CAPES lanza una nueva publicación sobre la invasión del conejo europeo 

El trabajo es fruto de la investigación y trabajo colaborativo entre profesionales de CAPES, la Corporación Nacional Forestal (CONAF), el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), el Instituto Milenio SECOS y la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile (FAVET).

Con una concurrida sala y una transmisión simultánea vía Zoom, se lanzó el pasado 27 de abril el nuevo libro CAPES, “La invasión del conejo europeo en Chile”, una publicación que revisa y compendia el conocimiento científico recabado a la fecha sobre está exitosa especie invasora, en áreas como su historia, ecología, control, epidemiología de enfermedades virales e impactos económicos.

El libro fue presentado por dos destacadas expertas en el estudio, gestión y control de especies exóticas invasoras en nuestro país: la investigadora Claudia Cerda, profesora asociada y directora de Posgrado en la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la U de Chile, y Paulina Stowhas, encargada del Programa Nacional Integrado de Gestión de Especies Exóticas Invasoras del Ministerio de Medio Ambiente.

Durante su intervención, la Dra. Cerda valoró el carácter multidisciplinario del informe, el que contó con científicos de diversas disciplinas como la ecología poblacional, la veterinaria y la economía ambiental. “Siempre es complejo trabajar con la problemática de las invasiones biológicas, y particularmente con el conejo,  porque no solamente es un problema ecológico; no solamente hay efectos en la biodiversidad y en los sectores productivos. También representan desafíos sociales y políticos. Por lo tanto, me parece que este libro representa un esfuerzo valioso de poder aunar y reconocer los esfuerzos científicos pero también de la administración pública que se han logrado en este tema hasta el día de hoy” comentó. 

Se cree que Oryctolagus cuniculus, más conocido como conejo europeo, fue introducido en territorio nacional, proveniente de la península ibérica, a mediados del siglo XIX para la cría y comercio de su carne y su piel. Hoy, un siglo y medio después, este peludo y escurridizo herbívoro se ha establecido como una de las especies exóticas invasoras que más afectan los ecosistemas naturales y sistemas productivos de Chile, en especial los sectores agrícola, forestal y ganadero.

De izquierda a derecha: Paola Correa, primera autora del libro, y las presentadoras de la jornada: Paulina Stowhas y Claudia Cerda.

En sus distintas secciones, los 11 autores del libro revisan aspectos como el estado de la invasión y control de este lagomorfo en Chile (tanto en territorio insular como continental); la epidemiología de las enfermedades virales asociadas al conejo europeo; su dinámica poblacional y redes tróficas, y el impacto económico que tiene esta especie en nuestro país.

“Este libro está escrito en un lenguaje simple, a pesar de que el tema es tremendamente complejo, lo cual permite que pueda llegar a una amplia audiencia” aludió asimismo la Dra. Cerda, cuya investigación está precisamente dedicada a la comprensión de la dimensión humana de la conservación de los sistemas naturales y de la gestión ambiental, donde conceptos como los servicios ecosistémicos y la valoración económica y sociocultural también han sido aplicados al caso de las invasiones biológicas. “Si uno avanza a través de este libro puede darse cuenta que proporciona una síntesis actualizada de las investigaciones sobre conejo en Chile, en un lenguaje accesible para todo público”.

Por su parte, Paulina Stowhas destacó en su presentación que el libro haya sido escrito y publicado en español, un idioma que suele estar relegado en la literatura científica oficial: “el español facilita la difusión y la entrega de información a los guardaparques, a la sociedad civil, pero también a las autoridades”, comentó. 

Stowhas también resaltó la presencia entre los autores de dos profesionales de larga experiencia en el servicio público: Nicolás Soto, del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) y Miguel Díaz, de la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Sobre esto, la presentadora dijo tener “la fuerte convicción de que la participación de profesionales tanto de servicios públicos como de la academia, en conjunto, es lo que nos va a ayudar a resolver estos problemas, generando instancias mucho más enriquecedoras, colaborativas, pero también eficientes”.

Durante su intervención, la también médico veterinaria de la Universidad Mayor hizo hincapié en la triple crisis en la que aparece este libro: la crisis climática, la crisis de contaminación, y la crisis de extinciones, donde las especies invasoras son justamente uno los principales drivers de pérdida de biodiversidad en el mundo. “Eso significa que no sólo es un desafío nacional, sino que también internacional. Las grandes esferas de toma de decisiones, los convenios internacionales, están preocupados de lo que son las especies exóticas invasoras, y lo mismo ocurre en términos nacionales” indicó.  

Luego de las presentaciones, se realizó un conversatorio que contó con la presencia de los autores del libro Isidora Ávila Thieme (centro de la imagen), Cristóbal Briceño y Miguel Díaz (derecha).

Luego de estas presentaciones, la actividad continuó con un conversatorio moderado por el periodista CAPES, Diego Pozo, que tuvo como protagonista a los autores del libro presentes en la sala, partiendo por su primera autora, la microbióloga y doctora en Ciencias Biológicas de CAPES, Paola Correa. En la instancia, Correa recordó el proceso de ideación y creación del libro, y habló sobre su importancia para el estudio futuro del conejo y sus impactos económicos y ecológicos en Chile.

“Es muy importante que las ONG, los tomadores de decisión y la sociedad civil entiendan este problema y todo lo que implica, porque no solamente el conejo genera un impacto negativo, sino también positivo, y por eso surgió la motivación de hacer un producto en español, que fuera de acceso fácil y gratuito, y con un lenguaje también sencillo, pues lo que acá necesitamos para tener una gestión eficiente de especies invasoras, es que justamente la información llegue a todos los actores”, explicó la investigadora. “Nuestra idea es que el conejo como especie invasora se posicione, porque algo que nos hemos encontrado durante nuestra investigación es que los chilenos hemos normalizado la presencia del conejo; no se reconoce como una especie invasora, e incluso en algunas localidades es considerada una especie beneficiosa”.

Correa también coordina el proyecto investigación sobre el cual se inserta este libro, una iniciativa desarrollada por CAPES, CONAF, y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la U. de Chile (FAVET), que busca incrementar nuestros conocimiento sobre el conejo en Chile para comprender mejor sus impactos y proponer medidas para su manejo y control, anidando diferentes proyectos de investigación que abarcan temáticas como la dinámica de poblaciones, redes tróficas, y epidemiología de sus enfermedades infecciosas, en especial de la enfermedad viral mixomatosis.

El conversatorio continuó luego con las intervenciones del resto de los autores presentes en la sala Abate Molina de la Facultad de Ciencias Biológicas UC (lugar del encuentro): el Coordinador Nacional de Conservación de Especies Animales y Humedales del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas de CONAF, Miguel Díaz; la investigadora del programa de Estrategias de Conservación Avanzadas de Estados Unidos en colaboración con el Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), Isidora Ávila Thieme, y el académico de la FAVET y especialista en especies invasoras e interacción con vida silvestre, Cristóbal Briceño.

A ellos, se suman como autores de la obra los investigadores CAPES Fabián Jaksic (director del Centro), Manuel Muñoz, Gabriela Flores, Melanie Duclos, Patricia Gübelin y Felipe Vásquez, además del ya mencionado, Nicolás Soto. 

“La invasión del conejo europeo en Chile” está disponible de forma gratuita, en versión digital, en la página web del Proyecto Conejo. 

Texto: Comunicaciones CAPES

Lanzamiento libro «La invasión del conejo europeo en Chile»

Cuándo: 27 de abril de 2023, 10:45 hrs.
Dónde: Sala Abate Molina, Facultad de Ciencias Biológicas UC (Avda. Libertador Bernardo O'Higgins 340, Santiago).
Organiza:  CAPES UC

El Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES, y su proyecto «Conociendo mejor al conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) en Chile para dimensionar sus impactos y plantear recomendaciones para su gestión», tienen el agrado de invitarles al lanzamiento del libro “La invasión del conejo europeo en Chile”, una obra pionera fruto de la investigación y trabajo colaborativo entre profesionales de CAPES, la Corporación Nacional Forestal (CONAF), el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), el Instituto Milenio SECOS y la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile (FAVET).

La publicación revisa los estudios existentes sobre el conejo europeo, catalogado como una especie exótica invasora, en nuestro país, en relación a su historia, ecología, control, epidemiología de enfermedades virales e impactos económicos. Todo, con el objetivo de proporcionar una síntesis, detectar vacíos del conocimiento y entregar orientaciones para su investigación y manejo en nuestro territorio.

El conejo europeo fue introducido en Chile a mediados del siglo XVIII, desde entonces, se ha expandido a lo largo de nuestro país, teniendo registros de su presencia, al menos, entre las regiones de Atacama y Los Lagos, además de la de Magallanes.

El evento, a realizarse este jueves 27 de abril desde las 10:45 hrs en la Sala Abate Molina de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica (Alameda 340, Santiago de Chile), contará con las presentaciones de la investigadora de la Universidad de Chile y experta en gestión y planificación ambiental, Claudia Cerda, y la encargada del Programa Nacional Integrado de Gestión de Especies Exóticas Invasoras del Ministerio de Medio Ambiente, Paulina Stowhas, además de las y los autores del libro.

Quienes no puedan asistir, pueden seguir la transmisión del lanzamiento vía Zoom desde las 11:00 hrs., mediante el siguiente link: https://us02web.zoom.us/j/86530205376?pwd=ZEdYSjhaSVM5dEZCanpuVEY5NG1WUT09

Inscripción

Las personas interesadas de participar del lanzamiento pueden inscribirse llenando el siguiente formulario: https://forms.gle/9EdFBkATeqmvfshYA

La actividad cuenta con cupos limitados.

Libro electrónico

“La invasión del conejo europeo en Chile” puede descargarse en formato digital en capes.cl/conejo-en-chile-recursos/

El conejo en Chile: pasado, presente y futuro de un incómodo inquilino

Un grupo de investigadores se propuso identificar las brechas y desafíos pendientes a la hora de orientar los esfuerzos de control y manejo de esta especie en nuestro país, considerada una de las 7 invasiones biológicas que más afectan los ecosistemas y actividades productivas locales.

Créditos: Henri Quatre.

Arañas, serpientes, ratones o mosquitos, son algunos de los animales a los que, justa o inmerecidamente, solemos identificar con la idea de peligro. Su sola mención en una instancia social provocaría escalofríos en más de un invitado. Por el contrario, en nuestro propio ranking de las especies más peligrosas o amenazadoras del planeta, es muy probable que el conejo se ubique bastante lejos de los primeros puestos. Un hecho que, de todos modos, no impidió que en 2014 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declarara a este pequeño y peludo herbívoro como una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.

¿Pero, cómo es que un mamífero, en apariencia tan inofensivo, puede ser causa de alerta y preocupación en casi todos los países donde invade?

Historia de una invasión

En 1859 se introdujeron veinte parejas de conejos en el sureste de Australia generando una plaga de conejos que en 70 años se extendió por la mayor parte del continente. Aquí, una congregación de conejos bebe agua de una poza en un valle totalmente desprovisto de vegetación (Wikimedia Commons).

Para la ecología, una especie es considerada “invasora”, cuando se expande a un nuevo territorio de forma permanente, aumentando su densidad poblacional y ocupando todos los hábitats favorables que se encuentren disponibles.

El conejo, también conocido como conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) ciertamente cumple con esa descripción. Originalmente nativos de la Península Ibérica, el sur de Francia y el noroeste de África, estos mamíferos se han propagado exitosamente por casi todos los rincones del globo; hoy, son considerados una especie invasora en Argentina, Australia, Canadá, Colombia, Cuba, Egipto, Alemania, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Polonia, Rusia, Estados Unidos, Uruguay, y desde hace casi dos siglos, en Chile.

“Los conejos son invasores eficientes capaces de colonizar desde matorrales semiáridos hasta bosques templados, debido a su adaptabilidad para explotar recursos alimenticios variados”, nos cuenta la Dra. Paola Correa, ecóloga del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES, y autora principal de un reciente estudio que revisó y compiló la investigación existente sobre el conejo europeo en Chile, y comparó este conocimiento con la experiencia de Australia, otro de los países afectados por este lagomorfo.

Correa, junto a otros miembros del CAPES e investigadores de la Universidad de Chile, la Corporación Nacional Forestal CONAF, y la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (CSIRO) en Australia, se propusieron identificar las brechas y desafíos a la hora de orientar los esfuerzos de control y manejo de esta especie en Chile, considerada una de las 7 invasiones biológicas que más afectan los ecosistemas y las actividades productivas locales.

O. cuniculus arribó por primera vez al país a mediados del siglo XVIII, aunque no se reportó como una especie naturalizada hasta 1884. Si bien en un comienzo su crianza fue vista como una fuente ingresos gracias al comercio de su piel, pelaje y carne (entre 1910 y 1984, Chile exportó más de 4 millones de pieles de conejo) “los sistemas deficientes de cierre y mal manejo de las conejeras llevó a que muchos individuos escaparan a ambientes naturales, contribuyendo a su dispersión, aumento poblacional y transformación en una especie dañina” explica la investigadora.

Hacia 1970, los conejos ya ocupaban alrededor de 3 millones de hectáreas de suelo chileno, con densidades que fluctuaban entre los 1 y 10 conejos por hectárea. Actualmente, están distribuidos entre las regiones de Atacama y Los Lagos, además de la región de Magallanes, donde, aparte de ocupar parte de su territorio continental, también han sido hallados en la Isla Grande de Tierra del Fuego y en algunas islas de ese archipiélago.

Un ejército voraz

Otro lugar especialmente afectado por la llegada de los conejos (a mediados de los años 30) es el archipiélago de Juan Fernández, ubicado 670 kilómetros al oeste de las costas de Valparaíso. “El Archipiélago Juan Fernández está catalogado como una reserva de la Biosfera desde 1977” comenta Correa, “y se lo ha reconocido como un ecosistema con un alto nivel de endemismo vegetal. Los conejos, se introdujeron en la isla de Robinson Crusoe en 1935, constituyéndose como una grave amenaza para un número importante de plantas endémicas, la dispersión de plantas exóticas y el aumento de la erosión del suelo. Hasta el día de hoy, los conejos siguen siendo difíciles de controlar en esta isla por su compleja topografía, la que dificulta la implementación de métodos convencionales”.

Los conejos también ejercen una fuerte presión en muchas especies de flora presentes en las islas Choros y Chañaral de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, en las regiones de Coquimbo y Atacama. Allí, los conejos han explotado una amplia variedad de plantas nativas, transformado el suelo a causa de sus actividades sobre y bajo tierra, y ocupado los espacios de nidificación de aves declaradas vulnerables como el pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) y el yunco peruano (Pelecanoides garnotii).

El pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti), una de las especies desplazadas por la invasión del conejo. (Crédito: Andrés Bertens)

Pero, ¿qué hace al conejo una especie tan eficiente a la hora de invadir un nuevo territorio?

Paola Correa nos aclara que es su habilidad para adaptarse a varios tipos de ambientes, además de su alta capacidad reproductiva, lo que le da al conejo una ventaja competitiva en los lugares a los que arriba.

Su dieta, por ejemplo, es particularmente flexible; pueden alimentarse tanto de pastizales naturales como artificiales, brotes de arbustos, corteza de árboles boscosos y frutales, cactus, tubérculos, rizomas, flores y, en casos extremos, cualquier tejido vegetal, lo que les permite moverse por una variedad de ecosistemas. Asimismo, las hembras son capaces de tener de 6 a 8 gazapos por camada con dos o tres períodos reproductivos por año, un ritmo de reproducción que demanda una altísima cantidad de recursos.

Estas mismas cualidades son también las razones principales por las que esta especie resulta tan dañina para los ecosistemas que afecta, así como para la vida de campesinos y agricultores.

Entre sus impactos más negativos a nivel ecológico, los conejos interfieren con la estructura y funcionamiento de los ecosistemas que habitan, limitando la provisión de servicios a la flora y fauna locales. Alteran tanto la composición como la distribución espacial de los matorrales que consumen, impidiendo su renovación y regeneración. La palma chilena (Jubaea chilensis), el peumo (Cryptocarya alba) y la correhuela rosada (Convolvulus chilensis) son algunas de las especies impactadas por este herbívoro.

Un caso especial de preocupación ocurre en la zona central de Chile, hogar de uno de los cinco ecosistemas mediterráneos del mundo y uno de los 34 hotspots críticos de conservación del planeta: el bosque esclerófilo. Allí, “esta especie utiliza los espacios abiertos dentro de las áreas de matorrales (remanentes de bosque esclerófilo), modificando el paisaje a través del consumo de cobertura vegetal”, detalla Correa. “Como consecuencia, los conejos restringen el crecimiento de los matorrales nativos, mientras que los espacios liberados por herbivoría quedan ocupados por plantas exóticas”.

Algo similar acontece en Robinson Crusoe, isla compuesta por 131 especies endémicas de plantas que representan el 62% de la flora vascular nativa de todo el país. En esta región, los conejos han puesto en riesgo la sobrevivencia de estas plantas únicas a través de su consumo directo y el degradando el suelo donde crecen, mediante la construcción de madrigueras.

A estos daños, se suman los impactos que tiene esta especie invasora sobre distintas actividades productivas de gran y pequeña escala. Su presencia ha provocado pérdidas en la industria agrícola, ganadera, forestal y, posiblemente, al turismo. Por ejemplo, su conocida voracidad priva al ganado de decenas de hectáreas de biomasa vegetal para el pastoreo, y detiene el crecimiento de cultivos forestales (también exóticos) como el pino y el eucaliptus. De hecho, se calcula que más de 3.25 millones de dólares se pierden cada año a causa de los impactos negativos del conejo.

¿qué hace al conejo una especie tan eficiente a la hora de invadir un nuevo territorio? La Dra. Correa aclara que es su habilidad para adaptarse a varios tipos de ambientes, además de su alta capacidad reproductiva.

Éxitos y fracasos

En su estudio, publicado en la revista Biological Invasions, Correa y su equipo también contrastaron los intentos históricos en Chile y Australia por controlar las poblaciones de conejo. “Se eligió a Australia como caso comparado por la similitud funcional de sus ecosistemas con aquellos de la cuenca mediterránea chilena, y por tener éxito en el control del conejo”, escriben los autores “”.

Así, los investigadores descubrieron las similitudes y diferencias en la manera en que ambos países han lidiado con esta especie, traída a Australia por los colonos que arribaron a Tasmania y a la Bahía Botany a finales del 1800. Al igual que en Chile, y pese a los esfuerzos por frenar su expansión (por ejemplo, con la legalización de su caza para usos comerciales), para 1880 los conejos ya alcanzaban los 500 millones de individuos en el continente oceánico, lo que obligó a las autoridades australianas a probar nuevos métodos de control y manejo.

Uno de estos métodos fue el uso del virus Myxoma como un potencial agente de control biológico. Este patógeno, causante de la enfermedad conocida como Mixomatosis, es transmitida de conejo a conejo a través de insectos, y sólo afecta de forma seria a miembros de la familia de los lepóridos (conejos y liebres). La introducción del Myxoma en Australia permitió la reducción sostenida del número de conejos durante décadas, la que sólo fue frenada cuando nuevas generaciones de lagomorfos desarrollaron una resistencia genética al virus.

En Chile, el virus del Myxoma también ha sido empleado como agente de control del conejo. En 1954, por ejemplo, una cepa de este agente fue liberado en el archipiélago Tierra del Fuego, afectando notablemente a las poblaciones de conejo. Esto, a pesar de que no había presencia de insectos que pudieran diseminar el virus entre las comunidades.

De hecho, es justamente en las islas donde más han tenido éxito los intentos nacionales por controlar a este invasor; contigua a Robinson Crusoe, la isla de Santa Clara en Juan Fernández vio erradicada su población de conejos a comienzos de la década del 2000, gracias a una serie de medidas de control convencionales que incluyeron el uso de fumigantes en madrigueras, la legalización de la caza, la depredación natural, y el trampeo. Estas medidas, sin embargo, no han funcionado en territorio continental, donde el avance del conejo, hasta ahora, se mantiene inalterable.

Para Paola Correa, quien es parte de un proyecto liderado por CAPES, CONAF y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Chile (FAVET) cuyo principal objetivo es promover la investigación y gestión coordinada de los esfuerzos por contener a esta especie, el poco éxito obtenido en controlar la invasión del conejo tiene que ver con los vacíos que aún tenemos respecto de sus dinámicas y valoración económica de los impactos reales. “En Chile, los impactos de esta especie han sido abordados principalmente desde una perspectiva ecológica-comunitaria. Hace falta investigación aplicada para mejorar las políticas públicas y el manejo eficiente del conejo. Para avanzar en esta dirección, es urgente determinar con mayor precisión la distribución geográfica actual del conejo en Chile, realizar mediciones y seguimiento de su abundancia poblacional y determinar los principales factores que afectan su dinámica espacio temporal” aclara.

Para la investigadora, también es necesario comprender mejor los efectos del conejo sobre los ecosistemas naturales y agroecosistemas chilenos, para así evaluar sus impactos económicos sobre la biodiversidad y la producción agrícola. Por último, señala, “es fundamental investigar otros factores que influyen de manera importante en la dinámica poblacional del conejo, tales como los virus y patógenos que podrían frenar su propagación, determinando su presencia, prevalencia, virulencia, y la correspondiente inmunidad del conejo frente a estas enfermedades, las que, potencialmente, podrían ser utilizadas como herramientas de control de esta especie en Chile”.

Texto: Comunicaciones CAPES

Investigadores presentan resultados de estudios sobre invasión del conejo

Los trabajos se enmarcan en un proyecto de colaboración entre CONAF, CAPES y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la U. de Chile, el primer gran esfuerzo por estudiar el impacto socioecológico del conejo europeo en nuestro país.

El coordinador general de CONAF, Miguel Díaz, durante su presentación.

Conocer y controlar la población de conejos en Chile continental y continuar con su proceso de erradicación en islas nacionales, fue la principal conclusión alcanzada el pasado 6 de octubre tras la presentación de investigaciones ejecutadas bajo el proyecto “Conociendo mejor al conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) en Chile para dimensionar sus impactos y plantear recomendaciones para su control”.

El evento, realizado en las dependencias de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) en Santiago, y transmitido a través de la plataforma Zoom, fue liderado por las instituciones patrocinantes del proyecto: CONAF, el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES) y la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) de la Universidad de Chile.

Más de 60 personas provenientes de organismos relacionados con la conservación de especies nativas y el control de especies exóticas participaron de la instancia. Entre ellas, representantes del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y las organizaciones no gubernamentales Island Conservation y Oikonos.

Avances preliminares

“Conociendo mejor al conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) en Chile” es una iniciativa creada en 2018 que reúne investigaciones orientadas a incrementar el conocimiento en torno a la ecología, percepciones e impactos de esta especie exótica, presente en Chile hace más de 150 años. Entre sus instituciones colaboradoras también se encuentran la Commonwealth Scientific Industrial Research Organisation, (CSIRO) y SAG Magallanes.

El encuentro fue inaugurado por el director ejecutivo de CONAF, Christian Little, quien expresó la importancia de estas alianzas para gestionar el daño que genera el conejo, el cual se expresa, por ejemplo, en el 30% de pérdida anual en las plantaciones forestales del país y en la degradación del bosque nativo.

Durante la jornada, profesionales e investigadores CAPES presentaron aspectos relacionados con los impactos negativos de esta especie en el sector silvoagropecuario y en diversos ecosistemas de Chile, así como también sus efectos positivos, especialmente como alimento suplementario de distintas poblaciones humanas y animales.

En primera instancia, Gabriela Flores, profesional CAPES y coordinadora general del proyecto, introdujo los alcances de éste y entregó un panorama general de la presencia de conejo europeo en territorio nacional, además de analizar las vías potenciales para su manejo.

Las profesionales CAPES Gabriela Flores (centro) y Melanie Duclos (derecha), parte del equipo del proyecto.

A su vez, el coordinador del proyecto asociado a CONAF, Miguel Díaz, habló sobre la historia de esta especie invasora en Chile y los hasta ahora infructuosos intentos por controlarla en el continente, situación que contrasta con experiencias exitosas lideradas por CONAF en algunas islas del país como Santa Clara, en el archipiélago de Juan Fernández, y Choros y Chañaral, en este último caso con el apoyo de Island Conservation. También se analizó el caso de Australia, país que sufrió en la década del 30 una plaga (0,5 billones de conejos) y que hoy ha logrado controlar la especie.

A estos trabajos, también se informó sobre los resultados de distintos estudios realizados en áreas silvestres protegidas del país (públicas y privadas), centrados en percepciones sobre la especie, sus dinámicas poblacionales, enfermedades que lo afectan, y redes tróficas (cadena alimentaria) en las que está presente el conejo.

Paola Correa, investigadora posdoctoral de CAPES, presentó a continuación los avances del proyecto a nivel de investigación, divulgación y formación de capacidades, entre los que se encuentran una serie de talleres con guardaparques CONAF y una campaña de identificación y aviso de presencia de conejos en áreas de Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado (SNASPE) y alrededores.

Asimismo, se analizó el impacto de la mixomatosis, enfermedad viral que solo ataca a esa especie, la que podría constituir una alternativa de control de población en zonas con altos índices de degradación. Melanie Duclos, también investigadora posdoctoral CAPES y parte de estos esfuerzos, detalló el trabajo de muestreo en torno a esta enfermedad.

Se espera que las investigaciones deriven en una síntesis e integración de conocimientos para la gestión de la especie, recomendaciones para gestionar el conejo y sus impactos en Chile continental y recomendaciones para su control en islas, específicamente en Robinson Crusoe.

Nuevo espacio digital

El nuevo sitio web del proyecto Conejo.

Durante el encuentro, los organizadores también tuvieron la oportunidad de presentar en sociedad el nuevo sitio web del proyecto, www.capes.cl/conejoenChile.

La web, alojada en el portal institucional de CAPES, reunirá toda la información general del Proyecto Conejo, así como sus principales avances. Adicionalmente, cuenta con distintas secciones que informarán sobre oportunidades de investigación que surjan en el marco de esta iniciativa, además de una serie de recursos bibliográficos y audiovisuales sobre esta especie invasora.

La plataforma, abierta a todo público, busca convertirse en un punto de comunicación entre el proyecto y la comunidad, ya sea entre aquellos interesados en conocer más de esta problemática, así como los múltiples actores más afectados por ella. En su pestaña de Contacto, sus visitantes podrán escribir directamente a los miembros del equipo para hacer llegar sus consultas, comentarios y aportes.

Próximos pasos

Entre los desafíos futuros del proyecto, Miguel Díaz señaló que en los próximos meses el equipo dictará un curso nacional sobre el conejo y formas de control, de modo de mejorar el conocimiento y capacidades locales que permitan mantener a raya a una especie que, se estima, alcanza los más de 200 millones de individuos en Chile.

A su vez, se espera para fines de este año y comienzos del próximo, la realización de encuentros adicionales y la publicación de un librillo de acceso gratuito que resumirá el estado de avance y control del conejo en nuestro país.

El equipo principal del proyecto CAPES-CONAF-FAVET sobre el conejo en Chile. De izquierda a derecha: Gabriela Flores, Miguel Díaz, Melanie Duclos, Paola Correa y Cristobal Briceño.

Texto: Comunicaciones CAPES
Fotos: Paola Correa