Presencia CAPES en congreso celebrado en Ottawa CAPES participates in congress held in Ottawa

Entre los días 5 y 9 de agosto, en Ottawa, Canadá, se celebró la décima versión del Congreso Internacional en Fisiología Comparativa y Bioquímica (ICCBP 2019), un evento organizado por la International Association of Comparative Physiology and Biochemistry (IACPB), que reúne a especialistas de todo el mundo para discutir los últimos avances y descubrimientos en torno a la fisiología y la bioquímica de seres vivos..

En esta ocasión, el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES UC) fue representado por varios investigadores de la línea “Fisiología del Cambio Global”, quienes expusieron sobre sus últimos trabajos ante cientos de asistentes al Congreso.

Una de ellas fue Grisel Cavieres, doctora en Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Chile, quien presentó una investigación denominada “Within- and transgenerational effects of thermal variability on critical thermal limits and fitness in fruit-fly” (“Efectos intra y transgeneracionales de la variabilidad térmica en límites térmicos críticos y de adecuación biológica de la mosca de la fruta”), y escrita en co-autoría con los también miembros CAPES Sabrina Clavijo-Baquet, Francisca Boher,  Jose M. Alruiz , Carla Rivera-Rebella, Enrico Rezende y Francisco Bozinovic.

La investigación estudió los efectos de la variación de temperatura sobre los rasgos fisiológicos en la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), especialmente los referidos a su tolerancia térmica y el grado de adecuación biológica (tasa neta reproductiva y tiempo generacional). Cavieres y su equipo evaluaron los efectos de la variabilidad térmica durante la ontogenia de los individuos y las generaciones siguientes. 

Los resultados del estudio mostraron que tanto los límites térmicos como la adecuación biológica de estos organismos son afectados por la temperatura ambiental. En aquellas moscas que experimentaron altas temperaturas, su tolerancia al calor incrementó a costa de una pérdida en su capacidad de adecuación (fitness), ya sea en su tasa de sobrevivencia como de fecundidad. Esta pérdida, sin embargo, fue menor en los individuos de la segunda generación. 

Para Cavieres, estas conclusiones demuestran que “el límite térmico superior (temperaturas extremas altas) es más plástico de lo que se pensaba, aunque una mejor tolerancia al calor tiene costos para los organismos que la perciben”. La investigadora también explica que tales costos pueden disminuir en la siguiente generación. “La experiencia indirecta (a través de la experiencia térmica parental) puede mejorar la respuesta de los organismos a cambios en la temperatura del ambiente, un dato clave a la hora de evaluar organismos y contextos afectados por el cambio climático” afirma.

OTRAS INTERVENCIONES

Otra expositora del Congreso fue Sabrina Clavijo-Baquet, doctora en Ecología de la Universidad Católica, quien presentó su trabajo “Local adaptation of Triatoma infestans response to thermal variability: implications of climate change over Chagas diseases incidence” (“Adaptación local de la respuesta de Triatoma infestans a la variabilidad térmica: implicancias del cambio climático sobre incidencia de la enfermedad de Chagas”). 

Este estudio, escrito en coautoría con los investigadores CAPES Grisel Cavieres, Avia Gonzalez y Francisco Bozinovic, junto a Diego León, Yester Basmadjián, Pedro Cattan, investigó el impacto de la temperatura ambiental sobre la capacidad vectorial (la eficacia de un organismo para propagar una enfermedad) de la vinchuca (Triatoma infestans), uno de las principales transmisoras de la enfermedad de Chagas, también conocida como tripanosomiasis americana.

El trabajo mostró que un aumento de las temperaturas ambientales producto del cambio climático podría aumentar la capacidad de estos insectos para propagar este mal, que registra entre 6 y 7 millones de infectados en el mundo. 

El Congreso también contó con la participación de investigador CAPES Roberto Nespolo, el cual expuso los resultados del paper titulado “Endothermy, marsupials and hibernation: a tale from three continents” (“Endotermia, marsupiales e hibernación: un cuento de tres continentes”), sobre el fenómeno del topor y la historia evolutiva de la endotermia en marsupiales.

El artículo fue redactado en coautoría con Juan Diego Gaitan-Espitia, Julian Quintero-Galvis, Fernanda Fernandez, Andrea Silva, Cristian Molina, Kenneth Storey y Francisco Bozinovic (CAPES).

EL CONGRESO

El Congreso Internacional en Fisiología Comparada y Bioquímica se realiza cada cuatro años en diversas partes del mundo. Versiones anteriores se celebraron en Polonia y Brasil. Los temas que allí se tratan cubren áreas muy diversas como los mecanismos bioquímicos y fisiológicos de adaptación a nuevos ambientes, la evolución de la endotermia, el estrés oxidativo, fuentes de variación fenotípica, fisiología digestiva, entre otros.  

La instancia, en opinión de Cavieres, permitió a los investigadores CAPES estar al día en las últimas investigaciones de la disciplina y generar vínculos profesionales para futuras colaboraciones.

CAPES participa en taller sobre desarrollo e igualdad de género en CEPAL

La actividad fue parte de la agenda de la Iniciativa Latinoamericana y del Caribe sobre Biodiversidad, Cambio Climático y Enfoque de Género, una red de instituciones de investigación que busca incidir en aquellas políticas regionales destinadas a la mitigación y adaptación ante la actual crisis climática.

Las profesionales CAPES Francisca Boher y Gabriela Flores participaron de un taller introductorio organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre los avances alcanzados y desafíos pendientes en materia de igualdad de género y desarrollo para los países de la región.

Los relatores del taller, Mario Castillo y Amparo Bravo, de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, hicieron hincapié en la enorme contradicción existente entre el crecimiento económico vivido en América Latina en las últimas décadas, y el estancamiento de las brechas y desigualdades materiales, sociales y culturales que sufre la mujer en el continente.

En opinión de Castillo, “la agenda de género tiene que estar embebida en la estrategia de desarrollo de la región, y hoy eso no pasa en muchos países, que crecen por encima del desarrollo en derechos de la mujer. No hay participación igualitaria en el progreso”.

Por su parte Bravo, economista de la CEPAL, describió los nudos estructurales que impiden que la mujer, en pleno siglo XXI, pueda acceder a los recursos, derechos y oportunidades que garanticen su autonomía, poniendo énfasis en aquellos sectores de la economía invisibilizados por la teoría clásica y donde este grupo de la sociedad juega un rol fundamental.

La actividad se enmarca en la agenda de la Iniciativa Latinoamericana y del Caribe sobre Biodiversidad, Cambio Climático y Enfoque de Género, una red de intercambio institucional promovida por CEPAL, Capital Biodiversidad y la Fundación Horizonte Ciudadano, que busca abordar la intersección entre cambio climático, biodiversidad  y perspectiva de género con miras a diseñar modelos y políticas que incidan en los tomadores de decisión que se reunirán en la próxima COP 25.

Al taller asistieron representantes de las distintas organizaciones científicas y de la sociedad civil que integran la iniciativa (Instituto de Ecología y Biodiversidad, Wildlife Conservation Society, The Nature Conservancy, el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza, La Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad de México, entre otras) con el objetivo de entender de mejor forma los puntos de conexión entre la realidad de la mujer en América Latina, y el estado de vulnerabilidad de los sistemas ecológicos presentes en la región, una de las más ricas en biodiversidad del planeta.

Para Francisca Boher, encargada de Vinculación y Transferencia Tecnológica del CAPES, el objetivo de la Iniciativa no es sólo influir en las políticas públicas que, tanto a nivel nacional como internacional, ayuden a reducir el impacto del cambio climático en el continente, sino también “potenciar a Latinoamérica como una región biodiversa, esencial en los procesos de captura de carbono necesarios para cumplir con los objetivos acordados globalmente”.

A estos objetivos, también se suma el impulsar el rol que tiene la mujer como agente de cambio para influir en las respuestas hacia el cambio climático y la gestión del riesgo frente a los desastres.

Para cumplir con estas metas, la Iniciativa elaborará diversos informes de evidencia para políticas públicas (o policy briefs), los cuales incluirán casos exitosos de adaptación y mitigación ante amenazas climáticas, e identificarán las brechas que aún existen en materia social, económica y política para enfrentar este escenario. Estos documentos se redactarán a partir del trabajo de cuatro grupos multidisciplinarios de trabajo, que abordarán aspectos clave a considerar en dichas materias.

CAPES participa en taller sobre desarrollo e igualdad de género en CEPALCAPES takes part on ECLAC workshop about gender and development

La actividad fue parte de la agenda de la Iniciativa Latinoamericana y del Caribe sobre Biodiversidad, Cambio Climático y Enfoque de Género, una red de instituciones de investigación que busca incidir en aquellas políticas regionales destinadas a la mitigación y adaptación ante la actual crisis climática.

Las profesionales CAPES Francisca Boher y Gabriela Flores participaron de un taller introductorio organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre los avances alcanzados y desafíos pendientes en materia de igualdad de género y desarrollo para los países de la región.

Los relatores del taller, Mario Castillo y Amparo Bravo, de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, hicieron hincapié en la enorme contradicción existente entre el crecimiento económico vivido en América Latina en las últimas décadas, y el estancamiento de las brechas y desigualdades materiales, sociales y culturales que sufre la mujer en el continente.

En opinión de Castillo, “la agenda de género tiene que estar embebida en la estrategia de desarrollo de la región, y hoy eso no pasa en muchos países, que crecen por encima del desarrollo en derechos de la mujer. No hay participación igualitaria en el progreso”.

Por su parte Bravo, economista de la CEPAL, describió los nudos estructurales que impiden que la mujer, en pleno siglo XXI, pueda acceder a los recursos, derechos y oportunidades que garanticen su autonomía, poniendo énfasis en aquellos sectores de la economía invisibilizados por la teoría clásica y donde este grupo de la sociedad juega un rol fundamental.

La actividad se enmarca en la agenda de la Iniciativa Latinoamericana y del Caribe sobre Biodiversidad, Cambio Climático y Enfoque de Género, una red de intercambio institucional promovida por CEPAL, Capital Biodiversidad y la Fundación Horizonte Ciudadano, que busca abordar la intersección entre cambio climático, biodiversidad  y perspectiva de género con miras a diseñar modelos y políticas que incidan en los tomadores de decisión que se reunirán en la próxima COP 25.

Al taller asistieron representantes de las distintas organizaciones científicas y de la sociedad civil que integran la iniciativa (Instituto de Ecología y Biodiversidad, Wildlife Conservation Society, The Nature Conservancy, el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza, La Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad de México, entre otras) con el objetivo de entender de mejor forma los puntos de conexión entre la realidad de la mujer en América Latina, y el estado de vulnerabilidad de los sistemas ecológicos presentes en la región, una de las más ricas en biodiversidad del planeta.

Para Francisca Boher, encargada de Vinculación y Transferencia Tecnológica del CAPES, el objetivo de la Iniciativa no es sólo influir en las políticas públicas que, tanto a nivel nacional como internacional, ayuden a reducir el impacto del cambio climático en el continente, sino también “potenciar a Latinoamérica como una región biodiversa, esencial en los procesos de captura de carbono necesarios para cumplir con los objetivos acordados globalmente”.

A estos objetivos, también se suma el impulsar el rol que tiene la mujer como agente de cambio para influir en las respuestas hacia el cambio climático y la gestión del riesgo frente a los desastres.

Para cumplir con estas metas, la Iniciativa elaborará diversos informes de evidencia para políticas públicas (o policy briefs), los cuales incluirán casos exitosos de adaptación y mitigación ante amenazas climáticas, e identificarán las brechas que aún existen en materia social, económica y política para enfrentar este escenario. Estos documentos se redactarán a partir del trabajo de cuatro grupos multidisciplinarios de trabajo, que abordarán aspectos clave a considerar en dichas materias.

Enrico Rezende, nuevo seleccionado del «Programa Ciencia Frontera» de la AChCEnrico Rezende, new member of the Frontier Science Program, from AChC.

En conversación con CAPES, el investigador del Centro nos cuenta los desafíos en torno a su designación y cómo este programa puede ayudar a generar vínculos entre ciencia, política y sociedad civil, de la mano de nuevas generaciones de científicos.

El pasado 19 de junio, la Academia Chilena de Ciencias (AChC) entregó los nombres de los investigadores seleccionados para el “Programa Ciencia Frontera 2019-2021”, una iniciativa de la institución cuyo objetivo es, en palabras de su presidenta María Cecilia Hidalgo, “incentivar la discusión científica interdisciplinaria, la creación de vínculos y el desarrollo de iniciativas conjuntas por parte de los científicos jóvenes del país”.

Entre los elegidos para llevar a cabo esta importante misión, se encuentra el investigador CAPES Enrico Rezende, biólogo de la Universidad de Chile y Doctor en Ecología, Evolución y Biología de Organismos de la Universidad de California, Riverside, quien valoró su designación y proyectó lo que serán estos tres años de trabajo junto al resto de los científicos seleccionados.

Para Rezende, el «Programa Ciencia Frontera» representa una oportunidad para plantear estrategias que ayuden a resolver problemáticas sociales desde una perspectiva científica, sirviendo de nexo permanente entre la ciencia y la sociedad civil. La Academia, en su opinión “debe ser proactiva no sólo en el ámbito científico, sino también en el ámbito político y social”.

Y si de problemáticas sociales se trata, él sugiere desde ya una cercana a su interés: “el fenómeno de la desertificación y su impacto en la economía agrícola es un problema que el Estado (chileno) debiera estar afrontando activamente” comenta. “El desierto se expande de norte a sur, y con él, la falta de agua y de terreno cultivable. A ello, se suman problemas como el poco desarrollo sustentable de regiones con mucho desierto como la de Atacama, haciéndolas más vulnerables a este tipo de cambios”.

Según el investigador, miembro de la línea de Fisiología Ambiental de CAPES, la manera adecuada de abordar estos problemas es identificar las oportunidades que ellos mismos ofrecen. En el caso de la desertificación, por ejemplo, esto equivale a diseñar y desarrollar tecnologías que permitan vivir y cultivar en el desierto, aprovechando las características únicas de este tipo de clima y convirtiéndolo, en definitiva “en un generador de riquezas a nivel nacional y regional”.

Sin embargo, Rezende está consciente de que esta forma de pensar a largo plazo no es el modo habitual en el que se desenvuelven los políticos, por lo que “es tarea de los científicos hacer llegar ese mensaje, incidir cada vez más en la agenda pública”, explica.

A su parecer, la nueva generación de investigadores jóvenes puede contribuir de manera positiva en este aspecto. “Chile está reduciendo el retraso que históricamente ha tenido con respecto a otros países en materia de conocimiento avanzado y capacidad técnica. La globalización (y en parte una política, tardía pero exitosa, de formación de capital humano por parte del Estado) permitió el viaje de muchos científicos y académicos que hoy están volviendo, con nuevas ideas y una nueva actitud, para enfrentar estos problemas”.

Ese cambio de actitud, en su opinión, es el que debe permear también en la clase política y los tomadores de decisión, y ésta incluye una vinculación mucho más activa entre Estado, academia y sociedad civil, con el fin de hallar oportunidades de mercado que saquen al científico de la universidad y lo vuelvan un agente importante en el desarrollo sostenible del país y el bienestar general de la sociedad.

“Hoy, que el científico no participe en política simplemente no puede ser. Como sociedad y como país tenemos problemas serios, y hay mucha gente capacitada para resolverlos. Un científico debe enfrentar estos problemas de forma activa y con un mínimo de conciencia social, un mínimo de entendimiento de lo que aquí ocurre. Y se agradece que la Academia Chilena de Ciencias esté fomentando eso”, afirma.

El círculo virtuoso entre empresa, política y academia también será un poco de atención para los nuevos miembros del «Programa Ciencia Frontera», a través de propuestas como una Feria Tecnológica Anual que conecte de forma más directa las necesidades de la industria con la experiencia de los investigadores, y la capacidad de apoyo del Estado.

Junto con Rezende, los otros investigadores seleccionados para la iniciativa fueron Jorge Gironás, Daniel Hurtado, Bernardo Krause, Juan Andrés Orellana y Alejandro Pérez, de la Pontificia Universidad Católica; Jennifer Alcaíno, Andreína García, Julieta Orlando, Daniel Remenik, Fernando Valiente, Alexander Vargas y Christian Wilson, de la Universidad de Chile, y María Inés Barría y Mauricio Urbina, de la Universidad de Concepción.

Enrico Rezende, nuevo seleccionado del «Programa Ciencia Frontera» de la AChC

En conversación con CAPES, el investigador del Centro nos cuenta los desafíos en torno a su designación y cómo este programa puede ayudar a generar vínculos entre ciencia, política y sociedad civil, de la mano de nuevas generaciones de científicos.

El pasado 19 de junio, la Academia Chilena de Ciencias (AChC) entregó los nombres de los investigadores seleccionados para el “Programa Ciencia Frontera 2019-2021”, una iniciativa de la institución cuyo objetivo es, en palabras de su presidenta María Cecilia Hidalgo, “incentivar la discusión científica interdisciplinaria, la creación de vínculos y el desarrollo de iniciativas conjuntas por parte de los científicos jóvenes del país”.

Entre los elegidos para llevar a cabo esta importante misión, se encuentra el investigador CAPES Enrico Rezende, biólogo de la Universidad de Chile y Doctor en Ecología, Evolución y Biología de Organismos de la Universidad de California, Riverside, quien valoró su designación y proyectó lo que serán estos tres años de trabajo junto al resto de los científicos seleccionados.

Para Rezende, el «Programa Ciencia Frontera» representa una oportunidad para plantear estrategias que ayuden a resolver problemáticas sociales desde una perspectiva científica, sirviendo de nexo permanente entre la ciencia y la sociedad civil. La Academia, en su opinión “debe ser proactiva no sólo en el ámbito científico, sino también en el ámbito político y social”.

Y si de problemáticas sociales se trata, él sugiere desde ya una cercana a su interés: “el fenómeno de la desertificación y su impacto en la economía agrícola es un problema que el Estado (chileno) debiera estar afrontando activamente” comenta. “El desierto se expande de norte a sur, y con él, la falta de agua y de terreno cultivable. A ello, se suman problemas como el poco desarrollo sustentable de regiones con mucho desierto como la de Atacama, haciéndolas más vulnerables a este tipo de cambios”.

Según el investigador, miembro de la línea de Fisiología Ambiental de CAPES, la manera adecuada de abordar estos problemas es identificar las oportunidades que ellos mismos ofrecen. En el caso de la desertificación, por ejemplo, esto equivale a diseñar y desarrollar tecnologías que permitan vivir y cultivar en el desierto, aprovechando las características únicas de este tipo de clima y convirtiéndolo, en definitiva “en un generador de riquezas a nivel nacional y regional”.

Sin embargo, Rezende está consciente de que esta forma de pensar a largo plazo no es el modo habitual en el que se desenvuelven los políticos, por lo que “es tarea de los científicos hacer llegar ese mensaje, incidir cada vez más en la agenda pública”, explica.

A su parecer, la nueva generación de investigadores jóvenes puede contribuir de manera positiva en este aspecto. “Chile está reduciendo el retraso que históricamente ha tenido con respecto a otros países en materia de conocimiento avanzado y capacidad técnica. La globalización (y en parte una política, tardía pero exitosa, de formación de capital humano por parte del Estado) permitió el viaje de muchos científicos y académicos que hoy están volviendo, con nuevas ideas y una nueva actitud, para enfrentar estos problemas”.

Ese cambio de actitud, en su opinión, es el que debe permear también en la clase política y los tomadores de decisión, y ésta incluye una vinculación mucho más activa entre Estado, academia y sociedad civil, con el fin de hallar oportunidades de mercado que saquen al científico de la universidad y lo vuelvan un agente importante en el desarrollo sostenible del país y el bienestar general de la sociedad.

“Hoy, que el científico no participe en política simplemente no puede ser. Como sociedad y como país tenemos problemas serios, y hay mucha gente capacitada para resolverlos. Un científico debe enfrentar estos problemas de forma activa y con un mínimo de conciencia social, un mínimo de entendimiento de lo que aquí ocurre. Y se agradece que la Academia Chilena de Ciencias esté fomentando eso”, afirma.

El círculo virtuoso entre empresa, política y academia también será un poco de atención para los nuevos miembros del «Programa Ciencia Frontera», a través de propuestas como una Feria Tecnológica Anual que conecte de forma más directa las necesidades de la industria con la experiencia de los investigadores, y la capacidad de apoyo del Estado.

Junto con Rezende, los otros investigadores seleccionados para la iniciativa fueron Jorge Gironás, Daniel Hurtado, Bernardo Krause, Juan Andrés Orellana y Alejandro Pérez, de la Pontificia Universidad Católica; Jennifer Alcaíno, Andreína García, Julieta Orlando, Daniel Remenik, Fernando Valiente, Alexander Vargas y Christian Wilson, de la Universidad de Chile, y María Inés Barría y Mauricio Urbina, de la Universidad de Concepción.