Núcleo Milenio con presencia CAPES producirá plantas «súper adaptables»

El centro, liderado por la Universidad Andrés Bello (UNAB), contará con un grupo multidisciplinario de investigadores, entre los que se encuentra, como directora alterna, la bióloga CAPES María Francisca Blanco.

“Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Super Adaptables”, o MN-SAP, es el nombre de uno de los ocho nuevos Núcleo Milenio en Ciencias Naturales y Exactas aprobados el pasado 23 de noviembre por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), en una nueva versión de este importante concurso. El centro, comandado institucionalmente por la Universidad Andrés Bello (UNAB), tendrá como directora alterna a la investigadora de Línea 2 de CAPES, María Francisca Blanco.

La propuesta apunta al desarrollo de plantas que adquieran y utilicen de forma más eficiente el fosfato de roca (Pi), un nutriente no renovable indispensable para el crecimiento vegetal, y del cual se proyecta un déficit global en los próximos 50 años, asociado a la contaminación de agua y suelos.

La Dra. Blanco, académica y directora de Investigación de la UNAB, presentó la nueva iniciativa en el sexto Encuentro Anual CAPES, donde detalló los alcances el nuevo Centro y sus desafíos para los próximos años.

El agro contra el cambio global

“El problema que buscamos atender es el alto impacto que tiene el cambio climático en el desarrollo socioeconómico de nuestro país, específicamente, sobre la agricultura. En Chile, poseemos abundante evidencia de fenómenos como la desertificación de la zona central, la pérdida en la disponibilidad de agua, la erosión y falta de nutrientes, y la persistencia de plagas, todos los cuales afectan de sobremanera al sector agrícola” explicó la investigadora.

Estos efectos, sumados a la creciente demanda por alimentos a causa de la sobrepoblación, ponen una enorme presión sobre la producción de alimentos tanto a nivel mundial como nacional, y específicamente, sobre la capacidad de las plantas para sostener dicha demanda.

“Este escenario llevó a nuestro equipo a pensar en soluciones sostenibles y provenientes de la misma naturaleza” nos contó Blanco, “incorporando oportunidades que están presentes en nuestros suelos Allí, los microorganismos asociados a las plantas tienen una serie de capacidades que podemos identificar y utilizar para mejorar la nutrición de estas plantas y hacer de ellas organismos súper-adaptables, que hagan frente a los distintos tipos de estrés que experimentan”.

De este modo, señaló la profesional, “nuestro principal objetivo es aumentar la productividad vegetal mejorando la captación de fósforo y la translocación de este nutriente bajo condiciones de múltiples estreses, aprovechando las propiedades de las comunidades microbianas que logremos identificar y seleccionar”.

Plantas súper-adaptables, microbios súper-compañeros

Para lograr estos objetivos, los investigadores miembros del nuevo Núcleo planean, en primer lugar, elucidar los mecanismos celulares que subyacen a la captación de fosfato por parte de la planta bajo condiciones de estrés salino, y presencia de áfidos. “Usando como planta modelo a la especie Arabidopsia vamos a trabajar con variaciones genéticas naturales, redes transcripcionales y estrategias de secuenciación y análisis masivos hasta llegar a obtener cinco genes candidatos asociados a la captación de este nutriente, que esperamos validar”, comentó Blanco.

En una segunda etapa, continuó, la idea es maximizar la performance de estas plantas bajo condiciones de baja disponibilidad de fósforo, integrando microorganismos productivos acoplados a la selección de tomates genéticamente modificados.

“Nuestro propósito es finalmente es ser pioneros en la generación de avances en ciencia básica y agricultura para promover el desarrollo socioeconómico de Chile, y con impacto mundial, teniendo la sostenibilidad de nuestros servicios ecosistémicos el en el centro de nuestro trabajo” concluyó la bióloga.

MN-SAP también contará con la participación de los investigadores CAPES Josefina Poupin como investigadora asociada, Thomas Ledger como investigador adjunto, y Bernardo González como miembro del comité de investigadores Senior del Centro. Su director será el académico UNAB, Dr. José Estévez.

Junto con UNAB, institución responsable, son parte de este Núcleo las Universidades Adolfo Ibáñez, de Talca, Arturo Prat, y Pontificia Universidad Católica de Chile. El Núcleo también cuenta con el apoyo de la empresa SynergiaBio, compañía especializada en biotecnología agrícola ubicada en la región del Maule y que permitirá llevar estos experimentos directamente al campo.

Texto: Comunicaciones CAPES


VI Encuentro Global CAPES actualizó los avances del centro en su año 8

El pasado martes 25 de enero se realizó el VI Encuentro Global CAPES, de manera online, debido al repunte de los casos Covid. La instancia reunió a más de 90 investigadores, profesionales y estudiantes de pre y postgrado que trabajan en las distintas áreas del centro, quienes compartieron sus avances en las distintas líneas de investigación a sus pares y a los invitados de distintas agencias y otros centros, como ANID, CONAF, IEB, SECOS, UC Diseño, Seremi Medio Ambiente RM, CEDEL, Municipalidad de Vitacura, y The Nature Conservancy. 

“Lo que quiero recalcar no es la productividad, la ciencia básica que hacemos”, expresó Fabián Jaksic, director de CAPES, en su saludo de bienvenida al encuentro, “si no que la consecución de nuestro objetivo declarado, que es generar capacidades formativas e investigativas a nivel de universidades, centros de excelencia, institutos, capacidades de transferencia tecnológica para el Estado, para las empresas privadas, y de vinculación con la sociedad civil. Vinculación en una dinámica bidireccional. Nosotros no estamos en el negocio de entregar una verdad a la comunidad, si no de recibir de vuelta qué es lo que la comunidad quiere”.

Helen Ipinza de la Subdirección de Centros e Investigación Asociativa de ANID, también estuvo presente, relevando que “el valor de un centro basal es la investigación asociativa, colaborativa, donde todos aportan desde distintas especialidades a la excelencia científica de frontera, a lograr mover el conocimiento, y a la vez, conectarlo con la formación y atracción de capital humano y con el sector productivo, no sólo las empresa y la industria, sino también el sector público, que regula los respectivos sectores productivos, y ahí es donde esperamos que se concrete transferencia tecnológica, transferencia de conocimientos, vinculado a las necesidades y dolores que tienen otros.”

Primer módulo

La primera presentación fue la del área de Extensión y Divulgación, a cargo de los periodistas Mónica Paz y Diego Pozo, quienes expusieron los hitos y actividades desarrollados durante el 2021 y una mirada al nuevo sitio web de CAPES, que prontamente estará a disposición del público, una herramienta diseñada para relevar los temas más importantes en los que influye el quehacer del centro, sus líneas de acción, integrantes, publicaciones, proyectos de transferencia y vinculación, entre otros.

Luego fue el turno de las distintas líneas de investigación, que presentaron sus avances y los nuevos temas y colaboraciones en las que están trabajando, de dos nuevos núcleos milenio donde participan investigadores CAPES y la iniciativa intercentros sobre bosque esclerófilo. Les ofrecemos un resúmen de los temas y proyectos destacados de cada una, en el orden en que expusieron. 

Línea 7: «Servicios Ecosistémicos y Comportamiento Humano». Investigador principal: Felipe Vásquez. Están trabajando en temas como percepción humana y modelos de elección, relacionada con contaminación del aire; servicios ecosistémicos y energía; sustentabilidad, innovación y gobernanza, biodiversidad (con la Universidad Agraria La Molina, Perú), demanda residencial de agua; entre otros. En temas consolidados, como Economía del Agua, destaca una colaboración con China y el Centro Eula de la UdeC para realizar un “Análisis de los cambios de la calidad de aguas para la mantención de cuencas”, centrado en el río Bío-Bío. Otro proyecto es el de “Análisis y Evaluación de diferentes estructuras de tarifas para el agua residencial”, también investigarán sobre el impacto de la sequía y el agua a nivel urbano y rural. Entre las áreas nuevas está sustentabilidad y sector privado, sistemas alimentarios saludables y sustentables, análisis económicos en tiempos de escasez de agua, entre otros.

Línea 6: «Intensificación ecológica y agricultura sustentable». Investigador principal: Eduardo Arellano. Se continúa el trabajo en temas como el manejo del paisaje y la interacción de la agricultura, haciendo énfasis en sistemas alternativos, con iniciativas como el proyecto FIC “Acciones prediales de intensificación ecológica en Fruticultura” y otras áreas priorizadas por agricultores de O’Higgins; ensayos de incorporación de flora nativa en predios; el proyecto CONAF sobre técnicas costo-efectivas para la reducción de estrés hídrico de plantas en procesos de restauración de bosque esclerófilo. También realizan investigación por encargo en salud de suelo en la producción de vino y monitoreo de la conversión de predios agrícolas a viñas; transferencia a los usuarios a través de cursos de ganadería regenerativa y participan en distintas mesas de trabajo nacionales, regionales y legislativas, como la Ley de Suelos que se discute en el parlamento o la participación en el Plan Nacional de Restauración Ecológica.

Línea 5: «Gestión sustentable de recursos naturales e investigación en políticas públicas». Investigador principal: Stefan Gelcich. Prosigue el trabajo de la iniciativa “Votaciones Ambientales”, con sus informes y análisis además de la #AlertaLegislativaAmbiental, para difundir los proyectos de tipo ambiental al público por redes sociales; “Colaboración y uso de evidencia científica”, para evaluar el impacto de las políticas de conservación; estudios en ilegalidad (no-cumplimiento de normas), marco conceptual socio-ecológico en las pesquerías de algas; la importancia del ‘blue food’, no sólo como recursos naturales, si no como alimentos, entre otros temas. Además, la línea comenzó con nuevos focos de estudio en la ecología urbana costera, con investigaciones en las interacciones planta-polinizador y en la toma de decisiones y economía experimental, con trabajo sobre comportamiento prosocial y gestión de bienes comunes entre pescadores.

Línea 4: «Dinámica de poblaciones, cambio global y sustentabilidad socio-ecológica».  Investigador principal: Mauricio Lima. Los investigadores de la línea 4 continúan con estudios en tres ejes principales, dinámica humana, de pesquerías y de plagas, con el objetivo de entender las expansiones y colapsos de esas dinámicas poblacionales. En este ámbito, podemos mencionar investigaciones sobre 1000 años de dinámicas de guerra y cambio climático en sociedades de los Andes centrales; el rol de la sobrepoblación de la elite y captura económica en la desigualdad y el estallido social; causas de las extinciones masivas de megafauna; desertificación socio-ambiental del paisaje mediterráneo de Chile Central; entre otros. En pesquerías, proyectos FIPA para marcaje de reinetas y rayas, manejo de peces litorales de la Araucanía y los Ríos, stock de erizos; y en dinámica de plagas, un Fondecyt sobre plagas forestales exóticas en nuevos hábitats. También destaca una línea incipiente en ecología y salud mental.

Nuevos Núcleos Milenio

Roberto Nespolo, investigador Línea 3, presentó su nuevo Núcleo Milenio Límite de la Vida en la Patagonia, LiLi, del cual es su director, dedicado a estudiar los bosques patagónicos en el treeline, refugio mundial para el calentamiento global y reserva de agua, y su adaptabilidad ante el frío para acumular nutrientes y energía que sirven de sustrato a una gran biodiversidad.

Francisca Blanco, Investigadora Línea 2, presentó el Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Super Adaptables, del cual es directora alterna, que investigará la triada plantas, recursos y respuesta al estrés, maximizando la performance de las plantas, integrando comunidades microbianas para mitigar el estrés salino y de plagas.

Segundo módulo

En la línea de Dirección o línea 0, se realizó una evaluación del reporte año 7, del ciclo de talleres, y se presentaron las actividades destacadas de transferencia e investigación en invasiones biológicas. Entre los proyectos mencionados estuvieron el piloto de restauración de bosque esclerófilo en San Carlos de Apoquindo; una propuesta para entregar evidencia científica para la toma de decisiones en salud y medio ambiente; el proyecto “Elementos: cruces de ciencia y arte para sensibilizar y movilizar”, y las iniciativas Jardines por la Biodiversidad y Jardín Nativo de Aprendizaje. En cuanto a la investigación en manejo de especies exóticas invasoras y conservación de la fauna, fueron mencionados los proyectos que se están trabajando sobre el visón, el conejo y el huemul. En las propuestas en el marco de la economía circular, están el proyecto Retorna, un sistema de producto-servicio de envases reutilizables para cafeterías y establecimientos de expendio de alimentos; el uso de borra de café para remediación de suelos, y contenedores sustentables para vivero.

Línea 3: «Fisiología del cambio global». Investigador: Enrico Rezende. Los principales temas que revisa esta línea son biología térmica y cambio climático, ecología nutricional e isotópica y evolución y biodiversidad. Entre los proyectos y publicaciones destacados en la presentación, están las relacionadas con especies modelo, vectores de enfermedades y de relevancia económica, como la vinchuca y la enfermedad de Chagas; con la conservación del monito del monte; calentamiento global y ganadería; el análisis isotópico de las fuentes de agua, y del agua metabólica en específico, en aves del orden Paseriforme. Además se resaltó la entrega del Premio Nacional de Ciencias 2020 obtenido por Francisco Bozinovic, investigador principal de la línea, iniciativas de divulgación como la cápsula educativa y  redes sociales de “Mosca Científica”, la asesoría para el libro “Voces del bosque maulino” de Explora Maule y el libro “El cambio climático y las enfermedades” de Mauricio Canals y Francisco Bozinovic. También, la transferencia al sector productivo con el desarrollo y comercialización de Lenga, la primera cerveza con denominación de origen, gracias a la levadura nativa domesticada Saccharomyces eubayanus.

Línea 2: «Bioingeniería aplicada al medio ambiente y la sustentabilidad». Investigador principal: Bernardo González. Los investigadores de la línea están trabajando en 3 ejes, Influencia de los microorganismos en la triada: planta-suelo-estrés ambiental; bioprocesos que fomentan la protección ambiental y las tecnologías sustentables, y modelamiento computacional. En el primer ítem se mencionó estar a la espera de la patente internacional y de licenciamiento a la industria de la metodología para el aumento de la productividad de cultivos de papas y tomates, usando microorganismos; la participación en el proyecto “Reforestemos” que se lleva a cabo en el cerro Caracol y el Parque Pedro del Río Zañartu en la región del Bíobio; y el proyecto Anillo “Comprensión de las conexiones entre el estrés abiótico y la vulnerabilidad de los bosques a los incendios”. En el segundo ítem, se continúa el trabajo en biorremediación de aguas contaminadas, fitorremediación de suelos contaminados con metales y software de modelamiento para tratamiento en suelos; sistemas de Captura e Infiltración de Aguas Lluvia; Sistema de Alerta ante Aluviones, y captura de datos PCR –  COVID en centros SENAMA,, entre muchos otros. Además, se comenzará a trabajar en algunas áreas nuevas, los contaminantes emergentes en el agua y el microbioma urbano, o microbioma del espacio construido, nuevo tema interdisciplinario de investigación entre arquitectura, microbiología y bioinformática; el proyecto C22: métodos digitales para la nueva Constitución y el Fondecyt sobre comportamientos de sistemas socioecológicos frente a crisis, el caso de Chiloé.

Línea 1: «Contaminación por metales y rehabilitación de suelos». Investigadora principal: Rosanna Ginocchio. La línea se dedica a estudiar las interacciones entre el sector minero y el medio ambiente, centrándose en 3 focos, minería, agricultura y ambientes marinos. Entre las actividades de transferencia resaltan las relacionadas a la contaminación de suelos por relaves de cobre; acciones por la recuperación del bosque esclerófilo; regeneración de paisaje en áreas urbanas; contaminación marina, el impacto de metales pesados e hidrocarburos en macroalgas; y toda la investigación que se lleva a cabo en la zona de la bahía de Quintero-Puchuncaví. También se mencionaron 2 libros, “Ecosistemas de montaña de la cuenca del río Mapocho”, encargado por Anglo American y “Algas, una introducción a la ficología”, con Loretto Contreras entre los autores.

Iniciativa intercentros sobre bosque Esclerófilo. Investigador: Juan Ovalle. Reúne a los centros CAPES, CR2, IEB en un trabajo conjunto para evaluar el impacto, forzantes y adaptación de los sistemas socioecológicos asociados al bosque esclerófilo, el que debido a la megasequía que afecta a la zona central de Chile hace más de una década, ha sufrido diversos efectos, por la escasez hídrica y los incendios forestales, como el fenómeno del rápido pardeamiento del bosque. La iniciativa ha estado trabajando en diversos proyectos y esperan establecer prontamente parcelas permanentes de estudio en Río Clarillo.

Jornada de la tarde

Finalmente, en la tarde se realizó el Taller Levantamiento de Fondos, a cargo de la coordinadora del área de Transferencia y Vinculación Francisca Boher. La actividad contó con las exposiciones de representantes de distintas instituciones que ofrecen fondos o alternativas de financiamiento para proyectos de ciencia, tecnología e innovación: FIA, Filantropía UC, CORFO, Gobierno Regional de la Región Metropolitana y la Fundación COPEC-UC.

Texto: Comunicaciones CAPES

Investigadora CAPES obtiene Fondecyt para estudiar dinámica poblacional de conejos

Paola Correa Cuadros, investigadora que acaba de adjudicarse un proyecto Fondecyt postdoctoral 2022, trabajará en 2 líneas de CAPES, combinando el modelamiento de dinámicas poblacionales y la ecología de los procesos de invasión, para identificar los factores causantes del incremento poblacional de los conejos en Chile.

Los conejos son animales carismáticos, percibidos como “tiernos y lindos”, muchas veces escogidos como mascotas para niños y niñas. Sin embargo, en estado silvestre, se han transformado en una plaga difícil de controlar en diversas regiones del país, como Chile central, Tierra del Fuego e islas Juan Fernández, aunque inicialmente fueron vistos como una oportunidad de desarrollo económico a partir del aprovechamiento de su piel y su carne.

El conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) fue introducido en el centro y sur de Chile aproximadamente en 1880 y se encuentra entre las siete especies invasoras que más afectan el ecosistema nacional, generando una pérdida de 3 millones de dólares por año. “La Corporación Nacional Forestal, CONAF, estima que hay 200 millones de conejos que se alimentan de cuatro millones de hectáreas al año, lo que significa el 30% de todos los pastizales en Chile, por lo que esta especie causa grandes daños tanto en los ecosistemas (bosque esclerófilo e islas del Archipiélago Juan Fernández) como en  sistemas productivos (ganadería, cultivos agrícolas y forestales) consumiendo la cobertura vegetal y generando erosión en el suelo por la construcción de sus madrigueras”, según nos cuenta Paola Correa Cuadros, bióloga, ecóloga e investigadora de las líneas 0 y 4 de CAPES, seleccionada con un Fondecyt postdoctoral para estudiar en profundidad esta especie y sus efectos en los ecosistemas.

Ecología y dinámica poblacional del conejo

Aunque el conejo europeo lleva más de 150 años en Chile y está catalogado entre las siete especies invasoras que más afectan el ecosistema, aún se desconocen los mecanismos que desencadenan sus aumentos poblacionales, siendo necesario identificarlos para poder predecir sus brotes y realizar un control eficiente de su población. “Es por esto que el proyecto Fondecyt postdoctoral analizará la dinámica poblacional del conejo europeo en Chile a través de modelos matemáticos y bases de datos de la abundancia de esta especie invasora en la Reserva Nacional Las Chinchillas (Coquimbo, Illapel), junto con variables climáticas (precipitación, humedad, temperatura y evaporación) y su red trófica (competidores y depredadores) para identificar los factores causantes del incremento poblacional de los conejos. Entendiendo cómo es la dinámica poblacional de esta especie y qué factores influyen en su población, se puede tener un panorama más claro en cuanto al tipo de manejo que se debe realizar para controlar a esta especie dañina”, acota la investigadora.

Paola Correa desarrollará este proyecto colaborando en dos líneas de investigación de CAPES, la línea de Dirección y la línea 4, “Dinámicas de población, cambio global y sustentabilidad socio-ecológica”, lideradas por los investigadores principales Fabián Jaksic y Mauricio Lima, respectivamente.  “El laboratorio del Dr. Jaksic cuenta con una vasta experiencia sobre especies invasoras y el estudio de los factores asociados a los procesos de invasión de estas especies y un amplio conocimiento sobre el conejo europeo en Chile. En cuanto al laboratorio del Dr. Lima cuenta con una gran experiencia en el modelamiento de dinámicas poblacionales de especies que aumentan rápida y repentinamente, entendiendo y prediciendo sus dinámicas”, indica Paola acerca del trabajo interdisciplinar que estará realizando.

Cómo mitigar los efectos de las invasiones biológicas

Las especies invasoras son consideradas una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, por lo que reducir sus impactos es imprescindible para la conservación de la biodiversidad. “Los ecosistemas y sistemas productivos sufren daños por la presencia de estas especies invasoras donde la solución es manejarlas mediante agroquímicos u otro tipo de controles, muchas veces sin éxito”, explica la bióloga, “debido a que se olvida que los ecosistemas se encuentran regulados por interacciones entre el clima, las especies invasoras y las demás especies animales y vegetales. La dinámica de poblaciones permite estudiar los cambios poblacionales de las especies invasoras, para comprender su aumento y relaciones con el ambiente, con el fin de predecir sus densidades a futuro y manejarlas eficientemente, para conservar el ecosistema donde habitan”.

Desde el punto de vista de la gestión y manejo de especies invasoras, “esta información es un punto de partida clave para saber cómo podemos manejar al conejo y empezar a acortar las brechas de conocimiento entre la ecología de esta especie y otras disciplinas como la epidemiología o la economía, ya que sabiendo cómo incrementa la densidad y bajo qué condiciones, se puede relacionar con otras dinámicas poblacionales como la de los virus y sus vectores, o saber qué tan propenso es un hábitat para que los conejos proliferen en él”, finaliza la investigadora.

Texto: Comunicaciones CAPES
Créditos imágenes: Juan Riquelme

¿Qué sucede con las aves y las lagartijas cuando se quema un bosque?

El cambio climático y la megasequía que afecta hace más de una década a la zona centro-sur del país, han provocado que cada verano los incendios forestales aumenten en cantidad e intensidad. Un equipo de investigadores de Chile, Estados Unidos y Canadá, estudió las respuestas de aves y lagartijas a los cambios estructurales en la vegetación de los bosques quemados, en varias áreas protegidas del Estado del sur de Chile.

Potentes tormentas, devastadoras inundaciones o extensos incendios, son algunas de las perturbaciones del clima que hemos visto o vivido los últimos años en todo el planeta. El cambio climático ya no es una situación que pueda ser negada y sus efectos se hacen presentes en todos los rincones. 

La megasequía lleva más de una década sobre Chile central, una de sus consecuencias es que en verano han aumentado la cantidad e intensidad de los incendios forestales entre las regiones de Coquimbo y Los Ríos, donde sólo durante los mega incendios de 2017 se quemaron más de 500.000 hectáreas. 

Esta realidad impulsa a hombres y mujeres de ciencia a estudiar los efectos de los incendios sobre los distintos ecosistemas, su flora, fauna y las comunidades. Entre ellos está Tomás Ibarra, investigador en CAPES, CIIR, Cedel y académico en el Campus Villarrica y de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la UC, quien en conjunto con otros investigadores de la UC y de las Universidades de Columbia en Estados Unidos y British Columbia en Canadá, publicaron dos artículos sobre las respuestas de aves y lagartijas a los bosques quemados en el sur de Chile. 

Las investigaciones analizaron los regímenes de incendios, que en palabras de Ibarra, “se refieren al intervalo de tiempo, la frecuencia, la extensión y la intensidad de los incendios. Ellos generan cambios estructurales en la vegetación y, por lo tanto, dan forma a la composición de las comunidades de fauna de los bosques”.

Incendios en bosques templados

Ambos estudios se realizaron en la región de La Araucanía, en la Reserva de la Biosfera Araucarias (ABR) en la cordillera de Los Andes, en áreas adyacentes a la Reserva Nacional China Muerta, que sufrió un incendio en 2015 (bosque en recuperación a corto plazo y moderadamente perturbado), la Reserva Nacional Malleco, quemada en 2002 (bosque en recuperación a largo plazo) y el Parque Nacional Tolhuaca que sufrió 2 incendios en 2002 y en 2015 (bosque muy perturbado y con una recuperación relativamente corta), también se analizó un área no quemada, que no ha sufrido disturbios en las últimas décadas, como control.

La zona posee un clima templado con una estación seca corta entre enero y marzo y una precipitación media anual de 1945 mm. Estos bosques están dominados por Araucaria araucana y especies del género Nothofagus, como lengas y coigües, además de plantas del género Chusquea spp., como quilas y coligües, en el sotobosque

En cuanto a las características y composición de los bosques estudiados, el sitio que se quemó una vez en 2015 mostró la densidad más alta de árboles muertos en pie, mientras que el sitio que se quemó dos veces mostró la densidad más baja de árboles vivos, un diámetro promedio más bajo a la altura del pecho de los árboles y un menor volumen de desechos leñosos gruesos, estos últimos son importantes porque son utilizados por los animales como refugio, lugares para hacer sus madrigueras, sustrato de forrajeo y termorregulación para las lagartijas. El bosque quemado el 2002 presentó abundantes desechos leñosos gruesos, sotobosque y rebrote de dosel.

Comunidades de aves

“Fire regimes shape biodiversity: responses of avian guilds to burned forests in Andean temperate ecosystems of southern Chile”, publicado en la revista Avian Conservation & Ecology, estudió la diversidad de gremios de aves en respuesta a los cambios en distintos tipos de bosques perturbados por incendios, estimando la riqueza y densidad de las aves y caracterizando los hábitats de estos bosques quemados.

Un gremio funcional, según indica el investigador Tomás Ibarra, es “un grupo de especies que explotan la misma clase de recursos ambientales de manera similar. Por ello es posible agrupar a las especies en gremios funcionales”.

“En nuestro caso, los gremios analizados estuvieron relacionados con el uso de los recursos relevantes para la función del ecosistema”, continúa el investigador, “es decir, la cantidad, el tipo y la temporalidad del recurso utilizado y las estrategias de cada especie para obtener los recursos. Entre los gremios estudiados estuvieron los gremios de uso de hábitat (reproductivo), de tipo de alimentación, de sustrato de alimentación y de estatus migratorio”.

Para el estudio, se registraron 35 especies de aves, entre las que podemos mencionar al carpintero magallánico, el chucao, el rayadito o el hued hued. “En general”, explica Ibarra, “encontramos que la densidad de la mayoría de los gremios de aves disminuyó en los sitios quemados, pero los granívoros, los que prefieren habitar en zonas arbustivas y las migratorias mostraron respuestas positivas”. 

“Las aves que habitan el sotobosque y el follaje de los árboles y las especies residentes mostraron respuestas negativas a los sitios quemados. Estas respuestas estuvieron fuertemente relacionadas con los cambios provocados por el fuego en los atributos del hábitat (densidad de árboles, cobertura de sotobosque, presencia de restos leñosos en descomposición en el suelo, etc)”.

La desconocida respuesta de las lagartijas 

Altered fire regimes modify lizard communities in globally endangered Araucaria forests of the southern Andes, fue publicado en la revista Scientific Reports, analizando los efectos de los incendios forestales en la densidad y riqueza de las comunidades de lagartijas en los bosques templados del sur de Los Andes, considerando la frecuencia de los incendios y el tiempo transcurrido desde el último incendio. 

Las lagartijas son de los vertebrados menos estudiados en su ecología y estado poblacional en Chile, muchas especies son endémicas, están en un estado de conservación deficiente o subestimados, su respuesta a los incendios forestales es prácticamente desconocida pero se ha observado que son muy sensibles a las modificaciones de su hábitat. Algunas de las especies registradas fueron la lagartija esbelta, lagartija lemniscata o café, lagartija de la Araucanía y la lagartija anaranjada.

En este estudio se descubrió que la densidad y riqueza de las lagartijas se ven afectadas por la frecuencia de los incendios forestales y el tiempo de recuperación, mediado por la modificación de la estructura del hábitat, como por ejemplo la presencia de desechos leñosos gruesos, que les provee de refugio, lugares de madriguera, sustrato de forrajeo y termorregulación.  «Al igual que para el caso de las aves, hay ciertas especies que se ven afectadas (las más vulnerables a los cambios en sus hábitats) mientras otras se ven favorecidas», indicó Tomás Ibarra.

La comunidad de lagartijas varió desde una especie arbórea dominante, la lagartija anaranjada (Liolaemus pictus) abundante en rodales no quemados y recuperados durante mucho tiempo, hasta una combinación de especies terrestres, las lagartijas lemniscata o café y la lagartija de la Araucanía (Liolaemus lemniscatus y Liolaemus araucaniensis) más numerosas en áreas afectadas por dos incendios. La lagartija esbelta (Liolaemus tenuis), fue más abundante en los bosques recuperados a corto plazo.

La corteza gruesa de las araucarias les permite resistir daños severos por fuego, mientras que las especies coexistentes, lenga y coigüe, son muy sensibles al fuego. La persistencia de los bosques de araucarias después de los incendios es importante para la resiliencia de las comunidades animales que dependen de sustratos derivados de árboles, en particular de los desechos leñosos gruesos, que se ha encontrado que es esencial para la recuperación de las poblaciones de reptiles forestales. Pero actualmente, la subsistencia de estos bosques maduros y la biodiversidad asociada a ellos, puede verse amenazada por la tendencia actual al alza en la frecuencia de los incendios.

Los bosques templados del sur de Chile, con sus araucarias, lengas, coigües, quilas y coligües, son el hábitat de una gran diversidad de especies, muchas de ellas endémicas, de aves y lagartijas, por lo que la protección y conservación de estos bosques, y en especial de las araucarias, son claves para su supervivencia.

Texto: Equipo Comunicaciones CAPES UC y CEDEL UC


(CR)2 Summer School: Cities and short-lived climate forcers

Cities contribute ca. 70% of global carbon dioxide emissions and are also vulnerable to climate change impacts. Cities are increasingly acknowledged as relevant spaces for mitigation and adaptation to climate change. Thus, the summer school 2022 aims to provide interdisciplinary training on anthropogenic climate change, focusing on cities, their climate vulnerabilities, mitigation pathways emphasizing short-lived climate forcers (SLCF), and adaptation strategies.

We will consider the challenges and opportunities posed by cities understood as complex systems, particularly in Latin America and the Caribbean (LAC). We will revise the fate of SLCF and precursors from origin to impact, including societal dimensions. Using urban scenarios of South America, we will delve into the challenges associated with mobility, energy choices, urban vulnerabilities, and climate and air quality governance. Hands-on activities will include remote sensing, long-term trend analysis, and data science-based regional interdisciplinary case studies.

Curso CICE de Ecología Aplicada en Campus Villarrica UC

El Centro de Investigación Científica Escolar CICE junto al Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad CAPES, en colaboración con el Centro UC Desarrollo Local CEDEL y el Proyecto Asociativo Regional PAR Explora La Araucanía, de la Pontificia Universidad Católica de Chile tienen el agrado de invitar a la comunidad estudiantil al curso de verano “Ecología Aplicada”, versión Villarrica, en su 4ta. versión.

Ligados al Currículum Nacional, el curso tiene como objetivo entregar lineamiento que estén destinados a profundizar en los aspectos curriculares relacionados con ecología, a través de cátedras de los contenidos y salidas a terreno a estudiantes de enseñanza media de distintos establecimientos educacionales de la Región. El curso realizará un proceso de selección de estudiantes a partir de todas las postulaciones que se reciban.

¿Quiénes pueden postular?

Pueden postular cualquier estudiante de la Región de la Araucanía que durante el año 2021 haya cursado cualquier nivel de enseñanza media de cualquier tipo de establecimiento educacional (I° a IV° medio 2021) y cualquier estudiante universitario que durante el 2021 haya cursado su 1er. o 2do. año de cualquier carrera.

¿En qué formato se realizará y donde?

El curso se realizará presencial, en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Campus Villarrica

¿Hasta cuando tengo para postular al curso?

Hasta el sábado 08 de enero de 2022 a las 23:59 hrs.

¿Cómo puedo postular?

Los interesados deben inscribirse a través del formulario dispuesto en la web (disponible en la parte inferior de esta página). 

¿Qué actividades tiene planificado el curso?

Junto con cátedras de los contenidos de ecología, tendremos talleres de habilidades científicas y distintos invitados del mundo de la ecología aplicada. Junto con ello tendremos dos salidas a terreno.

¿Cuándo serán entregados los resultados?

Martes 11 de enero 2022 por correo electrónico.

Curso CICE: Actualización Curricular en Ecología 2022

El Centro de Investigación Científica Escolar (CICE) junto al Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES) de la Pontificia Universidad Católica de Chile tienen el agrado de invitar a la 4ta. versión del curso “Actualización Curricular en Ecología”, el cual se encuentra dirigido a docentes de ciencias de cualquier subsector que tengan la labor de liderar cursos de Ciencias, Biología o las nuevas asignaturas de Ciencias para la Ciudadanía y Biología de los Ecosistemas, aunque también está dirigido a todo público que tenga interés en el tema (ONG, Fundaciones, etc.).

Ligados a las nuevas bases curriculares, el curso tiene dos grandes propósitos. Uno es que los participantes conozcan y dominen el nuevo marco curricular que rige desde el 2020, en las asignaturas de Biología para I° y II° medio, Ciencias para la ciudadanía y Biología de los Ecosistemas para III° y IV° medio, poniendo especial énfasis en aquellos objetivos de aprendizaje que involucran contenidos y destrezas en el ámbito de la ecología; y el otro es que los docentes dominen aquellos contenidos referidos al ámbito ecológico y que luego deberán trabajar en sus respectivos establecimientos educacionales, proponiendo metodologías de trabajo como el ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos). Por ello se profundizará en tópicos como la ecología poblacional, ecología comunitaria, amenazas para la conservación biológica, cambio climático y servicios ecosistémicos.

  • Coordinador del Curso: Carlos Zurita Redón (Director CICE).
  • Tutores: Daniela del Solar, Javier Oporto, Paulo Suazo, Ignacio Valverde (Coordinadores e Investigadores CICE)
  • Fecha del Curso: Desde el lunes 03 al viernes 21 de enero de 2022.
  • Modalidad del curso: Online, a través de la web cice.cl – El curso está dividido en 4 módulos de trabajo, cada módulo tiene una duración de 4 días, donde se espera que durante esos días los docentes vean las cápsulas con las clases grabadas, presencien una charla, realicen un trabajo práctico y respondan un Quiz, todo eso en sus tiempos libres, lo que les entrega a los participantes la posibilidad de tener más libertad en el manejo de sus tiempos. Cada módulo termina con una reunión por Zoom (en una fecha y hora determinada, detallada en el programa) donde resolvemos todas las dudas que hayan surgido al momento del trabajo individual de los módulos.
  • Duración del programa: 27 horas cronológicas de trabajo en total (9 horas semanales).
  • Valor del Curso: $120.000 a través de transferencia bancaria, optando por una de las siguientes dos modalidades:
    • A. 50% del valor del curso al momento de la inscripción para asegurar su cupo, y el otro 50% a más tardar el lunes 3 de enero 2022.
    • B. 100% del valor del curso al momento de la inscripción.

Atención: Al completar el formulario de inscripción no se asegura la vacante en el Curso. Se debe formalizar esta a través de las vías de pago descritas previamente. Si el o la docente necesita una factura, podemos emitirla.

LiLi, el nuevo Núcleo milenio sobre ecosistemas de bosques patagónicos

Millenium Nucleus of Patagonian Limit-of-Life, LiLi”, es el nombre del recién adjudicado Núcleo milenio que se dedicará al estudio de los bosques patagónicos de alta montaña en Los Andes australes. La iniciativa será liderada por Roberto Nespolo, académico de la Universidad Austral de Chile e investigador en los centros CAPES e iBio.

Los bosques de la Patagonia son un refugio mundial para el calentamiento global. Según estudios científicos, la Patagonia será la zona terrestre menos afectada por el calentamiento en América del Sur debido a que es un bioma frío, reserva de agua y de biodiversidad en esta parte del planeta.

Esta premisa llevó a Roberto Nespolo, académico en el Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas, de la Universidad Austral de Chile, investigador en CAPES y en iBio, a postular y adjudicarse el “Núcleo milenio sobre el límite de la vida Patagónica: restricciones ambientales en genética y ecofisiología”, o LiLi, acrónimo por su nombre en inglés “Millenium Nucleus of Patagonian Limit-of-Life”.

Este es uno de los 8 proyectos adjudicados en el concurso “Núcleos Milenios en Ciencias Naturales y Exactas y en Ciencias Sociales 2021” de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, que busca promover la creación y desarrollo de centros de excelencia para la investigación científica y tecnológica de frontera en el país, el fortalecimiento de las capacidades científicas y tecnológicas de alto nivel y la difusión y transferencia del conocimiento a los sectores productivos. En esta iniciativa en particular, participan además de la Universidad Austral de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad de Talca y la Universidad de Santiago de Chile.

Desde el concepto a su materialización

¿Cómo surgió la idea de desarrollar este nuevo Núcleo Milenio? “Hace varios años que con mi colega Francisco Cubillos (USACH), nos habíamos dado cuenta de que los ecosistemas de bosques patagónicos albergan una riqueza natural única en el mundo”, señala Nespolo, “primero al descubrir la gran variedad de levaduras nativas que se extraen de los Nothofagus de altura (lengas, coihues, ñirres) y después con la investigación sobre el monito del monte, cuya hibernación está estrechamente ligada al ciclo del bosque”.

Ambas investigaciones inspiraron a Nespolo y Cubillos a volcar estas ideas en un proyecto multidisciplinario, “pero nos faltaban los especialistas en ecofisiología vegetal de los Nothofagus, y en modelamiento de nicho ecológico”, recuerda Nespolo, fue así que “contactamos a Frida Piper (UTalca), ecofisióloga vegetal y especialista en bosques alpinos, quien enganchó de inmediato con la idea. Frida nos habló de lo clave que son las reservas de carbono para la resistencia al estrés en árboles en general y que en Nothofagus explicarían la capacidad de la especie de formar el límite arbóreo o “treeline”, que es el límite altitudinal superior de distribución arbórea (revisa la foto). Curiosamente, en cualquier parte del mundo el treeline ocurre a la elevación donde la temperatura media de la estación de crecimiento es 6.7ºC, por lo que este ecotono es un modelo ideal para estudiar la respuesta de los ecosistemas de bosque de alta montaña, frente al cambio climático”.

“Tree-line”, límite altitudinal superior de distribución arbórea, en este caso, de un bosque de lengas (© Roberto Nespolo).

Posteriormente, se conectaron con Juliana Vianna (PUC), especialista en predecir la sobreviviencia de las especies frente al calentamiento global, usando modelamiento de nicho ecológico. El ecofisiólogo UACh cuenta que “ella nos explicó que se pueden generar mapas futuros de distribución de especies clave del ecosistema alpino, a partir de información genética actual. Iniciamos entonces una agenda de reuniones semanales durante las cuales intercambiamos resultados, discutimos distintas maneras de abordar la investigación y terminamos concretando una hipótesis y un plan de trabajo. Como guías en nuestro trabajo, contactamos a nuestros mentores y amigos Francisco Bozinovic (Premio Nacional de Ciencias Naturales 2020 y Subdirector CAPES) y Juan Armesto (miembro de la Academia de Ciencias de USA), quienes accedieron a participar de LiLi como investigadores senior. Así, cuando se abrió el concurso núcleos, el proyecto estaba armado”.

¿Por qué es importante estudiar la biodiversidad de la Patagonia?

“Por diversas razones”, comienza a explicar Roberto Nespolo, “primero, la Patagonia es la masa de tierra que alberga mayor cantidad de glaciares en el hemisferio sur, después de la Antártica. Esto la hace de suma importancia en estos tiempos de crisis ambiental y calentamiento. Segundo, existen muy pocos centros o grupos organizados de científicos de las ciencias biológicas instalados en la Patagonia para conocer el funcionamiento de esos ecosistemas, y no existe en Chile ningún centro específicamente enfocado en el estudio de los ecosistemas de bosque de alta montaña. Esto es bastante paradójico y urgente de atender, dado el alto grado de endemismo que caracteriza esos ecosistemas y su extensión a lo largo del país”.

“Tercero”, continúa Nespolo, la biota (que contempla flora, fauna y microorganismos) Patagónica es un remanente “Gondwanico”, y junto a la Antártica y sus fósiles, se une con Australia, Nueva Zelandia y sur de Asia en su similitud florística y faunística. Entonces, los bosques Patagónicos son en cierta medida una ventana hacia el pasado. Sin embargo, los ecosistemas de bosque de alta montaña en la cordillera de los Andes se distinguen de los del resto del mundo por la dominancia de una especie de angiosperma caducifolia, la lenga, cuyo metabolismo contrasta con el de coníferas siempreverdes, dominantes en los bosques de altura del hemisferio norte.

Treeline: El límite de la vida en la Patagonia

La premisa que guía al Núcleo LiLi es que la adaptación al frío en los bosques de ecosistemas de gran altitud de los Andes meridionales, depende del almacenamiento de carbono de los árboles Nothofagus. “Tenemos la hipótesis de que en el treeline, el ecosistema depende de la capacidad de almacenamiento de energía de las lengas, que pierden las hojas en invierno y se reactivan en primavera», indica el ecofisiólogo. “Esto implica que otros organismos también sean dependientes del ciclo de energía de esta leñosa. Si este ciclo se altera por efectos del calentamiento global, es posible que gran parte de la biodiversidad del bosque también se vea afectada. Por ejemplo, existen especies de levaduras nativas que proliferan en la corteza interna de la lenga, que es muy rica en reservas de carbono. También sabemos que los monitos del monte se alimentan de los frutos e insectos que aparecen en primavera una vez que el bosque ha reactivado su crecimiento”.

Entre los principales impulsores que impactan en la estabilidad en estos bosques está en primer lugar el incremento en temperatura, “que muy probablemente hará que el treeline se ubique cada vez más arriba, siempre y cuando la humedad lo permita”, según lo que especifica Roberto Nespolo, “pero también la desertificación en verano, que se está extendiendo cada vez más, matando árboles maduros y dejando el sustrato desnudo, lo cual incrementa el riesgo de derrumbes o inundaciones. Los bosques patagónicos también están bastante afectados por el cambio en el uso de la tierra y el corte de madera para leña o plantaciones. El uso de leña en el sur de Chile es todavía muy masivo, y no se ha logrado cambiar esta cultura por métodos menos contaminantes y más eficientes de calefacción. Así, la destrucción del hábitat es una amenaza constante sobre los bosques templado-lluviosos del sur”.

Nespolo señala que a corto plazo se espera establecer la sincronía que existe entre estos componentes del ecosistema, los monitos del monte y las levaduras, estacionalmente y a distintas latitudes y altitudes. En el mediano plazo, se generarán mapas predictivos de las poblaciones de estos organismos frente a distintos escenarios de cambio climático. Como un objetivo a largo plazo, los investigadores esperan generar un Instituto Milenio que se asocie con otros centros de este tipo, de estudios patagónicos y subantárticos. Además, potenciarán los spin-off que han nacido de las investigaciones anteriores: las cervezas artesanales elaboradas con levaduras nativas, y aportarán con ciencia ciudadana en conservación de bosques y poblaciones de monito del monte.

Equipo de trabajo

Participan impulsando el Millenium Nucleus of Patagonian Limit-of-Life, LiLi, Frida Piper, de la Universidad de Talca, como directora alterna, ecofisióloga vegetal y especialista en ecología funcional de leñosas, quien cuenta con una amplia trayectoria en el estudio de especies del género Nothofagus. Francisco Cubillos, de la USACH, especialista en genética y microbiología, que trabaja en levaduras nativas con aplicaciones cerveceras y participa como investigador principal; y en el mismo rol, Juliana Vianna, de la PUC, genetista ecológica y evolutiva especializada en modelamiento de nicho en aves y mamíferos. Finalmente, Roberto Nespolo menciona que “yo participo como director del núcleo, y me especializo en ecofisiología animal con particular énfasis en estudios de hibernación con el marsupial endémico monito del monte”.

Texto: Comunicaciones CAPES
Créditos imágenes: Roberto Nespolo


Proponen la inclusión de “derechos territoriales” en nueva Constitución

Un análisis efectuado por el investigador CAPES y Cedel UC, José Tomás Ibarra, en conjunto con investigadores e investigadoras del Centro CERES, y de las universidades Católica de Chile y Católica de Valparaíso, buscó determinar el potencial de una nueva constitución con enfoques sociales y ecológicos, en el marco del actual proceso constituyente que vive nuestro país.

En el paper, publicado en la revista Sustainability, los autores analizan en profundidad una serie de conflictos socioambientales presentes hoy en Chile asociados a actividades industriales, tales como la agricultura intensiva, la silvicultura, la minería, la pesca y acuicultura, y la industria energética, además de fenómenos como la parcelación de los suelos y la contaminación urbana.

En opinión de los investigadores, estos conflictos —que hablan de desigualdad en el acceso al agua, la degradación de los suelos, la contaminación por metales, la sobreexplotación de recursos y el desplazamiento de comunidades rurales e indígenas— están estrechamente vinculados a la normativa constitucional vigente, “siendo una de las principales razones”, acotan, “la transferencia de derechos de propiedad sobre tierras y aguas sin consideración por el bien común”.

A través de un articulado que consagra “la libre apropiación de bienes comunes como un principio general constitucional”, señalan que la actual Constitución, generada en dictadura, privilegia el derecho a la propiedad privada por sobre la protección de los recursos naturales como una regla general de nuestro sistema legal, llevando a la abismal inequidad territorial existente en el acceso de las personas a estos recursos y su derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación.

“Un escenario de injusticia ambiental ocurre cuando ciudadanos y ciudadanas sienten vulnerabilidad en su salud y sus vidas debido a su situación socioeconómica, en particular por el territorio donde viven”, explica Ibarra.

“Nuestro análisis de conflictos socioambientales en Chile muestra múltiples casos sobre cómo personas y comunidades tienen derecho a una protección desigual por parte de regulaciones ambientales y de salud pública, sólo por el hecho de nacer o vivir en determinados territorios a lo largo del país”, afirma. Esta heterogeneidad de conflictos y las diversas industrias a las que involucra, sugiere que los conflictos medioambientales responden a un problema sistémico, más que a problemas particulares para cada zona.

Medio Ambiente: una demanda generalizada

Protesta medioambiental en la zona de Ventanas, uno de los principales focos de conflicto del país (© El Mostrador).

Esta desigualdad, de hecho, es refrendada por el sentir ciudadano. A través de una encuesta realizada a 800 personas mayores de 18 años entre abril y mayo de 2021, la investigación determinó que estos conflictos resultan un catalizador al momento de definir una preferencia política, por ejemplo, al elegir a candidatos a la Convención Constitucional.

“La preocupación por el medio ambiente no es un fenómeno reciente entre los chilenos”, comenta el investigador del Centro de Acción Climática de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y también autor del estudio, Marcelo Mena. “Esta pregunta llevan haciéndola por más de 10 años instituciones como IPSOS, CADEM, o el Instituto de Sociología UC. Todas las veces que ha habido encuestas nacionales de Medio Ambiente, las respuestas han sido consistentes. Hay una preocupación ambiental permanente que se ha dado, y nuestra teoría es que gran parte de esta valoración tiene que ver con un cuestionamiento a un modelo que trae beneficios para unos en desmedro de otros”.

La teoría se revela, también, a partir de la composición de la misma Convención. Y es que 105 de los 155 constituyentes elegidos presentaron en sus propuestas, durante el período de campaña, al menos tres principios medioambientales.

A este factor se suman otros tres elementos que, en palabras de Tomás Ibarra, harían del actual proceso constituyente “un escenario único para una constitución ecológica”.

“Según nuestro análisis un 79% de la ciudadanía apoya una nueva Constitución Ecológica, por lo tanto, existe un apoyo amplio de las chilenas y chilenos. Además, existe un apoyo transversal de los constituyentes para que la nueva carta magna sea una constitución basada en derechos, entre los que los Derechos de la Naturaleza aparecen genuina y recurrentemente, y, por último, las comisiones de trabajo de la convención, al menos la de medio ambiente y la de sistemas de conocimiento, han integrado múltiples insumos de carácter socioecológico desde la ciudadanía (como audiencias públicas y cabildos)”.

Una Constitución ecológica

Como aporte a la discusión, el documento sugiere considerar la confección de una Constitución con una perspectiva ecológica —más allá de una perspectiva medioambiental— con el fin de considerar no solo las problemáticas que afectan a nuestros recursos naturales, sino que también los impactos sociales derivados de estos aspectos.

Para ello, los autores proponen la inclusión de derechos territoriales en la nueva Carta Magna, “como un principio crucial para alcanzar justicia socioambiental en Chile”. “Estos derechos”, declaran, “debieran entenderse como un reconocimiento a la heterogeneidad de los ecosistemas y herencias culturales existentes en Chile, así como una oportunidad para generar jurisdicción local para temáticas socioambientales de acuerdo sus respectivos contextos territoriales”.

Al hablar de “derechos territoriales”, en contraste con los “derechos de propiedad”, los investigadores se refieren al derecho a crear leyes concernientes a la propiedad de los bienes raíces, poniendo atención a las preocupaciones ambientales y los derechos sobre los recursos e institucionalizando un principio de sustentabilidad en el ordenamiento legal. “Abogamos por una perspectiva de largo plazo en la nueva Constitución, bajo la cual el desarrollo económico no se produce a expensas de los ecosistemas, sino que reconozca su dependencia hacia éstos”, señala el documento.

Por último, los autores sugieren el establecimiento de estos derechos mediante una planificación territorial basada en los límites naturales de nuestras cuencas hidrográficas, las que, según un reporte nacional elaborado en 2014, ascienden a 129 a lo largo del territorio.

En el trabajo, éstos proponen un ordenamiento que agrupa estas cuencas según los ecosistemas donde intervienen, generando, así, áreas que podrían ser gestionadas de forma similar. En el paper, los investigadores presentan 7 potenciales ecorregiones (Altiplano andino; Desierto de Atacama; Bosque matorral y esclerófilo; Bosque valdiviano; Estepa andina; Bosque sub-antártico, y Campos de hielo patagónicos), concentradas en 5 macrozonas: macrozona Norte, Norte-Centro, Central, Centro-Sur y Sur Austral.

“Imaginamos que la planificación territorial ayudaría a conseguir un desarrollo socioeconómico equilibrado de las distintas regiones del país, el manejo responsable de los recursos naturales, justicia ambiental y una mejora en el bienestar de sus habitantes”, concluyen.

«Social-Environmental Conflicts in Chile: Is There Any Potential for an Ecological Constitution?» también contó con la participación de los investigadores Maite Berasaluce y Pablo Díaz (autores principales), de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV); Paulina Rodríguez, del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y Juan Luis Celis y Pedro Mondaca, también de la PUCV.

La comisión de Medio Ambiente de la Convención Constitucional durante una visita a Coronel (© El Keltehue).

Texto: Comunicaciones CAPES y CEDEL
Créditos imágenes: El Mostrador / El Keltehue