Árboles torcidos: una invitación a pensar futuros posibles a través de los bosques de La Araucanía

  • El martes 26 de marzo a las 17:30 horas en el auditorio del Complejo Interdisciplinario para el Desarrollo Sustentable (CIDS), del Campus Villarrica de la Universidad Católica (Bernardo O’Higgins 501), se realizará el segundo lanzamiento del libro Árboles torcidos, publicación que reúne reflexiones en torno la separación entre cultura y naturaleza a partir de obras, imágenes y textos. En la ocasión se realizará un diálogo llamado Repensar la experiencia de un bosque.
  • Entre los autores del libro está la artista Seba Calfuqueo, la poeta y académica UC del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), María Lara Millapan, el ecólogo e investigador del Centro UC de Desarrollo Local (CEDEL UC) y CAPES, José Tomás Ibarra, Agencia de borde (Rosario Montero, Paula Salas y Sebastián Melo),así como la directora de arte y publicaciones de Fundación Mar Adentro Maya Errázuriz. El encuentro es abierto a todo público, previa inscripción en este link.

Reflexiones sobre la dualidad humano y naturaleza; la figura de la torsión de los árboles como un acto de permanencia y resistencia ante la homogeneización del paisaje; y ecologías afectivas en torno al agua, son algunos de los temas expuestos en la publicación Árboles torcidos, editado por Agencia de borde y Fundación Mar Adentro. El lanzamiento tendrá lugar el martes 26 de marzo a las 17:30 horas en el auditorio del Complejo Interdisciplinario para el Desarrollo Sustentable (CIDS), de Campus Villarrica UC, y contará con la participación y diálogo entre algunos de los autores/as y una lectura poética por María Lara Millapan.

El libro surge tras la investigación desarrollada desde 2019 por Agencia de borde llamada «Bosques de fuego«, la cual tuvo continuidad en 2022 a través del Ciclo de Residencias Bosque Pehuén de Fundación Mar Adentro, ocasión en que los autores de la publicación se reunieron para reflexionar sobre las tensiones que surgen de la separación entre cultura y naturaleza en relación con el bosque. Sus voces, obras y reflexiones fueron dadas a conocer en una muestra itinerante presentada en la Galería de Arte de UC Temuco y CENTEX, Valparaíso durante 2022.

En esta residencia desarrollada en Bosque Pehuén, área de conservación de Fundación Mar Adentro, Agencia de borde llevó a cabo exploraciones en el bosque antiguo para comparar ese tipo de ecosistema con el de los monocultivos, específicamente de eucalipto. Además, sumaron la participación de la artista visual Seba Calfuqueo, la poeta  María Lara Millapan y el ecólogo José Tomás Ibarra para examinar los efectos de la hiperseparación de cultura/naturaleza en este territorio en La Araucanía. De este modo, la investigación se abordó desde un enfoque performativo-visual, poético y socioecológico.

Desde una dimensión experiencial, visual, sonora y sensible, las distintas obras que conformaron este proyecto retrataron formas de comunicación y mediación con la naturaleza para recobrar ecologías afectivas de La Araucanía y así, cambiar la percepción dicotómica entre lo humano y lo natural.

Performance, poesía y bioculturalidad

El libro presenta un recorrido por cada una de las obras de los/as artistas, quienes exponen diversas aproximaciones con el bosque. La obra video performance Tray tray ko de la artista visual Seba Calfuqueo, profundiza en la relación histórica de las aguas desde la cosmovisión mapuche, así como la conexión del cuerpo humano extendido en la naturaleza.

La publicación incluye escritos de la poeta mapuche María Lara Millapan, quien cuenta que “la poesía es la manifestación pura de los sentimientos, emanados del am (yo interior), el püllü (espíritu) y los pewma (sueños)”. Para ella, son el vehículo de comunicación directa con lo trascendente. Por medio de la expresión poética, la autora manifiesta un acto de denuncia de las tierras destruidas de su pueblo, donde el lenguaje toma la forma de resistencia ante un aplanamiento cultural y natural. Por su parte, el investigador José Tomás Ibarra, en el texto La rueda de la memoria: árboles torcidos hacia la luz y la comunidad, plantea una mirada desde la socioecología sobre la vida de los árboles como agentes de memoria biocultural. Al respecto, Ibarra enfatiza sobre el ejercicio activo de las comunidades y territorios en la construcción de saberes que accionen el cuidado y prácticas de reparación de las relaciones entre los actores humanos y más que humanos del bosque.

Extracto reseña Árboles torcidos: 

¿Cómo sobrevivir a la homogeneización y simplificación de los paisajes? Esta publicación es un intento por repensar la experiencia de estar en el bosque desde una mirada crítica mediante una exploración de estéticas de co-habitación que promueven el florecimiento de diversidades naturales y culturales para pensar en/desde/ y a través de un bosque, otros posibles futuros. Al abrir estas páginas, busca derivar por la polifonía de voces de Maya Errazuriz, Seba Calfuqueo, José Tomás Ibarra, María Lara Millapan y Agencia de Borde (María/Rosario Montero, Paula Salas y Sebastián Melo), quienes de diversas formas compartieron en colectivo experiencias de bosque que luego fueron materializadas a través de muestras expositivas bajo el título Árboles torcidos.

Fuente: Fundación Mar Adentro

Huinay Seasonal School: «Metodologías de restauración de bosques»

Cuándo: 19 - 25 de marzo de 2024
Dónde: Estación Científica Fundación San Ignacio del Huinay, Fiordo Comau, Los Lagos
Organiza:  Fundación San Ignacio del Huinay, Facultad de Ciencias Forestales U. de Chile, CAPES, MASCN, Instituto Forestal y Red de Estudios Socio-Ecológicos de Largo Plazo

En el marco de Huinay Seasonal School (Fundación San Ignacio del Huinay), el programa de Magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza (MASCN) de la Universidad de Chile invita a estudiantes de postgrado a conocer y profundizar el uso de metodologías de restauración de ecosistemas, entendiendo esta disciplina, como una de las principales herramientas utilizadas en la actualidad para recuperar la calidad de hábitat y la biodiversidad a diferentes niveles (genes, especies y ecosistemas), especialmente enfocado en elementos de la naturaleza de interés para conservación biológica.

El objetivo del curso «Metodologías de restauración de bosques» es generar competencias profesionales para la correcta toma de decisiones en las metodologías que se aplican durante el desarrollo de un proyecto de restauración de bosques, específicamente, en las fases de diagnóstico, planificación y diseño, implementación, monitoreo y evaluación de las acciones restaurativas.

Su programa se compone de clases teórico-prácticas dictadas por académicos/as e investigadores de universidades y centros de investigación nacional e internacional. Durante el curso se promoverá la generación de espacios de debate sobre los desafíos de la restauración en Chile y Latinoamérica, considerando el actual contexto de crisis climática y conflictos socio-ambientales por el uso de la tierra. En específico, las actividades contemplan trabajo de campo para la colecta de muestras, trabajo en vivero para selección de especies nativas utilizadas para reforestación, trabajo en laboratorio para el procesamiento de muestras vegetales y análisis de los datos

Requisitos y costos de inscripción

El curso estará abierto a estudiantes de postgrado de ciencias forestales, ecología y/o conservación, y de forma excepcional habrá cuatro cupos para profesionales del sector público-privado. Dado que el curso tiene cupos limitados (vacantes: 12 estudiantes), los postulantes se cometerán a un proceso de selección en base a orden de llegada de las postulaciones y a los intereses que expresen en la carta de motivación.

El postulante debe enviar los siguientes antecedentes a juan.ovalle@uchile.cl:

  • Carta de motivación (media página)
  • Formulario de postulación (descargar)
  • Certificado de alumno regular (aplica solo a estudiantes de postgrado)

Plazo para postular:
01 de marzo de 2024

Vacantes:
12 estudiantes

Costo del curso:
Estudiantes de programas MASCN o MGPA de U. de Chile: $100.000
Estudiantes de otros programas de postgrado nacional-extranjero: $250.000
Profesionales sector público/privado: $600.000

Programa

Para más detalles del curso, descarga el programa en este enlace:

Identifican árboles prioritarios para restauración socioecológica de cuenca del río Toltén

El trabajo, publicado en la revista Restoration Ecology, buscó incorporar una dimensión socioecológica a la planificación de objetivos de restauración en tierras con fines agrícolas o silvícolas, considerando para ello la información provista por las familias campesinas que viven alrededor de los ríos y esteros de la cuenca del río Toltén.

(Créditos: Christian P.)

En un estudio que incluyó la participación de los mismos habitantes y productores de la zona, investigadores de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la Universidad Católica identificaron más de 60 especies de árboles nativos clave para la restauración de los hábitats ribereños que componen la cuenca del río Toltén, en la región de la Araucanía, un área altamente degradada por la actividad agrícola.

De ellas, cinco especies prioritarias destacaron por la alta frecuencia de menciones, y el variado conocimiento qué los participantes del estudio tenían sobre sus usos y manejos. Estas especies fueron: el roble pellín (Nothofagus obliqua); el coigüe (Nothofagus dombeyi); el arrayán (Luma apiculata); el canelo (Drimys winteri), y el laurel chileno (Laurelia sempervirens).

El trabajo, publicado recientemente en la revista Restoration Ecology, buscó incorporar una dimensión socioecológica a la planificación de objetivos de restauración en tierras destinadas a la ganadería o al cultivo de cereales y frutales, considerando para ello la información provista por las mismas familias campesinas que viven y se asientan en las riberas de los ríos y esteros que componen la cuenca. Entre sus autores, se encuentran los investigadores del CAPES Isabel Rojas y Tomás Ibarra, además de Tania Lucero, de los centros CIIR y CEDEL UC.

“El conocimiento de los aspectos socioculturales de los paisajes permite avanzar hacia iniciativas de restauración ecológica más efectivas”, explicó Isabel Rojas en conversación con CAPES, “lo más importante es diseñar planes de restauración que incorporen los usos que las personas hacen de la biodiversidad para sustentar sus vidas, de manera que se reduzcan conflictos de restauración con la economía de las familias” agregó.

Entre los usos más frecuentemente mencionados por los 45 propietarios entrevistados (27 hombres y 18 mujeres), destacaron los de extracción de leña y madera para la construcción, donde el roble y el coigüe predominaron.

A partir de estos resultados, los investigadores encontraron una gran variabilidad en las condiciones socioculturales y ecológicas de los hábitats ribereños a lo largo del territorio. Por ejemplo, algunas riberas mostraron alto valor social, pero bajo valor ecológico.[IR1] .Así y todo, la mayoría de los hábitats estudiados mostraron una baja presencia de especies prioritarias y malas condiciones ecológicas.

Para los autores, las diferencias observadas en la valoración de estos hábitats puede ser un insumo importante a la hora de predecir el éxito o fracaso de planes de restauración en zonas donde la relevancia sociocultural de las especies puede entrar en conflicto con su relevancia ecológica. “En nuestro estudio, por ejemplo, encontramos que las especies prioritarias tienden a ser especies abundantes y pioneras, en muchos casos asociadas a procesos de degradación del bosque, por lo que, desde el punto de vista de la conservación de biodiversidad, podrían no ser elegidas como objetivo de restauración en el largo plazo” comenta Rojas. “Al mismo tiempo”, continúa “encontramos que las especies arbóreas son frecuentemente usadas para leña y construcción, por lo que un programa de restauración con estas especies podría implicar que el bosque restaurado va a ser usado para esos fines en el largo plazo, a fin de proveer esos usos a las personas.”

Pese a ello, también pueden existir sinergias entre criterios aparentemente disímiles, advierte la investigadora: “por ejemplo, los indicadores nos permitieron identificar donde hay riberas en que varias especies de importancia sociocultural coexisten, y tienen altos valores ecológicos. Esos sitios pueden ser referencia para diseñar proyectos de restauración en otros sitios que están más degradados. Lo más relevante de considerar estos indicadores es ver las sinergias y los conflictos” concluye.

En términos generales, el trabajo proporcionó información original sobre el valor sociocultural y ecológico de los hábitats ribereños al integrar simultáneamente conocimientos sobre los árboles que son importantes para las personas y, al mismo tiempo, abordar la condición ecológica de los bosques ribereños en un hotspot de biodiversidad global. Un enfoque valioso para el establecimiento de planes de restauración y conservación de bosques, y para la toma de decisiones.

“Los planes de restauración deben innovar y desarrollar aproximaciones inclusivas que permitan motivar a los propietarios a participar en la restauración, por ejemplo, considerando las especies más importantes para las personas y sus usos” finaliza Rojas.

Texto: Comunicaciones CAPES

CAPES participa en celebración por los 30 años de Ingeniería Forestal en la Universidad Católica

El rector Ignacio Sánchez durante su intervención.

El pasado 10 de octubre, en el Auditorio Principal del Centro de Innovación UC, ubicado en Campus San Joaquín, la carrera de Ingeniería Forestal de la Universidad Católica celebró sus 30 años de existencia con una ceremonia que contó con la presencia de autoridades, estudiantes y destacados académicos nacionales e internacionales, los cuales conmemoraron el ingreso de la primera generación de estudiantes a este programa de estudios en 1993. 

Entre los invitados al evento, estuvo el rector de la Universidad Católica, Prof. Ignacio Sánchez, quien dio comienzo al acto enfatizando el rol que ha tenido esta carrera en la formación de los más de 400 ingenieros e ingenieras forestales que han pasado por sus aulas, y la capacidad de su malla de estudios para adaptarse a las necesidades de la industria y la demanda por un manejo más sostenible de nuestros bosques y recursos naturales en los últimos años.

La actividad también incluyó la participación de actores fundamentales en la creación de la carrera, como la recientemente asumida decana de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales, Prof. María Angélica Fellenberg, el decano saliente Rodrigo Figueroa, y los académicos Eduardo Venezian, André Laroze, Sonia Reyes, Rodrigo Arriagada, M. Paulina Fernández, Horacio Gilabert y Cristián Bonacic. También estuvieron presentes los investigadores CAPES Rosanna Ginocchio, Pablo Becerra y Eduardo Arellano, miembros destacados del actual plantel académico de la carrera.

El Dr. Juan Oliet, de la Universidad Politécnica de España, fue el invitado de honor de la ceremonia, y a él correspondió liderar una enriquecedora conversación sobre el futuro de la enseñanza de las Ciencias Forestales.

Asimismo, durante la realización del evento, el hall central del Centro de Innovación fue sede de una pequeña feria de innovación y emprendimiento donde diversas instituciones pudieron exhibir algunos de sus proyectos asociados al campo de la ingeniería forestal y la industria maderera. Entre ellas, el programa de certificación de jardines particulares “Jardines x la Biodiversidad”, de CAPES, presentó un stand con los avances de esta iniciativa y algunos de los productos generados en torno a este importante programa de educación y evaluación, que busca llevar la ecología y la conservación de los ecosistemas a los jardines y terrazas privadas de la región Metropolitana. 

Cabe destacar que la organización de esta celebración y de sus actividades asociadas estuvo a cargo de  la académica Isabel Rojas, investigadora de la línea 1 de CAPES sobre impactos ambientales de los metales y rehabilitación de suelos. 

Revive el evento en el siguiente video:

Texto: Comunicaciones CAPES

Constatan masiva pérdida de verdor en bosque esclerófilo chileno a causa de la sequía

Un estudio liderado por tres centros de investigación nacionales y publicado en la revista Nature Plants reveló que el bosque esclerófilo de la zona central de Chile sufrió un abrupto oscurecimiento de sus árboles en solo 100 días durante uno de los años más secos de la megasequía, constituyéndose en un hecho sin precedentes para este tipo de ecosistemas a nivel mundial.

(Créditos: Constanza Soto)

La zona central de Chile es uno de los cinco lugares del mundo donde se halla presente el denominado bosque esclerófilo, un ecosistema de altísima biodiversidad, caracterizado por árboles de hojas duras y resistentes que mantienen su color verde durante todo el año. Sin embargo, en el último tiempo, este bosque ha estado sometido a una sequía sin precedentes, cuyo impacto, si bien no enteramente comprendido, sí ha significado la pérdida del verdor de muchas de estas especies vegetales.

Este hecho motivó a que diversos especialistas del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2 y el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES) conformaran en 2021 la Iniciativa Intercentros “Bosque Esclerófilo y Cambio Global”. Para evaluar los impactos iniciales de esta sequía, usaron observación satelital y compararon el verdor del bosque esclerófilo de Chile con el de otros sistemas de este tipo en el mundo (California, Sudáfrica, sudoeste de Australia y la cuenca del Mediterráneo), publicando recientemente sus resultados en la revista Nature plants.

Uno de los principales hallazgos es que el ecosistema presente en Chile es el único que ha sufrido este oscurecimiento de sus árboles y en un periodo muy corto de tiempo. Sin ir más lejos, su verdor decayó abruptamente en un 90 % entre los años 2019 y 2020, en apenas cien días y en una zona que abarcó desde la costa hasta la cordillera de los Andes.

Alejandro Miranda, investigador del CR2 y del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de La Frontera, señaló que es un fenómeno de la naturaleza extremadamente raro. “Eventos similares se habían reportado en otras zonas del mundo como parte de los efectos de la sequía u otras perturbaciones, pero estos se habían dado solo en algunos parches de bosque, en ciertas condiciones, para ciertas especies y a través de los años. En cambio, aquí el ecosistema respondió en un periodo muy corto de tiempo y llama la atención la sincronía con que esto ocurrió, pues fue en una franja latitudinal de 500 kilómetros, en laderas sur y norte, en bosques de diferentes especies y sometidos a diferentes historias de manejo y perturbación”, comentó el especialista.

Similar opinión comparte Cristián Delpiano, investigador del IEB y de la Universidad de La Serena. “Este trabajo es relevante, pues evidencia que a escala global la situación climática de Chile central es crítica, y nos muestra que el efecto sobre el bosque -por la magnitud en que ocurrió- no tiene comparación a nivel mundial, porque abarcó una gran extensión de superficie y en un período de tiempo más bien breve”, indicó. Dentro de las hipótesis que buscan explicar el porqué de este oscurecimiento, también llamado pardeamiento o browning en inglés, se encuentra la megasequía iniciada en el año 2010 y que registró un año hiperseco en el 2019, momento en que el bosque perdió abruptamente su verdor. Sin embargo, desde el año 1900, la última década también ha sido la más seca en cualquiera de los ecosistemas mediterráneos del mundo, pero solo el bosque chileno se ha visto impactado de esta manera, lo que podría deberse a que es el único donde las bajas precipitaciones se han mantenido de manera constante y con años hipersecos.

Impactos de la mega sequía en los bosques

Según Miranda, esta pérdida de verdor del bosque tiene implicancias que aún no se han medido, como extinciones locales, cambio en la distribución de especies y modificaciones en las cadenas alimenticias por cambios en las comunidades y en el suelo. Se suma la acumulación de ramas y hojas secas, lo que aumentaría el riesgo de incendios. Asimismo, deben evaluar si los árboles están muriendo o si este oscurecimiento y pérdida de sus hojas es una estrategia adaptativa para sobrevivir a la sequía, pero que aún pueden rebrotar.

También plantea impactos a nivel de política pública, principalmente, por el objetivo de alcanzar la carbono neutralidad para el año 2050. Esto se debe a que en el inventario de gases de efecto invernadero (GEI) la captura de carbono descansa casi únicamente en los bosques nativos, pero un bosque dañado es posible que vea mermada su capacidad de almacenamiento. “Entonces, si este ecosistema no está capturando GEI como fue calculado, se tendrán que tomar acciones, ya sea recuperando más el bosque nativo o emitiendo menos en otros sectores para alcanzar la carbono neutralidad”, explicó Miranda.

Para Juan Ovalle, académico del Departamento de Silvicultura y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile e investigador asociado del CAPES, este factor vuelve aún más relevantes los resultados de este estudio, “porque la información que arroja servirá para mejorar la planificación y diseño de los planes de restauración a escala de paisaje, dado que este tipo de monitoreos espaciales del comportamiento de la vegetación frente a la sequía entregan datos sobre las áreas con mayor potencial para restaurar, mejorando la costo-efectividad de las acciones restaurativas“.

Pese a ello, Cristián Delpiano destaca que no hay certeza de que los lugares afectados puedan recuperarse, o bien si este fenómeno ya traspasó un umbral en el cual los cambios generados podrían conducir a otro tipo de ecosistema. “Por esta razón, es vital monitorear de manera permanente nuestros bosques y poner especial atención a lo que está ocurriendo en Chile. En este enorme desafío se hace necesario aunar los esfuerzos y actuar de manera coordinada, abordando la problemática más allá del plano ecológico”, indicó. 

El equipo de investigación que participó del estudio plantea que lo que ocurrió en Chile puede ser una ventana hacia el futuro, ya que los otros cuatro ecosistemas similares podrían reaccionar de la misma manera si alcanzan una sequía tan extensa y constante como la que está ocurriendo en el país. Por tal razón, explica Ovalle, el equipo seguirá monitoreando el bosque esclerófilo para posicionarlo como un laboratorio natural a nivel global, “sobre todo cuando se prevé que, en la segunda mitad del siglo XXI, se darán en Chile condiciones extremas de sequía y calor, inéditas en la historia reciente de todos los ecosistemas de tipo mediterráneo del mundo”. 

Así, el bosque esclerófilo de Chile central es visto como un ecosistema centinela de lo que serán las respuestas esperadas en los bosques mediterráneos a las anomalías climáticas de las próximas décadas.

Texto: (CR)2, IEB, CAPES

Estudio de académico propone técnicas para reforestar bosque esclerófilo de Chile central

La plantación de especies nativas como el huingán y el litre podrían mejorar los resultados en la restauración del bosque esclerófilo del centro del país. Lo anterior, como parte de técnicas que logran mitigar los efectos que la crisis hídrica produce en estas zonas.

En un esfuerzo por abordar las dificultades en la restauración de ecosistemas forestales nativos en el contexto de la megasequía, académicos y académicas de la Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile y Universidad Politécnica de Madrid, España, propusieron técnicas más efectivas y económicas para restaurar bosques esclerófilos de la zona central de Chile. Lo anterior, mediante la investigación «Técnicas silviculturales costo-efectivas para reducción de estrés hídrico de plantas en procesos de restauración de bosque esclerófilo», realizada entre 2018 y 2022.

De acuerdo con el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (Cr2), la persistencia temporal y la extensión espacial de la actual sequía en Chile, es extraordinaria en el registro histórico, siendo este evento denominado como “megasequía”. Desde 2010 el territorio comprendido entre las regiones de Coquimbo y de La Araucanía ha experimentado un déficit de precipitaciones cercano al 30%.

Este déficit ha provocado la degradación de los suelos, riegos ineficientes y otras dificultades para el cuidado y mantención de los bosques esclerófilos. Buscando ser aporte ante este escenario, durante tres años se llevó a cabo el proyecto «Técnicas silviculturales costo-efectivas para reducción de estrés hídrico de plantas en procesos de restauración de bosque esclerófilo». La iniciativa fue posible gracias al financiamiento del Fondo de Investigación del Bosque Nativo de CONAF, y el apoyo del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES).

Tras esta investigación, se generó un manual técnico para explicar los métodos utilizados para probar diferentes técnicas de plantación y el monitoreo de las respuestas en el terreno. Así, se identificaron diversas estrategias claves para mejorar la efectividad de los planes de restauración del bosque esclerófilo.

La iniciativa contó con la participación de los investigadores CAPES Juan Ovalle, de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza UCH, Eduardo Arellano y Pablo Becerra, además de Marcelo Talamilla, Cesar Figueroa y Nadia Rojas-Arévalo de la Universidad Católica. Juan Oliet, de la Universidad Politécnica de Madrid, fue el representante internacional del equipo.

En el marco de la iniciativa, prontamente se realizará el lanzamiento del libro “Restauración de Ecosistemas Forestales”. Ejemplar que en 28 capítulos presentará gran parte de los resultados que se obtuvieron en el proyecto, junto con una amplia diversidad de temas en torno a la restauración de ecosistemas redactados por un selecto grupo de especialistas en el tema, esperando que sea un texto de cabecera para las futuras generaciones de restauradores en Chile.

Puntos clave de la investigación

Juan Ovalle, investigador CAPES y U. de Chile

En el estudio se destacaron diversos aspectos fundamentales para mejorar la efectividad de la restauración del bosque esclerófilo. Entre ellos, se encuentra la selección de fuentes semilleras de procedencia local o cercana al sitio de restauración; la utilización de acondicionadores de suelo, como los hidrogeles y el compost; y el uso de riego de establecimiento durante la primera temporada seca. Cada uno de estos puntos se destacan como pilares fundamentales para una reforestación costo-efectiva, “aunque no garantiza el éxito”, señaló el profesor Ovalle.

Asimismo, el académico destacó que «la necesidad de disminuir la incertidumbre en los proyectos de reforestación con especies nativas se ha transformado en un aspecto cada vez más urgente de abordar desde la investigación, debido a que producto de las recurrentes anomalías climáticas (olas de calor, sequías) ya no es posible garantizar el éxito de una plantación a corto y mediano plazo en la zona Central de Chile».

Junto a lo anterior y en busca de mejores resultados, la investigación sugiere la inclusión de especies poco tradicionales en las prácticas de reforestación. El huingán (Schinus polygamus) y el litre (Lithraea caustica) emergen como opciones útiles y necesarias. «Diversificar el uso de especies nativas puede mejorar significativamente los resultados de los esfuerzos de restauración, dado que diversificas también los rasgos funcionales en la comunidad vegetal, y con esto, las estrategias de uso de recursos en ambientes limitantes», señaló el académico de la U. de Chile.

En la batalla contra el estrés hídrico, el riego también se revela como una herramienta fundamental. Según el profesor Ovalle, «el riego en las etapas iniciales es esencial, y nuestros datos respaldan un uso mínimo de 4 litros por planta al mes durante la temporada seca estival del primer año post-trasplante». No obstante, el académico UCH indicó que es necesario seguir investigando sobre la dosis óptima de riego en programas de reforestación ya que, estas deben ajustarse a la demanda de la especie y a la dinámica del agua en el perfil de suelo del sitio de plantación.

De este modo, la investigación no solo proporciona claves valiosas para la restauración del bosque esclerófilo, sino que también refuerza la importancia de la adaptación y la innovación en la conservación de los ecosistemas naturales en medio de un entorno en constante cambio.

¿En qué consisten las técnicas de hidrogel, compost y “pozo seco»?

Como se menciona anteriormente, dentro de las estrategias propuestas por la investigación se contemplan tres técnicas para la reforestación. Entre ellas, la de pozo seco, hidrogel y compost, las que permiten abordar distintos desafíos que presenta el proceso de recuperación de bosques nativos, como la complejidad de riego y la degradación de los suelos.

En cuanto a la técnica de pozo seco, esta se basa en que dentro de la casilla de plantación se dispone de una columna cilíndrica de 11 cm de diámetro con piedras de distintos tamaños, a lo largo del perfil de la casilla, para generar un efecto dren, que permite una rápida infiltración del agua.

Por su parte, la estrategia en base a hidrogel consiste en polímeros hidrofílicos e insolubles en agua, capaces de absorber y retener agua y solutos. Su aplicación en la casilla de plantación tiene un efecto variable sobre las plantas, según el tipo de polímeros, la dosis y la forma de aplicación. En condiciones de sequía prolongada y suelos arcillosos, los hidrogeles pueden competir con la planta por el agua.

Finalmente, las enmiendas orgánicas o compost, son fuentes de materia orgánica estabilizada que pueden contribuir a mejorar los contenidos de carbono y nutrientes del suelo y por ende la productividad de las plantas. Algunos ejemplos son compost, humus, lodos estabilizados, etc.

Para su aplicación es importante considerar su fuente, nivel de estabilización, las dosis y las formas de aplicación. Las enmiendas de origen agroindustrial pueden aumentar la salinidad en la casilla, situación que se agrava en condiciones de sequía.

Texto:
Michael Seguel, Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, U. de Chile

Juan Ovalle es incorporado como Editor Asociado de la revista «New Forests»

La revista publica artículos para una audiencia internacional de científicos y profesionales en temas como silvicultura, ecofisiología vegetal, genética, biotecnología, ecología forestal, restauración de bosques, sanidad y gestión forestal, con enfoque en conservación y sistemas productivos.

Juan Ovalle Ortega, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile e investigador asociado del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES, fue integrado, a partir de septiembre, como Editor Asociado al comité editorial de «New Forests», revista de la editorial Springer e indexada en la Web Of Science (Q1, IF 2.5).  

“Esta es una revista científica ampliamente utilizada por científicos de las Ciencias Forestales”, señala Ovalle, quien además es director del Laboratorio de Restauración de Bosques del Departamento de Silvicultura y Conservación de la Naturaleza de la citada Facultad de la UChile.

La revista publica artículos para una audiencia internacional de científicos y profesionales en temas como silvicultura, ecofisiología vegetal, genética, biotecnología, ecología forestal, restauración de bosques, sanidad y gestión forestal, con enfoque en conservación y sistemas productivos. “El editor jefe es el Dr. Douglass F. Jacobs, de la Universidad de Purdue, Estados Unidos, quien me invitó a ser parte de este grupo. La tarea de un editor asociado es evaluar la idoneidad del trabajo presentado, y posteriormente, asignar los revisores expertos para el proceso de revisión por pares”, explica el Ingeniero Agrónomo y Doctor en Ciencias de la Agricultura.

Entre los artículos que ha publicado Juan Ovalle y colaboradores en New Forests está: Solid shelter tubes alleviate summer stresses during outplanting in drought-tolerant species of Mediterranean forests” (2022), donde se reporta el efecto de la transmisividad a la luz solar de los tubos protectores de plantas sobre el control del estrés hídrico y lumínico, y su implicancias en la sobrevivencia post-trasplante en condiciones de verano extremadamente seco y cálido. El estudio contrastó la respuestas de dos especies leñosas coexistentes del bosque esclerófilo de Chile central: el quillay (Quillaja saponaria), especie más tolerante a la sequía, y el maitén (Maytenus boaria), especie menos tolerante a la sequía.

Para Ovalle, quien también es impulsor de la iniciativa intercentros “Bosque Esclerófilo y Cambio Global”, que reúne a científicos y científicas de CAPES, CR2 e IEB, la oportunidad de participar en el equipo editorial de esta prestigiosa revista significa “un hito importante en la carrera científica de un investigador, sobre todo cuando se trabaja desde países del Hemisferio Sur donde cuesta más generar impacto con nuestras investigaciones y donde hay menor visibilidad de los y las cientificos/as, en comparación con la realidad de países de Europa o Norte América”.

Como CAPES, felicitamos a nuestro investigador por este importante reconocimiento a su trabajo.

Pueden conocer parte de su investigación en el episodio “Restaurando bosques desde la raíz” de nuestro podcast “Maestra Naturaleza”, realizado en conjunto con Ladera Sur.

Texto: Comunicaciones CAPES

Los hitos y lecciones de SUFICA, el proyecto que llevó la fruticultura sustentable al centro de Brasil

Un grupo de investigadores chilenos, brasileños y británicos trabajó durante 5 años en un proyecto que buscó promover prácticas de intensificación ecológica en una zona de Brasil altamente afectada por la actividad humana, en un intento por replicar un nuevo enfoque de producción agrícola en un contexto latinoamericano.

La Caatinga, al noreste de Brasil (Crédito: Nadia Rojas).

Al noreste de Brasil, en un territorio que comprende cerca del 10% del área total del país, se encuentra la Caatinga. Esta ecorregión, llamada así por el tipo de vegetación que la cubre (caatinga viene del tupí “kaatinga” o “bosque blanco”), es un bioma único en el mundo, caracterizado por una flora desértica especialmente adaptada a ambientes secos, y compuesta por una rica diversidad de árboles, arbustos y matorrales, muchos de los cuales sólo se encuentran en esta parte del globo.

Es allí, también, donde cientos de agricultores frutícolas del valle de São Francisco hacen su vida bajo las inclemencias de este entorno semiárido, transformando, a su paso, la estructura, funcionalidad y biodiversidad de este magnífico ecosistema, amenazado por la actividad agrícola y el aumento de la sequía a causa del cambio climático.

Se estima, por ejemplo, que entre 1990 y 2010, una décima parte de este territorio —alrededor de 90 mil kilómetros cuadrados— se perdió a causa de la agricultura, la actividad forestal y la continua expansión urbana a la que se ha visto sometida, afectando a las 500 especies de aves y 1.000 especies de plantas —31% de ellas endémicas— que habitan la región.

Para hacer frente a este problema, un grupo de investigadores internacionales liderado por académicos de la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, creó SUFICA, un consorcio que buscó mejorar la sostenibilidad de la fruticultura que se realiza en el valle, un esfuerzo de 5 años que hoy llega a su fin con excelentes y prometedores resultados.

Conversamos con Eduardo Arellano, investigador CAPES y director del capítulo chileno de este proyecto pionero, para rememorar los principales hitos que marcaron el trabajo en la región y las lecciones que dejó SUFICA para el futuro de la investigación en agroecología y el desafío de contar con alimentos producidos —y consumidos— de manera sustentable con el medio ambiente.

Intensificación ecológica en ambientes semiáridos

Una de las aristas del proyecto fue la instalación de dispositivos para el monitoreo de fauna (en este caso reptiles) bajo los cultivo. Las mallas (al fondo de la foto) buscan guiar el paso de los animales por la lámina de concho monitoreada por la cámara trampa.

“Fruticultura Sostenible en la Caatinga” (o SUFICA, por sus siglas en inglés), nació en 2018 a partir de un llamado conjunto de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID) y el programa Newton Fund del Reino Unido para el levantamiento que proyectos de investigación asociativos entre investigadores del Reino Unido y de Chile que contribuyesen al desarrollo económico y al bienestar de otros países de la región bajo el tema de “Nexos Energía-Alimentos-Agua-Medio Ambiente”. Esto, nos cuenta Eduardo, permitió crear un proyecto multidisciplinario y global que abarcó toda la cadena de producción involucrada en la elaboración de agro-alimentos, desde la producción en el huerto hasta la venta en supermercados de Inglaterra.

¿En qué consistió el proyecto SUFICA y cómo nació esta colaboración?

“El proyecto es un consorcio de investigación internacional, conformado por investigadores de Brasil, Inglaterra y Chile, que buscó mejorar la sustentabilidad de la producción frutícola en áreas de prioridad para la biodiversidad, como son la zona semiárida de la Caatinga en Brasil y la zona central de Chile. En el proyecto se plantearon diversos desafíos sobre cómo potenciar el aporte de los predios a los servicios ecosistémicos, de modo de contar con alimentos que no impactarán negativamente en la biodiversidad de los lugares donde eran producidos”. 

La colaboración, añade Eduardo, fue una respuesta a las recientes señales del mercado en el sector agroalimentario, especialmente en Europa, para que los agricultores tomarán medidas para promover la biodiversidad.

“El proyecto incorporó la cadena completa de suministro de fruta, desde agricultores en Chile y Brasil hasta cadenas de supermercados (Waitrose) en Inglaterra, además de una plataforma nacida desde la industria que busca desarrollar métricas para la agricultura sustentable con uso a nivel predial de zonas semiáridas y mediterráneas”.

¿Cuáles fueron las principales áreas de estudio/trabajo?

“La investigación se centró en el estudio y promoción de los servicios ecosistémicos que mejoraban la producción de los frutales —polinización, almacenamiento de carbono y regulación del flujo de agua— y la evaluación de los beneficios que estos servicios traen a los mismos agricultores”, muchos de ellos, comenta Eduardo, reticentes a abandonar las técnicas tradicionales a favor de prácticas más amables con los entornos naturales.

El proyecto co-diseñó junto a productores y empresas exportadoras internacionales una serie de innovaciones basadas en la naturaleza en huertos frutales intensivos. “Estas innovaciones”, explica el también académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica, “generan múltiples beneficios ambientales, al tiempo que mejoran la rentabilidad de los predios a través de un mejor rendimiento o calidad y una reducción de insumos (agua y agroquímicos)”.

El enfoque, denominado “intensificación ecológica”, se ha mostrado prometedor en Europa y América del Norte, pero no había sido probado experimentalmente en ambientes tropicales semiáridos.

Una red sustentable para el futuro

Luego de 5 años de trabajo, ¿cuáles son los principales resultados y conclusiones a las que llegaron?

“Antes que todo, SUFICA nos permitió formar una red de investigadoras e investigadores, productores, asesores y exportadores de los tres países involucrados, con la realización de 8 talleres en Chile y Brasil, además de la instalación de pilotajes con agricultores que buscaban potenciar las acciones de intensificación ecológica en sus predios”.

“El principal resultado fue el aprendizaje del proceso de co-creación, donde se unió a investigadores y agricultores en busca de la priorización y adaptación de las mejores técnicas de intensificación ecológica en sus predios frutícolas. Además, se validó la herramienta online para gestionar la biodiversidad predial, para fruticultura de zonas mediterráneas”.

Una de las conclusiones principales, es que aún existen grandes brechas entre las actividades de los fruticultores y los objetivos globales de sustentabilidad. Si bien se entiende lo que se debe hacer en cuanto a acciones de intensificación ecológica que promuevan la biodiversidad, existen barreras culturales y sociales que dificultan o impiden la aplicación de estas prácticas. Para superar estas brechas se requerirá de incentivos, como los existentes en las políticas europeas”.

¿Qué productos de transferencia o divulgación dejó este proyecto? 

“A nivel de transferencia, se realizaron seminarios en Brasil y dos seminarios en Chile sobre avances del proyecto, acciones de intensificación ecológica y de adaptación y mitigación para el cambio climático. Tuvimos, además, dos seminarios de cierre en Chile, uno en Santiago y otro en Rancagua, los cuales contaron con una alta asistencia y participación”.

“En cuanto a divulgación, se generaron una serie de boletines (o booklets) y manuales en portugués o español, que describen en detalle la biodiversidad de la región a través de sus aves, mamíferos, fauna del suelo, flora e insectos, además de un manual de prácticas agrícolas de bajo impacto. Participamos, asimismo, en webinars y cursos online”.

“Finalmente, en lo que se respecta a producción científica, ya hemos publicado 4 artículos científicos y estamos en el proceso de cerrar las publicaciones de varios más asociados a distintos aspectos de biodiversidad en agricultura”, remata el investigador.

Junto a Arellano, el proyecto también fue liderado por Lynn Dicks, de la Universidad de Cambridge (UK), y contó con la participación de Fabiana Oliveira da Silva, Kátia Siqueira, Patricia Rebouças, Lúcia Kill y Vinina Silva Ferreira como co-investigadoras; Andrés Muñoz-Sáez (CAPES) y Liam Crowther como investigadores posdoctorales; Natalia Zielonka como estudiante de doctorado; Nadia Rojas como asistente de campo, además de Gonzalo Neira y Xavier Baudequin como miembros representantes de la industria.

Alcances y desafíos

¿Cuáles son los alcances de este proyecto en términos de sus aplicaciones futuras en agroecosistemas?

“Este proyecto refuerza uno de los objetivos más importantes de la Línea de Intensificación Ecológica de nuestro Centro, que es la identificación y transferencia de acciones que potencien servicios ecosistémicos y la biodiversidad. Generamos información relevante para sistemas frutícolas de Chile y Brasil sobre el potencial de adaptar recomendaciones de manejo que se implementan principalmente en el hemisferio norte”. 

“Además, la adaptación de la herramienta Cool Farm Tool para sistemas frutícolas permitirá a los productores identificar acciones y generar reportes de biodiversidad predial. Este es uno de los puntos más relevantes, porque la biodiversidad tiene aspectos muy locales que deben ser validados”.

¿Qué aprendizajes y lecciones obtuvieron de este proyecto, más allá de esos resultados?

“Una parte importante de la ejecución de SUFICA fue en plena pandemia Covid-19, por lo que la ejecución del proyecto fue un permanente desafío debido a que incorporaba viajes, trabajos de implementación y monitoreos en campo tanto en Brasil como en Chile. Finalmente, la colaboración e interés de los agricultores y los investigadores permitió sacar adelante los objetivos”.

“Para nosotros, el aprendizaje fue la inducción a redes internacionales de investigación en biodiversidad y agricultura mediante un proyecto de gran envergadura, que funcionaba en tres idiomas y que consideraba una gran diversidad de actores. Aprendimos sobre la realidad de los agricultores en Brasil en las zonas semiáridas de la Caatinga y como los mercados globales de fruta influencian las decisiones que toman los agricultores”.

Finalmente ¿qué pendientes dejó este trabajo para investigaciones futuras?

“Dentro de las acciones que se probaron se implementaron ensayos de cultivos de cobertura y perchas para rapaces. Se trabajó y avanzó en los diseños e implementación y se logró un monitoreo inicial, dejando pendiente las evaluaciones del efecto de estas intervenciones sobre la producción frutícola a largo plazo”.

“Gracias al proyecto, se conformó una red de colaboración de investigadores y estudiantes de la Universidad de Cambridge, Universidad de East Anglia, PUC, Universidad de Sergipe, Universidade Federal de Bahía y la Universidad del Valle de San Francisco, la que esperamos poder mantener en forma activa a través de otras iniciativas de carácter internacional”.

Texto: Comunicaciones CAPES

Nuevo sendero educativo busca poner en valor al característico bosque esclerófilo de la zona central

El proyecto, financiado por el programa Ciencia Pública, será instalado en un predio de 80 ha en San Carlos de Apoquindo perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Chile, y un creará parque educativo y experiencial que pondrá en valor el bosque con el objetivo de concientizar para su conservación.

El nuevo sendero «Umbral» estará ubicado al comienzo del parque San Carlos de Apoquindo, propiedad de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Crédito: Proyecto Umbral).

El bosque esclerófilo es un tipo de ecosistema tan rico como único: se encuentra solo en cinco lugares del mundo y nuestro país tiene el privilegio de ser uno de ellos, junto con Sudáfrica, California, Australia y la cuenca del Mediterráneo.

Sin embargo, y pese a su revelancia como proveedor de importantes servicios ecosistémicos, además del hogar de un sinfín de especies endémicas, este bosque se encuentra altamente amenazado por efectos del cambio climático y la intervención del ser humano, especialmente en Chile.

Precisamente para ayudar a combatir estas amenazas, potenciar la protección de estos ecosistemas y generar instancias de valoración de sus múltiples beneficios, un grupo de instituciones encabezadas por el Centro de Ecología Aplicada y Sostenibilidad (CAPES UC) decidió crear un parque educativo interpretativo enclavado en el corazón de este bosque, en plena precordillera de Santiago. La primera etapa de este proyecto fue  recientemente seleccionada por el Concurso Nacional Ciencia Pública de Espacios Públicos Regionales del Programa Ciencia Pública del Ministerio de Ciencia, Tecnología, conocimiento e Innovación.

La iniciativa tiene una duración de 15 meses y una vez finalizado el proyecto, se espera que las experiencias que allí se diseñen permitan una integración de conocimiento en las comunidades que se refleje en un cambio de actitudes y motivaciones para enfrentar la crisis del bosque esclerófilo.

“Poner en valor la experiencia como herramienta para la comprensión de los componentes y procesos que subyacen a los sistemas naturales ofrece oportunidades únicas y significativas para la vinculación efectiva entre la persona y su entorno”, explica Pablo Becerra, investigador CAPES, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC y director general del proyecto.

Actualmente, los procesos históricos de explotación y amenazas de origen humano como el cambio de uso de suelo y los incendios forestales han causado un profundo daño a la composición y funcionamiento del bosque, así como a los servicios ecosistémicos que nos otorga. A esto se suman los efectos de más de una década de mega sequía en la zona central, que ha profundizado la vulnerabilidad de este ecosistema.

Por lo tanto, “la recuperación del bosque esclerófilo es una tarea de largo aliento que requiere de la contribución de toda la comunidad. Sin embargo, el acceso a la montaña es limitado, lo que ha profundizado la desconexión entre el humano y el bosque. Es por ello que la creación de espacios educativos y de interacción son vitales para el re encuentro con este ecosistema, el reconocimiento de sus amenazas actuales y el desarrollo de actitudes que contribuyan a su recuperación”, explica Francisca Boher Elton, profesional CAPES y coordinadora general de la iniciativa.

Parte de las señaléticas con que contará el sendero interpretativo (Crédito: Proyecto Umbral).

Educación y experiencias familiares en la precordillera santiaguina

El proyecto consiste en un sendero de aproximadamente 800 metros inserto en un predio propiedad de la Pontificia Universidad Católica, en una zona urbana accesible al público a través de vehículo y transporte público. Su administración estará a cargo Asociación Parque Cordillera (APC), institución asociada en esta propuesta quienes administran una red de parques en la precordillera de Santiago.

El conocimiento científico y experiencias educativas y técnicas para su restauración que se integrarán en el parque lo convertirán en un espacio de encuentro comunitario y familiar a través de soportes educativos, interactivos e inclusivos se transmitirán los valores del bosque, su estado actual, y las acciones personales y colectivas que se pueden realizar para su recuperación.

“Una vez finalizado el proyecto, esperamos que la experiencia permita una integración de conocimiento en las comunidades que se refleje en un cambio de actitudes y motivaciones para enfrentar la crisis del bosque esclerófilo”, explica Becerra.

Destacan dentro del diseño del parque dos espacios demostrativos sobre actividades que se llevan a cabo en el sitio: restauración ecológica y una zanja de infiltración de aguas lluvia, ambas acopladas con la información y el soporte correspondientes. “Este parque recoge los valores y desafíos que enfrenta el BE, los que están claramente representados en el territorio, constituyéndose como un excelente modelo para desarrollar un espacio público que permita recibir al visitante, informar, sensibilizar y movilizar a la acción”, finaliza Becerra.

“Este parque educativo interpretativo busca ofrecer un sendero educativo sensorial donde personas con discapacidad visual y auditiva puedan interactuar a través de visitas guiadas y soportes educativos inclusivos donde se transmitan los valores del bosque.”

Encargada creativa y profesional CAPES, Sofía Herrera.

“Los contenidos didácticos, cognitivos y visuales se presentan combinando la exhibición escrita con braille, videos con lenguaje de señas y audioguías junto a una interacción mecánica para reforzar la idea de parque escuela”, señala la Dra. Fabiola Orrego, Encargada de contenidos y profesional CAPES Este proyecto fue presentado por la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC, el Centro de Ecología Aplicada y Sostenibilidad (CAPES UC) y tiene como instituciones asociadas a Parque Cordillera, la Municipalidad de Las Condes, la Corporación Educacional de Las Condes, CAC Las Condes, la Fundación Araucanía Inclusiva y la Fundación Luz.

El sendero también dará acceso a las zanjas de infiltración, acopio y distribución de aguas lluvias instaladas como parte del programa de restauración del parque San Carlos de Apoquindo (Crédito: Proyecto Parque San Carlos).

Algunos datos sobre el bosque esclerófilo de la zona central de Chile

  1. Forma parte del ecosistema mediterráneo que cubre un 5% de la superficie de la tierra, pero aloja cerca del 20% de las especies vegetales, muchas endémicas (Myers et al 2000).
  2. Su distribución coincide con las áreas más pobladas del país, por lo que ha estado sujeto a fuertes presiones. El cambio de uso de suelo, los incendios, la introducción de especies invasoras y el cambio climático, han causado la reducción y fragmentación del BE (Fischer & Lindermayer 2007).
  3. Actualmente está sujeto a los efectos de más de una década de sequía, que ha causado un evento masivo de desecación en las especies leñosas que implica un daño a su estructura, funcionamiento, además de impactar negativamente en los beneficios ecosistémicos que recibimos de él, como el control de la erosión, purificación del aire, infiltración del agua, polinización, refugio para mamíferos y aves, entre otros (Álvarez-Codoceo et al 2021)
  4. El gran valor ecológico del BE, y el gran riesgo de desaparición motivó su clasificación como un hotspot de biodiversidad (Myers et al 2000).

Texto: Comunicaciones Agronomía UC y CAPES