[CANCELADO] Lanzamiento Libro «Las aves rapaces de Chile»

CAPES y la Editorial Flora y Fauna, los invitan al lanzamiento del libro “Las aves rapaces de Chile”, el compendio más completo de las más de 36 aves de presa que pueblan el territorio nacional, desde el pequeño chuncho al imponente cóndor. El libro, escrito por los investigadores Agustín Iriarte, Tomás Rivas-Fuenzalida y Fabián Jaksic, contiene detalles de distribución, dieta, hábitos y características fisiológicas de cada especie, acompañadas de fotografías que reflejan la belleza de estas criaturas aladas.

La actividad se realizará el próximo martes 24 de marzo a partir de las 18:30 hrs. en la sede Lo Contador de la Universidad Católica (El Comendador 1916, Providencia), e incluirá charlas de especialistas en distintos ámbitos relacionados al manejo y estudio de este grupo de aves.

Durante la actividad se sortearán entre los asistentes diversas figuras de algunas de estas aves talladas en madera por el artesano Richard Bravo.

¡Los y las esperamos!

Fondecyt Regular 2020 adjudica fondos a proyectos CAPES

Una serie de proyectos liderados por investigadores CAPES —cuyos temas van de la resiliencia de la agricultura de pequeña escala a la adaptación de un grupo de aves al calor y sequías extremos— recibieron financiamiento para su ejecución de manos del Concurso Fondecyt Regular 2020.

Se trata de cuatro iniciativas que, junto a otros 552 proyectos a nivel nacional, fueron preseleccionadas por la Agencia Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo (ANID, ex Conicyt) para su ejecución durante los próximos 2 a 4 años.

Fortaleciendo la resiliencia de la pequeña agricultura

Uno de los proyectos adjudicados, denominado “Resiliencia de la agricultura de pequeña escala a través de escalas espaciales: agrobiodiversidad y conocimiento local en sitios importantes del patrimonio agrícola de Chile” será encabezado por el investigador de la línea 6 de CAPES, Tomás Ibarra.

En palabras del ingeniero agrónomo y especialista en sistemas socioecológicos, el proyecto buscará examinar “la capacidad de recuperación de los sistemas agrícolas a pequeña escala y el papel de los filtros socioambientales y las redes de semillas en dos sitios importantes del patrimonio agrícola en el sur de Chile: La Araucanía y Chiloé”.

Estos sitios, nos cuenta Ibarra, han sido designados como hotspots por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pues se trata de paisajes sobresalientes de belleza estética que combinan la agrobiodiversidad y un valioso patrimonio cultural; “sin embargo, estos sitios están amenazados por muchos factores que han resultado en el abandono de las prácticas agrícolas tradicionales y la pérdida de variedades locales” explica.

El estudio tendrá una duración de 4 años, durante los cuales un equipo interdisciplinario de investigadores implementará métodos mixtos —entre los que incluyen observación participativa, entrevistas, inventarios de plantas, ejercicios de conocimiento y manejo, encuestas a agricultores, evaluaciones a escala de paisaje y evaluaciones de redes de semillas— para explorar diversas huertas familiares, esto es, microambientes complejos cercanos al hogar en los que se cultivan plantas útiles y se integran tradicionalmente con un ecosistema circundante más amplio.

“Nuestros resultados se utilizarán para proyectar la distribución de nuestros dos indicadores de resiliencia en escalas espaciales amplias, con implicaciones de política para identificar puntos críticos de agrobiodiversidad para la conservación in situ e in vivo de los recursos fitogenéticos y el conocimiento agrícola local” cuenta Ibarra.

Llenando vacíos de información en la protección de los ecosistemas costeros

El cuidado y gestión de los ecosistemas costeros también tuvo un lugar entre los proyectos seleccionados en esta versión del concurso. De la mano del investigador CAPES de línea 5, Sergio Navarrete, el proyecto “Conservación y gestión espacial marina en Chile central: llenando vacíos de información científica para fomentar la sustentabilidad en los ecosistemas costeros” tendrá por objetivo testear modelos hidrográficos que permitan generar información más precisa sobre distintas variables ambientales y biológicas asociadas a las poblaciones marinas, necesarias para el establecimiento de áreas de manejo y protección del recurso pesquero más eficaces.

Entre los parámetros sobre los que se busca obtener mejor información, están los flujos de dispersión larval de distintas especies-objetivo de la costa central de Chile, así como los patrones “invisibles” de conectividad entre poblaciones. Todo, dentro del modelo de gestión conocido como Planificación Espacial de Zonas Marinas (Marine Spatial Planning).

Asimismo, el proyecto utilizará técnicas moleculares para testear predicciones específicas de tasas de dispersión y estructuras de subpoblación, generadas desde sus propios modelos hidrográficos y algoritmos recientemente desarrollados por Navarrete y su equipo.

Las aves paseriformes versus el cambio climático

Otro de los proyectos preseleccionados, liderado por el investigador de línea 3, Pablo Sabat, pretende estudiar los cambios fisiológicos que el aumento de las temperaturas y la disminución de la disponibilidad de agua provocadas por el cambio climático tienen sobre el orden de aves conocido como paseriformes.

“Estas aves” explica Sabat, “son particularmente susceptibles a los aumentos de temperatura y la aridez extremas, debido a sus rasgos de comportamiento (diurnos) y fisiológicos (tamaño pequeño y altas tasas metabólicas)”.

El proyecto busca responder preguntas tales como en qué medidas las especies paseriformes que viven en los desiertos costeros del norte de Chile mantienen el equilibrio hídrico entre el agua metabólica y el agua de mar preformada; qué diferencias intra e interespecíficas hay en la proporción de agua metabólica con respecto al presupuesto total de agua corporal de estas especies, y cuáles son las consecuencias fisiológicas de la dependencia del agua metabólica para los organismos, entre otras.

Para ello, Sabat y su equipo utilizarán un método cuantitativo que estimar las contribuciones relativas del agua metabólica versus el agua bebida / alimenticia (precipitación o agua de mar) al total de agua corporal, en función de tres isótopos estables de en una muestra de plasma sanguíneo.

“También mediremos varias variables fisiológicas y ecológicas que van desde parámetros bioquímicos (enzimas metabólicas en eritrocitos y estado oxidativo), respuestas orgánicas (tasas metabólicas, pérdidas de agua por evaporación) y uso de recursos marinos versus terrestres mediante análisis de isótopos de carbono y nitrógeno” explica el fisiólogo.

Otros proyectos seleccionados

La versión 2020 de Fondecyt Regular también adjudicó financiamiento a los investigadores de la línea 2 de CAPES, Juan Pablo Pavissich y Danilo Pérez Pantoja. En el caso del primero, como co-investigador del proyecto “Ocurrencia de perclorato y desarrollo de estrategias sustentables de tratamiento de matrices de agua potable complejas, salmueras y resinas de intercambio iónico gastadas”, liderado por el ingeniero ambiental de la Universidad Católica, Ignacio Vargas. Pérez Pantoja, por otra parte, será parte del equipo de investigación a cargo de un proyecto denominado «Hacia cepas más robustas de Escherichia coli para la conversión de biomasa lignocelulósica mediante ingeniería metabólica, incorporando transferencia del potencial de biodesintoxicación alrededor de las comunidades microbiales de lodo residual de pulpas de celulosa».

Asimismo, también fue seleccionado un proyecto encabezado por el investigador asociado CAPES, Alexander Neaman, miembro de la línea 1 del Centro, sobre impactos ambientales de metales y reclamación de suelos.

Revisa aquí la lista completa de proyectos seleccionados.

Fondecyt Regular 2020 adjudica fondos a proyectos CAPES

Una serie de proyectos liderados por investigadores CAPES —cuyos temas van de la resiliencia de la agricultura de pequeña escala a la adaptación de un grupo de aves al calor y sequías extremos— recibieron financiamiento para su ejecución de manos del Concurso Fondecyt Regular 2020.

Se trata de cuatro iniciativas que, junto a otros 552 proyectos a nivel nacional, fueron preseleccionadas por la Agencia Nacional de Investigación, Innovación y Desarrollo (ANID, ex Conicyt) para su ejecución durante los próximos 2 a 4 años.

Fortaleciendo la resiliencia de la pequeña agricultura

Uno de los proyectos adjudicados, denominado “Resiliencia de la agricultura de pequeña escala a través de escalas espaciales: agrobiodiversidad y conocimiento local en sitios importantes del patrimonio agrícola de Chile” será encabezado por el investigador de la línea 6 de CAPES, Tomás Ibarra.

En palabras del ingeniero agrónomo y especialista en sistemas socioecológicos, el proyecto buscará examinar “la capacidad de recuperación de los sistemas agrícolas a pequeña escala y el papel de los filtros socioambientales y las redes de semillas en dos sitios importantes del patrimonio agrícola en el sur de Chile: La Araucanía y Chiloé”.

Estos sitios, nos cuenta Ibarra, han sido designados como hotspots por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pues se trata de paisajes sobresalientes de belleza estética que combinan la agrobiodiversidad y un valioso patrimonio cultural; “sin embargo, estos sitios están amenazados por muchos factores que han resultado en el abandono de las prácticas agrícolas tradicionales y la pérdida de variedades locales” explica.

El estudio tendrá una duración de 4 años, durante los cuales un equipo interdisciplinario de investigadores implementará métodos mixtos —entre los que incluyen observación participativa, entrevistas, inventarios de plantas, ejercicios de conocimiento y manejo, encuestas a agricultores, evaluaciones a escala de paisaje y evaluaciones de redes de semillas— para explorar diversas huertas familiares, esto es, microambientes complejos cercanos al hogar en los que se cultivan plantas útiles y se integran tradicionalmente con un ecosistema circundante más amplio.

“Nuestros resultados se utilizarán para proyectar la distribución de nuestros dos indicadores de resiliencia en escalas espaciales amplias, con implicaciones de política para identificar puntos críticos de agrobiodiversidad para la conservación in situ e in vivo de los recursos fitogenéticos y el conocimiento agrícola local” cuenta Ibarra.

Llenando vacíos de información en la protección de los ecosistemas costeros

El cuidado y gestión de los ecosistemas costeros también tuvo un lugar entre los proyectos seleccionados en esta versión del concurso. De la mano del investigador CAPES de línea 5, Sergio Navarrete, el proyecto “Conservación y gestión espacial marina en Chile central: llenando vacíos de información científica para fomentar la sustentabilidad en los ecosistemas costeros” tendrá por objetivo testear modelos hidrográficos que permitan generar información más precisa sobre distintas variables ambientales y biológicas asociadas a las poblaciones marinas, necesarias para el establecimiento de áreas de manejo y protección del recurso pesquero más eficaces.

Entre los parámetros sobre los que se busca obtener mejor información, están los flujos de dispersión larval de distintas especies-objetivo de la costa central de Chile, así como los patrones “invisibles” de conectividad entre poblaciones. Todo, dentro del modelo de gestión conocido como Planificación Espacial de Zonas Marinas (Marine Spatial Planning).

Asimismo, el proyecto utilizará técnicas moleculares para testear predicciones específicas de tasas de dispersión y estructuras de subpoblación, generadas desde sus propios modelos hidrográficos y algoritmos recientemente desarrollados por Navarrete y su equipo.

Las aves paseriformes versus el cambio climático

Otro de los proyectos preseleccionados, liderado por el investigador de línea 3, Pablo Sabat, pretende estudiar los cambios fisiológicos que el aumento de las temperaturas y la disminución de la disponibilidad de agua provocadas por el cambio climático tienen sobre el orden de aves conocido como paseriformes.

“Estas aves” explica Sabat, “son particularmente susceptibles a los aumentos de temperatura y la aridez extremas, debido a sus rasgos de comportamiento (diurnos) y fisiológicos (tamaño pequeño y altas tasas metabólicas)”.

El proyecto busca responder preguntas tales como en qué medidas las especies paseriformes que viven en los desiertos costeros del norte de Chile mantienen el equilibrio hídrico entre el agua metabólica y el agua de mar preformada; qué diferencias intra e interespecíficas hay en la proporción de agua metabólica con respecto al presupuesto total de agua corporal de estas especies, y cuáles son las consecuencias fisiológicas de la dependencia del agua metabólica para los organismos, entre otras.

Para ello, Sabat y su equipo utilizarán un método cuantitativo que estimar las contribuciones relativas del agua metabólica versus el agua bebida / alimenticia (precipitación o agua de mar) al total de agua corporal, en función de tres isótopos estables de en una muestra de plasma sanguíneo.

“También mediremos varias variables fisiológicas y ecológicas que van desde parámetros bioquímicos (enzimas metabólicas en eritrocitos y estado oxidativo), respuestas orgánicas (tasas metabólicas, pérdidas de agua por evaporación) y uso de recursos marinos versus terrestres mediante análisis de isótopos de carbono y nitrógeno” explica el fisiólogo.

Otros proyectos seleccionados

La versión 2020 de Fondecyt Regular también adjudicó financiamiento a los investigadores de la línea 2 de CAPES, Juan Pablo Pavissich y Danilo Pérez Pantoja. En el caso del primero, como co-investigador del proyecto “Ocurrencia de perclorato y desarrollo de estrategias sustentables de tratamiento de matrices de agua potable complejas, salmueras y resinas de intercambio iónico gastadas”, liderado por el ingeniero ambiental de la Universidad Católica, Ignacio Vargas. Pérez Pantoja, por otra parte, será parte del equipo de investigación a cargo de un proyecto denominado «Hacia cepas más robustas de Escherichia coli para la conversión de biomasa lignocelulósica mediante ingeniería metabólica, incorporando transferencia del potencial de biodesintoxicación alrededor de las comunidades microbiales de lodo residual de pulpas de celulosa».

Asimismo, también fue seleccionado un proyecto encabezado por el investigador asociado CAPES, Alexander Neaman, miembro de la línea 1 del Centro, sobre impactos ambientales de metales y reclamación de suelos.

Revisa aquí la lista completa de proyectos seleccionados.

Estudio vincula transición de dinosaurios a aves con evolución de endotermia

Un estudio publicado en la revista Science Advances por investigadores del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad UC y el Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la U. Austral, determinó que la paulatina disminución de tamaño de estos grandes vertebrados pudo haber sido el vehículo para su evolución de animales de sangre fría a sangre caliente.

Si bien aún desconocido para muchos, es un hecho ya aceptado por la comunidad científica que todas las aves que vemos hoy descienden directamente de un grupo de dinosaurios –los terópodos- que fue reduciendo paulatinamente su tamaño a lo largo de miles y millones de generaciones. Sin embargo, las razones del por qué, y el cómo, se produjo este cambio, son aún inciertas.

Investigadores del CAPES y del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Universidad Austral de Chile buscaron responder estas preguntas aplicando un modelo de transmisión de calor, comúnmente usado para el estudio de aves y mamíferos modernos, a este linaje de animales, extintos hace millones de años. Sus conclusiones, de confirmarse, podrán dar luz sobre una de las transiciones evolutivas más enigmáticas de la historia.

El trabajo, encabezado por el fisiólogo evolutivo e investigador del CAPES, Enrico Rezende y publicado este mes en la revista Science Advances, sugiere que la disminución de tamaño observada en estos animales se explicaría por la transición que, por esa misma época, los llevó de la ectotermia a la endotermia.

Los organismos endotermos son aquellos capaces de regular y conservar su temperatura corporal interna con independencia de las condiciones del medio externo, a diferencia de los ectotermos (como insectos, reptiles o peces), que dependen de su entorno para mantener su temperatura constante. Por esta razón, la actividad de un ectotermo está restringida por la temperatura; cuando hace frío, no se puede mover, o se puede mover muy poco, mientras que el endotermo si puede hacerlo pero a cambio de un altísimo gasto de energía.

“El aumento y disminución de tamaño ocurre frecuentemente a lo largo del árbol evolutivo, en diversos clados y especies, pero la miniaturización observada en el linaje de dinosaurios terópodos fue excepcional y consistente por vários millones de años. Encontramos que la diminución de tamaño compensa los costos energéticos de la evolución de la endotermia, que sólo ha ocurrido dos veces en la historia de la vida en el planeta”, explica Rezende, “y trajo al mundo a las aves y a los mamíferos”.

La evolución separada de la endotermia en aves y mamíferos es considerada una de las transiciones más significativas en la evolución de los vertebrados, y en un caso de convergencia único entre estos dos grupos, esencial en su rápida expansión por el planeta y su éxito ecológico. La pregunta, entonces, en palabras del fisiólogo, fue explicar por qué la selección natural pudo haber favorecido una estrategia que implica un costo de energía tan alto para el animal. “Nosotros creemos que lo que pudo haber pasado, es que la disminución del tamaño en estos dinosaurios, que terminó en la aparición de las aves, fue el atajo energético que encontró la evolución para hacer esa transición con el menor costo posible”.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron la filogenia que va de los grandes terópodos (que tuvo entre sus miembros a representantes tan célebres como el Tyrannosaurus rex) a las aves modernas, sobreponiendo a las distintas estimaciones de tamaño para cada especie del registro fósil sus propias estimaciones de metabolismo usando el modelo mencionado. “Lo que nosotros observamos al hacer esto es que el metabolismo va subiendo (factor que indica una transición a la endotermia) a medida que los tamaños van disminuyendo” comenta Rezende.
Los investigadores también lograron estimar el momento histórico en que este cambio pudo haberse producido: hace 180 o 170 millones de años, en el período que va del Jurásico Temprano al Jurásico Medio.

Para Rezende, una manera relativamente sencilla de testear las conclusiones del estudio es analizar la distribución de los mismos fósiles estudiados y reconstruir las condiciones paleoclimáticas de su época. “Si se determina, por ejemplo, que un animal que según nuestras estimaciones era ectotermo vivía en climas fríos, eso claramente contradeciría nuestras conclusiones. Si, en cambio, el animal habitaba en entornos más bien cálidos, ciertamente apoyaría la validez de nuestra hipótesis”

Fuente: Shrinking dinosaurs and the evolution of endothermy in birds (2019), Science Advances

Estudio vincula transición de dinosaurios a aves con evolución de endotermia

Un estudio publicado en la revista Science Advances por investigadores del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad UC y el Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la U. Austral, determinó que la paulatina disminución de tamaño de estos grandes vertebrados pudo haber sido el vehículo para su evolución de animales de sangre fría a sangre caliente.

Si bien aún desconocido para muchos, es un hecho ya aceptado por la comunidad científica que todas las aves que vemos hoy descienden directamente de un grupo de dinosaurios –los terópodos- que fue reduciendo paulatinamente su tamaño a lo largo de miles y millones de generaciones. Sin embargo, las razones del por qué, y el cómo, se produjo este cambio, son aún inciertas.

Investigadores del CAPES y del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Universidad Austral de Chile buscaron responder estas preguntas aplicando un modelo de transmisión de calor, comúnmente usado para el estudio de aves y mamíferos modernos, a este linaje de animales, extintos hace millones de años. Sus conclusiones, de confirmarse, podrán dar luz sobre una de las transiciones evolutivas más enigmáticas de la historia.

El trabajo, encabezado por el fisiólogo evolutivo e investigador del CAPES, Enrico Rezende y publicado este mes en la revista Science Advances, sugiere que la disminución de tamaño observada en estos animales se explicaría por la transición que, por esa misma época, los llevó de la ectotermia a la endotermia.

Los organismos endotermos son aquellos capaces de regular y conservar su temperatura corporal interna con independencia de las condiciones del medio externo, a diferencia de los ectotermos (como insectos, reptiles o peces), que dependen de su entorno para mantener su temperatura constante. Por esta razón, la actividad de un ectotermo está restringida por la temperatura; cuando hace frío, no se puede mover, o se puede mover muy poco, mientras que el endotermo si puede hacerlo pero a cambio de un altísimo gasto de energía.

“El aumento y disminución de tamaño ocurre frecuentemente a lo largo del árbol evolutivo, en diversos clados y especies, pero la miniaturización observada en el linaje de dinosaurios terópodos fue excepcional y consistente por vários millones de años. Encontramos que la diminución de tamaño compensa los costos energéticos de la evolución de la endotermia, que sólo ha ocurrido dos veces en la historia de la vida en el planeta”, explica Rezende, “y trajo al mundo a las aves y a los mamíferos”.

La evolución separada de la endotermia en aves y mamíferos es considerada una de las transiciones más significativas en la evolución de los vertebrados, y en un caso de convergencia único entre estos dos grupos, esencial en su rápida expansión por el planeta y su éxito ecológico. La pregunta, entonces, en palabras del fisiólogo, fue explicar por qué la selección natural pudo haber favorecido una estrategia que implica un costo de energía tan alto para el animal. “Nosotros creemos que lo que pudo haber pasado, es que la disminución del tamaño en estos dinosaurios, que terminó en la aparición de las aves, fue el atajo energético que encontró la evolución para hacer esa transición con el menor costo posible”.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron la filogenia que va de los grandes terópodos (que tuvo entre sus miembros a representantes tan célebres como el Tyrannosaurus rex) a las aves modernas, sobreponiendo a las distintas estimaciones de tamaño para cada especie del registro fósil sus propias estimaciones de metabolismo usando el modelo mencionado. “Lo que nosotros observamos al hacer esto es que el metabolismo va subiendo (factor que indica una transición a la endotermia) a medida que los tamaños van disminuyendo” comenta Rezende.
Los investigadores también lograron estimar el momento histórico en que este cambio pudo haberse producido: hace 180 o 170 millones de años, en el período que va del Jurásico Temprano al Jurásico Medio.

Para Rezende, una manera relativamente sencilla de testear las conclusiones del estudio es analizar la distribución de los mismos fósiles estudiados y reconstruir las condiciones paleoclimáticas de su época. “Si se determina, por ejemplo, que un animal que según nuestras estimaciones era ectotermo vivía en climas fríos, eso claramente contradeciría nuestras conclusiones. Si, en cambio, el animal habitaba en entornos más bien cálidos, ciertamente apoyaría la validez de nuestra hipótesis”

Fuente: Shrinking dinosaurs and the evolution of endothermy in birds (2019), Science Advances

Investigador CAPES presentó estudio sobre aves exóticas urbanas CAPES researcher presents study on urban exotic birds

La Sociedad para la Biología de la Conservación, organización sin fines de lucro dedicada a promover el estudio y la conservación de la biodiversidad alrededor del mundo, celebró entre los días 21 y 25 de julio la versión número 29 de su prestigioso Congreso Internacional ICCB 2019. Durante cinco jornadas, más de dos mil profesionales y estudiantes se dieron cita en Kuala Lumpur, Malasia, para plantear y discutir los desafíos más urgentes en materia de conservación y difundir investigación recientes en el área.

Entre éstos últimos, destacó el investigador CAPES César González, quien presentó los resultados de su proyecto “Homogeneización biótica de aves por HIREC: entendiendo el rol de especies no nativas y urbanizadas” (Fondecyt Iniciación n°11160271), el cual se propuso explicar por qué las aves exóticas suelen encontrarse en ambientes urbanizados, y entregar evidencias de este fenómeno de ocurrencia global.

Durante su investigación, Gónzalez y su equipo determinaron que buena parte de este comportamiento se debe a la influencia que ciertas actividades humanas tienen en el transporte e introducción de especies especialmente adaptadas a ambientes urbanos. Muchas de estas especies, señala, “tienen éxito inmediato en los ambientes en que han sido introducidas, y no tienen la necesidad de desarrollar adaptaciones específicas a su nuevo contexto”.

Para el médico veterinario y doctor en Ecología, este tipo de instancias ofrecen la posibilidad de conectarse con especialistas en áreas de investigación concomitantes y generar vínculos con otros científicos. “En esta ocasión, tuve la oportunidad de conocer expertos de varios países, entablando nuevas amistades y por ende potenciales nuevas colaboraciones”.

La presentación de González fue positivamente recibida por los asistentes al Congreso, quienes dijeron esperar con especial interés la publicación de los resultados definitivos de su trabajo. 

El Congreso Internacional de Biología de la Conservación es el evento de vinculación más grande dedicado al cuidado y protección de la diversidad biológica mundial. 

[Photo by JRxpo, licensed under CC BY-NC-SA 2.0]

Investigador CAPES presentó estudio sobre aves exóticas urbanas

La Sociedad para la Biología de la Conservación, organización sin fines de lucro dedicada a promover el estudio y la conservación de la biodiversidad alrededor del mundo, celebró entre los días 21 y 25 de julio la versión número 29 de su prestigioso Congreso Internacional ICCB 2019. Durante cinco jornadas, más de dos mil profesionales y estudiantes se dieron cita en Kuala Lumpur, Malasia, para plantear y discutir los desafíos más urgentes en materia de conservación y difundir investigación recientes en el área.

Entre éstos últimos, destacó el investigador CAPES César González, quien presentó los resultados de su proyecto “Homogeneización biótica de aves por HIREC: entendiendo el rol de especies no nativas y urbanizadas” (Fondecyt Iniciación n°11160271), el cual se propuso explicar por qué las aves exóticas suelen encontrarse en ambientes urbanizados, y entregar evidencias de este fenómeno de ocurrencia global.

Durante su investigación, Gónzalez y su equipo determinaron que buena parte de este comportamiento se debe a la influencia que ciertas actividades humanas tienen en el transporte e introducción de especies especialmente adaptadas a ambientes urbanos. Muchas de estas especies, señala, “tienen éxito inmediato en los ambientes en que han sido introducidas, y no tienen la necesidad de desarrollar adaptaciones específicas a su nuevo contexto”.

Para el médico veterinario y doctor en Ecología, este tipo de instancias ofrecen la posibilidad de conectarse con especialistas en áreas de investigación concomitantes y generar vínculos con otros científicos. “En esta ocasión, tuve la oportunidad de conocer expertos de varios países, entablando nuevas amistades y por ende potenciales nuevas colaboraciones”.

La presentación de González fue positivamente recibida por los asistentes al Congreso, quienes dijeron esperar con especial interés la publicación de los resultados definitivos de su trabajo. 

El Congreso Internacional de Biología de la Conservación es el evento de vinculación más grande dedicado al cuidado y protección de la diversidad biológica mundial. 

[Photo by JRxpo, licensed under CC BY-NC-SA 2.0]