticidas, maximizando su efecto y, a la vez, minimizando su uso” añade Grisel Cavieres, investigadora CAPES, académica de la Universidad de Concepción y una de las ejecutoras del proyecto. “Sin embargo, no todas las especies de insectos-plagas cuentan con un modelo fenológico disponible”.

Este era el caso de dos especies de chanchito blanco (Pseudococcus viburni y Pseudococcus longispinus, también conocida como cochinilla) identificadas por los investigadores como especies susceptibles de ser criadas, y estudiadas, en el laboratorio, de modo de obtener de ellas las variables fisiológicas (específicamente, de rendimiento y tolerancia térmica) que permitieran determinar sus respuestas frente a escenarios futuros de cambio climático.

La dictadura de la temperatura 

La temperatura controla la tasa de desarrollo de muchos organismos. Las plantas y los animales invertebrados, incluidos los insectos y gusanos, requieren una cierta cantidad de calor para desarrollarse de un punto a otro en sus ciclos de vida. A esta medida de calor se le conoce como tiempo fisiológico, y se expresa en unidades conocidas como “grados días acumulados” (GDA). El tiempo fisiológico proporciona una referencia común para el desarrollo de estos organismos, pues en el caso de los animales ectotermos, la cantidad de calor necesaria para completar su ciclo de vida (de huevo a ninfa, de ninfa a pupoide, y de pupoide a macho adulto, por ejemplo) no varía.

Lo que sí varía, es la temperatura ambiental. Es por esto que el cambio climático, con sus fluctuaciones térmicas y eventos de calor cada vez más extremos, ha ido alterando considerablemente el desarrollo y ecología de estos organismos a lo largo del tiempo, afectando de este modo su control por parte de los agricultores. 

El ciclo de vida del chanchito blanco (P. viburni) estimado en grados días acumulados (GDA).

Conocer el tiempo fisiológico de los insectos-plaga —esto es, la temperatura necesaria para su desarrollo y el tiempo que le toma al insecto alcanzarlo— permite a estos agricultores, por una parte, ser mucho más eficiente al momento de aplicar, por ejemplo, un tratamiento insecticida, ya que ciertos estadíos son más susceptibles o vulnerables que otros, y por otra, anticipar de mejor manera sus estrategias de control de plagas ante potenciales cambios en la temperatura producto del cambio climático.

Pero, ¿cómo se comienza a acumular grados días? “Generalmente se utiliza un evento biológico llamado biofix, que es un suceso específico que corresponde a la primera captura de un insecto adulto en una trampa, o también se puede utilizar el cronofix, que es un evento fenológico, como por ejemplo la floración de un arbusto como el arándano, que es de interés comercial en nuestro país y al cual P. viburni está asociado” explica Estay.

Una guía para el futuro

Usando un modelo lineal para cada estadio de madurez y para el ciclo completo tanto de P. viburni como de P. longispinus, los investigadores pudieron predecir los tiempos de desarrollo (expresados en GDA) de ambas especies. 

Con esta información, los investigadores construyeron mapas de riesgo que relacionan la temperatura en todo Chile central con el número de generaciones de cada plaga que se esperan en cada zona. Estos mapas fueron desarrollados para las condiciones actuales y bajo algunos escenarios de cambio climático.

Los mapas de riesgo generados por el proyecto permitirán conocer el estado de desarrollo y la abundancia potencial de las poblaciones de P. viburni y de P. longispinus de acuerdo a la temperatura estimada para cada zona del país.

Tanto los modelos desarrollados durante la ejecución del proyecto como los mapas de riesgo elaborados, alimentarán la Red de Pronóstico Fitosanitario, RPF, del SAG, que es un conjunto de herramientas que permiten modelar y pronosticar la acumulación térmica diaria para diferentes áreas agrícolas, con el objetivo de alertar y sugerir momentos oportunos de monitoreo y control fitosanitario. “De esta manera, los resultados quedarán de manera gratuita a disposición de los servicios públicos del área agrícola, empresas exportadoras, productores de frutas, y pequeños y medianos agricultores” explican en el proyecto.

La RPF a su vez, se alimenta del Sistema Agrometeorológico, el cual recibe información diaria de estaciones meteorológicas autónomas, de diferentes redes público-privadas, que luego se enfoca en modelar y pronosticar la acumulación térmica diaria acorde a los parámetros biológicos de cada plaga. 

“Esperamos que estos modelos puedan tener impacto en la eficiencia en el manejo de estas plagas, ya sea disminuyendo su impacto (daño, pérdidas y perjuicio) en los cultivos como reduciendo el uso de agroquímicos. Sin embargo, la adopción de estas estrategías y su transferencia al público final es un trabajo en progreso y que necesita tiempo para su concreción” alude Grisel Cavieres.

Junto con estos productos, el proyecto también generó una serie de cápsulas audiovisuales orientadas a pequeños y medianos agricultores, donde se aborda la importancia y utilidad de implementar los modelos de grados días para optimizar el control de plagas en el campo. Las cápsulas están disponibles en el canal de YouTube de CAPES

Fuente: Comunicaciones CAPES

Viajeros clandestinos: la larga historia de los insectos introducidos a Chile

Casi 600 especies de insectos han sido introducidas a nuestro territorio en los últimos 500 años, la mayor parte de ellos después de la Segunda Guerra Mundial y relacionados con la actividad agrícola y silvícola, según un estudio realizado por investigadores de CAPES, UACh, SAG y U de Talca.

Un 40% de las especies de insectos introducidos pertenecen al orden Hemiptera, como el pulgón Diuraphis noxi. (Créditos: Wikipedia)

Desde la llegada de los europeos a América hace más de 500 años, además del intercambio económico, comenzó un intercambio masivo de una gran diversidad de plantas, vertebrados, invertebrados, hongos, bacterias, entre otros organismos. El arribo de especies exóticas a nuestro territorio se aceleró durante el siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial y del aumento del tráfico aéreo.

Un equipo de investigadores de la Universidad Austral, Universidad de Talca, Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y CAPES, se enfocó en examinar 500 años de historia de la introducción de insectos en nuestro territorio en el trabajo A bug’s tale: revealing the history, biogeography and ecological patterns of 500 years of insect invasions”, publicado en la revista NeoBiota.

Sergio Estay, académico del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Universidad Austral de Chile e investigador CAPES, quien es el autor principal del artículo, explica que la idea de realizar este estudio “surge porque creemos que es fundamental entender la historia de las introducciones de insectos para poder predecir los riesgos actuales y futuros, las potenciales vías de ingreso y cómo enfrentar este problema”.

Para lograr comprender los procesos involucrados en las invasiones biológicas de insectos, en una escala temporal de siglos, los investigadores analizaron las tendencias temporales, diversidad taxonómica, origen biogeográfico y los principales impactos de estas especies. Encontrar los patrones de distribución permitirá mejorar las políticas públicas para minimizar los efectos de los insectos invasores en los ecosistemas.

Áfidos introducidos en un jardín en Chile (Créditos: Sergio Estay).

600 especies de insectos en 500 años

Para poder abordar esta enorme tarea, fue necesario revisar una gran cantidad de registros en bibliotecas, museos, colecciones, públicas y privadas, artículos científicos, registros de expediciones, catálogos, entre muchas otras fuentes, trabajo que duró varios años. La información recolectada mostró que desde la llegada de los españoles a Chile se ha reportado el ingreso de 592 especies de insectos, con una fuerte aceleración a partir de la segunda mitad del siglo XX.

¿Por qué se da este auge en ese punto histórico? “Pueden existir múltiples explicaciones”, señala Estay, “lo primero, es el crecimiento de la producción agrícola posterior a la Segunda Guerra Mundial durante la “Revolución Verde”. Bonnamour et al. (2021), describen este momento como la segunda ola de globalización, donde el comercio internacional comenzó a incrementarse significativamente”.

“Una segunda explicación”, continúa el investigador, “proviene del gran desarrollo de los programas de control biológico de plagas vegetales en Chile en la segunda mitad del siglo XX. Ambas explicaciones hacen referencia a cambios en la producción agrícola, pero una tercera alternativa está relacionada con el fuerte aumento del transporte aéreo. El uso del transporte aéreo internacional por parte de los chilenos mostró un marcado y fuerte crecimiento a principios de la década de 1950. Además, el comercio internacional en Chile también aumentó en las últimas décadas del siglo XX, junto con la globalización”.

El análisis de la biogeografía y los patrones ecológicos del ingreso de insectos indica que muchos de estos llegaron asociados a la introducción de cultivos foráneos, agrícolas y silvícolas, otros arribaron, de manera accidental o intencionada, en plantas ornamentales, en conjunto con el ganado o en el equipaje humano. Esta es una tendencia que se repite en muchos países de Latinoamérica y el mundo.

Un 40% de las especies de insectos introducidos pertenecen al orden Hemiptera, que agrupa a chinches, pulgones, cigarras, chanchitos blancos, entre otros. Los órdenes Coleoptera (escarabajos) e Hymenoptera (abejas, avispas y hormigas), contribuyen con un 20% de insectos exóticos cada uno. El restante 20% se distribuye en órdenes como lepidópteros (mariposas), dípteros (moscas, mosquitos) y otros.

En el estudio, los investigadores identificaron los tanto los principales órdenes y especies de insecto introducidos en Chile (esquema superior izquierdo), como sus ecozonas de procedencia (esquema superior derecho). (Crédito: Sergio Estay).

¿Por qué los insectos del orden Hemiptera han sido tan exitosos en establecerse en Chile? “Esto probablemente se debe a la relación entre plantas cultivadas y estos insectos”, responde Sergio Estay, “si bien se requiere un análisis más detallado, es probable que la llegada de muchas plantas cultivadas originarias del hemisferio norte desencadenó el establecimiento exitoso de estos insectos. Ejemplos de esto son los pulgones de los cereales en Chile”.

Efectos del cambio climático

El aumento de las temperaturas, la sequía, la desertificación, la transformación de los ecosistemas, son algunas de las consecuencias del cambio climático que estamos observando, que entre otros resultados, puede promover la expansión del rango de distribución de algunos insectos. Al respecto, el académico comenta que “el cambio climático por supuesto genera y generará cambios en la distribución de plantas y animales. Sin embargo, existe una discusión sobre si insectos que llegan a un nuevo territorio producto de migración debido a la aparición de nuevos hábitats debido al cambio climático pueden considerarse como exóticos. Es un punto aún abierto en la discusión de los especialistas”.

El investigador también aclara que “la mayor parte de los insectos introducidos no causa casi ningún impacto significativo”. El Ministerio del Medio Ambiente, define a las especies invasoras como cualquier animal, vegetal, hongo o microorganismo que llega a un lugar donde no es nativo y expande su distribución, desplazando y/o dañando a las especies nativas y provocando un impacto negativo en los ecosistemas, lo que significa que los insectos introducidos son todos exóticos, pero no necesariamente invasores.

Tremex fuscicornis capturado en Chile. (Crédito: Sergio Estay).

Cuando los insectos foráneos se transforman en especies invasoras, se pueden producir daños económicos, sociales y/o ambientales, como cuando los invertebrados se convierten en plagas que destruyen los cultivos agrícolas o forestales. En este escenario, “lo principal es la prevención”, afirma Sergio Estay. “Aún así, con las mejores prácticas preventivas, es muy difícil prevenir el ingreso de nuevos insectos al país. La educación, como enseñar a no traer material vegetal desde el exterior, el monitoreo en puertos, etc., son medidas muy útiles, pero aún así es una labor muy difícil, y ningún país tiene un sistema que realmente impida totalmente el ingreso de nuevas especies de insectos”.

El equipo de investigadores e investigadoras construyó una base de datos con la información recopilada, la primera en su tipo y un trabajo en progreso, que puede ser actualizada y mejorada por especialistas, académicos y agencias de gobierno. El objetivo es apoyar la investigación y la toma de decisiones, en especial en los sectores agrícolas y silvícolas, para gestionar nuevas introducciones de insectos no nativos y prevenir daños ambientales, sociales o económicos.

Texto: Comunicaciones CAPES

Investigadora CAPES obtiene Fondecyt para estudiar dinámica poblacional de conejos

Paola Correa Cuadros, investigadora que acaba de adjudicarse un proyecto Fondecyt postdoctoral 2022, trabajará en 2 líneas de CAPES, combinando el modelamiento de dinámicas poblacionales y la ecología de los procesos de invasión, para identificar los factores causantes del incremento poblacional de los conejos en Chile.

Los conejos son animales carismáticos, percibidos como “tiernos y lindos”, muchas veces escogidos como mascotas para niños y niñas. Sin embargo, en estado silvestre, se han transformado en una plaga difícil de controlar en diversas regiones del país, como Chile central, Tierra del Fuego e islas Juan Fernández, aunque inicialmente fueron vistos como una oportunidad de desarrollo económico a partir del aprovechamiento de su piel y su carne.

El conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) fue introducido en el centro y sur de Chile aproximadamente en 1880 y se encuentra entre las siete especies invasoras que más afectan el ecosistema nacional, generando una pérdida de 3 millones de dólares por año. “La Corporación Nacional Forestal, CONAF, estima que hay 200 millones de conejos que se alimentan de cuatro millones de hectáreas al año, lo que significa el 30% de todos los pastizales en Chile, por lo que esta especie causa grandes daños tanto en los ecosistemas (bosque esclerófilo e islas del Archipiélago Juan Fernández) como en  sistemas productivos (ganadería, cultivos agrícolas y forestales) consumiendo la cobertura vegetal y generando erosión en el suelo por la construcción de sus madrigueras”, según nos cuenta Paola Correa Cuadros, bióloga, ecóloga e investigadora de las líneas 0 y 4 de CAPES, seleccionada con un Fondecyt postdoctoral para estudiar en profundidad esta especie y sus efectos en los ecosistemas.

Ecología y dinámica poblacional del conejo

Aunque el conejo europeo lleva más de 150 años en Chile y está catalogado entre las siete especies invasoras que más afectan el ecosistema, aún se desconocen los mecanismos que desencadenan sus aumentos poblacionales, siendo necesario identificarlos para poder predecir sus brotes y realizar un control eficiente de su población. “Es por esto que el proyecto Fondecyt postdoctoral analizará la dinámica poblacional del conejo europeo en Chile a través de modelos matemáticos y bases de datos de la abundancia de esta especie invasora en la Reserva Nacional Las Chinchillas (Coquimbo, Illapel), junto con variables climáticas (precipitación, humedad, temperatura y evaporación) y su red trófica (competidores y depredadores) para identificar los factores causantes del incremento poblacional de los conejos. Entendiendo cómo es la dinámica poblacional de esta especie y qué factores influyen en su población, se puede tener un panorama más claro en cuanto al tipo de manejo que se debe realizar para controlar a esta especie dañina”, acota la investigadora.

Paola Correa desarrollará este proyecto colaborando en dos líneas de investigación de CAPES, la línea de Dirección y la línea 4, “Dinámicas de población, cambio global y sustentabilidad socio-ecológica”, lideradas por los investigadores principales Fabián Jaksic y Mauricio Lima, respectivamente.  “El laboratorio del Dr. Jaksic cuenta con una vasta experiencia sobre especies invasoras y el estudio de los factores asociados a los procesos de invasión de estas especies y un amplio conocimiento sobre el conejo europeo en Chile. En cuanto al laboratorio del Dr. Lima cuenta con una gran experiencia en el modelamiento de dinámicas poblacionales de especies que aumentan rápida y repentinamente, entendiendo y prediciendo sus dinámicas”, indica Paola acerca del trabajo interdisciplinar que estará realizando.

Cómo mitigar los efectos de las invasiones biológicas

Las especies invasoras son consideradas una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, por lo que reducir sus impactos es imprescindible para la conservación de la biodiversidad. “Los ecosistemas y sistemas productivos sufren daños por la presencia de estas especies invasoras donde la solución es manejarlas mediante agroquímicos u otro tipo de controles, muchas veces sin éxito”, explica la bióloga, “debido a que se olvida que los ecosistemas se encuentran regulados por interacciones entre el clima, las especies invasoras y las demás especies animales y vegetales. La dinámica de poblaciones permite estudiar los cambios poblacionales de las especies invasoras, para comprender su aumento y relaciones con el ambiente, con el fin de predecir sus densidades a futuro y manejarlas eficientemente, para conservar el ecosistema donde habitan”.

Desde el punto de vista de la gestión y manejo de especies invasoras, “esta información es un punto de partida clave para saber cómo podemos manejar al conejo y empezar a acortar las brechas de conocimiento entre la ecología de esta especie y otras disciplinas como la epidemiología o la economía, ya que sabiendo cómo incrementa la densidad y bajo qué condiciones, se puede relacionar con otras dinámicas poblacionales como la de los virus y sus vectores, o saber qué tan propenso es un hábitat para que los conejos proliferen en él”, finaliza la investigadora.

Texto: Comunicaciones CAPES
Créditos imágenes: Juan Riquelme

Sergio Estay: Estudiando las plagas agrícolas y forestales del continente

El ingeniero y doctor en ecología Sergio Estay se ha especializado en el estudio de plagas forestales y agrícolas, combinando su interés científico por entender cómo se comportan estos fenómenos y su formación como ingeniero aportando a la solución de este problema y al manejo y control de plagas. Actualmente es académico en la Universidad Austral e investigador en CAPES, desde donde colabora en múltiples proyectos.

Dejó el caos y el clima de Santiago para irse a vivir a Valdivia y ya está muy acostumbrado a la lluviosa ciudad sureña. Nacido en Cerro Navia, estudió en el colegio público Nº 395, terminó la educación media en el liceo Amunátegui y entró a estudiar Ingeniería Forestal en la Universidad de Chile. Esos fueron los inicios de Sergio Estay Cabrera, quien continuó estudiando el Magíster en Ecología y luego el Doctorado en Ciencias, mención Ecología en la Universidad Católica de Chile.

Actualmente es académico en el Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas y director del Magister en Ecología Aplicada en la Universidad Austral de Chile, además de investigador de la línea 4 de CAPES, “Dinámicas de población, cambio global y sustentabilidad socio-ecológica”.

“La ciencia me gustó desde siempre. Me gustaban los documentales de ciencia, las series de ciencia. Y leer, me leía los Icarito, los leía todos. Me gustaban los animales, los bosques, pero nunca me gustó la biología como tal. Yo quería estudiar ingeniería, no era de esos que dibujaban células o cosas así” recuerda Estay. Pero su caminó lo llevó igualmente a la biología y luego a la ecología, y ahora es un destacado especialista en plagas forestales y agrícolas, con decenas de papers publicados, a los que ahora se suman dos libros.

“Yo fui formado como ingeniero. Creo que hay una diferencia grande entre ser formado como científico y ser formado como ingeniero. Al científico lo mueve la curiosidad, el ingeniero lo que busca es resolver problemas”, explica Sergio Estay y se explaya sobre porqué llegó a estudiar las plagas “en ese sentido las plagas son súper interesantes, porque son un tremendo problema, en la parte agrícola, la forestal, y la salud humana”.

Devoradores de bosques y cultivos

El avance de millones de cuncunas Ormiscodes comiéndose el follaje de bosques nativos en extensiones de 4000 a 5000 hectáreas en Aysén, se investiga con imágenes satelitales. “Son el disturbio biótico más grande del hemisferio sur”, señala Estay, “son un fenómeno interesante y bien impactante, es algo que puedes ver realmente, entrar a un bosque que ha tenido un brote de una plaga es impresionante, son hectáreas y hectáreas de daño, se puede ver desde el aire, la dinámica que muestran, cuándo aparecen, cuuando no aparecen, y son económicamente muy problemáticas”.

Según la FAO, las plagas y enfermedades transfronterizas de las plantas afectan a los cultivos alimentarios y plantaciones productivas, lo que causa pérdidas significativas a los agricultores y amenaza la seguridad alimentaria. Su propagación ha aumentado los últimos años, debido a la globalización, el comercio y se cree que también por el cambio climático. Langostas, orugas, mosca de la fruta, polillas, son algunos ejemplos de estas plagas que pueden atacar, morder y destruir cultivos de alimentos o plantaciones forestales.

En Chile en el sector forestal “hay problemas, pero están bien manejados” señala Estay, “no hay nada extremadamente complicado salvo Sirex noctilio (avispa de la madera del pino), algunos hongos y algunas cosas que están en eucaliptus, como Gonipterus o Thaumastocoris que son cosas más recientes. En bosque nativo es difícil hablar de plagas porque en el fondo son parte del sistema, pero probablemente los brotes de Ormiscodes, son de las cosas más impresionantes, como el brote de Aysén”. En el sector agrícola hay más plagas relacionadas a la horticultura, las que requieren un buen manejo. “Hoy en día es cada vez más grande la presión por la inocuidad alimentaria, entonces si se quiere ganar mercado, sobretodo en el extranjero, no se puede llegar y echar insecticida, hay que gestionar las plagas de forma no tan ligada a los químicos y tratar de evitar el ingreso de nuevas plagas”, afirma el ecólogo.

Cambio climático y aumento de plagas

El cambio climático y el aumento de las temperaturas pueden estar provocando efectos en ambos sentidos, es decir, aparecen nuevas plagas y desaparecen otras, o algunas que eran problemáticas ahora no lo son y viceversa. “En el caso de Ormiscodes”, manifiesta Estay, “la evidencia todavía es bien circunstancial, pero básicamente apunta a que efectivamente estos nuevos brotes que aparecen a partir del año 2000 aproximadamente, ahora son muchísimo más frecuentes y más extensos”.

El especialista considera que estamos en un momento de transición y se requiere un proceso de adaptación a este nuevo escenario. Las plagas que se manejaban antes pueden desaparecer, volverse más graves o aparecer otras nuevas. Se necesitará desarrollar herramientas distintas a las actuales para adaptarse a este escenario sanitario, “no me atrevería a decir que hay más o menos plagas, diría que son distintas”.

Nuevas investigaciones y temas

Actualmente, Sergio Estay se encuentra trabajando en su nuevo proyecto Fondecyt, en el que analizarán las herramientas llamadas “modelos de nicho”, que se usan para predecir el establecimiento de nuevos organismos en general y también plagas, “lo que queremos es ver un problema un poco más teórico, ver qué tan buenas son estas herramientas prediciendo”.

En CAPES, el investigador trabaja regularmente con Francisco Bozinovic y con Mauricio Lima, pero también ha estado explorando otros temas, como la salud mental. “Estoy trabajando con un grupo de colegas de la facultad de medicina de la Universidad Austral, en entender la ecología del suicidio. Cuáles son las variables que se asocian a la tasa de suicidios en distintos lugares de Chile, entender los patrones espaciales del suicidio, a qué está ligado, sexo, edad, ocupación, consumo o no de drogas, pobreza, variables ambientales, la latitud, la disponibilidad de horas sol, entre otras variables”, comenta Estay. Ya tienen un paper en preprint y siguen trabajando en otras aristas del tema.

También ha editado dos libros. Uno en 2020 “Forest Pest and Disease Management in Latin America”, para la editorial Springer, que es una colaboración con investigadores e investigadoras de Latinoamérica sobre el manejo de plagas forestales en la región. El otro es “Bases Ecológicas para el Manejo de Plagas”, de 2021, en Editorial UC, “este es más transversal al manejo de plagas, casi diría que más agrícola que forestal”, dice Estay y complementa “quise hacer un upgrade a los libros de texto que había en manejo de plagas, la idea fue coordinar a un grupo de autores, chilenos o que trabajan en Chile, que están haciendo cosas bien de punta y cómo eso une biología o ecología con el manejo de plagas, la idea era lograr este link entre lo básico y lo aplicado que es tan difícil de hacer”.

Texto: Comunicaciones CAPES
Créditos imagen: Sergio Estay

Simposio visibiliza aportes de murciélagos en el agro chileno

Para conocer más sobre los beneficios de los murciélagos que habitan en Chile y su interacción con el sector agrícola, así como diferentes iniciativas para su investigación y conservación, el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES, con la colaboración de la consultora Myotis Chile y la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC, organizó el simposio online “Murciélagos y Agro Chileno”.

En la mayoría de las culturas occidentales, los murciélagos son animales poco valorados y apreciados por la sociedad. Con su peculiar aspecto y hábitos nocturnos, suelen ganarse el rechazo entre las personas por su mal dirigida fama de dañinos o peligrosos. Un ejemplo de esto ocurre cada verano en Chile, cuando noticias sobre plagas urbanas de murciélagos abundan en los medios locales, aun cuando estos fenómenos se explican por las primeras salidas de crías desde colonias de casas y edificios, y su consecuente extravío en busca de alimento.

Un ejemplo más actual y directo de esta realidad, es la injusta culpa que estos mamíferos voladores han debido cargar como causantes principales de la pandemia de COVID-19, lo que incluso ha provocado matanzas de colonias completas alrededor del mundo por la errónea idea de que aquello podría ayudar a prevenir la transmisión de la enfermedad. Lo cierto es que los verdaderos culpables de esta pandemia son los mismos seres humanos, y la forma muchas veces inconsciente en que nos relacionamos con el entorno natural, destruyendo ecosistemas completos, empujando a especies salvajes fuera de sus hábitats y hacia los centros urbanos, y en este caso, practicando el comercio desregulado de animales y carne. Y basta decir que los ya millones de contagiados de COVID-19 en el mundo no obtuvieron la enfermedad desde un murciélago, sino de otras personas.

Contrario a su mala reputación, los murciélagos son animales fascinantes. Con sus extremidades anteriores transformadas en alas, son los únicos mamíferos capaces de practicar el vuelo controlado. Su increíble sentido de ecolocalización les permite volar, orientarse y obtener su alimento durante la noche sin ayuda de su vista, emitiendo ondas sonoras inaudibles para el oído humano que hacen rebotar sobre los objetivos para establecer su distancia y posición. A pesar de que se les suele comparar con ratones, los murciélagos tienen un ciclo de vida muy diferente, con una reproducción tardía, un bajo número de crías, y una vida más longeva.

Los murciélagos son además uno de los órdenes de mamíferos con mayor biodiversidad. Esta se ve reflejada en el gran numero de especies que alberga, sólo superado por los roedores, con alrededor de 1.400 especies­. También, por la gran variedad de formas corporales y modos de alimentación que poseen. Con esta enorme diversidad biológica, no es de extrañar que los murciélagos cumplan importantes funciones en los ecosistemas y que presten importantes beneficios a la naturaleza y a la sociedad.

Los murciélagos que se alimentan de néctar, por ejemplo, cumplen un rol fundamental en la polinización de flores silvestres y cultivos agrícolas. Otros, frugívoros, ayudan a dispersar las semillas de diferentes plantas. Los murciélagos insectívoros, el grupo con el mayor número de especies registradas, ayudan a controlar el consumo de plantas por insectos herbívoros, proveyendo un servicio de control de plagas a los sectores agrícola y forestal. Asimismo, el guano o excremento de murciélagos tiene un efecto fertilizante y en varios países es extraído y comercializado para tales propósitos.

Además de estos beneficios de importancia ecológica y productiva, los murciélagos han sido una fuente de inspiración para diferentes culturas y mitologías, desde los mitos vampíricos de Europa del Este hasta el desarrollo del ecoturismo en tiempos modernos, asociado a colonias de millones de individuos de murciélagos que se dan en algunos países.

Lamentablemente, los murciélagos también enfrentan un gran número de amenazas, tales como la pérdida de su hábitat natural, la eliminación intencional de colonias, la colisión con vehículos y aspas de los aerogeneradores en parques eólicos y un uso excesivo de insecticidas, entre otras. Es por ello que alrededor de un 15% de las especies de murciélagos del mundo ha sido clasificada como amenazada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Otro problema es el escaso conocimiento científico sobre estos animales, en especial respecto a las tendencias poblacionales de las diferentes especies. Alrededor de un 20% de las especies de murciélagos han sido clasificados como “Datos Insuficientes”, es decir, no se cuenta con los conocimientos necesarios para saber si están o no amenazadas, y por ello, requieren urgentemente atención de los investigadores.

En Chile contamos con 14 especies de murciélagos, de las cuales 12 se alimentan de insectos nocturnos que capturan al vuelo. Tenemos también una especie que se alimenta de sangre de lobos marinos y aves marinas y otra especie, en el norte de Chile, que sobrevive a base de néctar.

El simposio

Los murciélagos en Chile se encuentran protegidos por la Ley y Reglamento de Caza del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), que reconoce que la mayoría de estas especies son beneficiosas para la actividad silvoagropecuaria. Al igual que sucede a nivel mundial, las especies de murciélagos de Chile han sido en general escasamente estudiadas y sabemos poco sobre sus ciclos de vida, su ecología, amenazas y tendencias poblacionales. Afortunadamente, los últimos años ha aumentado el interés por los murciélagos de Chile, y han sido objeto de varias las iniciativas de investigación y conservación, en especial respecto a su interacción con el sector agrícola.

La última de ellas, organizada por el CAPES, con la colaboración de la consultora Myotis Chile y la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC, es el simposio online “Murciélagos y Agro Chileno”, iniciado esta semana y el cual busca dar a conocer la biodiversidad de los murciélagos chilenos, los beneficios que proporcionan a la sociedad y diferentes iniciativas relacionadas con su investigación y conservación, especialmente provenientes bajo el prisma de su contribución a la agricultura.

“La idea de esta actividad es levantar una perspectiva global de la interacción entre murciélagos y el agro que trascienda el ámbito académico, y que nos sirva de input para comenzar un trabajo colaborativo en Chile”, cuenta Gabriela Flores, organizadora del simposio. “También creemos que el simposio nos proporcionará material valioso para generar campañas de divulgación sobre los murciélagos de Chile y los servicios ecosistémicos que nos proveen”.

Ajustándose a las condiciones que obliga el contexto sanitario, las 15 presentaciones que componen el simposio se encontrarán disponibles, en formato de video y para todos los inscritos a la actividad, hasta el lunes 25 de mayo. Éstas tocarán temas como la biodiversidad y ecología de estos mamíferos alados, la valorización de los servicios ecosistémicos que proveen, y las distintas experiencias integrando estos animales en la producción agrícola. Hasta el martes 19 de mayo, los auditores también podrán hacer preguntas a los expositores, algunas de las cuales luego serán respondidas en una segunda fase de conversatorios en vivo entre el 25 y 29 de mayo.

Iniciativas como el simposio, sumado a la incipiente divulgación en torno al papel y funciones de estos increíbles seres, poco a poco están cambiando la percepción de las personas sobre los murciélagos y su mundo. Sin embargo, el peligro cada vez más presente de enfermedades de origen zoonótico y el potencial de nuevos brotes y pandemias en el futuro, por otra parte, parecen frenar o al menos reducir la velocidad de estos cambios de percepción. Mientras tanto, un animal tan vital para muchos ecosistemas como el murciélago sufre las consecuencias de nuestra ignorancia, y ese es un tipo de oscuridad a la que, lamentablemente, este pequeño amigo no está adaptado.

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Redacción: Myotis Chile y CAPES
Fotografía: Ignacio Fernández

Simposio visibiliza aportes de murciélagos en el agro chileno

Para conocer más sobre los beneficios de los murciélagos que habitan en Chile y su interacción con el sector agrícola, así como diferentes iniciativas para su investigación y conservación, el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES, con la colaboración de la consultora Myotis Chile y la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC, organizó el simposio online “Murciélagos y Agro Chileno”.

En la mayoría de las culturas occidentales, los murciélagos son animales poco valorados y apreciados por la sociedad. Con su peculiar aspecto y hábitos nocturnos, suelen ganarse el rechazo entre las personas por su mal dirigida fama de dañinos o peligrosos. Un ejemplo de esto ocurre cada verano en Chile, cuando noticias sobre plagas urbanas de murciélagos abundan en los medios locales, aun cuando estos fenómenos se explican por las primeras salidas de crías desde colonias de casas y edificios, y su consecuente extravío en busca de alimento.

Un ejemplo más actual y directo de esta realidad, es la injusta culpa que estos mamíferos voladores han debido cargar como causantes principales de la pandemia de COVID-19, lo que incluso ha provocado matanzas de colonias completas alrededor del mundo por la errónea idea de que aquello podría ayudar a prevenir la transmisión de la enfermedad. Lo cierto es que los verdaderos culpables de esta pandemia son los mismos seres humanos, y la forma muchas veces inconsciente en que nos relacionamos con el entorno natural, destruyendo ecosistemas completos, empujando a especies salvajes fuera de sus hábitats y hacia los centros urbanos, y en este caso, practicando el comercio desregulado de animales y carne. Y basta decir que los ya millones de contagiados de COVID-19 en el mundo no obtuvieron la enfermedad desde un murciélago, sino de otras personas.

Contrario a su mala reputación, los murciélagos son animales fascinantes. Con sus extremidades anteriores transformadas en alas, son los únicos mamíferos capaces de practicar el vuelo controlado. Su increíble sentido de ecolocalización les permite volar, orientarse y obtener su alimento durante la noche sin ayuda de su vista, emitiendo ondas sonoras inaudibles para el oído humano que hacen rebotar sobre los objetivos para establecer su distancia y posición. A pesar de que se les suele comparar con ratones, los murciélagos tienen un ciclo de vida muy diferente, con una reproducción tardía, un bajo número de crías, y una vida más longeva.

Los murciélagos son además uno de los órdenes de mamíferos con mayor biodiversidad. Esta se ve reflejada en el gran numero de especies que alberga, sólo superado por los roedores, con alrededor de 1.400 especies­. También, por la gran variedad de formas corporales y modos de alimentación que poseen. Con esta enorme diversidad biológica, no es de extrañar que los murciélagos cumplan importantes funciones en los ecosistemas y que presten importantes beneficios a la naturaleza y a la sociedad.

Los murciélagos que se alimentan de néctar, por ejemplo, cumplen un rol fundamental en la polinización de flores silvestres y cultivos agrícolas. Otros, frugívoros, ayudan a dispersar las semillas de diferentes plantas. Los murciélagos insectívoros, el grupo con el mayor número de especies registradas, ayudan a controlar el consumo de plantas por insectos herbívoros, proveyendo un servicio de control de plagas a los sectores agrícola y forestal. Asimismo, el guano o excremento de murciélagos tiene un efecto fertilizante y en varios países es extraído y comercializado para tales propósitos.

Además de estos beneficios de importancia ecológica y productiva, los murciélagos han sido una fuente de inspiración para diferentes culturas y mitologías, desde los mitos vampíricos de Europa del Este hasta el desarrollo del ecoturismo en tiempos modernos, asociado a colonias de millones de individuos de murciélagos que se dan en algunos países.

Lamentablemente, los murciélagos también enfrentan un gran número de amenazas, tales como la pérdida de su hábitat natural, la eliminación intencional de colonias, la colisión con vehículos y aspas de los aerogeneradores en parques eólicos y un uso excesivo de insecticidas, entre otras. Es por ello que alrededor de un 15% de las especies de murciélagos del mundo ha sido clasificada como amenazada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Otro problema es el escaso conocimiento científico sobre estos animales, en especial respecto a las tendencias poblacionales de las diferentes especies. Alrededor de un 20% de las especies de murciélagos han sido clasificados como “Datos Insuficientes”, es decir, no se cuenta con los conocimientos necesarios para saber si están o no amenazadas, y por ello, requieren urgentemente atención de los investigadores.

En Chile contamos con 14 especies de murciélagos, de las cuales 12 se alimentan de insectos nocturnos que capturan al vuelo. Tenemos también una especie que se alimenta de sangre de lobos marinos y aves marinas y otra especie, en el norte de Chile, que sobrevive a base de néctar.

El simposio

Los murciélagos en Chile se encuentran protegidos por la Ley y Reglamento de Caza del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), que reconoce que la mayoría de estas especies son beneficiosas para la actividad silvoagropecuaria. Al igual que sucede a nivel mundial, las especies de murciélagos de Chile han sido en general escasamente estudiadas y sabemos poco sobre sus ciclos de vida, su ecología, amenazas y tendencias poblacionales. Afortunadamente, los últimos años ha aumentado el interés por los murciélagos de Chile, y han sido objeto de varias las iniciativas de investigación y conservación, en especial respecto a su interacción con el sector agrícola.

La última de ellas, organizada por el CAPES, con la colaboración de la consultora Myotis Chile y la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC, es el simposio online “Murciélagos y Agro Chileno”, iniciado esta semana y el cual busca dar a conocer la biodiversidad de los murciélagos chilenos, los beneficios que proporcionan a la sociedad y diferentes iniciativas relacionadas con su investigación y conservación, especialmente provenientes bajo el prisma de su contribución a la agricultura.

“La idea de esta actividad es levantar una perspectiva global de la interacción entre murciélagos y el agro que trascienda el ámbito académico, y que nos sirva de input para comenzar un trabajo colaborativo en Chile”, cuenta Gabriela Flores, organizadora del simposio. “También creemos que el simposio nos proporcionará material valioso para generar campañas de divulgación sobre los murciélagos de Chile y los servicios ecosistémicos que nos proveen”.

Ajustándose a las condiciones que obliga el contexto sanitario, las 15 presentaciones que componen el simposio se encontrarán disponibles, en formato de video y para todos los inscritos a la actividad, hasta el lunes 25 de mayo. Éstas tocarán temas como la biodiversidad y ecología de estos mamíferos alados, la valorización de los servicios ecosistémicos que proveen, y las distintas experiencias integrando estos animales en la producción agrícola. Hasta el martes 19 de mayo, los auditores también podrán hacer preguntas a los expositores, algunas de las cuales luego serán respondidas en una segunda fase de conversatorios en vivo entre el 25 y 29 de mayo.

Iniciativas como el simposio, sumado a la incipiente divulgación en torno al papel y funciones de estos increíbles seres, poco a poco están cambiando la percepción de las personas sobre los murciélagos y su mundo. Sin embargo, el peligro cada vez más presente de enfermedades de origen zoonótico y el potencial de nuevos brotes y pandemias en el futuro, por otra parte, parecen frenar o al menos reducir la velocidad de estos cambios de percepción. Mientras tanto, un animal tan vital para muchos ecosistemas como el murciélago sufre las consecuencias de nuestra ignorancia, y ese es un tipo de oscuridad a la que, lamentablemente, este pequeño amigo no está adaptado.

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Redacción: Myotis Chile y CAPES
Fotografía: Ignacio Fernández