Entre “bosques fantasmas” y “aguas fósiles”: así vivían los primeros habitantes del desierto de Atacama

Investigadores del Núcleo Milenio de Ecología Histórica Aplicada para los Bosques Áridos, AFOREST, del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, y el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES, acaban de publicar un estudio titulado «Los primeros pueblos del desierto de Atacama vivían entre árboles: una arboleda y un lugar de congregación de 11.600 a 11.200 años de antigüedad», donde obtuvieron evidencia, a través de la cartografía y datación por radiocarbono, que los árboles fueron elementos claves en la creación de hábitats cotidianos para los primeros habitantes del desierto de Atacama.

El estudio de más de 150 tocones (parte del tronco de un árbol que queda unida a la raíz cuando lo cortan por el pie) conservados en torno a cinco campamentos arqueológicos del Pleistoceno tardío/Holoceno temprano, muestra una correlación espacial y cronológica entre árboles y fogones, revelando que las personas de esa época ubicaban sus hogares bajo las copas de los árboles.

Basándose en distintos materiales culturales de estos campamentos, plantean que dos grupos diferentes (no identificados) compartieron de forma intermitente este rico entorno de humedales y arboledas. Los taxones arbóreos sugieren una preferencia por el nativo Schinus molle, un árbol escasamente presente en el paisaje actual, frente al endémico Strombocarpa tamarugo, que servía de fijador de nitrógeno, tanto para la fabricación de herramientas como de leña.

Junto con la coincidencia espacial y cronológica de campamentos, fogones y árboles, el estudio propone que la gente utilizó las especies más abundantes y resistentes para crear sus hogares, promoviendo a su vez oasis de fertilidad en medio de la hiperaridez de Atacama.

Estos campamentos arqueológicos encontrados en los abanicos aluviales de los drenajes Maní y Guatacondo fueron asentados durante la transición Pleistoceno tardío-Holoceno temprano en el núcleo hiperárido del desierto de Atacama.

El aumento de las precipitaciones en esta época en los Andes condujo al desarrollo de un paisaje más húmedo y verde que el actual.

Con un sólido conjunto de datos de radiocarbono y modelización, se aclaró la relación cronológica y cultural entre estos campamentos y establecido una relación entre los grupos de cazadores-recolectores y sus entornos locales, en particular con sus árboles, sostiene la investigación.

El trabajo de campo, que consistió en prospecciones para encontrar los tocones de árboles y sacar muestras para dataciones por radiocarbono y las excavaciones de sitios arqueológicos asociados, fueron realizadas en la Pampa del Tamarugal, Región de Tarapacá.

“Entre el trabajo de campo, de análisis de laboratorio y escritura de la tesis, fueron aproximadamente dos años y medio de trabajo, más unos seis meses para escribir este artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), señala Paula Ugalde, investigadora perteneciente al Departamento de Antropología de la Universidad Alberto Hurtado, y líder del estudio.

“Los pueblos más cercanos son Pica y Guatacondo y la ciudad más cercana es Iquique. El fenómeno podría encontrarse en otras zonas del norte, pero pensamos que para encontrar los vestigios de un bosque de este tipo se requiere de la extraordinaria preservación de la Pampa del Tamarugal o del núcleo más árido del desierto. Es difícil que en otras zonas de Chile, más al sur del desierto de Atacama, se preserve la materia orgánica de esta forma, por lo que debemos procurar cuidar estas evidencias que nos enseñan sobre las distintas relaciones que han tenido los seres humanos con su entorno”, explica Ugalde.

“Debido a que esto sucedió hace tanto tiempo, los arqueólogos no tenemos una idea de cómo se podrían haber llamado estos grupos humanos. Nosotros llamamos a este período el de primeros poblamientos o poblamientos tempranos del desierto de Atacama”, aclara la investigadora, y añade: “nuestro grupo de estudio lleva trabajando ya 17 años en la Pampa del Tamarugal, buscando y excavando sitios arqueológicos y reconstruyendo el clima y el paisaje de los últimos 18 mil años de ese lugar, bajo el alero de varios proyectos liderados por Calogero Santoro y Claudio Latorre. Este artículo es también el resultado de esa perseverancia para entender procesos sociales de largo aliento”.

Eugenia Gayó, investigadora IEB y CAPES, formó parte del equipo de trabajo, sostiene que las investigaciones que se han realizado en la Pampa del Tamarugal, ha reunido el esfuerzo de arqueólogos, ecólogos, geólogos, antropólogos, entre otros investigadores, que se han unido para revelar muchos hitos importantes sobre la historia de los primeros habitantes del Desierto de Atacama, y cómo se fue construyendo la relación entre la sociedad y el ambiente desde finales del Pleistoceno.

“En este sentido, la Pampa de Tamarugal constituye una especie de libro que ha guardado por miles de año huellas de dónde, cuándo, y cómo se ha desarrollado la vida humana en el Norte Grande de Chile”, explica.

Las claves en la vida de los primeros habitantes del desierto de Atacama

Los árboles fueron claves por varios motivos. “Primero tenemos que imaginar que el desierto de Atacama ha sido un desierto hiperárido por varios millones de años. Por lo tanto, cuando los seres humanos llegaron a este lugar por primera vez, se encontraron con un paisaje con una nula caída de lluvias, por lo que la vegetación, restringida a oasis y zonas ribereñas activas en esa época (hace unos 13 mil años), dependía de lluvias en el Altiplano y tierras altas de los Andes”, explica Ugalde.

“Si nos imaginamos entonces a estos primeros grupos habitando Atacama, no cabe duda, que a un nivel teórico, los árboles que existían habrían jugado un rol preponderante al momento de decidir dónde asentarse, pues los árboles proveen de estructuras naturales de protección contra elementos como el viento, frío y calor”, añade esta última.

En un contexto desértico este proceso va creando verdaderos oasis, alrededor de los cuales se congrega la vida, incluidos otros animales, que los seres humanos podían cazar. “Por último, pensamos que estos oasis, que estaban compuestos de tamarugos, pero también de molles, podían ser avistados a largas distancias en el contexto de pampa desértica, y por lo tanto, configurarse como puntos de encuentro para viajeros y otras bandas de cazadores-recolectores”, indica la investigadora de la U. Alberto Hurtado.

La formación de estos oasis en la Pampa del Tamarugal, es totalmente un hecho sin precedentes desde el punto de vista climático y ecológico. “Paradójicamente, los hemos llamado los ´bosques fantasmas´, porque se desarrollaron en un momento en que el ciclo hidrológico del desierto de Atacama activó la descarga de mucha agua superficial a través del paisaje, pero que una vez que los factores que controlan este ciclo se tornan más similares a los actuales, estos bosques desaparecieron, pero dejando huellas: los tocones”, señala Gayó.

“Otro aspecto importante, es que estos bosques son contemporáneos al evento de recarga de los acuíferos de la pampa. Es por esto por lo que además decimos que estos ´bosques fantasmas´, han estado ligados a las ´aguas fósiles´, vale decir, aguas subterráneas que se recargaron hace miles de años, y que actualmente reciben muy poca, o casi nada de recarga. Precisamente, a esto nos referimos cuando decimos que la Pampa del Tamarugal es un libro lleno de hitos sobre la historia de la relación humano-naturaleza”, añade Gayó.

Logramos comprobar ese rol crucial de los árboles, con evidencia arqueológica observable y medible. “Asimismo, los árboles proveían de madera, que ha sido esencial a lo largo de la historia de la humanidad para crear fuego para abrigarse, iluminar, cocinar, protegerse de depredadores, y generar un lugar de congregación para poder descansar, contar historias, compartir. En el desierto de Atacama, y en particular en la Pampa del Tamarugal, el tipo de árbol también fue relevante, puesto que el árbol más común fue el tamarugo”, explica Ugalde.

“Los tamarugos son parte de una familia de plantas que se llaman leguminosas, las cuales son capaces de capturar el nitrógeno que está en estado gaseoso en la atmósfera y fijarlo, a través de un mecanismo simbiótico con bacterias que viven en sus raíces, al suelo de forma sólida. Este nitrógeno juega un rol esencial en los suelos, pues permite, a modo de nutriente, que crezcan otras plantas bajo los árboles de tamarugo; vale decir, fertiliza el suelo”, adiciona Ugalde.

Fuente:
La Tercera

Descubren que «marea verde» estaría compuesta por al menos 5 especies de algas

Un grupo interdisciplinario de la Universidad Andrés Bello -encabezado por la investigadora CAPES, Loretto Contreras- logró la primera caracterización morfológica y molecular de las especies que componen la llamada “marea verde” en Algarrobo, una proliferación de macroalgas que afecta durante todo el año a la comuna. Aunque las causas aún se investigan, algunas de las especies podrían tener alto potencial biotecnológico, como una alternativa de uso y aprovechamiento de la enorme biomasa disponible.

Durante alrededor de dos décadas, la Bahía de Algarrobo se ha visto afectada por una excesiva proliferación de algas denominada “marea verde”, un fenómeno que ha ido en aumento y cuyas causas aún se investigan. A lo largo del año, sectores de la bahía que antes eran de arenas limpias se cubren con un manto grueso de algas del género Ulva, que al descomponerse deterioran el sector e impactan de forma negativa a la comunidad, al afectar el turismo, la pesca artesanal y el propio ecosistema. El problema es de tal magnitud, que la municipalidad de Algarrobo se ha visto obligada a remover la biomasa con maquinaria pesada, lo que a su vez genera impactos adicionales a la playa.

En ese contexto, un grupo de investigadores de la Universidad Andrés Bello (UNAB) y el Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), lleva más de dos años investigando este fenómeno con el fin de identificar las especies de algas y explicar por qué se produce esta proliferación. Recientemente, el grupo publicó sus hallazgos en la revista Plants , dando cuenta de la primera caracterización de mareas verdes en Chile y el Pacífico Sur. La publicación es liderada por Loretto Contreras, académica del Departamento de Ecología y Biodiversidad de la Universidad Andrés Bello e investigadora CAPES.

“La importancia de la caracterización de algas puede tener diversos focos, pero para la zona de Algarrobo evidencia que las mareas verdes son multiespecies, es decir, es un ensamble de varias algas complejas de identificar y evaluar a nivel ecológico, como también su real impacto en el medioambiente”, señala Contreras.

Revelando los misterios de la marea verde

El estudio proporciona el primer reporte sobre la biodiversidad morfológica y molecular de las algas del género Ulva spp. que componen la marea verde que ocurre en la Bahía de Algarrobo. “Nuestros resultados indican que las mareas verdes en esta zona involucran al menos cinco taxones diferentes, con variaciones de cobertura entre estaciones y en secciones de la zona intermareal. Además, este trabajo tiene la relevancia de que registra especies que no habían sido identificadas con anterioridad en el Pacifico Sur, como Ulva stenophylloides, Ulva uncialis y Ulva aragoensis, a las que se suman Ulva compressa y Ulva australis”, explica la también investigadora SECOS.

Conocer las especies que componen esta proliferación es tremendamente relevante, “ya que se puede entender si es que son especies introducidas, sus tiempos evolutivos, incluso rangos de dispersión con especies similares, por tanto, entrega información a diversos niveles que puede ser útil para generar aproximaciones de erradicación”, agrega.

Explorando causas y soluciones

Las causas que originan este fenómeno aún están en proceso de investigación por un grupo de investigadores de varias universidades y centros de estudio, pero, “lo más probable es que sean múltiples y relacionadas a una combinación de acciones antrópicas y factores ambientales”, explica el académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigador SECOS, Sergio Navarrete, co-autor de la publicación y quien coordina esa línea investigativa.

“Nuestros resultados, aún preliminares, muestran que algunas de las causantes propuestas, como el emisario submarino de Algarrobo, parecen no jugar un rol importante. Por eso estamos generando conocimiento respecto de las condiciones hidrográficas, oceanográficas y ecológicas de ese sistema con diversos centros de investigación del país, que nos permitirá saber cuáles son las posibles causas y eventualmente poder informar potenciales medidas de gestión del fenómeno al municipio, pescadores, botes deportivos y la comunidad”, señala el también investigador del Núcleo NUTME y COPAS.

Por lo pronto, la erradicación de la marea verde se limita a su remoción con retroexcavadoras, pero, advierte Loretto Contreras, esta no sería la mejor opción. El uso de maquinaria pesada genera daños en la superficie de la playa y el retiro de mucha arena junto con las algas. Además, la maquinaria corta y fragmenta estas algas, “y el fraccionamiento de la biomasa es un mecanismo de propagación, finalmente se generan más propágulos que pueden aumentar la biomasa disponible y en consecuencia, el tamaño de las mareas verdes. Por lo tanto, no recomendaría estrategias que generen fragmentación del alga”.

En cambio, se están investigando potenciales usos alternativos para esta biomasa que presenta un alto potencial biotecnológico, según Contreras. “Hemos determinado que una de las especies más abundantes de estas mareas verdes, U. stenophylloides, presenta una alta concentración de moléculas antioxidantes, como fenoles, entre otros. También un alto rendimiento de la biomasa para la obtención de un polisacárido llamado Ulvano, que tiene diversos usos demostrados en salud humana y animal, y en la generación de biomateriales”, explica la investigadora de UNAB y SECOS.

Finalmente, para Pilar Haye, académica del Departamento de Biología Marina de la U. Católica del Norte y directora alterna del SECOS, “el estudio da cuenta de la relevancia de encontrar respuestas conjuntas entre centros e instituciones científicas a desafíos socioecológicos que impactan a las zonas costeras y sus habitantes. Además, fue enriquecedor el proceso de identificación de las especies, mediante un foco interdisciplinario, con ecología, taxonomía clásica e identificación molecular. Esta colaboración sin duda resultó en un aprendizaje que fortaleció el estudio y sus resultados».

Fuente:
Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS)

Lanzamiento libro «Vecinos nativos en peligro: Cuentos y murales de flora y fauna amenazada en Chile Central»

Cuando: Miércoles 5 de junio, desde las 17:00 hrs.
Dónde:
Transmisión en línea desde Instagram Live de CAPES
Organiza:
Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES)

¿Qué tienen en común el ave más grande de Los Andes, una reina colorada y una planta con hojas que parecen sierras?

Todas son parte del nuevo libro para niños, niñas y adolescentes publicado por CAPES «Vecinos nativos en peligro», el cual, a través de 9 cuentos y 9 murales protagonizados por algunas de las especies más emblemáticas de nuestra zona central, busca que sus pequeños lectores comprendan el impacto que tiene la presencia del ser humano en entornos naturales, y la estrecha relación que existe entre nuestro bienestar, y el del resto de los seres vivos que conviven a nuestro alrededor.

Este miércoles 5 de junio, a través del canal de Instagram Live de CAPES, transmitiremos el lanzamiento de esta obra junto a una de sus autores, la ecóloga CAPES, Carla Rivera, y la doctora en Literatura de la Universidad de Maule, Sofía Rosa, quienes presentarán el libro y hablarán de sus temáticas y aspectos más importantes en una amena conversación con la coordinadora de Comunicaciones CAPES, Mónica Paz.

Conéctate a nuestras plataformas a partir de las 17:00 hrs. para ser parte de esta actividad. Ese mismo día informaremos desde dónde podrás descargar el libro, de forma 100% gratuita.

Con propuestas innovadoras culmina el curso “Metodologías de restauración de bosques” en Huinay

En un rincón aislado y remoto, donde la naturaleza despliega toda su majestuosidad, se gesta un proyecto educativo que está revolucionando la forma en que se abordan los problemas medioambientales. Se trata del curso “Metodologías de Restauración de Bosques”, coordinado por los profesores Juan Ovalle (U. de Chile), Jan Bannister (INFOR) y Anahí Ocampo (U. de Chile), donde estudiantes de postgrado de diversas disciplinas se unen en una intensa semana de trabajo bajo un objetivo común: la restauración de ecosistemas degradados.

A través de diversas propuestas con especies nativas se busca apuntar a la restauración de territorios.

El pasado 25 de marzo del 2024 marcó el cierre de la segunda versión del curso de postgrado «Metodologías de Restauración de Bosques», realizado en la Estación Científica de la Fundación San Ignacio del Huinay, ubicada en la comuna de Hualaihué, Región de Los Lagos. Este evento fue organizado en conjunto por los programas de Magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, Huinay Seasonal School (HSS) y Programa de Observación de Ecosistemas Terrestres y Acuáticos (POETA) de la Fundación San Ignacio del Huinay.

El curso estuvo dirigido por el Dr. Juan Ovalle, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de U. de Chile, e Investigador Asociado CAPES y por el Dr. Jan Bannister (INFOR sede Chiloé). También, participaron de forma remota la Dra. Anahí Ocampo, académica de la Universidad de Chile y la Dra. Paula Meli, académica de la Universidad de Concepción y especialista en restauración socioecológica.

Lo que hace único a este curso es su capacidad para crear un entorno de colaboración y acción en un lapso de tiempo reducido. Durante siete días, con jornadas de mañana, tarde y noche, los participantes se sumergieron en un ambiente de trabajo, conscientes de que cada minuto cuenta para lograr un objetivo ambicioso: diseñar una propuesta de restauración a escala de paisaje. 

Las y los estudiantes vivieron una experiencia en terreno para aprender de restauración y reforestación.

El desafío no es sólo técnico, sino también social y ambiental. Los estudiantes, provenientes de diversas especialidades, experimentados y novatos en el ámbito de la restauración, se enfrentan a la tarea de abordar las necesidades presentes y futuras de la comunidad local, al tiempo que enfrentan las presiones cada vez más palpables del cambio climático.

En Huinay, la lección va más allá de los libros y las aulas tradicionales. Aquí, los participantes aprenden en el terreno (con o sin lluvia), enfrentándose directamente a la realidad y trabajando juntos para encontrar soluciones innovadoras y sostenibles.

“La particularidad de este curso es que las condiciones aisladas y remotas donde se emplaza Huinay permite generar un ambiente de trabajo intenso durante 7 días bajo un objetivo común de corto plazo. Estas condiciones generan entre los estudiantes la necesidad de colaborar y aportar desde sus diferentes especialidades para lograr concretar una propuesta de restauración a escala de paisaje, haciéndose cargo de las necesidades actuales y futuras de la comunidad local y de las presiones del cambio climático”, destaca el profesor Juan Ovalle.

Y agrega que: “El particular contexto de uso del territorio de la provincia de Palena permite comprender los procesos de disturbios que ocurrieron a principios del siglo XX, en donde esta localidad se convirtió en un importante centro de explotación comercial del alerce. En 1939, llegaron los primeros colonos desde Río Puelo para explotar el alerce y otros recursos madereros. La deforestación comenzó para abrir terreno destinado a ganadería, agricultura y praderas. Con el tiempo, estas acciones condujeron al ecosistema a un estado de degradación, con incendios forestales, tala desmedida de bosques y uso ganadero intensivo del territorio”.

Propuestas de futuro

La evaluación final del curso consistió en elaborar una propuesta de restauración a escala de paisaje en el contexto del paisaje y la historia de perturbaciones presentes en Huinay. Entre las propuestas que se destacaron se encuentra el proyecto de recuperación de servicios ecosistémicos en bosques de ulmo. Esta propuesta propuso utilizar una metodología combinada de técnicas cualitativas (Recovery Wheel) y cuantitativas (muestreo de parcelas y sub-parcelas) para evaluar el potencial de regeneración natural de acuerdo a un ecosistema de referencia dominado por ulmo, coigue, tineo, y canelo, además de otras especies trepadoras, helechos y herbáceas. 

Otro de los proyectos destacados propuso establecer un bosque experimental para estudiar la respuesta de un bosque en estado de sucesión avanzada frente al cambio climático y simulación de disturbios de pequeña escala. Estas propuestas fueron elogiadas por los académicos, quienes destacaron su innovación, viabilidad y potencial costo-efectivo para su implementación en áreas degradadas dentro del predio de Huinay. 

En tanto, el Dr. Samuel Hormazábal Fritz, director de la Fundación San Ignacio del Huinay, expresó su satisfacción por el éxito del curso y el alto nivel de las propuestas presentadas. Este tipo de iniciativas, dijo, contribuyen significativamente al desarrollo de estrategias de conservación y restauración que beneficien a los ecosistemas forestales y a las comunidades locales.

Este curso no solo transforma paisajes, sino también mentes. Es un ejemplo inspirador de cómo la educación puede ser una fuerza poderosa para el cambio, impulsando a los estudiantes y profesionales a convertirse en agentes de transformación en un mundo que necesita desesperadamente soluciones creativas y comprometidas frente al avance del cambio global. No te quedes fuera de la 3ra versión del curso “Metodologías de Restauración de Bosques 2025”!! (periodo de inscripción a partir de agosto 2024).

Fuente:
Michael Seguel, periodista
Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza

Reunión anual de Iniciativa por el Bosque Esclerófilo fortalece cruces interdisciplinares

Los días 8 y 9 de abril de 2024 se realizó la reunión anual de la Iniciativa Intercentros por el Bosque Esclerófilo, que aúna a investigadoras e investigadores del IEB, CR2, CAPES y USACH, con el objetivo de comprender la situación actual del ecosistema Mediterráneo de Chile central, para encontrar formas efectivas de apoyar la resiliencia de los bosques y las comunidades humanas asociadas a este ecosistema.

El equipo se reunió en Olmué, Región de Valparaíso, y dedicó las jornadas a actualizar sus líneas de investigación, que abarcan desde la microbiología de suelo, ecofisiología vegetal, análisis de fauna, restauración, socioecología y análisis a escala de paisaje, además de la comunicación de estos nuevos conocimientos hacia diferentes agentes clave.

Por otra parte, se realizó una visita a un bosque esclerófilo degradado, y se analizaron los logros obtenidos por la Iniciativa durante el último año, los que incluyen una publicación en Nature Plants, una segunda publicación en revisión, formulación de dos proyectos concursables, y diversas colaboraciones en publicaciones y formación de pre-, postgrado y postdoctorado.

El equipo de la Iniciativa incluye a Solange Vargas (UDA), Cristian Delpiano (ULS) y Nélida Pohl del IEB, Juan Ovalle (U. de Chile) y Claudia Rojas-Alvarado (UOH) de CAPES, Alejandro Miranda (UFRO) del CR2, y Francisco Zorondo-Rodríguez del Departamento de Gestión Agraria, USACH. Solange Vargas, académica de la Universidad de Atacama, destaca: “Esta instancia es fundamental para que se produzca sinergia entre investigadoras e investigadores. Necesitamos tiempo de reflexión, para decantar y afinar las ideas que orientarán nuestro trabajo futuro”.

Por su parte Nélida Pohl, Directora de Comunicaciones del IEB añade que “la interdisciplina no ocurre sin intencionar estos espacios de trabajo conjunto, presencial e intensivo. Necesitamos la interdisciplina para entender las interacciones entre las causas de la compleja situación del esclerófilo, sus posibles trayectorias de cambio, y avenidas de adaptación que permitan su bienestar socioecológico a largo plazo”. 

Fuente: Comunicaciones IEB

Coloquio y taller «Habitabilidad II»

Cuando: miércoles 17 (9:00 hrs.) y sábado 20 (10:00 hrs.) de abril
Dónde: Casa Central UC (Sala por definir)
Organiza: Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES)

¿Cómo se hace habitable un lugar?, ¿Cuáles son las condiciones para que un lugar sea habitable?, son algunas de las preguntas que tratará de responder un grupo de investigadores e investigadoras en el coloquio y taller Habitabilidad II, que se llevará a cabo el 17 (coloquio) y el 20 (taller) de abril próximo en Casa Central UC.
El coloquio del miércoles 17 de abril, de 09:00 a 17:30 horas, contará con la participación del filósofo italiano de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales (EHESS) de Francia, Emanuele Coccia, seguido por presentaciones de Aline Hodges, Juan Pablo Luna, Natalia Villavicencio, Rodrigo Booth, Mauricio Lima, Ricardo Rozzi y Meredith Root-Bernstein

El sábado 20 de abril a las 10:00 horas, se realizará el taller “Visualizando narrativas y condiciones de habitabilidad“, a cargo del artista Pablo DelCielo.

Los y las investigadoras invitan a pensar la habitabilidad más allá de la perspectiva física y material, que busca responder a las necesidades básicas. En este encuentro se indagará en la sostenibilidad, las transformaciones y las temporalidades del habitar, las relaciones sociales, entre especies y con materiales, y los significados y las narrativas que permiten habitar.

La actividad es apoyada por CAPES UC y ANID.

Lugar: Casa Central UC (Sala por confirmar).
Inscripciones: https://forms.gle/ybQF1sqxDu24ocqC9
Contacto: [email protected]

CAPES y Agronomía UC lanzan manual sobre las plantas que nos alertan de la condición del suelo

Hierba de San Juan (Hypericum perforatum)

¿Has visto una planta abriéndose paso a través del cemento?, ¿O largos tallos con pequeñas flores creciendo en un sitio eriazo? Estas plantas son capaces de desarrollarse en condiciones en que otros vegetales morirían por la falta de nutrientes o de agua, son las mal llamadas “malezas”, que cuando brotan nos están diciendo que ese suelo tiene problemas.

El libro «Manual de especies indicadoras de condición del suelo», de los autores Alejandro Riquelme y Rafael Larraín, ambos de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Pontificia Universidad Católica de Chile y el segundo además investigador asociado a la línea 6 de CAPES, es una completa guía de “las especies vegetales que crecen bajo condiciones de suelo menos que ideales, y que la tradición y experiencia de agricultores a lo largo de los siglos fueron convirtiendo en lo que llamamos especies indicadoras de diferentes condiciones de suelo”, según explica la presentación del texto.

La obra cuenta con ilustraciones de Agustina Hidalgo y Paz Castañeda, además de información relevante de 34 especies, dónde las podemos encontrar a lo largo del territorio nacional y en qué tipo de suelo crecen. Cardo, calabacillo, llantén de agua, chépica, hierba de San Juan, nomeolvides del campo, botón de oro, correhuela, son algunos de los nombres comunes que quizás hemos escuchado y que asociamos a plantas que podemos encontrar en zonas urbanas y rurales.

Cuando aparecen estas “malezas”, significa que estamos en presencia de distintos tipos de daño en el suelo: exceso de humedad/mal drenaje, terreno degradado; exceso de perturbación/ sobrepastoreo o pradera no regenerándose. Estos son suelos deteriorados por décadas de uso intensivo a partir de la “Revolución Verde”, en que se desarrollaron sistemas agrícolas para maximizar la producción y que “han generado en el planeta y las personas: pérdida de biodiversidad, degradación y erosión de suelos, contaminación, daños a la salud de las personas, menor resiliencia del sistema alimentario”, señalan los autores.

Alejandro Riquelme y Rafael Larraín buscan rescatar algunas de estas especies, en el contexto de la agricultura y ganadería de Chile central, “queremos ser un apoyo para que el lector(a) redescubra este acervo de sabiduría y, sobre todo, pueda salir al campo a leer con otros ojos los mensajes que la naturaleza a veces le entrega con un susurro, y otras veces a gritos”.

El libro «Manual de especies indicadoras de condición del suelo», cuenta con el apoyo y financiamiento del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES y ANID PIA/BASAL FB0002-2014 y lo pueden descargar en la dirección www.capes.cl/especies_indicadoras.

Fuente: Comunicaciones CAPES

Reporte constata récord de proyectos de ley de relevancia ambiental tramitados por el Congreso durante 2023

  • Un total de 31 iniciativas, seis más que en el periodo anterior, avanzaron en su tramitación legislativa durante la última legislatura, vigente entre marzo de 2023 y marzo de 2024. Además se despacharon a ley 15 proyectos, el número más alto desde que este Informe es publicado.
  • En este periodo destaca la revisión de tres iniciativas distintas destinadas a prevenir incendios forestales, tres relacionadas con riego agrícola y otras tres que buscan impulsar las energías renovables. Además se logra promulgar, luego de varios años en discusión, propuestas de gran importancia ambiental como la ley de protección de turberas y la ley que regula la extracción de recursos bentónicos, así como la ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, tras 14 años de tramitación.

Esta semana se dio a conocer la 18º versión del Reporte Anual de Votaciones Ambientales en el Congreso Nacional, iniciativa del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CAPES UC), y del Programa de Derecho y Medio Ambiente UC, que presenta el compendio de los proyectos de ley de relevancia ambiental que fueron tramitados por el Congreso, es decir, que fueron sometidos a votación en alguna de las Cámaras durante la legislatura recién pasada (Legislatura nº 371, vigente entre el 11 de marzo de 2023 y el 10 de marzo de 2024).

El informe constata un récord del trabajo legislativo en temas ambientales durante el periodo, en el cual se sometió a votación un total de 31 proyectos, los que avanzaron en su camino para convertirse en ley. Esto representa 6 propuestas más que la legislatura inmediatamente anterior. Las temáticas de estas iniciativas tributan a las categorías de institucionalidad y gestión ambiental (10 proyectos de ley), biodiversidad (4), agua (4), energía (3), agricultura (3), minería (2), además de aire, pesca, residuos, silvicultura y suelo (con 1 iniciativa de ley en cada categoría).

Entre los proyectos de ley votados destacan tres iniciativas distintas que buscan prevenir incendios forestales (Boletines Nº 13012-06, 15742-14 y 16335-14), dos propuestas que regulan la inscripción de derechos de aprovechamiento de aguas (Ley Nº 21.586 y Boletín Nº 15754-33), una que prohíbe el tránsito de vehículos motorizados en playas y dunas costeras (Boletín Nº 15666-12), así como una moción parlamentaria que busca prevenir y sancionar el ecoblanqueo, lavado verde de imagen o greenwashing (Boletín Nº 15044-12).

Asimismo, el Congreso despachó a ley 15 iniciativas legislativas (4 más que el periodo pasado), el número más alto registrado desde 2007, año desde el cual el proyecto Votaciones Ambientales publica este Reporte (con análisis de la legislatura nº 354). De estos 15 proyectos con tramitación terminada, 9 corresponden a iniciativas legislativas del Ejecutivo (mensajes), entre las que destacan la ley que busca fomentar la reutilización de aguas grises en la agricultura (Ley Nº 21.623), aquella que prorroga la vigencia de la Ley de fomento al riego (Ley Nº 21.597), así como la ley que habilita al Estado a desarrollar obras de infraestructura para la desalinización (Ley Nº 21.639).

Por otro lado, entre las propuestas que el Congreso despachó a ley también se encuentran algunas de alta importancia ambiental y que tuvieron un largo proceso de tramitación, como la Ley Sobre Protección Ambiental de Turberas (en espera de promulgación) y la ley que Modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura en el ámbito de los recursos bentónicos (Ley Nº 21.651), ambas luego de 5 años de discusión legislativa. Mención especial merece la aprobación de la ley que Crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (conocida como SBAP), tras 14 años de tramitación.

“A lo largo de la historia de publicación de este Reporte, hemos constatado cómo la actividad legislativa del Congreso Nacional ha ido en aumento año a año y 2023 no fue la excepción. La legislatura nº 371 ha sido muy prolífica, no sólo por la cantidad de proyectos que avanzaron en su tramitación, sino también por las iniciativas claves que concluyeron su tramitación y fueron despachadas a ley, varias de ellas luego de un extenso periodo de discusión legislativa”, afirma la Dra. Francisca Reyes-Mendy, directora del Proyecto Votaciones Ambientales, académica del Instituto para el Desarrollo Sustentable UC e investigadora de CAPES UC.

Ricardo Irarrázabal, director del Programa de Derecho y Medio Ambiente UC, agregó que “esta intensa actividad legislativa es sin duda un gran avance para el país, pero también nos recuerda que hay una diversidad de desafíos en materia ambiental que deben ser abordados. Ahora, las autoridades políticas tienen la responsabilidad de dotar a estas leyes de los recursos, capacidades, coordinación y determinación para lograr la pronta implementación, especialmente a través de la dictación de los respectivos reglamentos”.

Otras cifras relevantes del reporte

El Proyecto Votaciones Ambientales busca aumentar la transparencia y el acceso a la información del trabajo parlamentario en materia ambiental, a través del seguimiento de la tramitación de leyes de relevancia ambiental y la publicidad de las votaciones de las y los parlamentarios, con el fin de visibilizar y valorar el trabajo legislativo en estas materias y así promover la participación de todos quienes puedan aportar con evidencia y conocimiento al proceso de formación de la ley.

Entre otras cifras relevantes del Reporte 2024 de Votaciones Ambientales en el Congreso Nacional, también se verifica un récord en proyectos de ley de relevancia ambiental (PLRA) que fueron ingresados a la Cámara o al Senado durante la legislatura 371, con 64 iniciativas de ley, 15 más que en periodo anterior. De ellas, 14 tienen un origen en un mensaje presidencial, y el resto son mociones parlamentarias.

Respecto de las categorías ambientales de los PLRA ingresados al Congreso, estos responden a ámbitos relacionados con adecuaciones a la institucionalidad y gestión ambiental (15 iniciativas), agua (12), residuos y sustancias peligrosas (8), pesca y acuicultura (8), biodiversidad (4), agricultura, energía, minería, silvicultura y paisaje y territorio (3) y aire (2).

Este Reporte Anual 2024 también incluye un análisis de los proyectos que se tramitan en el Congreso que se relacionan o dan respuesta a distintos compromisos de campaña, establecidos en el Programa de Gobierno del Presidente Gabriel Boric, o en alguna de sus cuentas públicas de 2022 o 2023. Así, se contabilizaron 21 compromisos presidenciales relacionados a alguno de los proyectos votados, de un total de 82 compromisos de relevancia ambiental.

Al respecto, la Dra. Reyes-Mendy afirma: “En su segundo año de mandato, el Presidente Boric ha mantenido la tendencia que hemos visto en gobiernos anteriores, periodo en el cual se concentra la agenda legislativa en materia ambiental. Valoramos el avance en la tramitación y el despacho de varios mensajes de autoría del Ejecutivo en estos dos años, y también de proyectos envíados por sus antecesores, a los cuales dio patrocinio a través de indicaciones. Muchos de estos mensajes abordan varios de sus compromisos ambientales, pero muchos otros quedan aún sin responder”.  

Finalmente, el reporte revisa el comportamiento parlamentario en materia legislativa ambiental, registrando la votación de cada uno de los Diputados (as) y Senadores (as) en los distintos proyectos de ley de relevancia ambiental que avanzaron en su tramitación. 

Votaciones Ambientales es una iniciativa financiada por el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES UC, ANID PIA/BASAL FB-0002-2014 y apoyado por el Programa de Derecho y Medio Ambiente de la Universidad Católica. Es dirigida por la Dra. Francisca Reyes-Mendy, académica del Instituto para el Desarrollo Sustentable de la Pontificia Universidad Católica de Chile, e investigadora de CAPES UC y del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS). 

Para mayor información ingresar al sitio web votacionesambientales.cl.

Para descargar el Reporte ingresar a https://votacionesambientales.cl/publicaciones/ o en el siguiente enlace.

Fuente: Karen González TobarProyecto Votaciones Ambientales

Lanzamiento exhibición «Rizósfera viviente»

Cuando: entre el 10 de abril y el 8 de mayo de 2024
Dónde: Museo Nacional de Historia Natural, Quinta Normal
Organiza: Núcleo Milenio de Plantas Super Adaptables (MN-SAP) y Museo Nacional de Historia Natural (con la colaboración de CAPES)

¿Qué resulta de la mezcla poco común entre creación artística, ciencia, plantas que podrían absorber más nutrientes y la co-creación entre autor y espectador? La respuesta es “Rizósfera Viviente: descubriendo el microcosmos de las raíces”, una exposición que mezcla distintas disciplinas, y que por un mes se tomará el Salón Central del Museo Nacional de Historia Natural, en el Parque Quinta Normal.

La génesis del proyecto tiene que ver con las investigaciones científicas del Núcleo Milenio para el Desarrollo de Plantas Súper Adaptables (MN-SAP), su relación con el calentamiento global y las actividades que realizan para llevar ese conocimiento -específico y técnico- a un público no especializado.

La rizósfera es la parte del suelo que está más cercana a las raíces de las plantas. En esta zona se desarrolla una gran diversidad de vida microbiana y, además, cuenta con nutrientes y agua.

Para representarla los y las creadoras de la idea pensaron en una obra que fuera inmersiva y que, en último término, invitara a los espectadores a co-crearla, a través de distintas instancias en las que podrán construir con sus propias manos elementos que simulen componentes vitales de la rizósfera, tales como bacterias y hongos.

Así surge “Rizósfera Viviente”, una muestra que estará abierta al público entre el 10 de abril y el 8 de mayo y que pretende generar conciencia sobre los efectos del cambio climático y el rol de la ciencia en buscar soluciones para producir plantas con una mayor capacidad de absorción de nutrientes.

La inauguración de la muestra se realizará el miércoles 10 de abril a las 11:00 hrs. en dependencias del museo en Quinta Normal. Posterior a la apertura se realizará un taller de construcción de elementos tejidos que podrán contribuir a la muestra (cupos limitados, sin inscripción), a cargo de Verónica Curihuinca, artesana Mapuche con 23 años de trayectoria y experiencia en diferentes técnicas ancestrales como: Witral (telar), orfebrería (joyería mapuche en metal y piedras), bordados en arpillera y crochet.