Proyecto CICE sobre picaflor de Arica obtiene primer lugar en Congreso Nacional Explora 

El proyecto, previamente ganador del Congreso Regional Explora del PAR RM Norte, realizó un muestreo de 15 sitios dentro de los valles de la Región de Arica y Parinacota para identificar y catalogar los espacios que cumplen con las condiciones para resguardar a las poblaciones de Picaflor de Arica.

La ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisen Etcheverry, junto a los investigadores CICE María Emilia Cañas y Francisco Soto, y el director de CICE, Carlos Zurita (Crédito: Carlos Zurita).

Entre el 14 y el 17 de marzo de 2023, se vivió en Chile la vigésimo primera versión del reconocido Congreso Nacional Explora de Investigación e Innovación Escolar, certamen que reúne anualmente a los mejores proyectos de ciencia escolar provenientes de cada región del país. 

En esta oportunidad, nuestro Centro de Investigación Científica Escolar, CICE, estuvo brillantemente representado por los jóvenes investigadores María Emilia Cañas y Francisco Soto, quienes obtuvieron el premio al mejor proyecto de investigación en la categoría educación media con su proyecto denominado «Categorización de sitios para la conservación de Eulidia yarrellii (Picaflor de Arica) en los valles de la región de Arica y Parinacota, Chile».

El proyecto, previamente ganador del Congreso Regional Explora del PAR RM Norte, realizó un muestreo de 15 sitios dentro de los valles de la Región de Arica y Parinacota para identificar y catalogar los espacios que cumplen con las condiciones para resguardar a las poblaciones de Picaflor de Arica, una especie nativa de Chile en peligro de extinción.

Esta es la la quinta vez que CICE participa del Congreso Nacional Explora; 2015 en Valparaíso, 2016 en Santiago, 2017 en Arica y 2018 en Concepción; siendo esta la primera vez que obtenemos tal reconocimiento. El Premio fue entregado por Aisén Etcheverry, Ministra de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación.

Carlos Zurita, director del CICE, señaló que “Recibo este premio muy feliz, porque detrás de esto hay un arduo trabajo, trabajo en terreno, trabajo bibliográfico, de lectura, un trabajo sistemático, tabulación de resultados, análisis de resultados, reunión con asesor científico, que es Fabián Jaksic, sumado al trabajo individual de los estudiantes, da como fruto lo obtenido hoy. Este premio nos motiva a seguir trabajando y potenciando al Cice dentro del área de educación, investigación, comunicación y divulgación de la ciencia”.

El poster del proyecto sobre el picaflor de Arica en la Plaza de la Constitución, durante los días del Congreso (Crédito: Carlos Zurita).

Una jornada para la ciencia joven

El Congreso Explora lleva más de 20 años apoyando la investigación científica escolar, la instancia nacional reúne a los ganadores de los Congresos Científicos Regionales, no sólo para compartir los conocimientos y resultados de sus investigaciones, si no que también para socializar y comunicar la ciencia que hacen en todos los rincones del país.

El evento, que en esta ocasión reunió a 70 proyectos de investigación de Arica hasta Punta Arenas, comenzó el martes 14 con un acto inaugural en el Teatro Municipal de la comuna de La Pintana. Allí, el equipo de Explora Central encabezados por su Directora Nacional Marisol Gómez, dio la bienvenida a los 70 equipos de investigación e innovación escolar participantes de este año. La ceremonia también incluyó palabras de bienvenida de la Subsecretaria del Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Carolina Gainza. 

El miércoles 15 las actividades se realizaron en Bosques Santiago, un espacio para investigación y educación ambiental del Parque Metropolitano donde se realizaron diferentes acciones para los investigadores escolares y sus profesores, además de poder tener gratas conversaciones con científicas y científicos de todo el país.

El jueves 16 estuvo caracterizado por el trabajo en equipo, donde los estudiantes y docentes reflexionaron sobre investigación científica, comunicación y divulgación de la ciencia, motivaciones y dificultades que tuvieron al momento de realizar su investigación. El viernes 17 se realizó el cierre del evento en el Centro Cultural Alameda donde los escolares del país tuvieron un espacio de socialización de sus proyectos de investigación entre pares.

El fruto de un trabajo conjunto

“Siento que hablo por todo el equipo al decir que esto fue, a la vez que inesperado, un sueño logrado”, expresó Francisco Soto, uno de los investigadores escolares galardonados. “No es fácil expresar el torbellino de emociones que todos sentimos al escuchar nuestros nombres siendo mencionados por parlante, sentimientos desde alegría o euforia, hasta gratitud y satisfacción, esa sensación de sentir que todo valió la pena, el esfuerzo, la disciplina, la organización, las horas invertidas y el complejo pero muy gratificante y llenador proceso de aprendizaje y evolución tanto del proyecto como de nosotros como investigadores”, añadió.

Para Francisco, “nuestro enfoque dentro del congreso no iba dirigido a la obtención de un reconocimiento, sino que más bien a la difusión y divulgación de nuestro proyecto, experiencias y conocimientos, además del inevitable enriquecimiento tanto personal como social al poder compartir y por haber tenido la oportunidad de generar lazos con personas con diversos intereses a lo largo del país”.

Los investigadores y su profesor, en terreno en Arica (Crédito: Carlos Zurita).

Por su parte, María Emilia Cañas valoró la experiencia que significó trabajar en este proyecto: «Ha sido una experiencia profundamente enriquecedora, no solo en cuanto a conocimiento, sino también para mi proceso de aprendizaje, potenciando el pensamiento crítico y la resolución de problemáticas dentro del contexto país. Ha sido un antes y después en mi proceso formativo, permitiéndome integrar muchísimas herramientas, y abriéndome las puertas a la posibilidad de conocer personas trascendentes para este mismo”. 

A su vez, la joven investigadora recalcó que “la investigación científica es la base para el aprendizaje metódico y riguroso, siendo una instancia de desarrollo para las habilidades tanto sociales como cognitivas, además de estimular diversas áreas del pensamiento y la generación de conocimiento, presentándose como la forma de entender, cuestionar y modificar el contexto en el que vivimos. El mayor aprendizaje dentro de esta experiencia es el entender que somos capaces de cambiar nuestro entorno, de plantear preguntas relevantes y proponer soluciones influyentes y coherentes ante las problemáticas actuales”.

Para saber más información sobre el proyecto CICE del Picaflor de Arica, visita www.cice.cl/proyectoscice.

Para conocer más sobre los proyectos participantes del XXI Congreso Nacional Explora te invitamos a visitar su web y descargar el Libro de Resúmenes 2023 que reúne los proyectos del certamen.

Texto: Comunicaciones CAPES

Los hitos y lecciones de SUFICA, el proyecto que llevó la fruticultura sustentable al centro de Brasil

Un grupo de investigadores chilenos, brasileños y británicos trabajó durante 5 años en un proyecto que buscó promover prácticas de intensificación ecológica en una zona de Brasil altamente afectada por la actividad humana, en un intento por replicar un nuevo enfoque de producción agrícola en un contexto latinoamericano.

La Caatinga, al noreste de Brasil (Crédito: Nadia Rojas).

Al noreste de Brasil, en un territorio que comprende cerca del 10% del área total del país, se encuentra la Caatinga. Esta ecorregión, llamada así por el tipo de vegetación que la cubre (caatinga viene del tupí “kaatinga” o “bosque blanco”), es un bioma único en el mundo, caracterizado por una flora desértica especialmente adaptada a ambientes secos, y compuesta por una rica diversidad de árboles, arbustos y matorrales, muchos de los cuales sólo se encuentran en esta parte del globo.

Es allí, también, donde cientos de agricultores frutícolas del valle de São Francisco hacen su vida bajo las inclemencias de este entorno semiárido, transformando, a su paso, la estructura, funcionalidad y biodiversidad de este magnífico ecosistema, amenazado por la actividad agrícola y el aumento de la sequía a causa del cambio climático.

Se estima, por ejemplo, que entre 1990 y 2010, una décima parte de este territorio —alrededor de 90 mil kilómetros cuadrados— se perdió a causa de la agricultura, la actividad forestal y la continua expansión urbana a la que se ha visto sometida, afectando a las 500 especies de aves y 1.000 especies de plantas —31% de ellas endémicas— que habitan la región.

Para hacer frente a este problema, un grupo de investigadores internacionales liderado por académicos de la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, creó SUFICA, un consorcio que buscó mejorar la sostenibilidad de la fruticultura que se realiza en el valle, un esfuerzo de 5 años que hoy llega a su fin con excelentes y prometedores resultados.

Conversamos con Eduardo Arellano, investigador CAPES y director del capítulo chileno de este proyecto pionero, para rememorar los principales hitos que marcaron el trabajo en la región y las lecciones que dejó SUFICA para el futuro de la investigación en agroecología y el desafío de contar con alimentos producidos —y consumidos— de manera sustentable con el medio ambiente.

Intensificación ecológica en ambientes semiáridos

Una de las aristas del proyecto fue la instalación de dispositivos para el monitoreo de fauna (en este caso reptiles) bajo los cultivo. Las mallas (al fondo de la foto) buscan guiar el paso de los animales por la lámina de concho monitoreada por la cámara trampa.

“Fruticultura Sostenible en la Caatinga” (o SUFICA, por sus siglas en inglés), nació en 2018 a partir de un llamado conjunto de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID) y el programa Newton Fund del Reino Unido para el levantamiento que proyectos de investigación asociativos entre investigadores del Reino Unido y de Chile que contribuyesen al desarrollo económico y al bienestar de otros países de la región bajo el tema de “Nexos Energía-Alimentos-Agua-Medio Ambiente”. Esto, nos cuenta Eduardo, permitió crear un proyecto multidisciplinario y global que abarcó toda la cadena de producción involucrada en la elaboración de agro-alimentos, desde la producción en el huerto hasta la venta en supermercados de Inglaterra.

¿En qué consistió el proyecto SUFICA y cómo nació esta colaboración?

“El proyecto es un consorcio de investigación internacional, conformado por investigadores de Brasil, Inglaterra y Chile, que buscó mejorar la sustentabilidad de la producción frutícola en áreas de prioridad para la biodiversidad, como son la zona semiárida de la Caatinga en Brasil y la zona central de Chile. En el proyecto se plantearon diversos desafíos sobre cómo potenciar el aporte de los predios a los servicios ecosistémicos, de modo de contar con alimentos que no impactarán negativamente en la biodiversidad de los lugares donde eran producidos”. 

La colaboración, añade Eduardo, fue una respuesta a las recientes señales del mercado en el sector agroalimentario, especialmente en Europa, para que los agricultores tomarán medidas para promover la biodiversidad.

“El proyecto incorporó la cadena completa de suministro de fruta, desde agricultores en Chile y Brasil hasta cadenas de supermercados (Waitrose) en Inglaterra, además de una plataforma nacida desde la industria que busca desarrollar métricas para la agricultura sustentable con uso a nivel predial de zonas semiáridas y mediterráneas”.

¿Cuáles fueron las principales áreas de estudio/trabajo?

“La investigación se centró en el estudio y promoción de los servicios ecosistémicos que mejoraban la producción de los frutales —polinización, almacenamiento de carbono y regulación del flujo de agua— y la evaluación de los beneficios que estos servicios traen a los mismos agricultores”, muchos de ellos, comenta Eduardo, reticentes a abandonar las técnicas tradicionales a favor de prácticas más amables con los entornos naturales.

El proyecto co-diseñó junto a productores y empresas exportadoras internacionales una serie de innovaciones basadas en la naturaleza en huertos frutales intensivos. “Estas innovaciones”, explica el también académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica, “generan múltiples beneficios ambientales, al tiempo que mejoran la rentabilidad de los predios a través de un mejor rendimiento o calidad y una reducción de insumos (agua y agroquímicos)”.

El enfoque, denominado “intensificación ecológica”, se ha mostrado prometedor en Europa y América del Norte, pero no había sido probado experimentalmente en ambientes tropicales semiáridos.

Una red sustentable para el futuro

Luego de 5 años de trabajo, ¿cuáles son los principales resultados y conclusiones a las que llegaron?

“Antes que todo, SUFICA nos permitió formar una red de investigadoras e investigadores, productores, asesores y exportadores de los tres países involucrados, con la realización de 8 talleres en Chile y Brasil, además de la instalación de pilotajes con agricultores que buscaban potenciar las acciones de intensificación ecológica en sus predios”.

“El principal resultado fue el aprendizaje del proceso de co-creación, donde se unió a investigadores y agricultores en busca de la priorización y adaptación de las mejores técnicas de intensificación ecológica en sus predios frutícolas. Además, se validó la herramienta online para gestionar la biodiversidad predial, para fruticultura de zonas mediterráneas”.

Una de las conclusiones principales, es que aún existen grandes brechas entre las actividades de los fruticultores y los objetivos globales de sustentabilidad. Si bien se entiende lo que se debe hacer en cuanto a acciones de intensificación ecológica que promuevan la biodiversidad, existen barreras culturales y sociales que dificultan o impiden la aplicación de estas prácticas. Para superar estas brechas se requerirá de incentivos, como los existentes en las políticas europeas”.

¿Qué productos de transferencia o divulgación dejó este proyecto? 

“A nivel de transferencia, se realizaron seminarios en Brasil y dos seminarios en Chile sobre avances del proyecto, acciones de intensificación ecológica y de adaptación y mitigación para el cambio climático. Tuvimos, además, dos seminarios de cierre en Chile, uno en Santiago y otro en Rancagua, los cuales contaron con una alta asistencia y participación”.

“En cuanto a divulgación, se generaron una serie de boletines (o booklets) y manuales en portugués o español, que describen en detalle la biodiversidad de la región a través de sus aves, mamíferos, fauna del suelo, flora e insectos, además de un manual de prácticas agrícolas de bajo impacto. Participamos, asimismo, en webinars y cursos online”.

“Finalmente, en lo que se respecta a producción científica, ya hemos publicado 4 artículos científicos y estamos en el proceso de cerrar las publicaciones de varios más asociados a distintos aspectos de biodiversidad en agricultura”, remata el investigador.

Junto a Arellano, el proyecto también fue liderado por Lynn Dicks, de la Universidad de Cambridge (UK), y contó con la participación de Fabiana Oliveira da Silva, Kátia Siqueira, Patricia Rebouças, Lúcia Kill y Vinina Silva Ferreira como co-investigadoras; Andrés Muñoz-Sáez (CAPES) y Liam Crowther como investigadores posdoctorales; Natalia Zielonka como estudiante de doctorado; Nadia Rojas como asistente de campo, además de Gonzalo Neira y Xavier Baudequin como miembros representantes de la industria.

Alcances y desafíos

¿Cuáles son los alcances de este proyecto en términos de sus aplicaciones futuras en agroecosistemas?

“Este proyecto refuerza uno de los objetivos más importantes de la Línea de Intensificación Ecológica de nuestro Centro, que es la identificación y transferencia de acciones que potencien servicios ecosistémicos y la biodiversidad. Generamos información relevante para sistemas frutícolas de Chile y Brasil sobre el potencial de adaptar recomendaciones de manejo que se implementan principalmente en el hemisferio norte”. 

“Además, la adaptación de la herramienta Cool Farm Tool para sistemas frutícolas permitirá a los productores identificar acciones y generar reportes de biodiversidad predial. Este es uno de los puntos más relevantes, porque la biodiversidad tiene aspectos muy locales que deben ser validados”.

¿Qué aprendizajes y lecciones obtuvieron de este proyecto, más allá de esos resultados?

“Una parte importante de la ejecución de SUFICA fue en plena pandemia Covid-19, por lo que la ejecución del proyecto fue un permanente desafío debido a que incorporaba viajes, trabajos de implementación y monitoreos en campo tanto en Brasil como en Chile. Finalmente, la colaboración e interés de los agricultores y los investigadores permitió sacar adelante los objetivos”.

“Para nosotros, el aprendizaje fue la inducción a redes internacionales de investigación en biodiversidad y agricultura mediante un proyecto de gran envergadura, que funcionaba en tres idiomas y que consideraba una gran diversidad de actores. Aprendimos sobre la realidad de los agricultores en Brasil en las zonas semiáridas de la Caatinga y como los mercados globales de fruta influencian las decisiones que toman los agricultores”.

Finalmente ¿qué pendientes dejó este trabajo para investigaciones futuras?

“Dentro de las acciones que se probaron se implementaron ensayos de cultivos de cobertura y perchas para rapaces. Se trabajó y avanzó en los diseños e implementación y se logró un monitoreo inicial, dejando pendiente las evaluaciones del efecto de estas intervenciones sobre la producción frutícola a largo plazo”.

“Gracias al proyecto, se conformó una red de colaboración de investigadores y estudiantes de la Universidad de Cambridge, Universidad de East Anglia, PUC, Universidad de Sergipe, Universidade Federal de Bahía y la Universidad del Valle de San Francisco, la que esperamos poder mantener en forma activa a través de otras iniciativas de carácter internacional”.

Texto: Comunicaciones CAPES

Llega a Chile proyecto que mide el campo electromagnético de los árboles

Tree Rhythms es parte de un programa que busca desarrollar una nueva tecnología que, mediante un sencillo sensor, lee las señales eléctricas en los árboles y la tierra circundante. Desde enero, un quillay en Campus San Joaquín es uno de estos árboles.

La prof. Rosanna Ginocchio junto al nuevo miembro de la red Tree Rhythms, un quillay ubicado en la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC (Crédito: Camila Rey).

Desde fines de enero de 2023, oculto entre los pastos de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal (FAIF) de la Universidad Católica, se encuentra un quillay (Quillaja saponaria) que, a simple vista, no parece muy distinto a otros ejemplares de su especie. Sin embargo, este árbol, representante nativo del bosque esclerófilo de la zona central de Chile, no es como cualquier otro, pues forma parte de una red internacional de árboles que son parte del reciente proyecto de Ciencia Ciudadana Tree RhythmsTM, una iniciativa liderada por el HeartMath Institute, con base en California (Estados Unidos) y que acaba de incorporar a Chile y a FAIF como parte de esta red.

Tree Rhythms es parte de un programa que busca desarrollar una nueva tecnología que, mediante un sencillo sensor, lee las señales eléctricas en los árboles y la tierra circundante. Actualmente, son más de 23 árboles los árboles ubicados en todo el mundo en los que se han instalado estos sensores, siendo el quillay alojado en FAIF el último de este grupo.
La coordinadora local a cargo del monitoreo de este árbol es la profesora Rosanna Ginocchio, académica del Departamento de Ecosistemas y Medio Ambiente de la FAIF e investigadora principal del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES.

Hasta ahora, Tree Rhythms cuenta con 23 árboles siendo monitoreados alrededor del mundo. El de Chile es el segundo en suelo sudamericano.

La energía oculta de los árboles

Aunque aún queda mucho por investigar al respecto, se sabe que los árboles generan potenciales de voltaje en el rango de los milivolts (mV), con voltajes de hasta 200 mV, medidos con electrodos puestos en sus troncos (como en este árbol de Quillay). Estos potenciales de voltaje son similares a los medidos a través de los electrocardiogramas en los seres humanos y otros animales. 

Instalando el sensor de campo electromagnético.

En el caso de las plantas, los cambios en estos potenciales de voltaje son más lentos (horas y días) y muestran ritmos circadianos de 24 horas. También se sabe que estos ciclos son afectados por factores ambientales, tales como la luz del día y la cantidad de agua disponible.

Esta corriente eléctrica de los árboles genera un campo electromagnético (biofield), el que, los científicos especulan, podría interactuar con los campos electromagnéticos de las personas, de otros seres vivos y de la tierra. De esta forma, este proyecto de ciencia ciudadana busca demostrar que la naturaleza es una sola red de campos energéticos que interactúan (la llamada “Hipótesis de la interconectividad de los campos electromagnéticos”).

Una de las primeras preguntas de investigación de interés de los científicos del HeartMath fue si estas respuestas eléctricas de los árboles presentes en una región o en el planeta se correlacionan con eventos que gatillan respuestas emocionales masivas en poblaciones humanas, tales como guerras, estallidos sociales y desastres naturales (pandemias, inundaciones, mega-incendios, etc.). Para ello, los investigadores comenzaron a hacer mediciones de los potenciales de voltaje en árboles ubicados en distintas partes del mundo, invitando a otras personas del globo a sumarse a esta investigación.

¿Predictores de terremotos?

Además del potencial de voltaje del árbol, los sensores instalados en los árboles realizan una segunda medición, que corresponde al potencial de voltaje entre el tronco del árbol y el suelo donde crece. Con este parámetro de medición, el proyecto quiere responder si los árboles pueden llegar a ser sensores de bajo costo para la predicción de terremotos. 

El investigador de la NASA, Friedemann Freund, que está colaborando con esta iniciativa, postula que las rocas ubicadas en las profundidades de la tierra actuarían como grandes baterías cuando son estresadas por las fuerzas tectónicas de las placas en movimiento, que anteceden a los terremotos, los que afectarían la actividad eléctrica de los árboles ubicados en el área de ocurrencia de un terremoto. Investigaciones realizadas en Japón han determinado la ocurrencia de cambios en los potenciales de voltaje de los árboles con días de antelación a la ocurrencia de un terremoto, pero aún es necesario profundizar en dichas investigaciones.

Un quillay “eléctrico”

Actualmente los registros de potencial de voltaje del tronco (Canal 1) y del diferencial tronco-suelo (Canal 2) del quillay de la FAIF pueden ser vistos en línea, al igual que los de los demás árboles que están siendo monitoreados en el mundo (https://treerhythms.net/view). De hecho, ya se han observado variaciones en los potenciales de voltaje del tronco, con algunos peaks luego de su instalación, como ocurrió a mediados del mes de febrero cuando se produjo un peak de baja en el potencial del tronco del árbol (Figura 3), coincidiendo con la baja de personas dentro del campus San Joaquín por las vacaciones de verano. 

Posteriormente, al llegar a la quincena de marzo, se produjo un peak de alta en este voltaje, coincidiendo con la llegada de la comunidad UC al campus en el mes de marzo (Figura 3). En el Canal 2 (tronco árbol-suelo) se han producido variaciones en el potencial de voltaje durante el mes de marzo (Figura 3), las que podrían estar relacionadas con un aumento de actividad sísmica en esta zona (baste recordar el temblor de 5,6 registrado pocos días atrás). Esto solo es un análisis inicial al comportamiento observado en los gráficos que se van entregando en tiempo real. En el caso de nuestro país, se suma el interés de verificar en terreno y con datos precisos la posible relación con eventos sísmicos que puedan ocurrir.

Quién sabe lo que nos podrá decir este eléctrico árbol en el futuro.

Para mayor información visita el sitio web https://treerhythms.net/

Texto: Camila Rey y Comunicaciones CAPES

Estrenan “Elementos”, el documental chileno que reúne a exponentes de las artes y las ciencias por el cambio climático

Francisca Valenzuela, Gepe, Pedropiedra y la actual ministra de Medioambiente, Maisa Rojas, son algunas de las personas que conforman el proyecto.

En una de las escenas del documental, el investigador CAPES, Rafael Larraín (centro), explica los procesos que ocurren en la tierra al cantante Pedro Piedra (izquierda) y el diseñador Pablo González (derecha). (Crédito: Equipo «Elementos»)

¿Qué ocurre cuando el arte y la ciencia se cruzan para buscar soluciones a la crisis climática y sus efectos en el planeta? Esa es la pregunta que busca resolver el documental Elementos, obra que relata el camino de artistas y representantes del mundo de las ciencias para buscar soluciones sustentables en las raíces de nuestra propia sociedad, y que reúne a figuras de la talla de Francisca Valenzuela, Gepe y Pedropiedra, además de instituciones como el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad de la Universidad Católica (CAPES), el Instituto Milenio SECOS, el Centro de ciencia del Clima y la resiliencia CR2 y el Ministerio de Ciencia.

Luego de una exitosa presentación en el Festival de Cine de vida salvaje y medioambiente de Latinoamérica, Santiago Wild, “Elementos” tendrá su estreno oficial este miércoles 5 de abril, a las 18:15 horas, en el Centro Cultural Gabriela Mistral.      

“Elementos es un cruce de saberes entre las artes, las ciencias y los conocimientos ancestrales que nos permiten entender a la naturaleza que nos rodea como un complejo ecosistema interconectado que hay que proteger, principalmente a través del agua, la tierra y el aire. Se trata de una invitación a que nos replanteemos cómo nos vinculamos con el medioambiente y a mantener viva la conversación ambiental para que avancemos hacia los cambios que se necesitan”, explica la directora del proyecto que dio vida a este trabajo, Francisca Boher.

La cantante Francisca Valenzuela, parte del proyecto «Aire». (Créditos: Equipo «Elementos»).

Desde danza hasta biología marina

Junto a la exhibición del documental, de 30 minutos de duración, la instancia contará con una presentación de la ministra del Medioambiente, Maisa Rojas, y concluirá  con un conversatorio de parte de las y los protagonistas del proyecto, tales como el doctor en Ciencias Animales Rafael Larraín, el investigador experto en conservación marina Stefan Gelcich, la bailarina Amelia Ibáñez, el artista visual Marcos Sánchez, además de Andrea y Octavio Gana del estudio de arte, luz y sonido Delight Lab.

Además, como parte de esta iniciativa, los artistas Gepe y Francisca Valenzuela lanzarán dos nuevas canciones de su autoría: Gepe presentará “Yenny, Las Cruces”, que cuenta la historia de una mujer del mar que nos enseña acerca del cuidado y valor del agua, el océano y sus recursos y “Aire”, un homenaje a este elemento por parte de Valenzuela. Ambas canciones están disponibles en sus respectivos perfiles de Spotify  y el próximo 21 de abril se lanzará “La cadena” de Pedropiedra haciendo alusión al elemento tierra.

¿Dónde ver «Elementos»?

El documental estará disponible para ser visto en la plataforma Ondamedia de forma gratuita.

Pueden ver adelantos del documental, puedes visitar la cuenta de Instagram @docuelementos o el canal de YouTube del documental.

https://youtu.be/6NI6hfpcR2M

Texto: Comunicaciones equipo «Elementos»

Viajeros clandestinos: la larga historia de los insectos introducidos a Chile

Casi 600 especies de insectos han sido introducidas a nuestro territorio en los últimos 500 años, la mayor parte de ellos después de la Segunda Guerra Mundial y relacionados con la actividad agrícola y silvícola, según un estudio realizado por investigadores de CAPES, UACh, SAG y U de Talca.

Un 40% de las especies de insectos introducidos pertenecen al orden Hemiptera, como el pulgón Diuraphis noxi. (Créditos: Wikipedia)

Desde la llegada de los europeos a América hace más de 500 años, además del intercambio económico, comenzó un intercambio masivo de una gran diversidad de plantas, vertebrados, invertebrados, hongos, bacterias, entre otros organismos. El arribo de especies exóticas a nuestro territorio se aceleró durante el siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial y del aumento del tráfico aéreo.

Un equipo de investigadores de la Universidad Austral, Universidad de Talca, Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y CAPES, se enfocó en examinar 500 años de historia de la introducción de insectos en nuestro territorio en el trabajo A bug’s tale: revealing the history, biogeography and ecological patterns of 500 years of insect invasions”, publicado en la revista NeoBiota.

Sergio Estay, académico del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Universidad Austral de Chile e investigador CAPES, quien es el autor principal del artículo, explica que la idea de realizar este estudio “surge porque creemos que es fundamental entender la historia de las introducciones de insectos para poder predecir los riesgos actuales y futuros, las potenciales vías de ingreso y cómo enfrentar este problema”.

Para lograr comprender los procesos involucrados en las invasiones biológicas de insectos, en una escala temporal de siglos, los investigadores analizaron las tendencias temporales, diversidad taxonómica, origen biogeográfico y los principales impactos de estas especies. Encontrar los patrones de distribución permitirá mejorar las políticas públicas para minimizar los efectos de los insectos invasores en los ecosistemas.

Áfidos introducidos en un jardín en Chile (Créditos: Sergio Estay).

600 especies de insectos en 500 años

Para poder abordar esta enorme tarea, fue necesario revisar una gran cantidad de registros en bibliotecas, museos, colecciones, públicas y privadas, artículos científicos, registros de expediciones, catálogos, entre muchas otras fuentes, trabajo que duró varios años. La información recolectada mostró que desde la llegada de los españoles a Chile se ha reportado el ingreso de 592 especies de insectos, con una fuerte aceleración a partir de la segunda mitad del siglo XX.

¿Por qué se da este auge en ese punto histórico? “Pueden existir múltiples explicaciones”, señala Estay, “lo primero, es el crecimiento de la producción agrícola posterior a la Segunda Guerra Mundial durante la “Revolución Verde”. Bonnamour et al. (2021), describen este momento como la segunda ola de globalización, donde el comercio internacional comenzó a incrementarse significativamente”.

“Una segunda explicación”, continúa el investigador, “proviene del gran desarrollo de los programas de control biológico de plagas vegetales en Chile en la segunda mitad del siglo XX. Ambas explicaciones hacen referencia a cambios en la producción agrícola, pero una tercera alternativa está relacionada con el fuerte aumento del transporte aéreo. El uso del transporte aéreo internacional por parte de los chilenos mostró un marcado y fuerte crecimiento a principios de la década de 1950. Además, el comercio internacional en Chile también aumentó en las últimas décadas del siglo XX, junto con la globalización”.

El análisis de la biogeografía y los patrones ecológicos del ingreso de insectos indica que muchos de estos llegaron asociados a la introducción de cultivos foráneos, agrícolas y silvícolas, otros arribaron, de manera accidental o intencionada, en plantas ornamentales, en conjunto con el ganado o en el equipaje humano. Esta es una tendencia que se repite en muchos países de Latinoamérica y el mundo.

Un 40% de las especies de insectos introducidos pertenecen al orden Hemiptera, que agrupa a chinches, pulgones, cigarras, chanchitos blancos, entre otros. Los órdenes Coleoptera (escarabajos) e Hymenoptera (abejas, avispas y hormigas), contribuyen con un 20% de insectos exóticos cada uno. El restante 20% se distribuye en órdenes como lepidópteros (mariposas), dípteros (moscas, mosquitos) y otros.

En el estudio, los investigadores identificaron los tanto los principales órdenes y especies de insecto introducidos en Chile (esquema superior izquierdo), como sus ecozonas de procedencia (esquema superior derecho). (Crédito: Sergio Estay).

¿Por qué los insectos del orden Hemiptera han sido tan exitosos en establecerse en Chile? “Esto probablemente se debe a la relación entre plantas cultivadas y estos insectos”, responde Sergio Estay, “si bien se requiere un análisis más detallado, es probable que la llegada de muchas plantas cultivadas originarias del hemisferio norte desencadenó el establecimiento exitoso de estos insectos. Ejemplos de esto son los pulgones de los cereales en Chile”.

Efectos del cambio climático

El aumento de las temperaturas, la sequía, la desertificación, la transformación de los ecosistemas, son algunas de las consecuencias del cambio climático que estamos observando, que entre otros resultados, puede promover la expansión del rango de distribución de algunos insectos. Al respecto, el académico comenta que “el cambio climático por supuesto genera y generará cambios en la distribución de plantas y animales. Sin embargo, existe una discusión sobre si insectos que llegan a un nuevo territorio producto de migración debido a la aparición de nuevos hábitats debido al cambio climático pueden considerarse como exóticos. Es un punto aún abierto en la discusión de los especialistas”.

El investigador también aclara que “la mayor parte de los insectos introducidos no causa casi ningún impacto significativo”. El Ministerio del Medio Ambiente, define a las especies invasoras como cualquier animal, vegetal, hongo o microorganismo que llega a un lugar donde no es nativo y expande su distribución, desplazando y/o dañando a las especies nativas y provocando un impacto negativo en los ecosistemas, lo que significa que los insectos introducidos son todos exóticos, pero no necesariamente invasores.

Tremex fuscicornis capturado en Chile. (Crédito: Sergio Estay).

Cuando los insectos foráneos se transforman en especies invasoras, se pueden producir daños económicos, sociales y/o ambientales, como cuando los invertebrados se convierten en plagas que destruyen los cultivos agrícolas o forestales. En este escenario, “lo principal es la prevención”, afirma Sergio Estay. “Aún así, con las mejores prácticas preventivas, es muy difícil prevenir el ingreso de nuevos insectos al país. La educación, como enseñar a no traer material vegetal desde el exterior, el monitoreo en puertos, etc., son medidas muy útiles, pero aún así es una labor muy difícil, y ningún país tiene un sistema que realmente impida totalmente el ingreso de nuevas especies de insectos”.

El equipo de investigadores e investigadoras construyó una base de datos con la información recopilada, la primera en su tipo y un trabajo en progreso, que puede ser actualizada y mejorada por especialistas, académicos y agencias de gobierno. El objetivo es apoyar la investigación y la toma de decisiones, en especial en los sectores agrícolas y silvícolas, para gestionar nuevas introducciones de insectos no nativos y prevenir daños ambientales, sociales o económicos.

Texto: Comunicaciones CAPES

Nuevo sendero educativo busca poner en valor al característico bosque esclerófilo de la zona central

El proyecto, financiado por el programa Ciencia Pública, será instalado en un predio de 80 ha en San Carlos de Apoquindo perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Chile, y un creará parque educativo y experiencial que pondrá en valor el bosque con el objetivo de concientizar para su conservación.

El nuevo sendero «Umbral» estará ubicado al comienzo del parque San Carlos de Apoquindo, propiedad de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Crédito: Proyecto Umbral).

El bosque esclerófilo es un tipo de ecosistema tan rico como único: se encuentra solo en cinco lugares del mundo y nuestro país tiene el privilegio de ser uno de ellos, junto con Sudáfrica, California, Australia y la cuenca del Mediterráneo.

Sin embargo, y pese a su revelancia como proveedor de importantes servicios ecosistémicos, además del hogar de un sinfín de especies endémicas, este bosque se encuentra altamente amenazado por efectos del cambio climático y la intervención del ser humano, especialmente en Chile.

Precisamente para ayudar a combatir estas amenazas, potenciar la protección de estos ecosistemas y generar instancias de valoración de sus múltiples beneficios, un grupo de instituciones encabezadas por el Centro de Ecología Aplicada y Sostenibilidad (CAPES UC) decidió crear un parque educativo interpretativo enclavado en el corazón de este bosque, en plena precordillera de Santiago. La primera etapa de este proyecto fue  recientemente seleccionada por el Concurso Nacional Ciencia Pública de Espacios Públicos Regionales del Programa Ciencia Pública del Ministerio de Ciencia, Tecnología, conocimiento e Innovación.

La iniciativa tiene una duración de 15 meses y una vez finalizado el proyecto, se espera que las experiencias que allí se diseñen permitan una integración de conocimiento en las comunidades que se refleje en un cambio de actitudes y motivaciones para enfrentar la crisis del bosque esclerófilo.

“Poner en valor la experiencia como herramienta para la comprensión de los componentes y procesos que subyacen a los sistemas naturales ofrece oportunidades únicas y significativas para la vinculación efectiva entre la persona y su entorno”, explica Pablo Becerra, investigador CAPES, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC y director general del proyecto.

Actualmente, los procesos históricos de explotación y amenazas de origen humano como el cambio de uso de suelo y los incendios forestales han causado un profundo daño a la composición y funcionamiento del bosque, así como a los servicios ecosistémicos que nos otorga. A esto se suman los efectos de más de una década de mega sequía en la zona central, que ha profundizado la vulnerabilidad de este ecosistema.

Por lo tanto, “la recuperación del bosque esclerófilo es una tarea de largo aliento que requiere de la contribución de toda la comunidad. Sin embargo, el acceso a la montaña es limitado, lo que ha profundizado la desconexión entre el humano y el bosque. Es por ello que la creación de espacios educativos y de interacción son vitales para el re encuentro con este ecosistema, el reconocimiento de sus amenazas actuales y el desarrollo de actitudes que contribuyan a su recuperación”, explica Francisca Boher Elton, profesional CAPES y coordinadora general de la iniciativa.

Parte de las señaléticas con que contará el sendero interpretativo (Crédito: Proyecto Umbral).

Educación y experiencias familiares en la precordillera santiaguina

El proyecto consiste en un sendero de aproximadamente 800 metros inserto en un predio propiedad de la Pontificia Universidad Católica, en una zona urbana accesible al público a través de vehículo y transporte público. Su administración estará a cargo Asociación Parque Cordillera (APC), institución asociada en esta propuesta quienes administran una red de parques en la precordillera de Santiago.

El conocimiento científico y experiencias educativas y técnicas para su restauración que se integrarán en el parque lo convertirán en un espacio de encuentro comunitario y familiar a través de soportes educativos, interactivos e inclusivos se transmitirán los valores del bosque, su estado actual, y las acciones personales y colectivas que se pueden realizar para su recuperación.

“Una vez finalizado el proyecto, esperamos que la experiencia permita una integración de conocimiento en las comunidades que se refleje en un cambio de actitudes y motivaciones para enfrentar la crisis del bosque esclerófilo”, explica Becerra.

Destacan dentro del diseño del parque dos espacios demostrativos sobre actividades que se llevan a cabo en el sitio: restauración ecológica y una zanja de infiltración de aguas lluvia, ambas acopladas con la información y el soporte correspondientes. “Este parque recoge los valores y desafíos que enfrenta el BE, los que están claramente representados en el territorio, constituyéndose como un excelente modelo para desarrollar un espacio público que permita recibir al visitante, informar, sensibilizar y movilizar a la acción”, finaliza Becerra.

“Este parque educativo interpretativo busca ofrecer un sendero educativo sensorial donde personas con discapacidad visual y auditiva puedan interactuar a través de visitas guiadas y soportes educativos inclusivos donde se transmitan los valores del bosque.”

Encargada creativa y profesional CAPES, Sofía Herrera.

“Los contenidos didácticos, cognitivos y visuales se presentan combinando la exhibición escrita con braille, videos con lenguaje de señas y audioguías junto a una interacción mecánica para reforzar la idea de parque escuela”, señala la Dra. Fabiola Orrego, Encargada de contenidos y profesional CAPES Este proyecto fue presentado por la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC, el Centro de Ecología Aplicada y Sostenibilidad (CAPES UC) y tiene como instituciones asociadas a Parque Cordillera, la Municipalidad de Las Condes, la Corporación Educacional de Las Condes, CAC Las Condes, la Fundación Araucanía Inclusiva y la Fundación Luz.

El sendero también dará acceso a las zanjas de infiltración, acopio y distribución de aguas lluvias instaladas como parte del programa de restauración del parque San Carlos de Apoquindo (Crédito: Proyecto Parque San Carlos).

Algunos datos sobre el bosque esclerófilo de la zona central de Chile

  1. Forma parte del ecosistema mediterráneo que cubre un 5% de la superficie de la tierra, pero aloja cerca del 20% de las especies vegetales, muchas endémicas (Myers et al 2000).
  2. Su distribución coincide con las áreas más pobladas del país, por lo que ha estado sujeto a fuertes presiones. El cambio de uso de suelo, los incendios, la introducción de especies invasoras y el cambio climático, han causado la reducción y fragmentación del BE (Fischer & Lindermayer 2007).
  3. Actualmente está sujeto a los efectos de más de una década de sequía, que ha causado un evento masivo de desecación en las especies leñosas que implica un daño a su estructura, funcionamiento, además de impactar negativamente en los beneficios ecosistémicos que recibimos de él, como el control de la erosión, purificación del aire, infiltración del agua, polinización, refugio para mamíferos y aves, entre otros (Álvarez-Codoceo et al 2021)
  4. El gran valor ecológico del BE, y el gran riesgo de desaparición motivó su clasificación como un hotspot de biodiversidad (Myers et al 2000).

Texto: Comunicaciones Agronomía UC y CAPES

Informe constata récord de proyectos de ley ambientales tramitados en el Congreso durante 2022

Un total de 25 iniciativas avanzaron en su tramitación legislativa durante la última legislatura, vigente entre marzo de 2022 y marzo de 2023. Además se despacharon a ley 11 proyectos, el número más alto en una década.

Destacan el término de la tramitación de dos compromisos de gobierno del Presidente Gabriel Boric, aquel que permite el cierre de la Fundición Ventanas y el que adhiere a Chile al Acuerdo de Escazú. También sobresalen el despacho de las mociones “Promueve el Almacenamiento de Energía Eléctrica y la Electromovilidad” y el que “Regula los Biocombustibles Sólidos”. Además, resalta la reactivación, luego de tres años, del proyecto que “Crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas”.

Esta semana se dio a conocer la 17º versión del Reporte Anual de Votaciones Ambientales en el Congreso Nacional, iniciativa del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CAPES UC), que presenta el compendio de los Proyectos de Ley de Relevancia Ambiental (PLRA) que fueron ingresados al Congreso, ya sea como mensajes del Poder Ejecutivo o mociones parlamentarias, y de aquellos proyectos que fueron sometidos a votación en alguna de las cámaras durante la legislatura recién pasada (Legislatura nº 370, vigente entre el 11 de marzo de 2022 y el 10 de marzo de 2023).

El informe constata un récord en el trabajo legislativo en temas ambientales durante el periodo, en el cual se sometió a votación un total de 25 proyectos, los que avanzaron en su camino para convertirse en ley. Esto representa 1 iniciativa de ley más que la legislatura inmediatamente anterior. Entre las categorías de relevancia ambiental de los proyectos con tramitación activa (votados), se destaca institucionalidad y gestión ambiental (8 proyectos de ley), biodiversidad (5), pesca y acuicultura (5), energía (3), agua (2), minería (1) y paisaje y territorio (1).

Asimismo, el Congreso terminó la tramitación de 11 proyectos, el número más alto de iniciativas despachadas a ley desde el año 2012 (legislatura nº 360) y sumando tres más que el periodo pasado. Entre los proyectos terminados destacan el PLRA que permite el cierre de la Fundición Ventanas y el proyecto de acuerdo que adhiere a Chile al Acuerdo de Escazú, ambos compromisos de gobierno del Presidente Gabriel Boric. También se constituye como un hito el despacho a ley del proyecto que aprueba el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (ex TPP11); el proyecto de regula los biocombustibles sólidos (el primero que regula el uso de leña y derivados); el proyecto que promueve el almacenamiento de energía eléctrica y la electromovilidad; el que regula la actividad apícola -tras ocho años de tramitación- y el proyecto que sanciona los escapes de salmones desde centros de cultivos.

“El Congreso Nacional cierra un año legislativo, sin duda, intenso en términos de actividad legislativa de relevancia ambiental. Nuestros datos muestran un aumento consistente en el tiempo en términos no sólo de la cantidad, sino también de la diversidad de los temas de relevancia ambiental que aborda el Congreso y, en particular, una creciente publicación de leyes de origen parlamentario, lo que sin duda refleja la creciente preocupación de la ciudadanía en estos temas”, explica la Dra. Francisca Reyes-Mendy, directora del Proyecto Votaciones Ambientales e investigadora de CAPES UC.

Otras cifras relevantes

El Proyecto Votaciones Ambientales busca aumentar la transparencia y el acceso a la información del trabajo parlamentario en materia ambiental, a través del seguimiento de la tramitación de leyes de relevancia ambiental y la publicidad de las votaciones de las y los parlamentarios, con el fin de visibilizar y valorar el trabajo legislativo en estas materias y así promover la participación de todos quienes puedan aportar con evidencia y conocimiento al proceso de formación de la ley.

Entre otras cifras relevantes del Reporte 2023 de Votaciones Ambientales, también se constata un récord en proyectos de relevancia ambiental que fueron ingresados a la Cámara o al Senado durante la legislatura 370, con 49 iniciativas de ley, siete más que en periodo anterior. De ellos, tres tienen un origen en un mensaje presidencial, y el resto son mociones parlamentarias.

Por otro lado, de entre los PLRA  que fueron sometidos a votación en alguna de las dos Cámaras del Congreso, destaca el avance del proyecto que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (también conocido por sus siglas SBAP), luego de más de tres años sin actividad, a nueve de haber sido ingresado y a 12 años del primer proyecto de ley que pretendía regular esta materia. Con esta votación, la iniciativa pasó a tercer trámite en el Senado.

Tal como afirma la Dra. Reyes-Mendy, “esta votación es un gran y valioso avance. Sin desconocer el compromiso y aporte que cada uno de los gobiernos anteriores realizó para el progreso de esta iniciativa, será muy importante que el proyecto de ley sea prontamente aprobado para que el gobierno del Presidente Boric logre iniciar, durante su mandato, su implementación”.

Compromisos presidenciales abordados

El Reporte Anual 2023 de Votaciones Ambientales también incluye un análisis de los PLRA con tramitación activa en el Congreso que se relacionan o dan respuesta a distintos compromisos de campaña, establecidos en el Programa de Gobierno del Presidente Gabriel Boric, o a iniciativas comprometidas en su Cuenta Pública de 2022. Así, se contabilizaron 20 compromisos presidenciales relacionados a alguno de los proyectos votados, de un total de 81.

La mayor cantidad de compromisos abordados tuvieron relación con energía respondiendo a siete de ocho promesas y con distintos proyectos de ley votados en Sala. Entre los proyectos se encuentran el que regula los biocombustibles sólidos y el proyecto que promueve la generación de energía Renovable. En biodiversidad se abordaron cuatro de ocho compromisos, resaltando, además del proyecto SBAP, el que busca agregar mecanismos de participación en las solicitudes de reconocimiento de humedal urbano; el que impide la constitución de derechos de aprovechamiento de aguas sobre los glaciares y el que permite la protección ambiental de las turberas. En pesca y acuicultura se abordaron dos de cuatro compromisos ambientales, destacando aquel que declara la nulidad de la Ley de Pesca, y el que sanciona los escapes de salmones desde centros de cultivo. 

Al respecto, la Dra. Reyes-Mendy afirma: “Considerando que el gobierno del Presidente Boric comienza su segundo año de mandato, es importante recordar que, si bien a la fecha el Ejecutivo ha ingresado tres proyectos de ley de relevancia ambiental, hay importantes compromisos de campaña que están pendientes de abordarse en el Congreso. Entre estos, los que dan respuesta legislativa a los compromisos de ‘crear una ley de protección a las semillas ancestrales y patrimonio genético’; de proponer ‘modificaciones de las leyes N°20.380 sobre protección a los animales y N°20.962 que aplica la Convención CITES’; de iniciar una ‘reforma al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) que fortalezca la participación de las comunidades y reconozca la vocación y características del territorio’, o la presentación de una ‘Ley Marco de Economía Circular y Gestión de Residuos’, entre otros.”

Finalmente, el reporte revisa el comportamiento parlamentario en materia legislativa ambiental, realizando el seguimiento sobre cómo votó cada uno de los Diputados (as) y Senadores (as) en los Proyectos de Ley de Relevancia Ambiental que avanzaron en su tramitación

Votaciones Ambientales es una iniciativa financiada por el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES UC, ANID PIA/BASAL FB0002 y dirigida por la Dra. Francisca Reyes-Mendy, académica del Instituto para el Desarrollo Sustentable de la Pontificia Universidad Católica de Chile, e investigadora de CAPES UC y del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS). 

Para mayor información ingresar al sitio web: votacionesambientales.cl.

Para descargar el Reporte ingresar a https://votacionesambientales.cl/publicaciones/

Texto: Karen González (Proyecto Votaciones Ambientales) y Comunicaciones CAPES

Ciclo de charlas online «Jardines por la Biodiversidad: Certifica tu jardín»

Cuándo: 15, 22 y 29 de marzo de 2023
Dónde: Modalidad telemática
Organiza:  Municipalidad de Vitacura, Corporación Chagual y CAPES

El ciclo de charlas “Jardines por la Biodiversidad: Certifica tu jardín” consta de 3 fechas en las que se trabajarán distintas temáticas relacionadas a la importancia de la biodiversidad y la ecología en nuestros jardines, apuntando hacia la sustentabilidad urbana.

Charlas

  • 1° charla: miércoles 15 de marzo, 19:00 horas: «La importancia de la ciudadanía para enfrentar la crisis ambiental y mejorar la salud humana»
  • 2° charla: miércoles 22 de marzo, 19:00 horas: «Prácticas de jardinería y manejo sustentable para implementar en tu jardín, balcón o terraza»
  • 3° charla: miércoles 29 de marzo, 19:00 horas: «Cómo convertirse en un ‘Embajador por la Biodiversidad’ y certificar tu jardín biodiverso».

Todas las charlas son gratuitas y abiertas a la comunidad.

✅ Formulario de inscripción: http://bit.ly/3kV6yDP

✅ Más información a: [email protected]

Jardines por la biodiversidad

“Certificación de Jardines por la Biodiversidad” es un programa piloto pionero en Chile que promueve prácticas de manejo sustentables, basadas en evidencia científica, para potenciar la biodiversidad en los jardines, balcones y/o terrazas de los vecinos de Vitacura.

La iniciativa, desarrollada por el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES y la Corporación Chagual, construyendo una cultura de naturaleza en Chile, con el apoyo de la Municipalidad de Vitacura, es de las primeras en Latinoamérica, y busca ser escalable y replicable en el resto del país.

Lagartijas en ambientes hostiles, Parte 2: La lagartija de las alturas

Una de las primeras cosas que se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en una lagartija, es a uno de estos reptiles dándose un baño de sol en alguna roca o en una muralla. Pero estos escurridizos lagartos también pueden habitar en ambientes mucho más fríos y húmedos, como en plena Cordillera de los Andes, es el caso de la lagartija de Bell.

Liolaemus belli, o lagartija de Bell (Créditos: Sabrina Clavijo)

Liolaemus belli, o lagartija de Bell, es un reptil de aspecto robusto, con el cuello más ancho que la cabeza, de unos 8 cm de longitud de cabeza a cloaca, con cuerpo color café amarillento o verde oliváceo, con manchas y barras negras y amarillas. Es una especie endémica chilena que habita en la Cordillera de Los Andes, al sur de la región de Valparaíso y en la Metropolitana, entre los 2000 y 3000 metros sobre el nivel del mar. Las hembras son vivíparas y paren en promedio 5 crías a inicios de verano.

Sabrina Clavijo, doctora en Ciencias Biológicas de la UC, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, Uruguay, e investigadora postdoctoral en CAPES, publicó el trabajo “How do ectotherms perform in cold environments? Physiological and life-history traits in an Andean viviparous lizard”, en la revista Frontiers in Ecology and Evolution, en que estudió cómo las lagartijas Bell se las arreglan para vivir en hábitats adversos como la montaña.

Eligiendo vivir en el frío y la altura

¿Por qué hay animales que prefieren vivir en condiciones difíciles y hasta hostiles? Según la bióloga, algunas poblaciones de diferentes especies pueden persistir en ambientes, aunque sea en condiciones duras, donde su adecuación biológica (‘fitness’ en inglés), es mayor a cero, es decir en lugares donde puedan sobrevivir y reproducirse.

En cuanto a los animales ectotermos, cuya temperatura corporal depende principalmente de la temperatura ambiente, Sabrina Clavijo afirma que “son más susceptibles a la temperatura ambiental que los endotermos. A mayor temperatura, mayor desempeño (como por ejemplo, el desempeño locomotor), hasta un punto máximo, u óptimo, más allá del cual el desempeño vuelve a caer abruptamente. Este patrón de campana del desempeño en función de la temperatura del cuerpo se conoce como curva de desempeño térmico (‘thermal performance curve’)”.

La investigadora también explica que la conductancia térmica, es decir, la capacidad de intercambiar calor con el ambiente, de los ectotermos es alta y por ende la temperatura corporal es prácticamente la misma que la temperatura ambiental. En aquellas especies que son especialistas de ambientes fríos la curva de desempeño puede estar corrida hacia la izquierda, donde están las menores temperaturas, esto les permite estar activas y moverse a menores temperaturas que otras especies. “Además, algunas especies de ectotermos de ambientes fríos tienen una serie de rasgos que les permite vivir en climas fríos, por ejemplo peces tienen compuestos crioprotectores que evitan el congelamiento de las células. Los ejemplos de este tipo de adaptaciones son muchos y muy variados”, complementa Clavijo.

Entre las estrategias que ha adoptado Liolaemus belli para poder vivir en la montaña, la autora principal del paper comenta que “la especie está activa desde la primavera hasta el otoño y durante el invierno se encuentra inactiva debajo de la capa de nieve. Baja su nivel de actividad, su consumo de oxígeno, toda la maquinaria fisiológica disminuye, se para. Mi zona de muestreo fueron los centros de Ski de Santiago, mientras las personas disfrutan de la nieve, abajo está esta especie esperando que aumente la temperatura, la nieve se derrita y comenzar su reproducción”.

Otra de las adaptaciones que tiene esta lagartija, y que comparte con otras que también la presentan, es un rasgo asociado a la reproducción que evolucionó: la viviparidad, es decir, parir crías vivas, en lugar de poner huevos. Clavijo expone que “de esta manera mantienen la temperatura de incubación constante dentro del cuerpo favoreciendo el desarrollo de sus crías. En este caso, la temperatura de incubación es la temperatura interna de la hembra y es menos costoso mantenerla constante que incubando huevos.”

Ladera norte y ladera sur

La investigación evaluó rasgos fisiológicos y respuestas de hembras de dos sitios de laderas contrastantes, norte y sur, con diferencias en la temperatura ambiental y en la humedad, pero a la misma altitud en la cordillera de los Andes. El sitio de la ladera orientada al sur en La Parva y la ladera norte en El Colorado.

Acerca de su motivación para realizar este estudio, Sabrina Clavijo menciona que “buscaba un organismo modelo para poner a prueba unos modelos teóricos sobre la evolución de la endotermia, y quería estudiar si un cambio del metabolismo de la madre podría cambiar la temperatura de incubación y la manera más fácil era trabajar con lagartijas vivíparas”.

Colectar las hembras de lagartija de Bell en dos localidades distintas, pero que estuvieran a la misma altitud tiene una razón, esto “porque hay rasgos fisiológicos y de historia de vida que cambian con la altitud (por ejemplo el metabolismo)”, señala la investigadora, “sin embargo, al analizar los datos encontré diferencias en algunos rasgos entre las hembras de las dos zonas de colecta. Consulté con mi profesor guía, Francisco Bozinovic, y me dijo que leyera los trabajos sobre el «Evolution canyon» de Eviatar Nevo, que nunca se había observado en vertebrados pero sí en muchos invertebrados”.

Entre los principales resultados de su investigación, Clavijo menciona que “encontramos que las hembras del sitio más frío, La Parva, donde la nieve se derrite más tarde, tienen metabolismo mayor que las hembras de El Colorado, donde la nieve se derrite antes en primavera. Colocamos dataloggers de temperatura donde colectamos las lagartijas, y la temperatura de La Parva es menor que en El Colorado. Además, las hembras de La Parva tienen temperatura de preferencia menor que las hembras de El Colorado. Es decir, que si las colocamos en un gradiente de temperaturas, eligen temperaturas más bajas. Estas diferencias no las encontramos en sus crías. Entonces, esta es una respuesta plástica pero que se dió en el desarrollo ya que las hembras de ambas localidades estaban en las mismas condiciones en el laboratorio. Es algo que se fijó durante su desarrollo”.

También hubo diferencias en las fechas de parto la que “fue más tarde en las hembras de La Parva”, indica la bióloga, complementa afirmando que “la hipótesis que manejamos es que al derretirse la nieve más tarde, el período de reproducción es más corto en La Parva. Entonces las hembras tienen que aumentar su metabolismo, poner a andar la maquinaria más rápido, y de cualquier manera llegan a parir unos días más tarde”. Pero los investigadores están descubriendo que los animales adaptados al frío y a la altura pueden estar en un “callejón sin salida” evolutivo.

¿Qué significa esto? Sabrina Clavijo explica que “la temperatura ambiental está aumentando y frente al aumento de la temperatura hay muchas especies de alta montaña que se desplazan hacia lugares de mayor altitud, pero eso tiene un límite. Entonces, aquellas adaptaciones a los ambientes fríos pueden ser una desventaja con el aumento de la temperatura.

Por ejemplo, en nuestro trabajo encontramos que las hembras preñadas de La Parva tienen un gasto energético diario mayor que las hembras preñadas de El Colorado, probablemente en respuesta a la baja temperatura o la corta duración del período sin nieve. Mayor gasto energético implica consumir más alimento, y si este rasgo es fijo, podría suceder que ante un eventual incremento en la temperatura las hembras tengan gastos energéticos mayores no necesarios y que quizás no puedan cubrir”.  Los estudios continuarán, para entender cómo se adaptan los animales del frío en un mundo que se calienta.

Texto: Comunicaciones CAPES