CAPES presente en escuela de verano en Potsdam, Alemania

La doctora en Ciencias Biológicas y profesional CAPES, Luz Valeria Oppliger, participó el pasado agosto en la sexta versión de la Escuela de Verano de Potsdam, Alemania, que en esta ocasión tuvo por objetivo promover la reflexión en torno a los modos en que se comunica hoy la investigación asociada a la sustentabilidad y el cambio global.

La actividad, organizada por la Red de Investigación en Geociencia, Geo.X, la ciudad de Potsdam (Alemania), y numerosas organizaciones sociales y académicas, reunió durante 10 días a 40 científicos, comunicadores y profesionales de la ciencia y el medio ambiente de más de 17 países, quienes aprendieron y discutieron sobre la importancia de la comunicación científica efectiva en estas materias, de la mano de reconocidos expertos locales e internacionales.

Las clases y talleres prácticos giraron en torno a una serie de preguntas clave como ¿pueden la ciencia alcanzar a audiencias de otras áreas de la sociedad?, ¿pueden los temas de sustentabilidad ser comunicados igualitariamente?, ¿deben los científicos tomar partido o ser observadores neutrales? ¿cómo reducir la complejidad o lidiar con la información falsa sin perder la credibilidad o la rigurosidad científica? 

Oppliger valoró la diversidad de los asistentes al evento —tanto a nivel cultural, con personas provenientes de Turquía, Costa Rica, Japón, Rusia, Etiopía, Taiwan, Colombia o Gran Bretaña como profesional— y la cualidad multidisciplinaria de su cuerpo docente, que contó con representantes de distintos campos del saber, incluidos miembros del mundo del arte y la sociedad civil.

“Entre las actividades planificadas” cuenta, “pudimos compartir con activistas y campistas del brazo alemán del movimiento Fridays for future, jóvenes con una altísima conciencia ambiental, muy comprometidos y llenos de ideas. Asimismo, el curso contó con la participación de la artista alemana Folke Koebberling y su proyecto “Vecinos temporales”, el cual busca reconectar a las personas con las materias primas de las que dependen a través del contacto directo con ovejas y toda la tradición asociada a este increíble animal”.

Otro de los relatores destacados fue Dietram Scheufele, comunicador de la ciencia y profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison y el Instituto de Investigación Morgridge. Durante su presentación, titulada “¿Una tormenta perfecta? Comunicando ciencia en la era de la polarización, la desinformación y los ambientes mediales cambiantes”, Scheufele habló sobre los desafíos que enfrenta hoy la divulgación científica y las maneras posibles de adaptar los mensajes a los nuevos medios multi y transmediales.

Para la encargada de Extensión y Comunicaciones de CAPES, la principal lección desprendida del curso es “la diversidad de expectativas que existen hoy acerca del destino del planeta y las soluciones necesarias para enfrentar, y evitar, su colapso. Al final del día, sólo cabe esperar que cada comunicador, de acuerdo a su realidad social y cultural, evalúe qué tipo de mensaje se adapta mejor a esa realidad y penetra mejor en las personas. Lamentablemente”, agrega “no tenemos tiempo para cometer errores”.

La Escuela de Verano de Potsdam es un actividad anual que convoca a científicos y profesionales jóvenes de todas partes del mundo, trabajando en el sector privado, agencias estatales y organizaciones no gubernamentales, para discutir problemas actuales sobre el futuro del desarrollo sostenible. La iniciativa cuenta con el patrocinio y apoyo científico del Instituto de Estudios Avanzados en Sustentabilidad de Potsdam.

CAPES presente en escuela de verano en Potsdam, AlemaniaCAPES present in Potsdam Summer School 2019

La doctora en Ciencias Biológicas y profesional CAPES, Luz Valeria Oppliger, participó el pasado agosto en la sexta versión de la Escuela de Verano de Potsdam, Alemania, que en esta ocasión tuvo por objetivo promover la reflexión en torno a los modos en que se comunica hoy la investigación asociada a la sustentabilidad y el cambio global.

La actividad, organizada por la Red de Investigación en Geociencia, Geo.X, la ciudad de Potsdam (Alemania), y numerosas organizaciones sociales y académicas, reunió durante 10 días a 40 científicos, comunicadores y profesionales de la ciencia y el medio ambiente de más de 17 países, quienes aprendieron y discutieron sobre la importancia de la comunicación científica efectiva en estas materias, de la mano de reconocidos expertos locales e internacionales.

Las clases y talleres prácticos giraron en torno a una serie de preguntas clave como ¿pueden la ciencia alcanzar a audiencias de otras áreas de la sociedad?, ¿pueden los temas de sustentabilidad ser comunicados igualitariamente?, ¿deben los científicos tomar partido o ser observadores neutrales? ¿cómo reducir la complejidad o lidiar con la información falsa sin perder la credibilidad o la rigurosidad científica? 

Oppliger valoró la diversidad de los asistentes al evento —tanto a nivel cultural, con personas provenientes de Turquía, Costa Rica, Japón, Rusia, Etiopía, Taiwan, Colombia o Gran Bretaña como profesional— y la cualidad multidisciplinaria de su cuerpo docente, que contó con representantes de distintos campos del saber, incluidos miembros del mundo del arte y la sociedad civil.

“Entre las actividades planificadas” cuenta, “pudimos compartir con activistas y campistas del brazo alemán del movimiento Fridays for future, jóvenes con una altísima conciencia ambiental, muy comprometidos y llenos de ideas. Asimismo, el curso contó con la participación de la artista alemana Folke Koebberling y su proyecto “Vecinos temporales”, el cual busca reconectar a las personas con las materias primas de las que dependen a través del contacto directo con ovejas y toda la tradición asociada a este increíble animal”.

Otro de los relatores destacados fue Dietram Scheufele, comunicador de la ciencia y profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison y el Instituto de Investigación Morgridge. Durante su presentación, titulada “¿Una tormenta perfecta? Comunicando ciencia en la era de la polarización, la desinformación y los ambientes mediales cambiantes”, Scheufele habló sobre los desafíos que enfrenta hoy la divulgación científica y las maneras posibles de adaptar los mensajes a los nuevos medios multi y transmediales.

Para la encargada de Extensión y Comunicaciones de CAPES, la principal lección desprendida del curso es “la diversidad de expectativas que existen hoy acerca del destino del planeta y las soluciones necesarias para enfrentar, y evitar, su colapso. Al final del día, sólo cabe esperar que cada comunicador, de acuerdo a su realidad social y cultural, evalúe qué tipo de mensaje se adapta mejor a esa realidad y penetra mejor en las personas. Lamentablemente”, agrega “no tenemos tiempo para cometer errores”.

La Escuela de Verano de Potsdam es un actividad anual que convoca a científicos y profesionales jóvenes de todas partes del mundo, trabajando en el sector privado, agencias estatales y organizaciones no gubernamentales, para discutir problemas actuales sobre el futuro del desarrollo sostenible. La iniciativa cuenta con el patrocinio y apoyo científico del Instituto de Estudios Avanzados en Sustentabilidad de Potsdam.

Centro de Investigación Científica Escolar: ciencia joven de alto vuelo

Desde 2014, CICE fomenta la importancia de la ciencia a nivel escolar mediante proyectos de investigación llevados a cabo por los mismos estudiantes con apoyo de su director, Carlos Zurita.

El Parque Pingüino Rey es un hermoso tramo de costa fueguina ubicado justo en la punta oriental de Bahía Inútil, en la isla grande de Tierra del Fuego. Allí, 50 pingüinos de la especie Aptenodytes patagonicus llegaron un día para criar a sus polluelos y abastecerse de alimento, generando lo que luego se convertiría en uno de los más importantes proyectos de conservación privados del país.

Allí fue también donde Carlos Zurita, profesor de biología de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), tuvo la idea de crear una instancia de investigación permanente que aprovechara el potencial científico de aquella fluctuante —aunque numerosa— población de pingüinos, y contribuir, de ser posible, a la enseñanza temprana de la ciencia en los jóvenes.

Impulsado por una charla con la administradora del parque durante una visita en 2014, Zurita regresó a Santiago decidido a remediar la por entonces escasa presencia de proyectos de investigación en la zona. Con ese objetivo, invitó a Matías Vargas, Pablo Rubilar y George Meredith, estudiantes secundarios del colegio donde impartía clases, a embarcarse en una verdadera aventura científica: estudiar el asentamiento de los pingüinos de Bahía Inútil y analizar los factores que contribuyeron a su arribo y permanencia.

Así fue como, sin más armas que “las ganas de hacer ciencia”, como cuenta Zurita, él y su equipo de nóveles investigadores dieron comienzo al CICE, o Centro de Investigación Científica Escolar, el primer centro dedicado a fomentar, desde la escolaridad, la investigación científica en estudiantes y profesores a través del desarrollo de las habilidades del pensamiento crítico y la elaboración de proyectos de investigación en torno a la fauna silvestre nacional.

Cada año desde ese primer viaje a Tierra del Fuego, CICE convoca a dos parejas de escolares a realizar investigación usando los mismos estándares que podrían esperarse de un estudiante universitario. Los proyectos que ejecutan abordan cada una de las fases propias del quehacer científico, incluyendo la identificación de problemas y la elaboración de hipótesis, la revisión de bibliografía, y por supuesto, la recolección de datos y salidas a terreno.

“Lo que hacemos es desarrollar competencias que acerquen a los chicos al mundo real de la ciencia. Antes de integrarse al CICE, los muchachos tienen la idea de que hacer ciencia toma años y que se requieren muchos recursos y conocimientos para llegar a resultados importantes. Pero aquí han aprendido que, con pocos recursos, y sin tener que vivir días y días en un lugar, basta para hacer la diferencia y realizar proyectos interesantes”, explica Zurita.

Tomando vuelo

Uno de los proyectos que siguieron al estudio sobre la distribución de los pingüinos rey en Bahía Inútil logró identificar un retraso en el ciclo reproductivo de estas poblaciones, que provocaba la muerte prematura de polluelos. El hallazgo les valió a Matías Huidobro y Javier Oporto —sus autores— el primer lugar en la Feria Científica Nacional del Museo de Historia Natural (MNHN) en 2016 y el mismo galardón en el Congreso Regional Explora Conicyt al año siguiente.

Desde entonces, la presencia de CICE en ferias científicas de renombre nacional no sólo ha ido en aumento, sino que se ha expandido más allá de nuestras fronteras. Para los jóvenes que participan en estas actividades, la oportunidad de comparar su trabajo con el de estudiantes de otras latitudes es un excelente barómetro para evaluar cuánto han aprendido como miembros del Centro.

“Estando fuera de Chile” dice Javier, quien ya ha representado al CICE y a Chile en Bélgica y México con sus investigaciones sobre pingüino rey, “uno se sorprende del gran nivel que tienen nuestros proyectos en comparación con el de otros equipos internacionales, incluso de aquellos provenientes de países del primer mundo. La experiencia es espectacular y una de las mejores cosas de trabajar en el Centro”.

Para Carlos Zurita, “más que la competencia misma, este tipo de instancias les ayudan a difundir su ciencia y entender la relevancia de la comunicación en la vida de un investigador. Además, los viajes les ayudan a conocer otras realidades científicas, a expandir sus miradas y sus posibilidades”.

Hoy, el Centro lleva a cabo tres líneas de investigación simultáneas, en fases distintas de ejecución. La más avanzada de ellas, lideradas por los estudiantes Alonso Erazo y Tyndall Volosky, se dedica a detectar potenciales reservorios de Hanta en áreas protegidas del Estado, por medio del análisis de la dieta del tucúquere (Bubo magellanicus) y la lechuza alba (Tyto alba), dos controladores naturales de roedores portadores del virus.

Los jóvenes resumieron sus conclusiones en un artículo publicado en 2018 por la revista de investigación escolar “Brotes científicos” y actualmente se preparan para participar en dos exposiciones internacionales: la Exposcience MILSET, a realizarse este mes en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, y la Genius Olympiad, que se celebrará en Nueva York en 2020.

Otra investigación en curso sobre lechuza blanca, esta vez en la Reserva Nacional Río Clarillo, la protagonizan Catalina Carrasco y Francisco Cornejo, los cuales buscan comparar la dieta de este estrigiforme en un sector suburbano perturbado versus un área silvestre protegida, con el fin de determinar sus implicancias en la diversidad de la especie y su control de roedores exóticos.

Trabajo en equipo

Para Catalina, estudiante de segundo año, uno de los aspectos más enriquecedores de la experiencia en el Centro son las salidas a terreno, las cuales califica como “agotadoras”, pero entretenidas: “es muy interesante leer sobre estos animales y luego ir a su hábitat a seguirles el rastro y estudiar su comportamiento. Además, es en esas salidas donde más conectas con tus compañeros, donde más se siente el trabajo en equipo”.

Su compañero, Francisco, coincide: “Lo que más me gusta es el compañerismo que tenemos entre todos. La experiencia y los resultados serían muy distintos si el trabajo se hiciera sólo. Somos como una gran familia”.

”Yo enfatizo el tema de los equipos de trabajo” explica Zurita. “Si a uno se le olvida algo, su compañero está ahí para apoyarlo. Los 12 estudiantes que están o han pasado por CICE colaboran en las investigaciones de sus pares. Se forma una suerte de cadena donde los que fueron primero estudiantes se transforman en asesores de los que vienen” agrega.

En la actualidad, todos los antiguos investigadores del Centro estudian disciplinas relacionadas al ámbito científico, “ya sea medicina, veterinaria, ingeniería forestal o licenciatura en biología” dice Zurita. “La idea, sin embargo, no es lavarles el cerebro ni obligarlos a seguir un camino científico. Lo que se espera es fomentar la ciencia como forma de pensamiento sobre el mundo. Las habilidades científicas son al final un pretexto para esta persona que se está formando”, remata Zurita.

La ciencia de cerca

Pero no sólo de aves vive CICE. La tercera línea del Centro se dedica al estudio del impacto de la presencia humana en la dieta de los zorros culpeo (Lycalopex culpaeus) y grises (Lycalopex griseus) tanto en la Reserva Nacional Río Clarillo (a cargo de las estudiantes Laura Carrasco y Sofía Fuenzalida), como en el Parque Nacional Torres del Paine.

Este último proyecto, encabezado por la misma Laura y Benjamín Rodríguez (alumnos de segundo y tercero medio), identificó la presencia de desechos de origen humano en la composición dietaria de estas especies en las zonas de mayor afluencia turística de este parque. Su investigación fue ampliamente difundida en los medios de comunicación nacionales y, recientemente, elegida para competir en la versión 2019 de la Feria Científica Nacional del MNHN.

La visibilidad que ha tenido el Centro a manos del trabajo de sus investigadores permite que los jóvenes también desarrollen habilidades de comunicación y oratoria, una parte de la experiencia curricular sin duda incorporada en el calendario académico.

Para su director, el éxito de este tipo de iniciativas pasa en parte por el grado de participación que tienen los estudiantes en un contexto educativo nuevo: “en una sala de clases, más que hacer ciencia, los chicos repiten los contenidos que se les imparte. Aquí tienen la oportunidad de colaborar en la producción de conocimiento nuevo, y al mismo tiempo, conocer personas y lugares que les hacen mirar el mundo y la ciencia con otros ojos”.

“En el CICE hemos aprendido a conocer en detalle cada una de las fases del trabajo científico, y las habilidades necesarias para realizarlo” cuentan Francisco y Catalina, “al estar aquí, una se da cuenta de que, si uno se lo propone, puede aportar con un grano de arena en la generación de ciencia”.

El plan de Zurita es conectar cada vez más a los estudiantes con la vida académica, “el día a día, las instalaciones, los profesores. Viéndolos pasar y conversando con ellos, ellos empiezan a ver al científico como alguien cercano, no como un dios en su torre, desconectado del mundo. Me interesa que los chicos se conecten con esa realidad y la vean cercana”.

Una nueva etapa

Más allá de todo lo conseguido hasta ahora, el gran hito del CICE este 2019 bien puede ser su incorporación, como institución asociada, al Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad de la Universidad Católica de Chile, CAPES UC, transición que, a juicio de su director, “provee al CICE de una mayor institucionalidad y de espaldas financieras más sólidas”.

Bajo el patrocinio del CAPES (y de la Comisión Nacional Chilena de Cooperación de UNESCO), el CICE busca expandir su trabajo por medio de charlas en colegios y cursos abiertos al público. También intentará apoyar con más fuerza a los docentes en la enseñanza de habilidades científicas en el aula.

Luz Valeria Oppliger, encargada de Extensión y Comunicaciones del CAPES, ve en la incorporación del CICE una oportunidad para redondear el programa de extensión de este Centro UC a través de la educación ambiental. Esto, comenta, “tiene una relevancia importantísima, pues entre los desafíos que enfrentamos como especie frente a la crisis climática, son la reconexión con la naturaleza y la conservación de sus ecosistemas y servicios”.

Los desafíos del CICE para los años que vienen son, por de pronto, la incorporación de una nueva línea de investigación abocada a la investigación con guanacos y el reclutamiento de otros cuatro jóvenes (especialmente mujeres y alumnos de colegios públicos) con ganas de aprender y hacer ciencia de calidad.

“Nos interesa que las autoridades sepan que existe un Centro donde jóvenes escolares están generando nuevo conocimiento científico, publicable y compartible con el resto de la comunidad”, concluye Zurita.

Sigue las aventuras de los investigadores CICE en su sitio web oficial o en sus diversas redes sociales.

Centro de Investigación Científica Escolar: ciencia joven de alto vueloCenter of School Science Research : high fliying young science

Desde 2014, CICE fomenta la importancia de la ciencia a nivel escolar mediante proyectos de investigación llevados a cabo por los mismos estudiantes con apoyo de su director, Carlos Zurita.

El Parque Pingüino Rey es un hermoso tramo de costa fueguina ubicado justo en la punta oriental de Bahía Inútil, en la isla grande de Tierra del Fuego. Allí, 50 pingüinos de la especie Aptenodytes patagonicus llegaron un día para criar a sus polluelos y abastecerse de alimento, generando lo que luego se convertiría en uno de los más importantes proyectos de conservación privados del país.

Allí fue también donde Carlos Zurita, profesor de biología de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), tuvo la idea de crear una instancia de investigación permanente que aprovechara el potencial científico de aquella fluctuante —aunque numerosa— población de pingüinos, y contribuir, de ser posible, a la enseñanza temprana de la ciencia en los jóvenes.

Impulsado por una charla con la administradora del parque durante una visita en 2014, Zurita regresó a Santiago decidido a remediar la por entonces escasa presencia de proyectos de investigación en la zona. Con ese objetivo, invitó a Matías Vargas, Pablo Rubilar y George Meredith, estudiantes secundarios del colegio donde impartía clases, a embarcarse en una verdadera aventura científica: estudiar el asentamiento de los pingüinos de Bahía Inútil y analizar los factores que contribuyeron a su arribo y permanencia.

Así fue como, sin más armas que “las ganas de hacer ciencia”, como cuenta Zurita, él y su equipo de nóveles investigadores dieron comienzo al CICE, o Centro de Investigación Científica Escolar, el primer centro dedicado a fomentar, desde la escolaridad, la investigación científica en estudiantes y profesores a través del desarrollo de las habilidades del pensamiento crítico y la elaboración de proyectos de investigación en torno a la fauna silvestre nacional.

Cada año desde ese primer viaje a Tierra del Fuego, CICE convoca a dos parejas de escolares a realizar investigación usando los mismos estándares que podrían esperarse de un estudiante universitario. Los proyectos que ejecutan abordan cada una de las fases propias del quehacer científico, incluyendo la identificación de problemas y la elaboración de hipótesis, la revisión de bibliografía, y por supuesto, la recolección de datos y salidas a terreno.

“Lo que hacemos es desarrollar competencias que acerquen a los chicos al mundo real de la ciencia. Antes de integrarse al CICE, los muchachos tienen la idea de que hacer ciencia toma años y que se requieren muchos recursos y conocimientos para llegar a resultados importantes. Pero aquí han aprendido que, con pocos recursos, y sin tener que vivir días y días en un lugar, basta para hacer la diferencia y realizar proyectos interesantes”, explica Zurita.

Tomando vuelo

Uno de los proyectos que siguieron al estudio sobre la distribución de los pingüinos rey en Bahía Inútil logró identificar un retraso en el ciclo reproductivo de estas poblaciones, que provocaba la muerte prematura de polluelos. El hallazgo les valió a Matías Huidobro y Javier Oporto —sus autores— el primer lugar en la Feria Científica Nacional del Museo de Historia Natural (MNHN) en 2016 y el mismo galardón en el Congreso Regional Explora Conicyt al año siguiente.

Desde entonces, la presencia de CICE en ferias científicas de renombre nacional no sólo ha ido en aumento, sino que se ha expandido más allá de nuestras fronteras. Para los jóvenes que participan en estas actividades, la oportunidad de comparar su trabajo con el de estudiantes de otras latitudes es un excelente barómetro para evaluar cuánto han aprendido como miembros del Centro.

“Estando fuera de Chile” dice Javier, quien ya ha representado al CICE y a Chile en Bélgica y México con sus investigaciones sobre pingüino rey, “uno se sorprende del gran nivel que tienen nuestros proyectos en comparación con el de otros equipos internacionales, incluso de aquellos provenientes de países del primer mundo. La experiencia es espectacular y una de las mejores cosas de trabajar en el Centro”.

Para Carlos Zurita, “más que la competencia misma, este tipo de instancias les ayudan a difundir su ciencia y entender la relevancia de la comunicación en la vida de un investigador. Además, los viajes les ayudan a conocer otras realidades científicas, a expandir sus miradas y sus posibilidades”.

Hoy, el Centro lleva a cabo tres líneas de investigación simultáneas, en fases distintas de ejecución. La más avanzada de ellas, lideradas por los estudiantes Alonso Erazo y Tyndall Volosky, se dedica a detectar potenciales reservorios de Hanta en áreas protegidas del Estado, por medio del análisis de la dieta del tucúquere (Bubo magellanicus) y la lechuza alba (Tyto alba), dos controladores naturales de roedores portadores del virus.

Los jóvenes resumieron sus conclusiones en un artículo publicado en 2018 por la revista de investigación escolar “Brotes científicos” y actualmente se preparan para participar en dos exposiciones internacionales: la Exposcience MILSET, a realizarse este mes en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, y la Genius Olympiad, que se celebrará en Nueva York en 2020.

Otra investigación en curso sobre lechuza blanca, esta vez en la Reserva Nacional Río Clarillo, la protagonizan Catalina Carrasco y Francisco Cornejo, los cuales buscan comparar la dieta de este estrigiforme en un sector suburbano perturbado versus un área silvestre protegida, con el fin de determinar sus implicancias en la diversidad de la especie y su control de roedores exóticos.

Trabajo en equipo

Para Catalina, estudiante de segundo año, uno de los aspectos más enriquecedores de la experiencia en el Centro son las salidas a terreno, las cuales califica como “agotadoras”, pero entretenidas: “es muy interesante leer sobre estos animales y luego ir a su hábitat a seguirles el rastro y estudiar su comportamiento. Además, es en esas salidas donde más conectas con tus compañeros, donde más se siente el trabajo en equipo”.

Su compañero, Francisco, coincide: “Lo que más me gusta es el compañerismo que tenemos entre todos. La experiencia y los resultados serían muy distintos si el trabajo se hiciera sólo. Somos como una gran familia”.

”Yo enfatizo el tema de los equipos de trabajo” explica Zurita. “Si a uno se le olvida algo, su compañero está ahí para apoyarlo. Los 12 estudiantes que están o han pasado por CICE colaboran en las investigaciones de sus pares. Se forma una suerte de cadena donde los que fueron primero estudiantes se transforman en asesores de los que vienen” agrega.

En la actualidad, todos los antiguos investigadores del Centro estudian disciplinas relacionadas al ámbito científico, “ya sea medicina, veterinaria, ingeniería forestal o licenciatura en biología” dice Zurita. “La idea, sin embargo, no es lavarles el cerebro ni obligarlos a seguir un camino científico. Lo que se espera es fomentar la ciencia como forma de pensamiento sobre el mundo. Las habilidades científicas son al final un pretexto para esta persona que se está formando”, remata Zurita.

La ciencia de cerca

Pero no sólo de aves vive CICE. La tercera línea del Centro se dedica al estudio del impacto de la presencia humana en la dieta de los zorros culpeo (Lycalopex culpaeus) y grises (Lycalopex griseus) tanto en la Reserva Nacional Río Clarillo (a cargo de las estudiantes Laura Carrasco y Sofía Fuenzalida), como en el Parque Nacional Torres del Paine.

Este último proyecto, encabezado por la misma Laura y Benjamín Rodríguez (alumnos de segundo y tercero medio), identificó la presencia de desechos de origen humano en la composición dietaria de estas especies en las zonas de mayor afluencia turística de este parque. Su investigación fue ampliamente difundida en los medios de comunicación nacionales y, recientemente, elegida para competir en la versión 2019 de la Feria Científica Nacional del MNHN.

La visibilidad que ha tenido el Centro a manos del trabajo de sus investigadores permite que los jóvenes también desarrollen habilidades de comunicación y oratoria, una parte de la experiencia curricular sin duda incorporada en el calendario académico.

Para su director, el éxito de este tipo de iniciativas pasa en parte por el grado de participación que tienen los estudiantes en un contexto educativo nuevo: “en una sala de clases, más que hacer ciencia, los chicos repiten los contenidos que se les imparte. Aquí tienen la oportunidad de colaborar en la producción de conocimiento nuevo, y al mismo tiempo, conocer personas y lugares que les hacen mirar el mundo y la ciencia con otros ojos”.

“En el CICE hemos aprendido a conocer en detalle cada una de las fases del trabajo científico, y las habilidades necesarias para realizarlo” cuentan Francisco y Catalina, “al estar aquí, una se da cuenta de que, si uno se lo propone, puede aportar con un grano de arena en la generación de ciencia”.

El plan de Zurita es conectar cada vez más a los estudiantes con la vida académica, “el día a día, las instalaciones, los profesores. Viéndolos pasar y conversando con ellos, ellos empiezan a ver al científico como alguien cercano, no como un dios en su torre, desconectado del mundo. Me interesa que los chicos se conecten con esa realidad y la vean cercana”.

Una nueva etapa

Más allá de todo lo conseguido hasta ahora, el gran hito del CICE este 2019 bien puede ser su incorporación, como institución asociada, al Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad de la Universidad Católica de Chile, CAPES UC, transición que, a juicio de su director, “provee al CICE de una mayor institucionalidad y de espaldas financieras más sólidas”.

Bajo el patrocinio del CAPES (y de la Comisión Nacional Chilena de Cooperación de UNESCO), el CICE busca expandir su trabajo por medio de charlas en colegios y cursos abiertos al público. También intentará apoyar con más fuerza a los docentes en la enseñanza de habilidades científicas en el aula.

Luz Valeria Oppliger, encargada de Extensión y Comunicaciones del CAPES, ve en la incorporación del CICE una oportunidad para redondear el programa de extensión de este Centro UC a través de la educación ambiental. Esto, comenta, “tiene una relevancia importantísima, pues entre los desafíos que enfrentamos como especie frente a la crisis climática, son la reconexión con la naturaleza y la conservación de sus ecosistemas y servicios”.

Los desafíos del CICE para los años que vienen son, por de pronto, la incorporación de una nueva línea de investigación abocada a la investigación con guanacos y el reclutamiento de otros cuatro jóvenes (especialmente mujeres y alumnos de colegios públicos) con ganas de aprender y hacer ciencia de calidad.

“Nos interesa que las autoridades sepan que existe un Centro donde jóvenes escolares están generando nuevo conocimiento científico, publicable y compartible con el resto de la comunidad”, concluye Zurita.

Sigue las aventuras de los investigadores CICE en su sitio web oficial o en sus diversas redes sociales.

Exposición itinerante sobre ecosistemas submarinos arribará a Santiago

Las ilustraciones del libro “Alicia en el bosque de algas”, de la artista plástica Valérie Valéro, se presentarán en el Liceo Antoine de Saint-Exupéry, de la Alianza Francesa, a partir de octubre.

De un mundo al otro. Arte, ciencia y ecología” es el nombre de la exposición itinerante que se presenta, hasta el próximo 4 de septiembre, en el Liceo Jean Mermoz de Curicó, para retornar a Santiago en octubre, en la última etapa de su recorrido. 

La exposición reúne las ilustraciones originales de la artista francesa Valérie Valéro para el libro “Alicia en el bosque de algas”, co-escrito por los investigadores Myriam Valero, Christophe Destombe y Luz Valeria Oppliger (CAPES), que narra las aventuras de una niña llamada Alicia y una foca de nombre Aronnax en los bosques submarinos de algas de la costa de Chile.

Inspiradas en los trabajos del pintor Henri Rousseau y los textos de Lewis Carroll, las ilustraciones en exhibición abarcan formatos como el collage, la acuarela, los aguafuertes y las técnicas mixtas. La colección también incluye variantes de las versiones publicadas en el libro e ilustraciones no incluídas en éste.

Tanto las obras como el libro que ilustran buscan educar a niños, niñas y adolescentes en la enorme diversidad biológica de nuestros ecosistemas submarinos, y crear conciencia en torno a su conservación, especialmente en tiempos de cambio climático.

Su autora, Valérie Valéro, es una artista plástica y escenógrafa con más de 20 años de experiencia en cine, teatro y arte pictórico, disciplinas que a lo largo de su carrera ha mezclado y entrecruzado en múltiples oportunidades. 

De un mundo al otro. Arte, ciencia y ecología” llegará por dos semanas a Santiago en el mes de octubre, como parte de una colaboración entre el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES UC, y el Instituto Francés de Chile, y tendrá lugar en el Liceo Antoine de Saint-Exupéry (LAFASE) de la Alianza Francesa, ubicado en Avda. Luis Pasteur 5418, Vitacura, Santiago.

La exposición, que ya fue presentada con éxito en La Serena, es totalmente gratuita y abierta a todo público.

Exposición itinerante sobre ecosistemas submarinos arribará a SantiagoTraveling exhibition about underwater ecosystems will arrive in Santiago

Las ilustraciones del libro “Alicia en el bosque de algas”, de la artista plástica Valérie Valéro, se presentarán en el Liceo Antoine de Saint-Exupéry, de la Alianza Francesa, a partir de octubre.

De un mundo al otro. Arte, ciencia y ecología” es el nombre de la exposición itinerante que se presenta, hasta el próximo 4 de septiembre, en el Liceo Jean Mermoz de Curicó, para retornar a Santiago en octubre, en la última etapa de su recorrido. 

La exposición reúne las ilustraciones originales de la artista francesa Valérie Valéro para el libro “Alicia en el bosque de algas”, co-escrito por los investigadores Myriam Valero, Christophe Destombe y Luz Valeria Oppliger (CAPES), que narra las aventuras de una niña llamada Alicia y una foca de nombre Aronnax en los bosques submarinos de algas de la costa de Chile.

Inspiradas en los trabajos del pintor Henri Rousseau y los textos de Lewis Carroll, las ilustraciones en exhibición abarcan formatos como el collage, la acuarela, los aguafuertes y las técnicas mixtas. La colección también incluye variantes de las versiones publicadas en el libro e ilustraciones no incluídas en éste.

Tanto las obras como el libro que ilustran buscan educar a niños, niñas y adolescentes en la enorme diversidad biológica de nuestros ecosistemas submarinos, y crear conciencia en torno a su conservación, especialmente en tiempos de cambio climático.

Su autora, Valérie Valéro, es una artista plástica y escenógrafa con más de 20 años de experiencia en cine, teatro y arte pictórico, disciplinas que a lo largo de su carrera ha mezclado y entrecruzado en múltiples oportunidades. 

De un mundo al otro. Arte, ciencia y ecología” llegará por dos semanas a Santiago en el mes de octubre, como parte de una colaboración entre el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES UC, y el Instituto Francés de Chile, y tendrá lugar en el Liceo Antoine de Saint-Exupéry (LAFASE) de la Alianza Francesa, ubicado en Avda. Luis Pasteur 5418, Vitacura, Santiago.

La exposición, que ya fue presentada con éxito en La Serena, es totalmente gratuita y abierta a todo público.

Proyectos CICE son seleccionados para 49° Feria Científica Nacional

Las buenas noticias en nuestro Centro de Investigación Científica Escolar no paran. Los dos proyectos de investigación realizados por el CICE este año fueron seleccionados para participar de la 49° Feria Científica Nacional organizada por el Museo Nacional de Historia Natural de Chile a realizarse entre el 9 y 11 de octubre de este año.

Se trata de la Feria más antigua del país, con una trayectoria enorme en proyectos escolares de investigación y de gran alcance e impacto en los jóvenes que buscan difundir los resultados de sus investigaciones.

Los proyectos seleccionados son:

«Caracterización del consumo de residuos de origen antrópico en zorros culpeo y gris (Lycalopex sp.) en el Parque Nacional Torres del Paine» de Laura Carrasco y Benjamín Rodríguez, quienes obtuvieron 74 de 75 puntos posibles en la revisión de su escrito.

«Comparación de dieta de Lechuza Blanca (Tyto alba) entre un sector suburbano perturbado y un área silvestre protegida e implicancias en la diversidad, y control de roedores exóticos» de Catalina Carrasco y Francisco Cornejo, quienes obtuvieron 73 de 75 puntos posibles.

Esta es la quinta participación consecutiva del Centro en este evento. En sus versiones anteriores, los expositores de turno lograron el primer lugar en 2016; Mención Honrosa y segundo lugar en 2017, y Mención Honrosa en 2018.

Por los pasillos del museo han pasado los proyectos de «Crianza de Polluelos de Pingüino Rey», «Variaciones en la estructura etaria de Pingüino Rey», «Diferencias en los ciclos reproductivos de Pingüino Rey en Islas Subantárticas», «Sobreposición de dieta de Lechuza y Tucúquere», «Estudio de consumo de potenciales reservorios de Hanta por Rapaces» y «Consumo de desechos de origen antrópico por zorros en Río Clarillo».

Todos nuestros proyectos están disponibles en el sitio web del Centro.

Texto y fuente: Centro de Investigación Científica Escolar

Proyectos CICE son seleccionados para 49° Feria Científica NacionalCICE projects are selected for National Science Fair

Las buenas noticias en nuestro Centro de Investigación Científica Escolar no paran. Los dos proyectos de investigación realizados por el CICE este año fueron seleccionados para participar de la 49° Feria Científica Nacional organizada por el Museo Nacional de Historia Natural de Chile a realizarse entre el 9 y 11 de octubre de este año.

Se trata de la Feria más antigua del país, con una trayectoria enorme en proyectos escolares de investigación y de gran alcance e impacto en los jóvenes que buscan difundir los resultados de sus investigaciones.

Los proyectos seleccionados son:

«Caracterización del consumo de residuos de origen antrópico en zorros culpeo y gris (Lycalopex sp.) en el Parque Nacional Torres del Paine» de Laura Carrasco y Benjamín Rodríguez, quienes obtuvieron 74 de 75 puntos posibles en la revisión de su escrito.

«Comparación de dieta de Lechuza Blanca (Tyto alba) entre un sector suburbano perturbado y un área silvestre protegida e implicancias en la diversidad, y control de roedores exóticos» de Catalina Carrasco y Francisco Cornejo, quienes obtuvieron 73 de 75 puntos posibles.

Esta es la quinta participación consecutiva del Centro en este evento. En sus versiones anteriores, los expositores de turno lograron el primer lugar en 2016; Mención Honrosa y segundo lugar en 2017, y Mención Honrosa en 2018.

Por los pasillos del museo han pasado los proyectos de «Crianza de Polluelos de Pingüino Rey», «Variaciones en la estructura etaria de Pingüino Rey», «Diferencias en los ciclos reproductivos de Pingüino Rey en Islas Subantárticas», «Sobreposición de dieta de Lechuza y Tucúquere», «Estudio de consumo de potenciales reservorios de Hanta por Rapaces» y «Consumo de desechos de origen antrópico por zorros en Río Clarillo».

Todos nuestros proyectos están disponibles en el sitio web del Centro.

Texto y fuente: Centro de Investigación Científica Escolar

CAPES co-organiza taller de expertos en formación de políticas ambientales

El pasado 9 de agosto, en la Facultad de Ciencias Biológicas UC, se realizó un taller de expertos orientado al intercambio de experiencias y aprendizaje común de distintos actores relacionados con la formación de políticas públicas de relevancia ambiental. A través de una metodología participativa, los asistentes a la actividad compartieron experiencias —exitosas y no exitosas— de entrega de conocimiento a tomadores de decisión durante las fases de formación, aprobación e implementación de políticas públicas, con el fin de extraer lecciones para mejorar dichos procesos.

El taller, organizado por el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES) y el Núcleo Milenio Centro para el Impacto Socioeconómico de las Políticas Ambientales (CESIEP) —con la colaboración de la Iniciativa Ciencia al Congreso— se enmarca dentro de las actividades del proyecto Votaciones Ambientales, una iniciativa de observación y seguimiento de la legislación ambiental vigente liderado por la investigadora CAPES y académica del Instituto de Ciencia Política, Profesora Francisca Reyes.

A la jornada asistieron diversos actores dedicados a la investigación y/o elaboración de políticas públicas con impacto ambiental; desde cientistas políticos y científicos especialistas en el estudio y conservación del medio ambiente, hasta asesores parlamentarios (de ambos lados del espectro político) y representantes gremiales.

La profesora Reyes, organizadora del evento, valoró el formato de la actividad y la manera dinámica en que se compartieron las ideas: “fue una experiencia muy interesante y valiosa. Utilizamos una metodología (café mundial) que busca incorporar los distintos saberes en un espacio de confianza e interacción, y junto con compartir y conocernos, pudimos aunar fuerzas en un proyecto que a todos nos interpela, desde nuestros distintos quehaceres, a avanzar en la validación de un diagnóstico común de la problemática”.

Trabajando en mesas rotativas e interdisciplinarias, los asistentes buscaron responder dos preguntas clave previamente definidas. Primeramente, identificar qué rol juega la entrega de conocimiento en la creación de una buena política pública y cómo es entregado hoy, en Chile, ese conocimiento, detallando, por ejemplo, los factores que facilitan y traban su disponibilidad.

En segunda instancia, las distintas mesas de trabajo sugirieron posibles mejoras a las vías de acceso por las que se distribuye dicho conocimiento (científico, local o burocrático), de modo de que éste llegue de manera adecuada y eficiente a los encargados de diseñar y aplicar las políticas públicas de impacto ambiental.

Francisca Boher, encargada de Vinculación y Transferencia de CAPES y una de las asistentes al taller, comentó que el diagnóstico acerca del estado del proceso de entrega de conocimiento en estas materias fue compartido por casi todos los sectores involucrados. Dicho acuerdo, en su opinión, “valida las iniciativas que intentan contener este problema, como el Proyecto de Alerta Ambiental, que está siendo desarrollado por Capes, Gama UC, Cesiep y UC Digital, el cual busca que el conocimiento científico llegue temprana y efectivamente a los tomadores de decisión, vinculando a gestores políticos con expertos y especialistas en cada área del saber”.

Entre las propuestas surgidas durante el encuentro están el mejorar el acceso remoto a la información científica y territorial para aquellos agentes y organismos limitados geográficamente; habilitar espacios de retroalimentación entre expertos y formadores de políticas públicas; aumentar la transparencia del proceso, y generar un sistema de alertas que permita saber a los proveedores de conocimiento en qué etapa del ciclo de generación de una política pública intervenir, y con qué tipo de información, entre otras.